28
JUN
2019
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Década de 1920 en Europa
Década de 1920 en Europa
by estudiapuntes
Economía europea en1920
,
Economía mundial de la década de 1920
,
Europa en la década de 1920
,
Situación económica y política de Alemania década del 20
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5.1.La
Primera Guerra Mundial y sus consecuencias económicas.
El efecto destructivo de la Primera Guerra Mundial súperó al de cualquier otro
acontecimiento de la historia humana. Las víctimas tanto militares como civiles
ascendieron a diez millones de muertos. La mayoría de daños -destrucción de casas,
maquinara y plantas industriales- tuvieron lugar en el norte de Francia, Bélgica, una
pequeña área de Italia y en los campos de batalla del este de Europa. La navegación
transoceánica también
sufríó enormes daños, sobre todo a consecuencia de la
guerra
submarina. En el este y el centro de Europa, cortadas sus relaciones económicas con el
resto del mundo, la caída de la producción agrícola redujo grandes áreas a extremos de
miseria colectiva.
Aún más perjudicial para la economía fue el trastorno de las relaciones económicas
normales. Con anterioridad a 1914, a pesar de algunas restricciones, la actividad
económica, tanto nacional como
internacional
, estaba regulada por mercados libres.
Durante la guerra, los gobiernos de cada nacíón beligerante y los de algunas no
beligerantes impusieron un control directo sobre los precios y la producción. Aunque la
mayoría de los controles fueron eliminados al final de la guerra, las relaciones anteriores a
la misma no se restablecieron ni rápida ni fácilmente.
Un problema todavía más grave fue el resultante de la interrupción del comercio
internacional. Antes de la guerra, Alemania, Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos eran
los mayores consumidores y principales proveedores unos de otros. La relación comercial
entre Alemania y los otros cesó de inmediato. Estados Unidos intentó mantener las
relaciones, pero el hundimiento del buque de línea británico Lusitania, por parte de los
alemanes, con la pérdida de más de mil vidas (entre ellas, algunas americanas) originó
una fuerte protesta de Estados Unidos. El alto mando alemán ansioso de doblegar a GB,
desencadenó una guerra submarina sin restricciones. Esta fue la causa principal de la
entrada de América en la guerra, lo que a su vez aseguró la victoria final de los aliados.
La guerra también trastocó el equilibro de la agricultura mundial. Las áreas donde
transcurre la guerra dejan de producir mientras que se demandan los alimentos y materias
primas a Estados Unidos. Esto condujo a la superproducción y a la caída de los precios
en la década de 1920. El trigo, el azúcar, el café y el caucho fueron especialmente
vulnerables. Los agricultores americanos se lanzaron a cultivar trigo y compraron
asimismo más tierras a precios que la guerra había elevado de forma considerable.
Cuando los precios cayeron, muchos fueron incapaces de pagar sus hipotecas y
quebraron.
El último trastorno en las economías fue el ocasionado por la inflación. Las
presiones de las finanzas en tiempos de guerra obligaron a todos los países beligerantes,
excepto EU, a abandonar el patrón oro. La gran disparidad en los precios y, en
consecuencia, en los valores de la moneda, hizo difícil la reanudación del comercio
internacional y causó graves repercusiones sociales y políticas.
La Paz de París, el acuerdo de posguerra, exacerbó los serios problemas
económicos. Los tratados de paz dieron lugar a dos tipos principales de problemas
económicos: el crecimiento del nacionalismo económico y los problemas monetarios y
financieros. El tratado más importante fue el Tratado de Versalles. Alemania tuvo que
aceptar restricciones en sus fuerzas armadas y otras condiciones sencillamente
humillantes: como la cláusula de “culpabilidad de guerra”, que adjudicaba exclusivamente
a Alemania y sus aliados la culpa por el desencadenamiento de la guerra. Keynes,
consejero económico de la delegación británica, creyó que culpabilizar a Alemania de la
guerra era un error. En un principio, no se tomó en cuenta su opinión, pero el posterior
curso de los acontecimientos parecíó confirmar sus predicciones. Por otra parte, Francia y
GB exigían que Alemania les pagara no solo los daños a civiles (indemnizaciones), sino
también el coste total en que habían incurrido los gobiernos aliados para continuar la
guerra. El llamado Préstamo Dawes, que en su mayor parte salíó de EU, permitíó a
Alemania reasumir los pagos de las indemnizaciones.
La mayor parte de Europa prosperó a finales de la década de 1920.
5.2.La
crisis de 1929 y
la Gran Depresión
de los años Treinta.
