Portada » Historia » Detonantes de la revolución rusa
1.2. Los enfrentamientos políticos. El imperio ruso seguía siendo, a comienzos del siglo XX, una monarquía absoluta. El zar gozaba de una autoridad sin límites. La nueva clase media de las ciudades deseaba implantar una monarquía parlamentaria. En el campo el descontento y el deseo de acceder a la propiedad de la tierra aglutinó a la población alrededor del Partido Socialista Revolucionario. Entre los obreros industriales y los intelectuales se extendieron las ideas revolucionarias del marxismo, que se materializaron en 1898 en la creación del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso. En 1903 este partido se dividió entre bolcheviques o mayoritarios, dirigidos por Lenin, que representaban a la izquierda marxista y mencheviques o socialista moderados, minoritarios, que aceptaban colaborar con los demócratas para derrocar al zarismo.
1.3. La revolución de 1905. La insurrección de 1905 contra el zarismo fue una llamada de atención sobre los graves problemas de Rusia. La crisis económica de 1902-1903 propició la aparición de huelgas obreras, sublevaciones campesinas y numerosas acciones terroristas. El detonante de la revolución fue la guerra de 1904 entre Rusia y Japón a causa de disputas territoriales, Japón derroto a Rusia. En enero de 1905, una manifestación pacífica de obreros se dirigió al palacio imperial para presentar al zar una súplica para mejorar las condiciones laborales y que todos sean iguales y libres. La manifestación fue disuelta por armas, provocando centenares de muertos. Este hecho, conocido como l Domingo Sangriento desencadeno la revolución, y se crearon los primeros sóviets o consejos de representantes de obreros. Al no poder acabar con las acciones de protesta el zar Nicolás II acepto algunas reformas, pero poco después las anulo.
1.3. La revolución de 1905. La insurrección de 1905 contra el zarismo fue una llamada de atención sobre los graves problemas de Rusia. La crisis económica de 1902-1903 propició la aparición de huelgas obreras, sublevaciones campesinas y numerosas acciones terroristas. El detonante de la revolución fue la guerra de 1904 entre Rusia y Japón a causa de disputas territoriales, Japón derroto a Rusia. En enero de 1905, una manifestación pacífica de obreros se dirigió al palacio imperial para presentar al zar una súplica para mejorar las condiciones laborales y que todos sean iguales y libres. La manifestación fue disuelta por armas, provocando centenares de muertos. Este hecho, conocido como l Domingo Sangriento desencadeno la revolución, y se crearon los primeros sóviets o consejos de representantes de obreros. Al no poder acabar con las acciones de protesta el zar Nicolás II acepto algunas reformas, pero poco después las anulo.
2.2. Los gobiernos provisionales (marzo-octubre de 1917) A la desaparición del zarismo siguieron una serie de gobiernos, de corta duración. El primer Gobierno provisional se planteó, como principal objetivo, implantar un régimen democrático y continuar la guerra. El Gobierno provisional fue aceptado en toda Rusia, pero los grandes problemas quedaron aplazados. Los más importantes eran las mejoras sociales, el reparto de la tierra, los deseos de autonomía de los pueblos no rusos y, ante todo, la paz. A pesar de ello los sucesivos gobiernos provisionales mantuvieron a Rusia en la guerra, lo que provocó su creciente impopularidad. El ejército comenzó a descomponerse y las deserciones crecían día a día. Durante los meses posteriores a la Revolución de Febrero los sóviets se implantaron por todo el país. En la práctica se convirtieron en un segundo poder, paralelo al del Gobierno. Los gobiernos provisionales se sucedían y las manifestaciones de protesta volvieron a las calles. Finalmente Kerensky formó un gobierno con mayoría de mencheviques y del Partido Socialista Revolucionario pero la situación del país no mejoró.
2.3. La Revolución de Octubre. Lo que comenzó en febrero como una sublevación contra el absolutismo zarista, acabó a los pocos mese en la primera revolución socialista del mundo. Rusia pasó de la autocracia al socialismo. Los bolcheviques formaban a comienzos de 1917 un partido con pocos militantes pero muy activos. Un mes después del derrocamiento del zar Lenin había regresado a Rusia desde su exilio. Lenin resumió en las llamas Tesis de abril ideas sobre el futuro de Rusia: paz inmediata e instauración de un Gobierno de los sóviets. El Gobierno provisional acabó persiguiendo a los bolcheviques. Lenin huyó a Finlandia. Durante el verano de 1917 el partido bolchevique presentó su programa revolucionario: fin de la guerra, reparto de la tierra, control obrero sobre la producción y el comercio, y la nacionalización de la banca y de la gran industria. Al final del verano el comandante en jefe del ejército el general Kornilov intentó un golpe de fuerza. Kerensky tuvo que reunir todas las fuerzas revolucionarias para derrotar la sublevación. La ayuda de los bolcheviques fue decisiva. Regresó clandestinamente del exilio y convenció al comité central de su partido de la oportunidad de un insurrección armada para derrocar a Kerensky y tomar el poder. En la noche del 24 al 25 de octubre de 1917, las tropas y las milicias bolcheviques ocuparon los puntos neurálgicos de Petrogrado. Los ministros fueron arrestados. Lenin ofreció el poder al II Congreso de los Sóviets de Rusia. Los mencheviques y los miembros del Partido Socialista Revolucionario abandonaron el Congreso. El Congreso de los Sóviets eligió el nuevo gobierno y a Lenin como su presidente. La revolución bolchevique había triunfado.