Portada » Psicología y Sociología » Desarrollo Humano: Sexo, Género, Estereotipos y Teorías Psicológicas
Nuestro código genético tiene 46 cromosomas dispuestos en 23 pares. 22 de estos pares son de elementos muy parecidos. El par 23 es el denominado par de cromosomas sexuales: la mujer tiene XX; y el hombre XY. Alrededor de la sexta semana de gestación, el feto humano comienza la primera fase de su desarrollo sexual.
El desarrollo sexual comprende la interacción de un conjunto de procesos psicológicos relacionados con:
Tienen mucha importancia los factores ambientales, culturales, familiares, etc.
A partir de los 2 años, los niños pueden:
A partir de los 3 años:
A los 4 años suelen tener juicios formados sobre cuáles han de ser sus juegos y juguetes según su sexo.
Creencia, generalmente admitida, de que existen unas características y comportamientos apropiados para los hombres y otros para las mujeres.
Manifestaciones de los estereotipos de género en el quehacer de cada día. Los estereotipos serían las ideas preconcebidas y los roles las conductas.
Se planifican antes del nacimiento. Cuando crezcan se esperará que se comporten de manera diferente, acorde a su género, y sus actividades sean distintas. También se reproducen en las actividades, las conductas o las ocupaciones. Se siguen perpetuando durante el proceso de socialización y en las enseñanzas escolares.
La socialización como factor determinante en la creación de estereotipos de género. Los aspectos biológicos como factores primordiales de estereotipación:
Independientemente de los modelos teóricos, es indudable que la socialización tiene un papel decisivo en la creación de estereotipos y roles en nuestra sociedad. Desde los medios de comunicación la estereotipación de géneros es constante.
Inciden en la importancia que ejerce en el niño la identificación con la figura parental del mismo sexo.
Destacan el papel que los premios y los castigos, así como la observación y el modelado, desempeñan en la adquisición de conductas adecuadas para cada sexo.
Insisten en la importancia de la socialización de los niños, tras haber quedado firmemente categorizados como hembra o varón.
Considera que el desarrollo de la persona gira en torno a su desarrollo sexual. Atribuye vida sexual a los niños/as desde sus primeros días de vida. Plantea la sexualidad como un posicionamiento de la persona ante el placer.
Sostiene que la práctica totalidad de los esquemas de roles no son innatos sino que son aprendidos. Se lleva a cabo en los primeros años de vida. Alrededor de los 5 años los niños y niñas generalmente ya han nacido los conceptos de hombre y mujer. Aprenden los distintos estereotipos imitando las conductas de sus mayores. Los niños y las niñas reciben refuerzo si su conducta se considera apropiada al rol de género, de lo contrario dicha conducta puede ser rechazada. La familia, la escuela, los iguales o medios de comunicación ejercen una gran influencia en la transmisión de roles y estereotipos.
Afirman que primero se construyen la autopercepción y sólo después vienen las conductas apropiadas de género. Adquisición de la constancia de género.
A partir de este principio se elaboró la teoría del esquema de género.
Defiende que: Los niños y las niñas usan su autopercepción de género para valorar las conductas ajenas y para interpretar su entorno y su propio mundo. Y que, a medida que van creciendo, van acercando su propia conducta a dichos esquemas.