A diferencia de Europa, Estados Unidos salíó de la guerra más fuerte que nunca.
Con sus numerosos mercados, su creciente población y su rápido avance tecnológico,
parecía haber encontrado la clave para la prosperidad perpetua. Para los americanos, la
“nueva era” había llegado.
En verano de 1928, los bancos americanos comenzaron a restringir la compra de
obligaciones alemanas y de otros países para invertir sus fondos a través de la Bolsa de
NY, que empezó a subir de forma espectacular. Por esta razón, muchas personas con
ingresos modestos se vieron tentadas de comprar acciones a crédito. A mediados de
1929, Europa estaba sintiendo ya la presión del cese de las inversiones estadounidenses.
El 24/10/1929 -el “jueves negro” de la historia financiera americana- una ola de
pánico provocó una venta masiva de acciones en la Bolsa, haciendo que los precios de
estas cayeran en picado. Otra oleada de venta se produjo el 29/10, el “martes negro”. Los
bancos exigieron el pago de los préstamos, forzando aún más a los inversores a lanzar
sus acciones al mercado al precio que quisiera dárseles. Los americanos que habían
invertido en Europa dejaron de hacerlo y y vendieron su activo allí para repatriar los
fondos. La quiebra de la Bolsa no fue la causa de la recesión (esta ya había comenzado,
en EU y también en Europa), pero fue una clara señal de que estaba en marcha.
El Banco de Inglaterra suspendíó los pagos en oro. Varios países fuertemente
afectados, como Argentina, Australia y Chile, ya habían abandonado el patrón oro. Más
tarde lo hicieron oficialmente otros veinticuatro países más. Sin un patrón internacional
común, los valores de las monedas fluctuaban al azar, en respuesta a la oferta y la
demanda.
Una de las carácterísticas principales de las decisiones de política económica de 1930-
1931 había sido su aplicación unilateral: las decisiones de suspender el patrón oro y de
imponer aranceles habían sido tomadas por gobiernos nacionales sin una consulta
internacional.
El último esfuerzo importante de cara a la cooperación internacional para terminar
con la crisis económica fue la Conferencia Monetaria Mundial. Dentro de los planes de
esta conferencia estaba alcanzar acuerdos para restaurar el patrón oro, reducir las cuotas
y los aranceles de importación e idear otras formas de cooperación. El papel de EU fue
esencial. Cuando por fin se reuníó la Conferencia, Roosevelt avisó de que el
gobierno
americano debía restaurar la prosperidad nacional, y que no podía entrar en ningún
compromiso internacional. No se tomó ninguna resolución importante; una vez más, la
cooperación internacional había fracasado.
No hay un consenso todavía sobre las causas de la recesión, pero sí hay un
acuerdo más general respecto a las razones de su duración, que se relacionan con las
políticas y situaciones relativas de GB Y EU. Antes de la guerra, GB había desempeñado
un papel clave en la estabilidad de la economía mundial. Después de la guerra, ya no
pudo ejercer tal liderazgo. EU, claramente la economía mundial dominante, no se mostró
muy dispuesto a asumir el papel de líder. Si hubiera llevado a cabo una política más
abierta en la década de 1920, la recesión habría sido más suave y breve. Entre las
consecuencias de la recesión están: el aumento del papel del gobierno en la economía y
un cambio gradual en la actitud hacia la política económica.
5.3.Del liberalismo al intervencionismo estatal: fascismos, socialdemocracia y Comunismo.
Cuando Franklin Roosevelt juró su cargo, EU estaba sumida en la peor crisis desde
la Guerra de Secesión. La industria estaba prácticamente paralizada y el sistema bancario
al borde del colapso completo. Roosevelt había propuesto un programa de intervención
para América: New Deal. Se ocupó principalmente de la recuperación económica y la
reforma social en las áreas de la agricultura, banca, sistema monetario, trabajo,
sanidad,vivienda,etc
La promulgación más carácterística de todo el período fue la Ley de
Reconstrucción de la Industria Nacional. Esta creó una Administración de Reconstrucción
Nacional (NRA). Era un sistema de planificación económica privada, con una supervisión
del gobierno para proteger el interés público y garantizar el derecho de organización
obrera. En 1935, el Tribunal Supremo declaró a la NRA anticonstitucional. La recuperación
industrial había sido decepcionante, y en 1937 la economía sufríó una nueva recesión; es
más, EU volvíó a entrar en guerra en 1941.
