Portada » Historia » Desamortización y cambios agrarios
2.3 Fases de la Desamortización. 2.4 Consecuencias de la Desamortización. 2.4.1 Consecuencias económicas. 2.4.2 Consecuencias sociales. 2.4.3 Consecuencias políticas y culturales. 2.5 Valoración del proceso desamortizador. 3 LOS CAMBIOS EN LA AGRICULTURA 3.1 El atraso agrario.
3.2 Evolución de la agricultura. 3.3 Participación de la agricultura en el crecimiento económico. 4 CONCLUSIÓN. 1 INTRODUCCIÓN. Durante el siglo XIX la agricultura fue la actividad económica más importante, tanto por la población activa empleada como por el volumen de riqueza generada; sin embargo, hasta mediados de siglo soportó una permanente situación de atraso, como consecuencia de una desigual distribución de la tierra, de la ausencia de innovaciones tecnológicas y de los bajos rendimientos. La desamortización fue una de las medidas adoptadas por el régimen liberal que causó mayor impacto en la economía española del siglo XIX. No obedeció a un proyecto que persiguiese la reforma agraria, desde antiguo reclamada, sino que surgió de una motivación más inmediata: la insostenible situación de la penuria de la Hacienda Pública. 2 LAS DESAMORTIZACIONES. 2.1 La herencia del Antiguo Régimen. La propiedad de la tierra, en la España del Antiguo Régimen, se caracterizaba porque el dominio útil de la tierra estaba, en gran medida, en manos de la nobleza y de la Iglesia. La nobleza, gracias a la institución del mayorazgo, había constituido un patrimonio de bienes rústicos y urbanos sustraídos al libre comercio; merced a aquella institución no podían enajenar sus propiedades ni tampoco dividirlas, sino que debían transmitirlas íntegras al primogénito. La Iglesia, por su parte, era propietaria de grandes extensiones Proceso de Desamortización y Cambios Agrarios 1 1 INTRODUCCIÓN. 2 LAS DESAMORTIZACIONES 2.1 La herencia del Antiguo Régimen. 2.2 Razones para desamortizar la tierra. 2.3 Fases de la Desamortización. 2.4 Consecuencias de la Desamortización. 2.4.1 Consecuencias económicas. 2.4.2 Consecuencias sociales. 2.4.3 Consecuencias políticas y culturales. 2.5 Valoración del proceso desamortizador. 3 LOS CAMBIOS EN LA AGRICULTURA 3.1 El atraso agrario. 3.2 Evolución de la agricultura. 3.3 Participación de la agricultura en el crecimiento económico. 4 CONCLUSIÓN.de tierra como consecuencia de las numerosas donaciones de que era objeto desde hacía siglos. De esta forma, la tierra quedaba inmovilizada y convertida en tierra de “manos muertas”. También los municipios eran propietarios de tierras que tenían su origen en concesiones reales durante la Reconquista. Solían consistir en bosques o terrenos áridos (montes y baldíos), cuya utilización adoptó dos formas: tierras de “aprovechamiento común” por parte de la colectividad (pastos para el ganado, obtención de leña y madera) y tierras de “propios” que, siendo del común, eran arrendadas a particulares que las cultivaban. Como resultado, la cantidad de tierra a la que se podía acceder como propietario había ido disminuyendo y encareciéndose. 2.2 Razones para desamortizar la tierra. El liberalismo político español ve la necesidad de una reforma de la propiedad de la tierra, siguiendo el modelo francés de la Revolución Francesa. Desamortizar consiste en que el Estado incauta bienes raíces pertenecientes a la Iglesia y a los municipios, y los vende en subasta. El apoyo del clero a la causa carlista y la necesidad estatal de recursos financieros impulsaron la obra desamortizadora, enmarcada dentro del amplio programa de reformas del proyecto progresista liberal. No pretenden los gobiernos liberales una reforma agraria “total”, ni se buscaba el bien de los campesinos, ni tan siquiera de mejorar la agricultura española, tan atrasada en aquellos momentos. La verdadera razón para la desamortización es la de sanear la Hacienda Pública. Así, por ejemplo, se refleja en la exposición de motivos del Real Decreto de 1836 de Mendizábal: “amortizar lo más que se pueda el capital de la Deuda Pública”. Otra razón es la de crear un sector de propietarios (los que van a comprar esas tierras desamortizadas) afines al régimen liberalismo. Un tercer objetivo es de tipo social, pero dudosamente admisible: el acceso de labradores y jornaleros modestos a la propiedad de las tierras. Pero lo que estás presente es la propia implantación de las relaciones capitalistas en el campo, el amoldamiento a las necesidades de la burguesía: creación de una burguesía terrateniente. La importancia de estas medidas fue considerable. Pretendían privar a los antiguos estamentos de su fuerza económica y dotar de tierras a los campesinos carentes de ella, al tiempo que propiciaban una explotación más adecuada del campo español. 