Portada » Historia » Dictadura de Primo de Rivera: Modernización, Crisis y Golpe (1898-1925)
El conservador Antonio Maura y el liberal José Canalejas protagonizaron los intentos de modernización en España entre 1898 y 1914.
Antonio Maura, líder del partido conservador, planteó una revolución desde arriba. Su programa se centraba en dotar al sistema político de auténtica representatividad, acabando con la farsa electoral. También se enfocó en la reforma de la administración con la Ley de Bases para la Administración Local. El gobierno de Maura tuvo una gran actividad, incluyendo la Ley de Protección a la Industria Nacional. Durante este periodo, se produjo la Semana Trágica de 1911.
Tras la caída de Maura, los liberales llegaron al poder con Segismundo Moret y, desde 1910, con José Canalejas. Canalejas promulgó la Ley del Candado, que prohibía el establecimiento de nuevas órdenes religiosas sin permiso en España. Siguiendo la línea de Maura, Canalejas incrementó la protección legal a los trabajadores. Abordó el problema regional con la Ley de Mancomunidades y modificó el sistema de reclutamiento militar.
Diversos grupos políticos presionaban al sistema. Por la izquierda destacaban los republicanos, socialistas y anarquistas. Por la derecha, carlistas, católicos, mauristas y regionalistas.
Entre 1914 y 1923, el sistema de la Restauración se enfrentó a una profunda crisis que culminó con el golpe militar de 1923.
La neutralidad española en la Primera Guerra Mundial permitió negocios con los países beligerantes. Sin embargo, la alta inflación y los bajos salarios redujeron el poder adquisitivo de los trabajadores, aumentando la conflictividad social.
En 1917, el gobierno se enfrentó a tres crisis simultáneas: malestar en el ejército, descontento político con el sistema de la Restauración (expresado en una asamblea de parlamentarios críticos) y una huelga general revolucionaria. La Lliga Regionalista catalana se ofreció a participar en un gobierno de concentración presidido por García Prieto.
Entre 1917 y 1923, la crisis se generalizó. Los partidos se fragmentaron, dificultando las mayorías parlamentarias. El problema territorial se agravó: en 1918, la Mancomunidad catalana propuso un estatuto de autonomía, y en 1923, grupos nacionalistas radicales vascos, catalanes y gallegos firmaron la Triple Alianza por la independencia. A esto se sumó una profunda depresión económica tras el crecimiento de la guerra y la radicalización del movimiento obrero, con la fundación del Partido Comunista de España en 1921. La cuestión de Marruecos fue el detonante final.
El 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, dio un golpe de estado, proclamando una dictadura militar transitoria. El régimen se dividió en dos etapas: el Directorio Militar (1923-1925) y el Directorio Civil (1925-1930).
En 1923, la situación en España era crítica: crisis política, económica, social, regional, colonial y militar. El rey Alfonso XIII, desencantado con el parlamentarismo, aceptó el golpe de Primo de Rivera, que también contó con el apoyo de la prensa. Primo de Rivera formó un Directorio Militar. Entre las medidas adoptadas, se cerraron el Congreso y el Senado, se sustituyeron los gobernadores civiles por militares, se persiguió la corrupción, se detuvo la búsqueda de responsabilidades en Marruecos, se restableció el orden público, se suprimió la Mancomunidad catalana, se reformó la administración local y provincial, y se pacificó Marruecos. El éxito del desembarco de Alhucemas en Marruecos llevó a Primo de Rivera a disolver el Directorio Militar y establecer el Directorio Civil.
(Información pendiente)