Ninguna nacíón occidental sufríó más la guerra que Francia. No sorprende, por
tanto, que Francia exigiera que Alemania le pagara la guerra. Contando con las
indemnizaciones alemanas, el gobierno francés emprendíó un amplio programa de
reconstrucción en las áreas dañadas por la guerra, lo que tuvo el efecto secundario de
estimular la economía hasta nuevos récords de producción. El Franco se devaluó más en
los primeros siete años de paz que durante la guerra. Emprendieron una drástica
reducción del gasto y severos aumentos en los impuestos.
En Europa Central y Oriental, y también en España, la evolución política
ensombrecíó los fenómenos puramente económicos, pero aquella también tuvo sus
aspectos económicos. La Alemania nazi tuvo éxito combatiendo la recesión, fue la primera
nacíón industrial que consiguió una recuperación completa. La economía alemana llegó a
tener más puestos de trabajo que trabajadores para ocuparlos. Esto se consiguió sobre
todo con un programa a gran escala de obras públicas que derivó gradualmente en un
programa de rearme. A diferencia del régimen totalitario ruso, los nazis no recurrieron a la
nacionalización total de la economía; se apoyaron en la coacción y el control para
conseguir sus objetivos. Uno de los principales objetivos económicos de los nazis fue
lograr la autosuficiencia de la economía alemana en caso de guerra.
A comienzos de 1917, la economía de Rusia estaba en ruinas, y a principios de
Marzo estallaron huelgas y disturbios en Petrogrado. El mismo día un comité de la Duma
decidíó formar un gobierno provisional, y se conseguía la abdicación del zar. El gobierno
provisional era una colección de aristócratas, intelectuales y parlamentarios; solo figuraba
en él un socialista. Lenin, líder de la facción bolchevique de los partidos socialistas rusos,
volvíó a Petrogrado en Abril. No tardó en dominar el soviet de Petrogrado y emprendíó una
campaña incansable contra el gobierno provisional. Este último ofrecíó poca resistencia
cuando una muchedumbre, la Guardia Roja, ocupó el Palacio de Invierno, la sede del
gobierno. Al día siguiente, Lenin formó un nuevo gobierno: Consejo de Comisarios del
Pueblo. En sus esfuerzos por mantenerse en el poder, los bolcheviques, que pasaron a
autodenominarse comunistas, introdujeron una drástica política llamada “comunismo de
guerra”, que comprendíó la nacionalización de la economía urbana, la confiscación de la
tierra y su distribución entre los campesinos, y un nuevo sistema legal. Su carácterística
más sobresaliente fue la introducción de un gobierno de partido único, la “dictadura del
proletariado”, con Lenin como portavoz. En 1922, Lenin decidíó crear una federación: se
constituyó la Uníón de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Enfrentado con la paralización de la economía y la posibilidad de una revuelta
campesina, Lenin cambió su política radicalmente con la llamada Nueva Política
Económica (NEP). Las pequeñas industrias volvieron a manos privadas y se permitíó la
producción para el mercado. A pesar de algunas nuevas dificultades con los campesinos,
la producción aumentó tanto en la industria como en la agricultura.
Lenin murió en 1924 y se abstuvo de designar explícitamente un sucesor. Dos de
los máximos competidores eran León Trotski y José Stalin. En 1928, el control que Stalin
ejercía sobre el partido y el país era prácticamente absoluto. El programa de Stalin
implicaba una reconstrucción masiva de la industria rusa para hacer al país autosuficiente
y poderoso.
En 1929 lanzó el primero de los planes quinquenales. Todos los recuersos del
gobierno soviético se utilizaron en el esfuerzo. En lugar de representar a los trabajadores,
los sindicatos se utilizaban para mantener la disciplina laboral. El ideal de los trabajadores
de “controlar la industria” no tenía lugar en los planes quinquenales. Sin embargo, el plan
distaba de haber alcanzado el éxito completo. Los costes, y en especial los humanos, del
Plan Quinquenal fueron enormes. En 1933, el gobierno inauguró el Segundo PQ, en el
que se supónía que el énfasis recaía sobre los bienes de consumo; en realidad, el
gobierno continuó dedicando una proporción extraordinaria de sus recursos a material
militar. En 1936-1937 tuvo lugar una carácterística notable del 2PQ: La Gran Purga. Miles
de personas, desde trabajadores de clase baja hasta altos dirigentes del partido fueron
juzgados/ejecutados por supuestos críMenes que iban desde el sabotaje hasta el
espionaje y la traición. Naturalmente, estuvo tuvo un efecto significativo en la producción.
