Portada » Filosofía » Descartes el yo pensante
El Racionalismo iniciado por Descartes, y el Empirismo iniciado por Hobbes, fueron dos corrientes filosóficas. Ambas concedían importancia al método matemático y a la observación, al papel de la razón y al papel de la experiencia. Ahora bien, para los racionalistas, la última palabra la tenía siempre la razón; para los empiristas la experiencia.
Carácterísticas del Racionalismo:
La razón es considerada la fuente fundamental de todo conocimiento; lo que pertenece a la experiencia de los sentidos queda en un segundo plano. La racionalidad humana puede resolver cualquier cuestión, por compleja que sea.
Se buscan proposiciones indudables, como lo son las de la matemática. Hasta se intenta aplicar el método matemático en la filosofía.
Los racionalistas afirman que la conciencia posee ciertos contenidos o ideas en las que se encuentra asentada la verdad, a partir de las cuales se vertebra y fundamenta el edificio del conocimiento.
Desvían la atención del ser a la sustancia y la definen como “aquello que existe de tal manera que no necesita de ninguna otra cosa para existir”.
Descartes afirmó la existencia de tres sustancias distintas:R. Cognitans, Res extensa y Res divina. Estas le condujeron a un dualismo irreconciliable.
Spinoza, afirmó la existencia de una única sustancia “ Deus Sive Natura sive sustancia” ( Dios o la naturaleza o la sustancia), que le hizo desembocar en una postura panteísta.
Leibniz, adopta un pluralismo metafísico que afirmaba la existencia de infinitas sustancias simples o mónadas, in extensa, impenetrables.
5. El mecanicismo, el mundo es una máquina despojada de toda realidad de toda finalidad o causalidad.
El problema que pronto preocupó a Descartes era el de la fundamentación del conocimiento: ¿cómo puedo avanzar con seguridad en el camino del conocimiento? Reconocía los muchos errores que habían sido defendidos como verdades incuestionables. Ahora bien, dado que la razón humana es una herramienta valiosa y eficaz ¿Cuál había sido el motivo de los errores filosóficos anteriores?¿por qué puede hacer progresar la ciencia y no la filosofía?
La respuesta de Descartes es: la ciencia tiene un método que le permite la seguridad en el conocimiento, pero a la filosofía le falta un método adecuado. Para superar esta carencia, Descartes propone el método utilizado por los geómetras, introduce un método matemático en la filosofía.
Descartes está convencido de que, tal como los geómetras realizan las más sencillas o las más complejas sin ningún error, igualmente puede comportarse el hombre en cualquier área del conocimiento, siempre que utilice el mismo método. Discurso del método, establece las cuatro reglas fundamentales de su método: la de la evidencia, la del análisis, síntesis y enumeración:-
El primer precepto, regla de la evidencia. No aceptar nunca nada como verdadero sin conocer evidentemente que lo fuera, evitar la precipitación y la prevención (prejuicios), y no incluir en mis juicios nada más que lo que se presentara a mi espíritu clara y distintamente.-
Dividir cada una de las dificultades en tantas partes como fuera posible para resolverla mejor.-
Conducir por orden mis pensamientos, comenzando por los objetos más simples y más fáciles de conocer. Para ascender hasta el conocimiento de los más complejos.-
El cuarto, enumeración y revisión. Hacer eb todo recuentos tan completos y revisiones tan generales que llegara a estar seguro de no omitir nada.
Según Descartes, lo más sensato es cuestionarse todos los conocimientos recibidos e ir a la búsqueda de verdades indudables: hace una crítica radical de todo el saber y considera no fiables todos los conocimientos. Su duda universal y metódica se fundamenta en:
Nada escapa a la duda metódica de Descartes. Pero su duda es un paso que se da con la esperanza de encontrar una verdad indudable. Lleva más allá de la duda: se autosupera. Cuando dudo, pienso, y la acción de pensar implica la existencia de un ser que piensa. “Pienso, luego existo”, ésta será la primera verdad incuestionable. Absolutamente nada permite dudar de ella, es evidente, clara y distinta.
El cogito, ergo sum (pienso, luego éxito) cumple dos funciones bien determinadas:
Aplicando su método, Descartes llegó a distinguir cuáles son las tres sustancias: el yo pensante, Dios y el mundo.
