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4. LA DESCOMPOSICIÓN DEL SISTEMA (1917-1923)
4.1. La descomposición política
El régimen entró en una progresiva descomposición a causa de los nulos deseos de renovación política de los dirigentes dinásticos y de la fuerte heterogeneidad y debilidad de la oposición.
Los partidos dinásticos se fragmentaron en grupos encabezados por diferentes políticos. Desde 1917 se recurrió con frecuencia a la solución de los gobiernos de concentración. El más relevante fue el llamado Gobierno Nacional que configuró un gabinete con la participación de los líderes dinásticos y de los regionalistas catalanes. Las diferencias entre los coaligados imposibilitó al gobierno llevar a cabo reformas, contener la inflación y restablecer el orden social.
Fracasado los gobiernos de concentración, se volvió al turno dinástico. El país conoció diez cambios de gobierno. Los conservadores gobernaron primero y después los liberales. A pesar de recurrir al fraude electoral, ningún partido dinástico reunió la mayoría parlamentaria necesaria para gobernar y fue constante el recurso a medidas de excepción, a la suspensión de las garantías constitucionales y a la clausura del Parlamento.
4.2. Conflictividad obrera y pistolerismo
Los años de la Primera Guerra Mundial fueron de gran conflictividad en toda Europa. Destacó el triunfo de la revolución bolchevique y el establecimiento del Estado soviético en Rusia. En España, el final del conflicto europeo propició un cambio brusco de las condiciones económicas, la producción descendió, aumentó el paro y subieron los precios, lo cual provocó de nuevo la movilización obrera y un crecimiento del sindicalismo.
El movimiento huelguístico afectó a un buen número de regiones industriales, pero fue en Barcelona donde se inició una huelga, en la Canadiense que consiguió la paralización del 70 % de la industria local. La huelga finalizó con un acuerdo por el cual la patronal aceptaba la readmisión de los despedidos, aumentos salariales.
Pero el incumplimiento de la promesa de liberar a los detenidos hizo reanudar la huelga y la patronal respondió con el cierre de empresas y una represión contra los sindicatos.
En Andalucía, la situación de miseria dio paso al trienio bolchevique. Los anarquistas impulsaron revueltas campesinas motivadas por el hambre de tierras, como por el deterioro de los salarios y de las condiciones de vida. Se quemaron cosechas, se ocupan tierras y muchos municipios estaban controlados por los comités de huelga destaca Córdoba por ejemplo.
La declaración del Estado de guerra, la ilegalización de las organizaciones obreras y la detención de sus líderes pusieron fin a la rebelión.
La conflictividad laboral degeneró en una radicalización de las posiciones de los sindicatos y de la patronal. Para detener la fuerza sindical, los patronos instituyeron la Federación Patronal, contrataron a pistoleros a sueldos y recurrieron al lockout. Además fundaron el Sindicato Libre, que fomenta las acciones violentas contra el sindicalismo anarquista. Algunos grupos vinculados a la CNT respondieron practicando también un activismo violento y atentaron contra las autoridades. Entre estos grupos destaca Los solidarios que actuaron en Barcelona.
La Federación Patronal exigía medidas de fuerza y el general Martínez Anido protagonizó una política de protección de los pistoleros de la patronal; ejerció una dura represión contra los sindicalistas y puso en práctica la Ley de Fugas en el que la policía podía disparar contra los detenidos en caso de intento de fuga. Todo aquello originó la época conocida como pistolerismo en el que Eduardo Dato fue asesinado así como Salvador Seguí o Francesc Layret.
4.3. El problema de Marruecos: Annual
En 1921 se intentaron varias operaciones con el fin de controlar a los rebeldes, y para dirigir el ejército de la zona se nombró al general Silvestre, partidario de atacar a las cabilas rifeñas. El general inició una ofensiva hacia el interior del territorio que acabó en un verdadero desastre. El ejército fue derrotado en Annual se perdió todo el territorio ocupado y se produjeron una 13000 bajas incluida la de Silvestre.
En 1923, con gobiernos inestables y una grave tensión social, el anuncio de que sería discutido en el Parlamento el caso de Annual y de que se iban a pedir responsabilidades que podrían implicar al propio monarca por lo que movilizó a sectores del ejército y de la derecha, que desde hacía tiempo veían la solución a la crisis en una dictadura militar.
5. LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1930)
5.1. Las causas del golpe militar
Primo de Rivera y los sectores que le dieron apoyo defendieron su acción como una solución para poner fin a la crisis política y a la conflictividad social. Para los golpistas, entre las razones que justificaban la necesidad de cambiar la situación hay que destacar: la inestabilidad y el bloqueo del sistema político parlamentario, el medio de las clases acomodadas a una revolución social, el aumento de la influencia del republicanismo y de los nacionalismos periféricos y el descontento del ejército tras el desastre de Annual. También influyó el deseo de evitar que las Cortes exigieran responsabilidades por los hechos de la guerra de Marruecos.
El dictador justificó el golpe militar a través de un discurso que se centraba en la crítica de la vieja política y presentaba un componente populista. Así, en su manifiesto inaugural, Primo de Rivera anunció su firme voluntad de limpiar el país de caciques y de acabar con el bandidaje político.
Primo de Rivera pretendía evitar que el régimen político acabará por democratizarse. El último gobierno de concentración de García Prieto pretendía una reforma de la Constitución y de la Ley Electoral. La dictadura fue una solución inconstitucional para frenar la posible reforma del sistema.
2.2. La reorganización del Estado
La dictadura de Primo de Rivera atravesó dos fases sucesivas. Primero gobernó el Directorio Militar cuyos miembros eran militares, pero el gobierno dictatorial incluyó entre sus ministros a personalidades civiles. Se pasó entonces al Directorio Civil, aunque el peso de los militares continuó siendo importante y el carácter del régimen no abandonó su estilo autoritario.
Las primeras medidas del Directorio Militar, mostraron su carácter dictatorial: suspensión del régimen constitucional, el cese de las autoridades civiles etc. Todo ello fue acompañado por la militarización del orden público y por una represión del obrerismo más radical. Asimismo, se elaboró un Estatuto Municipal y otro Provincial. También se disolvieron los ayuntamientos, que fueron sustituidos por juntas de vocales.
La regeneración prometida quedó en una farsa ya que se suspendieron los mecanismos electorales y la renovación política se limitó a sustituir unos caciques por otros.
Durante la primera etapa de la dictadura, el Conflicto de Marruecos centró el interés de Primo de Rivera que asumió personalmente el Alto Comisionado de Marruecos. Más adelante en colaboración con Francia, se organizó el desembarco de Alhucemas y tras varias derrotas, Abd el Krim se rindió, entregándose a las tropas francesas. El ejército español dio por concluida la ocupación del protectorado en Marruecos.
A partir de 1926, se fue abandonando la idea de una dictadura transitoria y Primo de Rivera intentó institucionalizar su régimen para darle continuidad y permanencia. El modelo e influencia del fascismo italiano fue muy clara. El camino hacia un régimen autoritario comenzó con la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva pues sus miembros no serían elegidos por sufragio sino por designación entre los ciudadanos.
Para promover la adhesión al nuevo sistema se creó un partido llamado la Unión Patriótica. Se trataba de un partido gubernamental, cuya misión era proporcionar apoyo social a la dictadura y seguir las directrices del poder. Los afiliados al nuevo partido procedían del catolicismo, de los funcionarios y de los caciques.