El 3PQ, lanzado en 1938, fue interrumpido por la invasión alemana de 1941, y entonces la
Uníón Soviética volvíó a recurrir a algo parecido al “comunismo de guerra”.
5.4.La
economía española en el primer tercio del Siglo XX.
El periodo de entreguerras en España siguió alumbrando transformaciones político-
sociales y económicas a gran velocidad como correspondía a una sociedad que había
cambiado poco en los siglos anteriores. España no entró en la IGM y la neutralidad le trajo
claras ventajas, que una vez más no se aprovecharon para hacer reformas estructurales.
La industria crecíó por encima de la europea, y estar fuera de la guerra también evitó los
trastornos monetarios y financieros que sufríó el resto de Europa. En cuanto al índice de
desarrollo humano, los indicadores son todavía mejores. La esperanza de vida aumentó,
la alfabetización y la escolarización subieron y descendíó la mortalidad infantil.
Esta prosperidad, sin embargo, reflejaba principalmente las buenas cosehas del
periodo y la coyuntura internacional de fuerte demanda exterior y de falta de competencia
internacional. Las empresas españolas tuvieron altos beneficios, pero apenas invirtieron
durante la contienda. El funcionamiento anormal de los mercados y la fuerte demanda
exterior de alimentos y productos básicos disparó la inflación en España, como en el resto
de Europa.
Primo de Rivera, tras su Golpe de Estado de 1923, impuso el estado de guerra. La
situación mejoró a finales de los años veinte, resultado de una combinación de factores
agrarios y la influencia de la segunda RI. La política siguió el modelo de Italia y de las
dictaduras contemporáneas de entreguerras, que fueron todas intervencionistas en el
terreno industrial de forma moderada.
No entrar en la Guerra Mundial tuvo ciertos efectos ralentizadores de la
modernización para España. Se retrasó el crecimiento del sector público español,
tampoco se impulsó la industria básica, ni el gasto público aumentó. El sector privado
llevaba el peso de la mayoría de la inversión. El Banco de España carecía de las
competencias que tenían ya en esa época los bancos centrales; no actuaba de
prestamista de la banca privada, por lo que en España se sufrieron muchas crisis de
liquidez y el cierre de bancos. Las sociedades anónimas eran pocas, no se había
desarrollado el trabajo en cadena y el paternalismo empresarial era dominante. La
inversión extranjera posibilitó la instalación de muchas empresas extranjeras y que la
economía española siguiera abierta al exterior.
Si la economía se había comportado bien en España entre 1923 y 1929, durante la
década de los treinta, España empezó a crecer por debajo de la media europea. Los
desequilibrios estructurales económicos y sociales fueron el verdadero lastre de la
Segunda República. La Segunda República coincidíó con la crisis internacional de 1929,
pero esta fue leve y hacia 1934 estaba superada.
La Segunda República tuvo un amplio programa de reformas, agrícola, fiscal,
religiosa y territorial, que eran necesarias para la modernización del país, pero se hicieron
imposibles de aplicar. Aunque la reforma agraria fue el gran proyecto de acción social y
económica sobre el mundo rural, la Iglesia, los militares, los propietarios de tierras y los
empresarios se opusieron a todas ellas.
En la industria, la política proteccionista seguía la tendencia europea, pero en
España tuvo peores consecuencias porque el mercado y la demanda doméstica eran muy
pequeños. La inversión estatal tampoco permitía economías de escala ni grandes
inversiones y no era fácil adquirir tecnología fuera ni fabricarla en el país. La quiebra
institucional entre monarquía y república y la falta de una clase media urbana consolidada
acabaron de frustrar las posibilidades de una reforma en profundidad.
6.1.El nuevo orden internacional y la recuperación económica de posguerra.
Al final de la guerra Europa yacía postrada, casi paralizada. Todos los países
beligerantes, excepto GB y la Uníón Soviética, habían sufrido la derrota militar y la
ocupación enemiga. La ayuda llegó principalmente a través de dos canales distintos, y en
su mayor parte provino de América. Los ejércitos aliados daban ayuda a las poblaciones
civiles, tanto del enemigo como de los países liberados. Como los aliados se habían
comprometido a una política de rendición incondicional, tuvieron que asumir la carga de
atender a la Alemania derrotada. El otro canal de ayuda fue la Administración de Ayuda y
Reconstrucción de las Naciones Unidas (UNRRA). Estados Unidos corríó con más de dos
tercios del coste y los demás miembros de las Naciones Unidas con el resto.
