Portada » Medicina y Salud » Diarrea aguda febril
Según la definición de la OMS, diarrea es la expulsión de tres o más deposiciones líquidas, con o sin sangre, en 24 horas, que adopten la forma del recipiente que las contiene; y episodio diarreico. Esto produce un aumento de la frecuencia, cantidad, volumen y/o consistencia de las heces, que da lugar a una deshidratación y a trastornos en el equilibrio hidromineral. Diarrea indica la evacuación de heces acuosas, blandas, más de tres veces al día. También puede haber cólicos, distensión abdominal, náusea y una necesidad urgente de evacuar el intestino. Entre las causas de diarrea se incluyen bacterias, virus o parásitos, algunas medicinas, intolerancia a alimentos y enfermedades que afectan el estómago, el intestino delgado y el colon. En muchos casos, no se encuentra una causa.
Sg mecfisiopatológico de producción:
(aumento en la osmolaridad intraluminal) Se produce cuando una sustancia ingerida por vía oral no se absorbe por completo, esto lleva a un exceso de osmolaridad del material no absorbido en la luz del intestino delgado, lo que conlleva un paso de agua a través de la mucosa (“agua atraída”) El agua atraída hacia el lumen intestinal arrastra tras de sí electrólitos, en especial bicarbonato, y también Na + y K + y su volumen sobrepasa la capacidad absortiva de agua del colon, provocando diarrea y malabsorción sobretodo de grasas y/o HC.
(Disminución de la absorción y aumento de la secreción). Se produce cuando el agente (enterotoxinas) que la causa tiene la capacidad de estimular la secreción de agua y electrolitos por la mucosa intestinal. La sensibilización del intestino por antígenos específicos puede dar como resultado hipersecreción intestinal, cuando el intestino es reexpuesto al mismo antígeno.
Se produce con un aumento en el peristaltismo intestinal, al disminuir el tiempo de contacto entre el contenido intestinal y el epitelio absortivo. También este tipo de diarreas se produce como disminución de la motilidad del intestino. Esto se debe fundamentalmente a que se produce un sobrecrecimiento bacteriano que pueden producir toxinas que a su vez produzcan diarrea.
(Exudación de sangre, proteínas y moco). La absorción intestinal eficaz requiere de una mucosa intestinal intacta, con una irrigación adecuada y conexiones nerviosas también intactas.
Dura menos de dos semanas, es la más frecuente y se aparece de manera repentina en el individuo. La diarrea aguda consiste en un aumento en el número de deposiciones y/o una disminución en su consistencia, de instauración rápida. La causa más frecuente es la infección gastrointestinal, que produce una gastroenteritis o inflamación de la mucosa gástrica e intestinal.
Causas más frecuentes de producción:
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Suele atribuirse a un cambio de la flora intestinal por ingesta de alimentos (frutas sin pelar, verduras y carnes crudas) y agua con poblaciones bacterianas diferentes a las que habitualmente conviven con el sujeto.
Como laxantes, antiácidos y antibióticos.
Son cuadros intermitentes o recurrentes con aumento del peristaltismo y aceleración del tránsito intestinal, por lo que hay disminución de la absorción y aumento del contenido de líquido en las heces. Sus manifestaciones durarán unas cuatro semanas aproximadamente. Este cuadro provoca una mayor deshidratación que en la diarrea aguda, adelgazamiento, pérdida de peso, retraso del crecimiento y puede llevar a una desnutrición. Por ello el objetivo fundamental del tratamiento es la conservación del estado nutricional correcto. Puede deberse a diversas causas tales como: – Intolerancia a la lactosa. – Enfermedad celíaca, malabsorción de ácidos biliares. – Enfermedades que producen diarrea crónica: I.pancreática, enfermedad inflamatoria, alergias, infecciones, tumores intestinales. – Uso de Laxantes, Antiácidos, Edulcorantes, medicamentos, tóxicos, toxinas.
El término diarrea persistente se refiere a los episodios de diarrea que se inician de una manera aguda pero son inusualmente de larga duración (más de dos semanas). Se puede iniciar como un caso de diarrea acuosa. Es frecuente encontrar una marcada pérdida de peso, desnutrición e infecciones extraintestinales graves, pudiendo llegar a la muerte. Las deposiciones son más abundantes, con mayor riesgo de deshidratación.
