Variedades: Las lenguas no presentan un código uniforme, es decir, muestran variantes en su realización y diferencias de hablante a hablante en el uso real. Las variedades de una lengua pueden producirse por diversos motivos:Por las diferentes zonas geográficas en las que se utiliza esa lengua; se llaman variedades geográficas o diatópicas.Por circunstancias de carácter social y cultural de los componentes de una comunidad. Son las variedades socioculturales o diastráticas.Por circunstancias derivadas de la intención de los hablantes y de la situación en que se encuentren. Se denominan variedades de registro, estilísticas o diafásicas. Variedades socioculturales o diatráticas: Están relacionadas con la distribución y estratificación social de los hablantes. La diversificación de estas variedades viene determinada por causas sociales y culturales. Podemos distinguir cuatro niveles de uso:Nivel culto: se caracteriza por el uso del código elaborado entre cuyos rasgos destacan la elocución fluida, correcta y expresiva, el uso de tiempos verbales con variedad de formas y precisión, las construcciones sintácticas claras y correctas, encadenadas con gran variedad de nexos y la riqueza y precisión lexica de los elementos lingüísticos que utiliza. Este nivel se considera como ideal de lengua. Es el más estable y el mejor dotado para expresas matices.Nivel medio: es un nivel formal, que adopta las exigencias normativas del idioma, aunque es menos meticuloso y rígido que el culto.Nivel popular: emplea el código restringido. Algunos de sus rasgos más importantes son:La subjetividad del hablante: Hipérbaton, interrogación retórica, interjecciones, construcciones pleonásticas, expresiones afectivas, metáforas coloquiales, diminutivos, aumentativos, y despectivos, oraciones exclamativas. Predomina la función expresiva.La economía de medios lingüísticos: frases incompletas, deícticos, muletillas, frases hechas y utilización del código gestual.La apelación al oyente. (¿Vale?)Nivel vulgar: el hablante descuida la lengua por falta de instrucción, lo que suele coincidir con la clase baja o la población rustica. El rasgo peculiar es la alteración de la norma con la utilización de vulgarismos que afectan a los distintos niveles de la lengua. Por ejemplo: en el plano fónico: supresión de sonidos, alteración de vocales y perdidas de consonantes, confusión de consonantes. Plano morfosintáctico: aliteraciones en formas verbales, determinantes delante de nombres propios, cambio de orden de pronombres o dequeísmo. Plano léxico-semántico: confusiones de significado.Variedades de registro o estilísticas: los hablantes tienden a expresarse de forma distinta según dónde y con quién se encuentren. Cada una de las variedades que el hablante selecciona con el fin de adaptarse a una situación comunicativa concreta recibe el nombre de registro lingüístico.En la comunicación con nuestros semejantes cambiamos de registro idiomático, casi sin darnos cuenta, varias veces al día. Cuanto mayor sea la competencia comunicativa del emisor mayores posibilidades tendrá de modificar el registro y de acuerdo a la situación en que se halle. Una persona poco instruida es incapaz de modificar el registro lingüístico. El uso de un determinado registro lingüístico viene determinado por una serie de factores:El canal empleado para la comunicación. Permite distinguir entre dos variedades funcionales: uso oral y uso escrito.-Rasgos de la lengua oral: es mucho más expresiva que la lengua escrita, pero también incluye más imprecisiones como consecuencia de las dudas y vacilaciones en la expresión, propias de un menor grado de formalización. Presenta además fugacidad del mensaje y contexto compartido.-Rasgos de la lengua escrita: el hablante ha de tener un mayor conocimiento de las normas lingüísticas ya que presenta un mayor grado de formalización. El mensaje es perdurable y emisor y receptor se encuentran en diferentes situaciones.Ambas formas de expresión pueden tener diferentes grados de elaboración según el contexto en que se produzcan.El tema sobre el que versa la comunicación. Es diferente la exposición de un comentario político o filosófico a las noticias deportivas.La personalidad del que habla: la edad, el sexo, la profesión, el carácter… así como la intención comunicativa influyen también en el registro empleado.La atmósfera: la situación en la que se produce la comunicación y el grado o tipo de relación entre emisor y receptor dan lugar a diferencias en el uso de la lengua. Así, se distinguen dos variedades de carácter general, la formal y la informal. Utilizamos un tono formal, cuando hablamos manteniendo las distancias sociales, o bien, emplearemos un tono informal, familiar, espontáneo cuando existe cierta confianza entre los interlocutores. La elección del tratamiento, la selección del léxico o el uso de unos u otros mecanismos de expresividad.El dominio de la comunicación. Se llama dominio un tipo de situación comunicativa ligada a alguna actividad social típica, por lo que la intervención de los interlocutores aparece siempre regulada. Los dominios pueden clasificarse en dos grupos: dominios abiertos, en los que participan todos los hablantes de una lengua, y dominios cerrados que son exclusivos de determinados grupos de hablantes y suelen denominarse usos específicos de la lengua. Dentro de estos, destacamos el discurso científico o técnico cuya intención fundamentalmente es divulgar, exponer o explicar conocimientos; el discurso humanístico para exponer y argumentar ideas y pensamientos; el periodístico, cuya finalidad es informar de sucesos, o el literario que pretende crear belleza.Hay dos registros básicos: el registro formal y el coloquial.El registro formal, que solo puede ser usado por hablantes de nivel culto, se utiliza en ocasiones más o menos solemnes. Sus rasgos son los ya mencionados para el nivel culto. Es propio de escritos de carácter científico, humanístico y literario.El registro coloquial se define como el conjunto de características que aparecen ligadas a situaciones de comunicación del dominio o ámbito cotidiano y definido por la oralidad y por cierto grado de informalidad. Podemos destacar las siguientes:-Relacionadas con la cotidianidad: uso léxico común con significado poco preciso, muy polisémico, en el que abundan las palabras baúl, presencia de modismos, en la lengua oral, tendencia a la relajación. Podemos incluir también la incorporación de jergas.-Relacionadas con la atmósfera de informalidad: proximidad y confianza entre los interlocutores: presencia del tuteo, apelaciones al oyente, actitud de naturalidad: orden de palabras subjetivo, uso del dativo ético, empleo de oraciones exclamativas, hipérboles y metáforas lexicalizadas, uso de diminutivos, utilización de formas reducidas, las espontaneidad, anacolutos, constante reiteración, predominio de la coordinación, las autorrelaciones. Podemos terminar advirtiendo que lo formal y lo coloquial no se excluyen: en un mismo texto pueden aparecer los dos registros. Los actos comunicativos no están regulados de manera mecánica o automática, sino que es el hablante el que lo gestiona de acuerdo con su intención, sus necesidades comunicativas y la valoración que hace en cada momento de la situación. Por eso, incluso en una comunicación tan formalizada como una conferencia, el emisor puede dar entrada a ciertos rasgos coloquiales, si considera que pueden ser útiles, por ejemplo, para romper la distancia con sus oyentes.