En el plano internacional, la planificación para la posguerra había empezado
durante la guerra misma. De hecho, en 1941 Roosevelt y Churchill firmaron la Carta
Atlántica, que comprometía a sus respectivos países a emprender la restauración de un
sistema comercial multilateral en lugar del bilateralismo de la década de 1930. Por
supuesto, esto solamente era una declaración de buenas intenciones. Posteriormente,
durante una conferencia internacional en Bretton Woods, se sentaron las bases para la
creación de dos instituciones fundamentales: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el
Banco Mundial. Los conferenciantes de Bretton Woods también estudiaron la creación de
una Organización Internacional de Comercio (OIC) que formularía las reglas para el
comercio justo entre las naciones. Lo más que pudo conseguirse fue un Acuerdo General
sobre Aranceles y Comerio (GATT).
A finales de 1947 la mayoría de las naciones de Europa Occidental, excepto
Alemania, habían recuperado sus niveles de producción industrial anteriores a la guerra.
El invierno de ese mismo año fue extremadamente severo, y tras él hubo una larga sequía
en la mayor parte de Europa; la cosecha de 1947 fue la peor del Siglo XX. El remedio para
la escasez de alimentos y materias primas se encontraba en América del Norte y del Sur,
pero se necesitaban dólares para la compra, y en Europa lo que más escaseaba eran los
dólares. La creciente “guerra fría” entre EU y la URSS, y el papel de los partidos
comunistas en algunos países europeos occidentales suscitaron en las aurotidades
americanas dudas sobre la estabilidad política de Europa Occidental. En 1947, Marshall,
secretario de Estado de EU, pronunció un discurso en el que anunció que si las naciones
de Europa presentaban una petición unificada de ayuda, el gobierno de los EU tendría
una respuesta solidaria. Este fue el origen del llamado Plan Marshall. Representantes de
las dieciséis naciones se reunieron en París en 1947, confiriéndose el título de Comité de
Cooperación Económica Europea (CCEE). En 1948 el Congreso de EU aprobó la Ley de
Ayuda Extranjera, bajo la que se desarrolló el Programa de Reconstrucción Europea
(ERP), que sería administrado por la Administración de Cooperación Económica (ECA).
Tras la derrota de Alemania en Mayo de 1945, los jefes de Estado de Estados
Unidos, el Reino Unido y la URSS se reunieron para determinar el destino de Alemania,
pero sencillamente decidieron prolongar la ocupación militar. El resultado final fue la
división de Alemania en dos estados diferentes: la República Federal de Alemania
(Alemania Occidental) y la República Democrática Alemana (Alemania Oriental). Las
autoridades soviéticas desmantelaron muchas fábricas de su zona y se las llevaron a
Rusia en concepto de indemnización. Tras un intento por parte de las potencias
occidentales de cobras las indemnizaciones, se dieron cuenta de que la economía
alemana debía mantenerse intacta, no solo para mantener a pueblo alemán, sino también
para ayudar a la recuperación económica de Europa Occidental. En lugar de limitar la
producción alemana, tomaron medidas para promoverla. Para estimular la recuperación
económica en sus zonas, las potencias occidentales llevaron a cabo la reforma de la
moneda alemana. Por otro lado, los bienes previamente comercializados en el mercado
negro salieron a la luz; las fábricas se pusieron de nuevo en marcha y la Alemania
Occidental inició su notable Renacimiento económico.
Aunque Europa Occidental había superado los niveles de producción anteriores a
la guerra, la OECE y otras instituciones permanecieron, estimulando a la economía
europea a alcanzar cotas más altas. Una de las + importantes de esas instituciones fue la
Uníón Europea de Pagos (UEP). Esta permitíó un comercio multilateral libre dentro de la
OECE. Los resultados fueron espectaculares.
6.2.La
edad de oro del capitalismo.
El cuarto de siglo posterior a la 2GM fue testigo del más largo período de
crecimiento ininterrumpido en los países industriales del mundo y los índices de
crecimiento fueron los más altos de la historia. El crecimiento fue más rápido en aquellos
países que tenían abundante mano de obra, ya fuera a causa de la reducción de la
población agraria (como, por ejemplo Japón) o por la afluencia de refugiados (Alemania
Occidental).
El término “milagro económico” se aplicó por primera vez al notable esfuerzo de
crecimiento de Alemania Occidental tras la reforma monetaria de 1948. Entonces se
advirtió que otras naciones, sobre todo Italia y Japón, tenían índices de crecimiento tan
altos o más que los alemanes. Parecía que los milagros abundaban, pero aunque los
índices de crecimiento eran altos, milagrosos, desde luego, no eran.
