Portada » Geografía » Desigualdades Socioeconómicas en la Unión Europea: Un Análisis desde la Perspectiva Catalana
Europa occidental es una de las zonas más desarrolladas y ricas del planeta. Sin embargo, también existen zonas con una problemática importante que pone en duda la afirmación anterior. El mundo está lleno de desigualdades y la UE también.
En Europa hay diferencias y desequilibrios entre los estados miembros, e incluso dentro de un mismo estado. Existen desequilibrios en el ámbito rural y las zonas urbanas de una región. Incluso en un núcleo urbano rico puede haber bolsas de pobreza con características extremas impropias del mundo desarrollado. Para comprender estas desigualdades, trataremos dos aspectos: la demografía y los sectores de actividades, que muestran algunos de los desequilibrios existentes y que, de manera directa o indirecta, influyen en las desigualdades económicas de la sociedad.
La UE es un territorio poblado con 114 hab/km². Mientras que la densidad de los Países Bajos es de 375 hab/km², la de Finlandia es de 15 hab/km².
En un mismo estado, los datos de densidad de población varían bastante según las regiones. Por ejemplo: Madrid 620 hab/km², Castilla-La Mancha 21 hab/km².
En una misma región también puede haber desequilibrios. Por ejemplo: Cataluña, en la Alta Ribagorça 8,3 hab/km², Vallès Occidental 1180 hab/km².
Estos datos desiguales hacen que los problemas de un lugar sean totalmente distintos de los de otro. En algunos lugares, las infraestructuras no son suficientes para atender las necesidades de la población; en otras zonas despobladas, casi no hay actividad económica ni servicios públicos, lo que dificulta el desarrollo.
La economía y los diversos sectores de actividades son los valores a partir de los cuales se pueden percibir las desigualdades entre zonas de la UE. El territorio de la UE está formado por regiones con características tan diferentes (históricas, geográficas…) que la uniformidad de la economía ha resultado hasta ahora imposible.
En Europa hay zonas con un desarrollo tecnológico y unas condiciones climáticas suficientemente adecuadas para permitir la práctica de una agricultura y ganadería productivas. En cambio, en otros lugares, el atraso y la dureza del clima son tan importantes que es muy difícil que la actividad agrícola y ganadera sea rentable.
La Revolución Industrial provocó que en algunas regiones haya una industria (sector secundario) consolidada. Sin embargo, la Revolución Industrial no se extendió de igual manera por todo el continente, lo que implica que haya importantes áreas de Europa donde la industrialización es escasa. Además, hay núcleos con una larga tradición industrial que no pueden adaptarse a las nuevas tecnologías y a la nueva situación económica mundial. Estas circunstancias han provocado el cierre de importantes núcleos industriales y han abocado a sus regiones a situaciones de grave declive.
Tampoco el sector terciario, a pesar de ser el origen de las redes europeas de comunicación, los transportes, el comercio y el turismo, no se ha desarrollado de la misma manera en todo el territorio, lo que ha provocado que haya zonas muy bien comunicadas y con buena actividad, y otras que no han alcanzado un nivel de servicios aceptable en la UE.
Cataluña ha sido siempre una zona de paso, es un país fronterizo, pero eso no ha sido un impedimento para mantener relaciones con el resto de Europa.
La incorporación de España en la UE fue bien recibida por Cataluña, ya que se consideraba muy positivo integrarse en una organización supranacional que eliminaba fronteras y potenciaba la estructura regional del territorio.
Las zonas de desarrollo económico y social tienen una distribución determinada a lo largo de ejes de desarrollo. El eje principal se extiende desde el sur de la isla de Gran Bretaña hasta el norte de la península Itálica y tiene como centro el área de Frankfurt. De este eje salen dos ramificaciones: una hacia el centro de Italia y la otra hacia la costa mediterránea del sur de Francia, Cataluña y la Comunidad Valenciana. De aquí se desprende que el centro de gravedad europeo se haya desplazado ligeramente hacia la cuenca mediterránea, lo que ha hecho que Cataluña gane protagonismo en el ámbito de la UE.
Esta área que va desde Italia hasta la Comunidad Valenciana y Murcia se conoce con el nombre de arco mediterráneo y es una de las zonas europeas con un desarrollo potencial más importante. Dentro de este espacio, Cataluña ocupa una posición privilegiada y los expertos consideran que, por razones geográficas, económicas, sociales y culturales, tiene unas posibilidades muy grandes de crecimiento.
Cataluña es comparable a algunos estados europeos, como Bélgica, en lo que se refiere a la densidad de habitantes.
De acuerdo con los indicadores socioeconómicos, Cataluña ocupa un lugar intermedio entre las regiones más desarrolladas del eje central y las regiones periféricas menos favorecidas de Europa.
Es importante que la sociedad catalana sea capaz de aprovechar los recursos de la política regional europea y conseguir más peso específico para todo el arco mediterráneo, donde, como se ha dicho, Cataluña tiene un lugar destacado.
Respecto al conjunto del Estado Español, Cataluña es una de las regiones con el PIB por habitante más alto. Además, presenta un avance tecnológico más importante y una tasa de desempleo baja.
En resumen, el nivel de desarrollo de Cataluña coincide con la media de la UE y su situación geográfica y las características sociales, económicas, tecnológicas y culturales hacen que sea una de las regiones con mejores perspectivas de crecimiento de toda la zona mediterránea de Europa.
Las desigualdades económicas y sociales han sido un motivo de preocupación constante para los dirigentes comunitarios.
El objetivo es avanzar hacia la Unión Económica y Monetaria, condición necesaria para llegar a la unión política y social de los estados y los habitantes de Europa.
Los mecanismos para cohesionar los territorios son llamados: Fondos Estructurales y Fondo de Cohesión.
Una vez aprobado el Tratado de Maastricht, la Unión puso en marcha otro fondo con un impacto estructural importante: el Fondo de Cohesión, destinado a financiar las mejoras de las redes transeuropeas de transporte y del medio ambiente en los estados menos desarrollados de la UE.
A partir del año 2000 entraron en vigor los reglamentos que rigen el funcionamiento de los Fondos Estructurales y de Cohesión. Con estas reformas se pretende aumentar la cohesión económica y social y el desarrollo de las regiones. Estas nuevas políticas se recogen en la Agenda 2000.
Estas políticas estructurales se concretan en tres objetivos, que se han de lograr mediante la gestión de los fondos:
Según los criterios de la UE, se consideran zonas rurales en declive las que presentan estas características:
Las zonas urbanas en situación difícil cumplen uno de los requisitos siguientes:
Las zonas dependientes de la pesca son aquellas en las que la ocupación pesquera representa un porcentaje significativo de la ocupación total y que, además, la reestructuración del sector ha comportado una disminución de los puestos de trabajo. Cataluña fue considerada zona elegible para el Objetivo 2.