Portada » Química » Defectos e Imperfecciones en la Estructura Cristalina de Sólidos
La descripción ideal de un cristal se basa en los siguientes postulados:
Según estos postulados, la teoría cristalina nos proporciona una idea del cristal donde el orden perfecto existe y manda en todo momento. Sin embargo, la realidad es muy distinta: el cristal real no es un ente atómico perfecto, sino que está lleno de defectos o imperfecciones. Estas imperfecciones son, de hecho, una característica esencial del estado cristalino real.
No obstante, solo puede existir un número finito de imperfecciones en el cristal, ya que, de lo contrario, dejaría de ser un sólido cristalino y pasaría a ser un sólido amorfo.
Las imperfecciones en los cristales se pueden clasificar según diferentes criterios:
La primera imperfección inherente a cualquier cristal es su propia limitación espacial. La teoría cristalina considera que la materia cristalina es un medio periódico infinitamente extendido en las tres direcciones del espacio. Pero un cristal real está limitado en el espacio por caras, por otros cristales adyacentes (límites de grano) o por otros materiales.
Los materiales cristalinos raramente son sustancias químicamente puras; un material perfectamente puro es algo excepcional. La mayoría presenta una cierta variación en su composición química debido a la presencia de impurezas.
El cristal ideal requiere una continuidad perfecta de la red cristalina. La integridad estructural del cristal real sufre cuando se rompe esta continuidad. Las imperfecciones más importantes que afectan a la continuidad de una red son las dislocaciones (defectos lineales).
Las imperfecciones que tiene un cristal real hacen aumentar su energía interna. Sin embargo, el sistema tiende a configurarse de la forma más estable posible, es decir, con la mínima energía compatible con la presencia de dichas imperfecciones. El cristal ideal (sin defectos) tendría una estructura cuya energía es mínima absoluta. Como la eliminación total de imperfecciones es termodinámicamente imposible (excepto a 0 K) o cinéticamente muy difícil, el cristal real a menudo las concentra en regiones específicas de su estructura (como límites de grano o dislocaciones), manteniendo regiones adyacentes mejor formadas. Esta comprensión se consolidó gracias a la aplicación de técnicas como la difracción de rayos X al estudio de los cristales.
El cristal no es un medio estático, sino dinámico. Sus átomos vibran en torno a sus posiciones de equilibrio (vibraciones térmicas, que en sí mismas son una desviación de la periodicidad perfecta). Además, el cristal y su entorno natural también son dinámicos, pudiendo sufrir procesos como corrosión, meteorización o cambios de fase (polimorfismo).
El polimorfismo es la capacidad de algunas sustancias o elementos químicos para cristalizar en más de un tipo de estructura cristalina, dependiendo de las condiciones de presión y temperatura. Las diferentes estructuras se llaman formas polimorfas o polimorfos.
Los defectos también se clasifican según su dimensionalidad geométrica:
Son defectos que afectan a la vecindad de un punto de la red o a un átomo individual.
Un lugar atómico que debería estar ocupado en la estructura cristalina perfecta, pero que está vacío. Este defecto recibe el nombre de vacancia. Pueden formarse durante la solidificación, por vibraciones atómicas a alta temperatura, por deformación plástica o por irradiación. Existe una concentración de equilibrio de vacancias que aumenta exponencialmente con la temperatura:
NL = N exp[-QL / kT]
Donde:
Un átomo (ya sea del propio cristal o una impureza) que ocupa un hueco o intersticio entre las posiciones atómicas normales de la red. Si el átomo intersticial es del mismo tipo que los de la red, se llama autointersticial. Los átomos intersticiales causan una distorsión local significativa porque suelen ser mayores que los huecos donde se alojan.
Es imposible obtener un metal o material cristalino que contenga un solo tipo de átomo (material 100% puro). Las técnicas de refinado más avanzadas permiten obtener metales con un grado de pureza máximo del 99.9999%. Los átomos extraños presentes se denominan impurezas.
Si un átomo de impureza ocupa una posición que normalmente estaría ocupada por un átomo del cristal huésped, se denomina átomo sustitucional. Esto ocurre generalmente cuando los átomos de soluto y solvente tienen radios atómicos y propiedades químicas similares.
En una aleación o un cristal con impurezas, los elementos presentes pueden reaccionar dando lugar a compuestos (fases secundarias) o pueden distribuirse como átomos individuales alojados en la red cristalina del material huésped. En este último caso, se habla de una solución sólida.
En una aleación, los elementos aleantes pueden estar en solución sólida (intersticial o sustitucional) o bien pueden estar presentes formando compuestos intermetálicos o fases distintas.
Fenómeno por el cual diferentes sustancias químicas pueden formar estructuras cristalinas con la misma geometría y dimensiones de celda unidad similares. Esto está estrechamente relacionado con la formación de soluciones sólidas sustitucionales, donde partículas (átomos o iones) de diferente composición química pero tamaño y carga similares pueden sustituirse mutuamente en una amplia gama de concentraciones.
Estas reglas empíricas describen las condiciones que favorecen la formación de soluciones sólidas sustitucionales extensas entre dos elementos metálicos:
Son defectos que se extienden a lo largo de una línea en el cristal. La dislocación es una discontinuidad lineal en el ordenamiento atómico de la red cristalina.
Son límites o planos bidimensionales que separan regiones del material con diferente estructura cristalina u orientación cristalográfica.
Las dimensiones finitas del material representan superficies donde la red cristalina termina abruptamente. Los átomos de la superficie no están enlazados al número máximo de vecinos posible (su coordinación está insaturada) y, por lo tanto, tienen un estado energético mayor que los átomos del interior del cristal. Estos enlaces insatisfechos dan lugar a una energía superficial (expresada en unidades de energía por unidad de área, como J/m² o erg/cm²). La superficie del material puede ser rugosa, contener escalones atómicos, muescas y ser químicamente mucho más reactiva que el volumen del material (por ejemplo, la oxidación del acero comienza en la superficie).
Un material policristalino está compuesto por muchos cristales pequeños o granos con orientaciones cristalográficas diferentes. El límite o borde de grano es la superficie que separa dos granos individuales adyacentes.
Son errores en la secuencia de apilamiento de los planos atómicos compactos en una estructura cristalina. Son comunes en estructuras como FCC (Cúbica Centrada en las Caras) y HCP (Hexagonal Compacta).
Una macla es un tipo especial de límite de grano a través del cual existe una simetría especular (como un espejo) entre las orientaciones de la red cristalina a ambos lados. La región maclada y la matriz no maclada están relacionadas por una operación de simetría definida (plano de macla, eje de macla).
Son defectos macroscópicos o microscópicos que ocupan un volumen tridimensional dentro del material.
Estos defectos pueden afectar significativamente las propiedades mecánicas, eléctricas y ópticas del material.