Portada » Español » Desarrollo del Lenguaje y la Lectoescritura en Niños
El sistema auditivo del feto posee la funcionalidad para responder a estímulos intrauterinos y externos, como la voz humana, a partir de la semana 24 de gestación.
El sentido de la audición está muy desarrollado, permitiendo al bebé percibir y codificar sonidos. Los sonidos melódicos y rítmicos lo tranquilizan, mientras que los fuertes y repentinos pueden provocar llanto.
El bebé orienta sus ojos o gira la cabeza hacia la fuente del sonido.
El lenguaje es la facultad humana para comunicarse, expresar ideas, pensamientos y deseos.
La lengua es la materialización del lenguaje en un sistema de signos común a una comunidad de hablantes. Es la concreción del lenguaje en un código compartido.
El habla es la realización concreta del lenguaje por parte de un hablante para comunicarse.
Se refiere a personas que, a pesar de haber aprendido a leer y escribir en la escuela, no pueden utilizar estas habilidades de forma autónoma en situaciones sociales cotidianas. En las sociedades occidentales, este fenómeno está en aumento. El problema radica en la conceptualización de la lectura, su valoración por parte del profesorado, su papel en el currículo y los recursos destinados a su desarrollo.
Se define como el uso por parte del adulto de palabras propias del habla infantil, con frecuentes onomatopeyas y simplificaciones fonológicas (ej. «guau-guau» por perro, «queca» por muñeca).
Leer es un proceso interactivo entre el lector y el texto, donde el lector busca obtener información relevante para sus objetivos de lectura. Implica un lector activo que procesa el texto con un propósito, como evadirse, buscar información, seguir instrucciones, confirmar conocimientos, etc.
Distraída: El objetivo es obtener una idea general de lo escuchado.
Dirigida: El objetivo es obtener información específica.
La disfasia presenta distintos grados de gravedad, indicados por la aparición tardía de las primeras palabras (después de los 3 años), combinaciones de palabras (después de los 4 años) y la persistencia de un lenguaje simple después de los 6 años. Una secuela común es la dislexia, que dificulta el aprendizaje de la lectoescritura. Es crucial la detección temprana y la derivación a profesionales. Se recomienda seguir las pautas de estimulación del lenguaje oral, con actividades de canciones, articulación, lenguaje y expresiones.
La articulación correcta de los fonemas se adquiere progresivamente. La competencia fonológica se desarrolla mediante la adaptación a los sonidos del entorno. Monfort indica las siguientes edades de adquisición:
En esta etapa, se desarrollan capacidades cruciales para el futuro. A los 3 años, la competencia lingüística está bastante desarrollada, aunque con diferencias individuales. El uso del lenguaje como herramienta de expresión, comunicación y pensamiento es clave. La escuela introduce el lenguaje escrito, que exige: