Portada » Magisterio » Desarrollo Organizacional: Impulsando el Cambio Efectivo en las Empresas
El Desarrollo Organizacional (DO) implica comprender la organización como un sistema abierto, en constante cambio y retroalimentación. Se trata de un proceso de cambio planeado dentro de una cultura organizacional.
El Modelo de Ullrich define cuatro roles clave que debe desempeñar la función de Recursos Humanos (RH) para ser eficaz y agregar valor. En los procesos de DO, es crucial que todos estos roles estén cubiertos para generar cambios estables a lo largo del tiempo.
La Investigación-Acción es un proceso constante de recoger información y proporcionar retroalimentación al sistema. Sirve para determinar si es necesario rediseñar, alargar o acortar el proceso de descongelamiento, acción o recongelamiento que se está implementando. En esencia, no hay acción sin investigación.
En esta fase, se crea la motivación para el cambio. Se inicia con un diagnóstico, comunicándolo a toda el área u organización. Estas acciones comunicacionales buscan que los miembros se den cuenta de la necesidad de cambiar.
Aquí se implementan las intervenciones: nuevos procesos, comportamientos, estructuras y formas de trabajar.
Esta es la etapa final, donde el cambio se solidifica y se convierte en la nueva norma. El objetivo es asegurar que los nuevos métodos y comportamientos se mantengan e integren completamente en la cultura organizacional.
Este enfoque se centra en el rol del agente de cambio y los procesos de implementación y gestión del cambio dentro de la organización. La relación entre el agente y el cliente debe ser de colaboración, no de subordinación.
El agente de cambio crea conciencia sobre la necesidad de cambio, generando un sentido de urgencia y movilizando a las partes interesadas.
Desde el inicio, la relación es igualitaria y colaborativa.
Esta fase incluye el diagnóstico y el establecimiento de la meta.
Se trabaja para asegurar que los cambios sean sostenibles a largo plazo, reforzándolos e integrándolos en la cultura organizacional.
El objetivo es que el cliente sea capaz de abordar los desafíos de forma autónoma, internalizando las nuevas formas de trabajo. Se debe finalizar la relación para evitar la dependencia.
Este modelo diferencia cinco elementos clave en la gestión del cambio, los cuales pueden superponerse. Al seguir estas fases, las organizaciones pueden gestionar el cambio de manera más efectiva, facilitando un manejo eficaz del mismo.
La Matriz de Disposición evalúa y categoriza a las personas según su actitud y disposición hacia el cambio. Esta herramienta ayuda a identificar diferentes grupos de empleados y a diseñar estrategias específicas para gestionar sus reacciones al cambio. La matriz se divide en cuatro cuadrantes basados en dos dimensiones: la disposición (positiva o negativa) y el nivel de compromiso (alto o bajo). Su uso permite desarrollar estrategias más efectivas, adaptando los enfoques a las necesidades de cada grupo.
Las personas se resisten al cambio por diversas razones: miedo a la pérdida, temor a lo desconocido, procesamiento selectivo de información, factores económicos y necesidad de seguridad.