La ayuda americana desempeñó un papel crucial al encender la chispa de la
recuperación. Después, los europeos la mantuvieron con altos niveles de ahorro e
inversiones. Gran parte de la inversión se empleó en equipamiento destinado a nuevos
productos y procedimientos. Durante los años de depresión económica y de guerra se
había producido una acumulación de innovaciones tecnológicas que solo esperaban para
ser utilizadas capital y mano de obra cualificada. De este modo, la modernización
tecnológica contribuyó de forma decisiva al llamado milagro económico. Otro factor
destacado fue el papel de los gobiernos. Participaron en la vida económica directa e
indirectamente a mayor escala que antes: elaboraron planes económicos y crearon
numerosos servicios sociales. No obstante, la empresa privada era con diferencia la
mayor responsable de la actividad económica. En las economías mixtas, el gobierno
asumía las tarea de proporcionar estabilidad general, pero dejó la tarea principal de
producir los bienes y servicios a la empresa privada.
Finalmente, a largo plazo, gran parte de la recuperación debe atribuirse a la riqueza
de capital humano existente en Europa. Sus altos índices de alfabetización y de
instituciones educativas especializadas proporcionaron personal cualificado necesario
para que la nueva tecnología funcionara de forma eficaz. En Europa, el crecimiento
económico dependía de que el dólar norteamericano continuase sobrevalorado, de modo
que los fabricantes europeos pudiesen competir con éxito con los productos
norteamericanos en terceros mercados. Cuando EU devaluó el dólar, a la mayor parte de
Euroa le llevó alrededor de una década ajustarse al nuevo entorno comercial
internacional.
6.3.La
expansión del modelo soviético.
La Uníón Soviética fue la nacíón que sufríó mayores daños de todas las que
participaron en la guerra. A pesar de los sufrimientos del pueblo ruso, la Uníón Soviética
emergíó como una de las dos superpotencias del mundo de la posguerra. Para restaurar
la devastada economía, el gobierno lanzó el Cuarto Plan Quinquenal en 1946. El nuevo
plan hacía un extenso uso de las indemnizaciones monetarias y los tributos de los países
del Eje y satélites de la URSS. Stalin despidió a altos cargos del gobierno por motivos de
incompetencia y falta de honradez. Cuando este murió en 1953, Nikita Kruschev se
convirtió en el jefe supremo. Declaró que el nuevo liderazgo colectivo era una vuelta a los
principios leninistas. Así, el gobierno comenzó un programa de “desestalinización”.
A pesar del cambio de dirección y de algunas reformas superficiales, la naturaleza
básica del sistema económico soviético no cambió. La producción de bienes de consumo,
que nunca era objetivo prioritario en la planificación soviética, continuaba retrasándose,
de modo que los consumidores debían conformarse con artículos escasos y de poca
calidad. El sector agrario soviético permanecíó en un estado de crisis casi continuo a lo
largo del período de la posguerra, a pesar de los enormes esfuerzos del gobierno por
aumentar la productividad. Aunque los aliados no pudieron firmar tratados de paz con
Alemania, sí lo hicieron con sus satélites. En 1949, la Uníón Soviética creó el Consejo de
Mutua Ayuda Económica (COMECON) en un intento de integrar las economías de sus
satélites. Incluía a Albania, Bulgaria, Rumanía, Hungría, Checoslovaquia, Polonia y
Alemania Oriental. En realidad, sirvió para que los satélites dependieran económicamente
aún más de la Uníón Soviética. Cuando Stalin murió, cada satélite era una pequeña
réplica de la Uníón Soviética. Cuando Yugoslavia rompíó con el bloque soviético, otros
satélites quisieron hacer lo mismo, y estallaron huelgas y disturbios en varios países, a los
cuales se respondíó con fuerza militar. Los acontecimientos demostraron que el Imperio
comunista de Rusia solo podía mantenerse por la fuerza.
Sin ser miembro del bloque, la República Popular China se alió con la Uníón
Soviética. Los comunistas extendieron rápidamente su control sobre China, consiguiendo
un grado de poder centralizado. Se empezó a fomentar la colectivización de la agricultura
y se emprendíó la nacionalización de la industria. Aunque se consiguieron resultados
significativos, en 1958 se embarcó en el “gran salto hacia delante”: un esfuerzo intensivo
para alcanzar a las economías industriales avanzadas. Un objetivo fundamental de la
dirección comunista China fue la estructuración de la sociedad y la reforma de los
procesos de pensamiento, comportamiento y cultura. Los vestigios de estructura de clase
“feudal” y “burguesa” fueron eliminados mediante los recursos de la expropiación y la
ejecución. Mao puso en marcha la “gran Revolución Cultural”, en la cual muchos
intelectuales fueron obligados a trabajar como campesinos y obreros.