“Sustancia es una realidad que existe de tal manera que no necesita de ninguna otra realidad para existir” |
La duda metódica nos ha llevado a una realidad incuestionable: la existencia de un yo pensante, un alma. Descartes concluye que puedo dudar de la existencia de mi cuerpo y del mundo que me rodea, pero no puedo dudar de la existencia de mis pensamientos.
¿Qué es mi subjetividad? Es el conjunto de pensamientos, ideas, representaciones.. Que fluyen en mi o. Ahora bien, no tenemos la seguridad de que estas representaciones subjetivas se correspondan con hechos del mundo exterior; ya que toda la información que tengo de mi cuerpo provine de los sentidos y Descartes ha decidido dudar de ellos. El gran reto que debe superar Descartes es encontrar la manera de conocer si las ideas sobre el mundo no son sueños ni ilusiones.
Descartes distingue tres tipos de ideas:
Descartes considera que el yo pensante no es perfecto, y que la duda metódica se ha establecido para corregir sus errores, pero, a pesar de eso, el yo pensante pose la idea d perfección. Si tenemos conciencia de nuestra naturaleza imperfecta es porque sabemos en que consiste una naturaleza perfecta y nos comparamos con ella. Así, la idea de perfección innata en nosotros es la idea de un ser perfecto: es la idea de Dios. Esta idea tiene que haber sido una realidad divina la que la ha hecho surgir en nuestras mentes.
Del conjunto de ideas que posee el yo pensante, sobresale una idea que permite ir más allá de la propia subjetividad que me permite afirmar que fuera de mi mismo, existe una realidad, una realidad extramental. Y esta idea tan privilegiada que me permite ir más lejos de mí mismo, es la idea innata de Dios.
Dios es la realidad que permite superar mi subjetividad, un ser que no puede permitir que mis ideas claras y distintas sean un engaño. Dios se convierte en garantía del conocimiento. En Dios existen las grandes verdades eternamente establecidas por Él. Las matemáticas, las leyes de la naturaleza.
En sus argumentos a favor de la existencia de Dios Descartes incorpora el antiguo argumento ontológico d san Anselmo, la esencia de Dios es inseparable de su gran propiedad, la existencia. A este ser perfecto no le puede faltar una perfección como es la existencia.
La duda ha permitido a Descartes afirmar de una primera sustancia, el yo pensante.
El yo pensante descubre una segunda sustancia, Dios ¿Y el mundo exterior, y mi propio cuerpo?
Mi yo tiene la idea clara y distinta del cuerpo extenso y no pensante. Del yo pensante no puedo dudar; del cuerpo, sí. Pero si yo tengo una idea clara y distinta de mi cuerpo extenso y existe un Dios perfecto y veraz, este Dios, no puede permitir que me engañe cuando hago unos adecuado de mi razón. Así, la bondad de Dios me garantiza que la inclinación o tendencia natural humana a creer en la existencia de las cosas extensas no es engañadora.
Existe sustancia finita y creadora: la de los cuerpos, todos ellos con un atributo fundamental, la extensión. La res extensa, constituye la tercera sustancia de la metafísica cartesiana. Cualquier vida no es nada más que un mecanismo, un conjunto de piezas articuladas y extensas que fabrican movimiento.
Yo pensante y materia pertenecen a órdenes diferentes, el pensamiento no tiene nada que ver con la realidad material y la vida de estas realidades materiales es parecida a un reloj.
Si el yo pensante y la materia son dos realidades independientes, ¿cómo se explica que mi yo pensante decida ir a dar una vuelta y mi cuerpo realice la decisión? ¿Cómo se comunican entre sí estas sustancias tan diferentes? Hay un punto en nuestro cuerpo, la glándula pineal, que se encuentra en medio del cerebro, y donde se alojaría el alma; desde allí conecta con el cuerpo y modifica los movimientos de éste.
¿Por qué razones Descartes reactiva el dualismo antropológico (cuerpo/ alma). La razón principal sería la defensa de la libertad humana. El cuerpo, como toda la materia, está gobernado por leyes mecánicas que lo determinan.
Si el yo pensante no fuera una sustancia completamente separada y desligada del cuerpo, no habría lugar para la libertad, el comportamiento humano sería como el de una máquina. El alma es una sustancia que de ninguna manera se puede someter a leyes mecánicas y deterministas que rigen el cuerpo.