2.3 Fases de la Desamortización. Desde el reinado de Carlos III ya se planteaba la necesidad de llevar a cabo una desamortización. Este proceso se llevó a cabo en varias fases, que vienen a coincidir con períodos de gobierno progresista: • Godoy, entre 1798 y 1808, llevada a cabo por su ministro Cayetano Soler. Supone un alto montante económico, con unos beneficios de 1.600 millones de reales. • José I, entre 1808 y 1813. Su alcance fue muy limitado por la situación de guerra. Proceso de Desamortización y Cambios Agrarios 2• Cortes de Cádiz (1813). También de corto alcance por su poca duración y por la situación de guerra. Marca las pautas de las siguientes desamortizaciones: enajenación, subasta y razones fiscales (no agrarias). • Mendizábal (1836). El apoyo del clero a la causa carlista y la necesidad estatal de recursos financieros impulsaron la obra desamortizadora, enmarcada dentro del amplio programa de reformas del proyecto progresista. Fue la media más revolucionaria entre las adoptadas por el gobierno liberal. Declaró propiedad nacional los bienes raíces, rentas y derechos de las comunidades religiosas (del clero regular masculino), disponiendo su salida a pública subasta. Su objetivo era conseguir dinero para financiar la guerra carlista. Supondrá un montante de 1.700 millones de reales. • Espartero (1840-1843). Se añaden en esta también los bienes del clero secular. Supondrá un montante de 3.447 millones de reales. • Ley Madoz (1855). Afectaba al clero secular y a los bienes municipales. La venta de dichos bienes se destinaría a amortizar la deuda del Estado y a financiar obras públicas. La venta de los bienes eclesiásticos suscitó la ruptura de relaciones con la Iglesia, en tanto que la desamortización de los bienes municipales, de donde provenían los recursos de los ayuntamientos y de los campesinos más pobres, encontró una fuerte oposición no sólo de los moderados, sino también de algunos diputados progresistas. Esta ley regirá durante toda la segunda mitad del siglo XIX, suponiendo un total de 11.300 millones de reales, en su mayoría obtenidos antes de 1875. 2.4 Consecuencias de la Desamortización. La desamortización, al desvincular las tierras de sus propietarios, rompió la organización jurídica existente, haciéndolas aptas para ser vendidas, enajenadas o repartidas. Con la introducción de la propiedad privada y la libertad de mercado en el sector se iniciaba una nueva etapa en la agricultura española; sin embargo, los resultados obtenidos fueron tan dispares como diversos habían sido los objetivos perseguidos por el proceso desamortizador. Estos resultados fueron los siguientes. 2.4.1 Consecuencias económicas. • Favoreció una considerable expansión de la superficie cultivada y de la producción agraria, si bien esta última fue causada más por la extensión de los cultivos a tierras yermas que por la mecanización y por el uso de abonos. • Esta expansión estuvo acompañada frecuentemente de un efecto negativo: la deforestación. Los compradores que adquirieron pequeños lotes de monte para convertirlos en tierras de labor u obtener un beneficio inmediato con la venta de leña y madera, talaron los árboles de manera indiscriminada. Tan graves debieron ser estos daños, que en 1855 se insistió en la necesidad de evitarlos. • Acrecentó la concentración de la tierra en pocas manos, porque las familias Proceso de Desamortización y Cambios Agrarios 3más poderosas conservaron intactos sus patrimonios: sus tierras fueron desvinculadas, pero no expropiadas. Se perfiló así el mapa de los grandes latifundios en Andalucía, La Mancha y Extremadura. • Tampoco se obtuvieron los resultados financieros que se esperaban, porque los fondos, tanto en metálico como en bonos de la Deuda pública, tardaron en llegar y se desvalorizaron. 