Portada » Historia » Descubrimiento y Colonización de América: Cronología de 1492 a 1585
El resultado de los Viajes Menores fue la exploración del litoral desde Brasil a Panamá y la demostración de que América era un nuevo continente, un Nuevo Mundo entre Europa y Asia, desconocido hasta entonces.
En 1535 el emperador Carlos V recompensó a Almagro con la gobernación de Nueva Toledo, al sur de Perú, y el título de adelantado de las tierras más allá del lago Titicaca, en los territorios del actual Chile. La expedición a esta región partió en junio de 1533 y llegó hasta el valle de Aconcagua, a mediados de 1536. Tras regresar a Perú en 1537, Almagro tomó la ciudad de Cuzco por considerar que pertenecía a su gobernación. Este hecho provocó una lucha entre almagristas y pizarristas, que concluyó en 1538 con la victoria de los hermanos Pizarro en la batalla de las Salinas. Almagro fue hecho prisionero y ejecutado en julio de 1538 en Cuzco.
Francisco Pizarro nombró a Pedro de Valdivia en 1539 teniente gobernador de Chile. En septiembre del año siguiente, el emperador Carlos V designó gobernador del Perú a Cristóbal Vaca de Castro para sustituir a Pizarro y ejercer como mediador entre el conquistador y el hijo de Almagro, también llamado Diego de Almagro y conocido como Almagro el Mozo. El 26 de junio de 1541, antes de que Vaca de Castro llegara a territorio peruano, Pizarro fue asesinado en Lima por los almagristas, encabezados por Almagro el Mozo.
Se estableció la existencia de dos virreinatos, el de Nueva España y el de Nueva Castilla o del Perú. Se reforzó el papel de las audiencias y se modificaron las antiguas (Santo Domingo, México y Panamá), que pasaron a ser: Santo Domingo, México, Lima y Los Confines. Se anuló la esclavitud, con la supresión del requerimiento, en medio de las teorías encontradas de fray Bartolomé de Las Casas y Juan Ginés de Sepúlveda, en contra de las encomiendas. La encomienda fue un sistema de distribución de tributos que al ponerse en práctica se convirtió en una fórmula de dominio personal, con características casi medievales, y que se realizaba con carácter hereditario entre los conquistadores y los primeros pobladores. Las Leyes Nuevas dispusieron su desaparición progresiva de la encomienda, lo que suponía un ataque directo al poder casi feudal adquirido por los conquistadores.
En 1543, al primer virrey del Perú Blasco Núñez Vela le correspondió hacer cumplir las Leyes Nuevas, lo que lo enfrentó con los encomenderos y con la mayoría de los que estaban vinculados a las encomiendas. Los integrantes de la propia audiencia de Lima se manifestaron en contra de su aplicación y se produjo un choque total entre el representante del poder real y Gonzalo Pizarro, hermano del conquistador Francisco Pizarro, que acabó con su levantamiento y la muerte del propio virrey en 1546. En ese año, llegó al virreinato Pedro de La Gasca con el título de presidente de la audiencia de Lima, con la orden de dar los nombramientos y las instrucciones necesarias para la aplicación de las Leyes Nuevas. En 1548, Gonzalo Pizarro fue derrotado y tanto él como sus principales colaboradores fueron ejecutados. La autoridad real controló la situación, pero el sistema de encomiendas no desapareció en su totalidad, ya que se hicieron nuevos repartos entre quienes habían ayudado al presidente de la audiencia, como premio a su apoyo. En el virreinato de Nueva España el encargado de imponer las reformas fue el virrey Antonio de Mendoza, quien, ante la presión interna, optó por no imponer la supresión de las encomiendas. Con esta actitud se dio paso a una fórmula, empleada de forma habitual por los funcionarios españoles en América, conocida como “obedecer y no cumplir”, que suponía aceptar la orden pero no cumplirla hasta que no se dieran las condiciones adecuadas.
En 1536 se enroló en la expedición del adelantado Pedro de Mendoza al Río de la Plata y participó, en 1536, en la fundación de Buenos Aires. En ese mismo año marchó con la expedición de Juan de Ayolas que remontó los ríos Paraná y Paraguay. Tras la muerte de Ayolas decidió el abandono de Buenos Aires y se trasladó a Asunción, donde constituyó en 1541 el primer ayuntamiento de la ciudad. En 1543 fundó la ciudad de los Reyes. En 1543 inició una nueva expedición al Alto Perú. En 1554 recibió la designación como gobernador de Asunción en 1554. Cuando falleció en 1556, dejó una bien establecida colonia de Asunción compuesta por 1.500 españoles y europeos, quienes vivían conforme al estilo guaraní pero bajo las leyes, religión e instituciones españolas.
En 1512, vende su hacienda y se une a la conquista de Cuba, como capellán. Recibió una buena encomienda que atendió hasta 1514. Pero pronto renuncie a los indios de su repartimiento por razones de conciencia. Estaba convencido de que debía ‘procurar el remedio de estas gentes divinalmente ordenado’. Su escrito Brevísima relación de la destrucción de las Indias (1539) fue dado a conocer emperador Carlos V en
1542. Vuelto a España, desde Valladolid, estuvo en contacto con el emperador Carlos V. Éste, prestando oídos a las demandas de Las Casas, convocó las Juntas de Valladolid, en las que fray Bartolomé presentó su Brevísima relación de la destrucción de las Indias. Consecuencia de lo que allí se discutió, fue la promulgación en el mismo 1542 de las conocidas Leyes Nuevas. En ellas se prohibía la esclavitud de los indios, se ordenaba además que todos quedaran libres de los encomenderos y fueran puestos bajo la protección directa de la Corona.
En 1543 el emperador lo presentó como candidato al obispado de Chiapas. El nuevo obispo dispuso que nadie pudiera absolver a quienes tuvieran indios esclavos. Esto provocó reacciones extremadamente adversas. Las Casas excomulgó a los encomenderos y a quienes se oponían a lo dispuesto por él.
En 1550, se convocó en Valladolid a una junta de teólogos, expertos en Derecho canónico, para discutir las formas de cómo debía procederse en los descubrimientos, conquistas y población en las Indias. Participaron en la Junta, además de Las Casas, Juan Ginés de Sepúlveda, fray Domingo de Soto, fray Melchor Cano y fray Bartolomé Carranza. Tanto fray Bartolomé como Sepúlveda expusieron allí sus ideas. Escritos muy diferentes se derivaron de esa Junta. De las Casas murió en Madrid en 1566 y es hoy reconocido universalmente como uno de los precursores en la teoría y en la práctica de la defensa de los derechos humanos. Es difícil juzgar los escritos de Bartolomé de las Casas por el uso partidario que se ha hecho de ellos, llegando a ser punto de partida de la llamada Leyenda negra.
En 1576, el nuevo adelantado, Juan Torres de Vera y Aragón, le encomendó la fundación de una ciudad en el estuario del Río Plata, en el lugar en que Pedro de Mendoza fundara en 1536 el fuerte de Nuestra Señora del Buen Aire, destruido por los indios. La segunda y definitiva fundación de Buenos Aires tuvo lugar el 11 de junio de 1580.