La dieta se administra en comidas poco abundantes, ya que cantidades elevadas de alimentos estimulan el peristaltismo. El objetivo principal será evitar la deshidratación, con el aporte adecuado de líquidos y electrolitos, y planificar una dieta astringente y progresiva.
Técnicas de cocción: 1 Emplear las técnicas sencillas que aporten poca grasa y sea de fácil digestión. 2 Se aconseja: Cocción al agua, al horno y a la plancha. 3 Evitar: Frituras, rebozados, estofados y guisos.
Otros aspectos culinarios:
Condimentos: Suaves y no excesivamente aromáticos. Restringir los irritantes de la mucosa intestinal y los excitantes químicos (ácidos orgánicos, café, chocolate, purinas, condimentos picantes, alcoholes).
Está permitido el jugo del limón y el vinagre de manzana en proporciones pequeñas. Está aconsejada la sal para reponer electrolitos, siempre que no exista contraindicación.
Grasa de condimento: Se recomienda los aceites vegetales en pequeñas dosis, en especial aceite de oliva virgen, sobre todo para aliños en crudo. El aceite de oliva crudo y la margarina sin someter a calentamiento son indicados ya en la fase líquida o semilíquida. Las salsas elaboradas con aceite de oliva, caldos vegetales o desgrasados están aconsejadas. La nata, mantequilla, manteca de cerdo y tocino no estarán permitidas.
El azúcar está aconsejada frente a la miel, mermeladas y caramelos que se tendrán que evitar.
Evitar los frutos secos.
Se suprimen los guisos, fritos y salados, que irritarían la mucosa digestiva.
– Fase absoluta: solo a base de soluciones orales de glucosa entre 6-8 horas
– Fase líquida: Se prolongará a las primeras 24 horas. Tomaremos azúcares de absorción rápida al principio, para evitar procesos fermentativos por un posible tránsito acelerado. No se administrarán alimentos; se rehidratará con soluciones orales de glucosa (Cloruro de Sodio, Bicarbonato de Sodio, Cloruro de Potasio, glucosa y agua). Puede sustituirse por una preparación casera `limonada alcalina´ (1 L de agua, media cuchara de sal, media de bicarbonato, dos cucharas de azúcar y una taza de zumo de limón). Además podemos tomar infusiones, zumos sin pulpas y líquidos claros excepto leche. Si se tolera se pasa a la fase siguiente.
– Fase semiblanda: Incluye líquidos y alimentos semisólidos. Se introducen alimentos de forma progresiva, excluyendo leche, grasas, fibra ni irritantes. En esta dieta se incluye la tortilla, purés, sopa de arroz o de zanahoria, papas hervidas y otros alimentos hervidos, como los cereales. Sobre el funcionamiento intestinal influye el tejido conjuntivo contenido en las carnes, las purinas que aumentan el peristaltismo, y las grasas y fibras musculares, que exigen un trabajo digestivo extra. Por ello, estos alimentos se introducirán en la dieta los últimos. Si se tolera pasamos a la siguiente fase.
– Fase blanda: Incorporamos progresivamente pescado blanco, pollo, verduras cocidas, pastas, pan tostado… Si toleramos esta dieta pasamos a la dieta basal recuperando poco a poco la leche, grasas y fibras.
Si la diarrea causa desnutrición tendremos que mejorar nuestra dieta y suplementar multivitamínicos y minerales si es necesario dieta para conseguir equilibrarla.
Se trata de un trastorno del sistema digestivo que consiste en la falta de movimiento regular de los intestinos, lo que produce una defecación infrecuente o con esfuerzo y una sensación en el cuerpo de una defecación incompleta, es decir de no haber podido evacuar lo suficiente. Suele suceder cuando los desechos se movilizan muy lentamente a través del intestino grueso generando evacuaciones aisladas y dolorosas, generalmente de heces escasas y duras. La mayor parte de los casos de estreñimiento son causados por una dieta baja en fibra o deshidratación. La frecuencia defecadora normal varía entre las personas, desde un par de veces al día hasta tres veces a la semana
Es muy frecuente en los cambios de alimentación, viajes, ciertos medicamentos, a veces por nerviosismo, o sin más por falta de rutina transitoria en la evacuación, y el embarazo
Suele ser habitual en ancianos. El estreñimiento crónico es un hábito persistente por meses o años que puede deberse a: una dieta inadecuada, con poca fibra y pocos líquidos, al sedentarismo, medicamentos (antiácidos, medicamentos del dolor, medicamentos psiquiátricos), el uso crónico de laxantes puede disminuir el movimiento normal del intestino, la retención frecuente y consciente del reflejo de defecar, la edad avanzada, puede ser secundario a otras enfermedades o viajar o sólo tener la posibilidad de usar inodoros extraños.