El único estado socialista aliado de la Uníón Soviética en el hemisferio occidental
era la República de Cuba. Fidel Castro no se proclamó al principio marxista, pero la
política anticastrista de EU le empujó en brazos de la Uníón Soviética. Cuba recibía la
mayor parte de sus bienes manufacturados, incluido el armamento, del bloque soviético.
Además, se hizo miembro del COMECON.
6.4.El nacimiento del Tercer Mundo: descolonización y desarrollo.
La 2GM asestó un golpe mortal al imperialismo europeo. Algunas proclamaron su
independencia inmediatamente; otras vieron el nacimiento de partidos independentistas
que luchaban contra el gobierno colonial. Progresivamente, las potencias imperiales
prefirieron renunciar a sus dominios, antes que afrontar los costes y riesgos de una
guerra.
Cuando Gran Bretaña concedíó la independencia al subcontinente indio en 1947,
surgieron cuatro naciones: primero India y Pakistán; de esta última surgíó Bangladesh; y
por último Sri Lanka. Los cuatro países tienen una población muy densa, recursos
naturales escasos y bajos niveles de alfabetización. La mayor parte de la mano de obra
se dedica a una agricultura de baja productividad.
Birmania obtuvo su independencia de Gran Bretaña, Indonesia de los holandeses, y Laos
y Camboya, junto con Vietnam del Norte, de los franceses. La República de Filipinas
consiguió la independecia de EU. Todos estos países son predominantemente rurales y
agrícolas, con mano de obra dividida entre explotaciones de subsistencia y plantaciones
para la exportación. Algunos tienen también minerales: Indonesia posee petróleo, y
Malasia, estaño. Todos tienen bajos índices de alfabetización y altos índices de
crecimiento demográfico. La mayoría han padecido períodos prolongados de dictadura y
son sumamente pobres.
En cuanto a África, la antigua colonia italiana de Libia fue la primera nacíón
africana que obtuvo la independencia. Egipto consiguió la independencia de Gran
Bretaña. Los egipcios querían conservar el control de Sudán, pero no lo consiguieron y
Sudán ha acabado siendo gobernado por regíMenes militares. Francia concedíó la
independecia a Túnez y Marruecos, pero reforzó su control sobre Argelia, aunque tras
varios acontecimientos, accedíó a conceder la independencia total. Los tres países
norteafricanos eran predominantemente agrícolas, con un tipo de agricultura
mediterránea; pero poseen también yacimientos de petróleo y de gas natural.
Después de la 2GM, el gobierno británico se dio cuenta de que sería mejor
preparar a sus pupilos africanos para el autogobierno y así evitar la pérdida total de los
beneficios del Imperio. Empezó estableciendo más escuelas y abriendo la Administración
pública a los africanos. De otro lado, en Costa de Oro, un líder político exigíó la
independencia inmediata, y surgíó el estado de Ghana. Nigeria también consiguió su
independencia. La repentina consecución de libertad de las colonias francesas incitó al
Congo Belga a exigir un tratamiento similar. Tras disturbios, unas elecciones precipitadas
y destrucción, un dictador militar consiguió restaurar el orden y cambió el nombre del país
por el de República del Zaire.
A mediados de la década de 1960, las antiguas potencias coloniales europeas,
excepto Portugal, habían concedido la independencia a casi todas sus colonias de Asía y
África. Portugal rechazó preparar a sus colonias para una eventual liberación; sin
embargo, el nuevo gobierno portugués acabó negociando la independencia de Angola y
Mozambique.
Las antiguas colonias trataron de imitar los aparentes éxitos de Latinoamérica en la
consecución de una independencia económica además de política. La mayoría de los
países de América Latina siguieron programas de “importación, sustitución,
industrialización”, intentando producir por sí mismos los bienes que previamente habían
importado. Aunque esta estrategia les había funcionado durante la depresión de 1930,
resultó ser contraproducente comparada con las políticas de fomento de la exportación de
Europa y Japón. Los programas latinoamericanos fracasaron.
Para acabar, cabe mencionar que en diversas organizaciones se llamaban a sí
mismos el Tercer Mundo, ni consumista ni capitalista.