2.4.2 Consecuencias sociales. • No consiguió crear una amplia clase media agraria, aunque sí contribuyó a sustituir la estructura social señorial campesina, heredad del Antiguo Régimen, por una estructura capitalista. • Los principales beneficiarios no fueron los antiguos trabajadores de la tierra; pero hubo pequeños y medianos compradores locales que constituyeron el núcleo de una clase modesta o media de propietarios rurales. Los efectos fueron más importantes en la consolidación de las clases medias urbanas, principales compradoras de fincas rústicas, que se enriquecieron y diversificaron así sus patrimonios. • La roturación de la vieja propiedad municipal empobreció a los ayuntamientos, privándolos de su autonomía económica; asentó a campesinos empobrecidos sobre tierras no aptas para el cultivo en propiedad individual, al tiempo que les privó de los escasos beneficios secularmente obtenidos de las tierras de aprovechamiento común. • Beneficiados: la nobleza terrateniente y la burguesía urbana. • Perjudicados: la Iglesia, los municipios, los campesinos pobres y los proletarios agrícolas. 2.4.3 Consecuencias políticas y culturales. • Se creó una masa de adheridos a la causa liberal, por estar ligada a ella la suerte de sus fortunas; pero también esta causa se creó enemigos entre aquellos más afines a la Iglesia, provocando una escalada de tensiones entre la Iglesia y el Estado liberal cuyas relaciones quedaron rotas durante una década. • Se perdió un inmenso patrimonio cultural. Muchos conventos fueron abandonados, otros demolidos, y sus obras de arte vendidas a anticuarios, saliendo de España al extranjero un incalculable número de ellas. 2.5 Valoración del proceso desamortizador. En definitiva, no se aprovechó la ocasión para crear una clase media agraria que hubiera podido ser un factor de equilibrio en la nueva sociedad. Al no consolidarse ésta, Proceso de Desamortización y Cambios Agrarios 4falló igualmente la posibilidad de que surgiera un sector ahorrativo, capaz de estimular la demanda del mercado y de impulsar las inversiones en el propio campo y en otros sectores económicos. La desamortización se convirtió, pues, en una frustrada reforma agraria que hizo más mísera la condición del campesino, creando una oligarquía agraria llamada a ejercer por largo tiempo el poder político y económico en España. En la Andalucía de la época, nada ejerció tanta influencia como el proceso desamortizador. La desamortización vino a significar una verdadera revolución, de la que se beneficiaron algunos antiguos y ricos colonos de la Iglesia, la clase media, tanto ciudadana como pueblerina, las grandes fortunas burguesas y bastantes personas residentes en Madrid o que ocupaban cargos políticos fuera de los pueblos donde estaban enclavadas las fincas. De ahí el perjuicio causado a los campesinos, cuya situación se agravó, al tener que aceptar las condiciones impuestas por sus nuevos “señores”, no ya feudales, sino protagonistas de la revolución liberal. La desamortización fue, también para Andalucía, una ocasión perdida, de la que surgió un proletariado campesino que ha llegado a nuestros días. Con los moderados en el poder el proceso desamortizador quedó paralizado hasta 1855, año en que cobró de nuevo actualidad, realizándose desde esta fecha hasta los últimos años del siglo las desvinculaciones de mayor trascendencia de la época, y que afectaron, de manera destacada, a las tierras del sur. 3 LOS CAMBIOS EN LA AGRICULTURA. 3.1 El atraso agrario. Al iniciarse el siglo XIX, la agricultura presentaba todos los rasgos de un sector mínimamente evolucionado: se trataba de una agricultura de subsistencia basada en el cultivo de cereales, usaba unas técnicas agrícolas tradicionales fundamentadas en la rotación trienal, utilizaba el arado romano y desconocía el uso de los abonos. Además, el agricultor disponía de poco capital para mejorar su equipo y escasos medios auxiliares animales. El campo español aparecía vacío e inmerso en la rutina. La despoblación tenía su origen en la dureza de la vida del labrador: el exceso de trabajo y su escasa remuneración, las anomalías del clima y la falta de reservas alimenticias eran una invitación para huir de la ciudad, donde se ocupaban como peones en los más bajos menesteres. La situación descrita se tornaba aún más difícil si tenemos en cuenta las trabas ejercidas por la ganadería trashumante sobre la agricultura, como la permanencia de antiguas leyes que prohibían roturar tierras de pastos o cercar fincas; también existían reglamentaciones que limitaban la comercialización de determinados productos o intervenían en su precio, en el área de venta o en el libre uso de la mano de obra. De ahí que la agricultura se hubiera convertido, desde las últimas décadas del siglo XVIII, en un problema económico y social cada vez más acuciante, necesitada de profundas y urgentes reformas que la sacaran de la situación de postración en la que se encontraba. 