Es una constipación a causa de una debilidad motora de la musculatura intestinal, dificultando la progresión de las materias fecales.
Es una constipación en la cual se producen una mayor presión de las fibras musculares que rodean al intestino, dificultando también la progresión de las materias fecales.
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: incluye el estreñimiento de tránsito lento o “inercia colónica”, la disfunción del suelo pélvico y los trastornos mixtos.
: de origen estructural o funcional por trastornos metabólicos, neurológicos o por fármacos.
Las causas más frecuentes e importantes del estreñimiento son: la edad, aspectos psicológicos (estrés), sedentarismo, obesidad, causas anatómicas (cáncer), hormonales, fármacos, alimentación ( la falta de alimentos ricos en fibra).
Se puede realizar ejercicio suave a diario: establecer una rutina diaria de 20-30 minutos de paseo a un ritmo más acelerado de lo normal puede lograr una mejoría del estreñimiento. La actividad física activa nuestro organismo y mejora la movilidad intestinal y su funcionamiento.
Hay diversos grupos de fármacos que se conocen con el nombre de laxantes y que, en función del tipo de estreñimiento, se podrán prescribir.
: establecer unos horarios regulares de comidas, dormir lo suficiente, y distribuir el tiempo disponible para, en la medida de lo posible, evitar las prisas y los agobios al llevar a cabo las tareas diarias.
En primer lugar, es fundamental llevar un buen hábito alimentario, es decir realizar 5 comidas al día de forma proporcional y dedicarles el tiempo que precises para comer tranquilo y sin prisas.
Otra recomendación es evitar comer entre horas, el llamado « picoteo´´ hace que nuestro organismo no deje trabajar al estar siempre introduciendo alimentos y por tanto se puede producir un sobre esfuerzo y dejar de realizar un correcto funcionamiento gastrointestinal.
Aumentar la ingesta de agua se recomienda al menos 2 litros de agua al día. Es importante evitar o, al menos, reducir, el consumo de bebidas con gas, refrescos, café, té y bebidas con alcohol.
: las dietas ricas en fibra producen deposiciones frecuentes, blandas y con un tiempo de tránsito más corto. Todo esto hace que se acelere el tránsito intestinal y que mejoren los problemas de estreñimiento.
Existen 2 tipos de fibra que podemos clasificar de acuerdo con su grado de solubilidad en agua:
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Fibra soluble (da vol a las heces): incluye pectinas, gomas, mucílagos, y algunas hemicelulosas. Las pectinas se encuentran principalmente en frutas y verduras, en especial en manzana, naranja y zanahoria. Otra forma de fibra soluble se encuentra en las hojuelas de salvado, avena, cebada, y en leguminosas como judía, lenteja y haba. La influencia de esta fibra en el tubo digestivo se relaciona con su capacidad para retener agua y formar geles.
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Fibra insoluble (ayuda a mover la materia fecal endurecida que se encuentra en la pared del colon y aumenta la reducción del colesterol en plasma): este tipo de fibra incluye principalmente a la celulosa, la lignina y algunas hemicelulosas. Los alimentos que contienen la mayor cantidad de esta fibra son los cereales integrales, como las capas de salvado de los granos como el trigo.
De acuerdo a distintos organismos oficiales, y avalado por varios estudios científicos, las recomendaciones diarias de fibra son:
Adultos: a partir de los 18 años, las recomendaciones son de 20-35 g/día, variando en función de la situación fisiológica; así, la mujer gestante precisará un aporte superior de fibra debido a la tendencia al estreñimiento durante el embarazo.
Niños y adolescentes: las recomendaciones en estos son variadas, al no existir una pauta determinada. Es importante no incluir un exceso de fibra en la dieta del niño ya que podemos provocar flatulencias, distensión abdominal, así como menos absorción de algunos minerales como hierro, calcio y zinc.