El mecanicismo que se desprende del dualismo antropológico (según el cual el alma es libre y el cuerpo determinado por leyes mecánicas) tuvo implicaciones positivas y negativas.
Estimuló la búsqueda biológica, fisiológica y médica. Las máquinas se pueden desmontar, y si el cuerpo es una máquina, puedo llevar a cabo todo tipo de disecciones.
Por otro lado, si la materia y la naturaleza son consideradas una máquina, una realidad de orden inferior al pensamiento, entonces, la naturaleza queda a disposición y al servicio del ser humano. El hombre puede hacer lo que quiera, es su amo y señor.
Leibniz acepta la importancia de los sentidos e el proceso de conocimiento. Ahora bien, también considera que la mente impone ciertas marcas innatas, como si nuestra mente fuera un bloque de mármol.
Acepta la existencia de elementos innatos, como la idea de Dios, los principios prácticos de orden moral, los primeros principios lógicos y matemáticos, incluso considera innata la inquietud humana que nos lleva a la actividad.
Una aportación de Leibniz es la distinción de dos órdenes o tipos de verdades. La diferencia que hacemos actualmente entre ciencias formales y ciencias empíricas.
VERDADES DE RAZÓN |
VERDADES DE HECHO |
Son las verdades analíticas, aquellas en las que el sujeto contiene el predicado “los triángulos tienen tres lados”, lo que afirma el predicado se desprende del análisis del propio sujeto, no hay nada nuevo y no es posible un predicado contrario. Se basan en el principio de no contradicción; su contrario es siempre imposible. |
Son las verdades sintéticas, aquellas en las que el predicado no se desprende de un análisis del sujeto sino de la observación de los hechos de datos empíricos “el calor dilata los cuerpos” el predicado es una nueva información que se une al sujeto. Se basan en el principio de razón suficiente; nada pasa sin que exista una razón para que ocurra así. “Los vestidos son más largos que las blusas” |
Las ciencias formales, como la lógica o las matemáticas, son de un orden diferente al d las ciencias empíricas, como la física o la bilogía, ya que las verdades de razón son absolutas y las verdades de hecho son contingentes.
Para Leibniz, la materia es mucho más que extensión. El mayor error de Descartes ha sido olvidar que toda la naturaleza está poseída de movimiento, que hay dinamismo bajo cualquier realidad.
Para Leibniz, lo que compone la realidad es mucho más que extensión: es dinamismo, fuerza, energía. Por debajo de la pura extensión, existen unos puntos de energía. A estos puntos los llama mónadas.
Las mónadas son los elementos de que se compone la realidad, puntos inextensos dotados de energía, sustancias simples e indivisibles, que forman parte de los compuestos y se encuentran bajo cualquier realidad.
Hay un número infinito de mónadas; cada una es energía pura, sin partes, inextensa, indivisible, independiente de otras mónadas, (es decir autónoma)
Para Leibniz, las mónadas son independientes, entonces ¿cómo se relacionan las diversas entidades existentes, ¿cómo queda solucionado el problema d la relación entre cuerpo y alma? Leibniz afirma que Dios, al crear cada monada, le otorgó su ley interna de manera que todas actuarán según la armónía que se encuentra en todo el cosmos y que ha sido establecida por Dios.
Podemos considera a Dios como el gran relojero del universo, un relojero que desde un principio ha programado cada una de las piezas.
Leibniz nos describe un Dios perfecto, entonces ¿Cómo podemos explicar la realidad del mal en el mundo, (sufrimiento, enfermedades, críMenes..)?
Para responder a esa cuestión, Leibniz analiza en qué consiste el mal, y llega a distinguir tres tipos de mal: metafísico, físico y moral. El mal metafísico se identifica con las limitaciones de toda realidad que no sea Dios; es la ausencia de la perfección divina. EL mal físico, falta de bienes no tiene realidad propia, sólo es ausencia del bien. El mal moral o pecado proviene de una cualidad concedida por Dios a los seres humanos, la libertad.
¿Por qué Dios ha elegido crear un mundo donde se da esta falta? Si a la hora de la creación del universo Dios ha elegido crear este nuestro mundo y no otro, es porque éste es l mejor de todos los mundos posibles, ha de ser el más perfecto de todos los que podían ser creados. Si a veces no llegamos a comprender la bondad que hay en el universo, es porque nuestra razón humana es limitada.