3.2 Evolución de la agricultura. En el atraso agrario tuvo una influencia muy destacada la estructura de la propiedad de la tierra. Los propietarios de los grandes latifundios de Extremadura, Proceso de Desamortización y Cambios Agrarios 5Castilla y Andalucía tenían una gran aversión al riesgo y mu escaso interés por el cultivo eficiente de sus tierras. De esta forma, en esas zonas la inmensa mayoría de la población vivía en unas condiciones cercanas a las de subsistencia. Las diferencias extremas de renta entre una minoría de propietarios y la gran masa de campesinos sin tierra provocaron una notable conflictividad, manifiesta en las movilizaciones campesinas en defensa de una reforma agraria que permitiese el acceso a la propiedad de la tierra. A los problemas generados por el latifundismo, hay que añadir los del minifundismo. En la Submeseta norte y en Galicia, la subdimensión de las explotaciones (minifundios), unido a la mala calidad de la tierra en el primer caso, impidió que llegaran a ser competitivas y obligó a emigrar a muchos campesinos. Hasta bien entrado el siglo XX, el cereal, que contó con una gran protección arancelaria, fue el principal cultivo del campo español. En 1931, el valor de la producción de cereales y leguminosas representaba más del cuarenta por ciento del total del producto agrario. Como contrapartida, a finales de los años veinte, el precio de venta del quintal de trigo era en España más de un 50% superior que en Gran Bretaña. Con ello, la creciente población urbana se vio obligada a consumir alimentos a precios mucho mayores que los del mercado internacional. Y así, la renta disponible para demandar productos manufacturados fue menor. Otros cultivos, entre los que destacan la vid, el olivar y los cítricos, tuvieron una trayectoria más dinámica. La expansión de la viticultura durante el último tercio del siglo XIX fue importante en La Rioja y Cataluña y mejoró la venta del aceite de oliva andaluz en los mercados internacionales. También aumentó la superficie de cultivo de la naranja, casi exclusivo del litoral levantino, a consecuencia de la expansión de la demanda de Francia y Gran Bretaña. 3.3 Participación de la agricultura en el crecimiento económico. El sector agrícola representa un papel importante en toda modernización económica: asegurando una producción para alimentar a una creciente población urbana, creando excedentes para la exportación, como mercado para los bienes industriales, y aportando mano de obra hacia la industria. Pero en el siglo XIX todo esto no ocurrió. En 1900 la población seguía siendo básicamente rural, había déficits alimentarios (hambres, falta de calorías y proteínas), no hubo exportaciones y el nivel de consumo era muy bajo. No fue tampoco un mercado para la industria ni hubo trasvase de capitales a otros sectores, por la desconfianza tanto en la industria como en los bancos. Tampoco hubo transferencia humana hacia la industria y otros sectores. Hasta finales del XIX se mantiene en España el Régimen Demográfico Antiguo (alta mortalidad, analfabetismo, dieta pobre, bajo nivel de vida, desidia de los gobiernos). Habrá algo de emigración a partir de 1880 pero hacia el extranjero, no hacia las ciudades. 4 CONCLUSIÓN. La desamortización constituyó la medida más revolucionaria entre las adoptadas por el gobierno liberal. Pero no fue suficiente, porque la agricultura española, muy atrasada, no fue motor para provocar una verdadera revolución industrial en nuestro país. Al atraso secular en las técnicas agrarias y a la lenta evolución de la producción durante el siglo XIX, se vino a unir una desaprovechada oportunidad, la desamortización de la tierra, que pasó de manos eclesiásticas y municipales, a manos laicas y privadas, sin Proceso de Desamortización y Cambios Agrarios 6llegar a crear una verdadera clase media agraria, y aumentando las diferencias sociales entre una alta burguesía enriquecida y un campesinado cada vez más pobre.