6.5.La
economía española: de la
Guerra Civil
y la autarquía al “milagro económico”
de los años sesenta.
Entre 1939 y 1959, España se encontró sumida en una pesadilla de miseria,
provocada por las pérdidas humanas durante la Guerra Civil y la pobreza de posguerra. La
política económica del primer franquismo retrasó la recuperación, pero entre 1959 y 1973,
hubo un intenso crecimiento jamás experimentado en la
historia de España
. La política
económica del franquismo giraba en torno a una intervención absoluta del Estado en
todos los sectores de la economía; se buscaba alcanzar el autoabastecimiento y la
autarquía del país.
El objetivo del franquismo era la industrialización a marchas forzadas del país. Se
decantaron por la industria pesada y de inversión antes que por los bienes de consumo.
Se dieron leyes para proteger la industria de la competencia internacional; sin embargo, el
excesivo control estatal supuso que se asignaran recursos ineficientemente. Una de las
constantes de la historia española fue la debilidad del Estado, en cuanto a la recaudación
de la Hacienda. Se eximíó a la Iglesia de la contribución territorial cuando la reforma fiscal
era imprescindible. El Ministerio de Hacienda se limitó a reordenar los impuestos,
perjudicando a los más desfavorecidos.
En los años cincuenta se formalizaron relaciones con Estados Unidos, y gracias a
su ayuda se fundaron grandes empresas como “SEAT” y “ENSIDESA”, que supusieron la
facilitación de las exportaciones y la llegada de capital exterior. A pesar de la oposición de
Franco, se puso en marcha el “Plan de Estabilización y Liberalización” de 1959. El plan
recogía una serie de medidas de liberalización interior, saneaba las cuentas públicas
restringiendo el gasto, frenaba la inflación y abría la economía al exterior. Cuatro factores
que venían de Europa cambiaron la economía española: Europa demandaba productos
que España estaba en condiciones de exportar, Europa demandaba fuerza de trabajo que
desencadenó en una emigración, llegaron divisas de manos de los turistas y aumentaron
las inversiones de capital extranjero. Como consecuecia se produjo un aumento de las
importaciones de bienes y servicios y se pudo completar la industrialización.
Se produjo en España una desagrarización: el campo sufríó un acelerado proceso
de mecanización que tuvo como consecuencia la mayor emigración del campo a la
ciudad. Además, fue el sector terciario el que recibíó la proporción más grande del empleo
perdido en agricultura. La terciarización fue el reverso de la desagrarización.
7.1.Las crisis del petróleo y la reestructuración de las economías occidentales.
A partir de los años setenta del Siglo XX, la economía mundial vivíó una
desaceleración en sus tasas de crecimiento. Los países ricos pasaron a crecer más
lentamente pero también los pobres. El crecimiento en las economías pobres del Tercer
Mundo se derrumba. Además de disminuir el ritmo de crecimiento del PIB per cápita,
aumentaron las tasas de paro a niveles no vistos desde la Gran Depresión. Los factores
que condicionaron un menor crecimiento conllevaron el aumento de la inflación, en una
crisis que se ha llamado de estanflación.
Durante la edad dorada del capitalismo, la memoria sobre los costes personales y
económicos que conllevó la Gran Depresión impidió que los salarios creciesen mucho
más que la productividad del trabajo a pesar de la plena ocupación. En cambio, a partir de
los años setenta, los sindicatos se sintieron fuertes para pedir incrementos en el salario
real. Esto y el hecho de que la economía dejó de contar con una oferta barata de trabajo,
ya que el ejército laboral de reserva de origen agrario de los países industrializados se
había agotado, tuvieron como resultado final la elevación de los niveles de precios.
Se había alcanzado ya la frontera de producción, es decir, era difícil crecer más sin
cambios en la economía e innovaciones tecnológicas. Para seguir creciendo hacía falta
volver a desplazar la frontera de producción de la economía, tal y como sucedíó a partir
de los años ochenta con la tercera revolución tecnológica. Esta se difundíó por el mundo
con la creación de redes informáticas, el ordenador personal e Internet.
A causa de la convergencia económica, el dólar dejó de ser la única moneda fuerte
de la economía internacional. Europa y Japón dejaron de demandar dólares, y la Guerra
del Vietnam implicó la pérdida de muchos dólares para Estados Unidos. La disminución
de la demanda de dólares hace que disminuya el valor de la moneda. La emisión del
dinero dejó de depender de las reservas de dólares y oro. Se creó mucho más papel
moneda que durante la edad dorada del capitalismo, y ello generó una segunda fuerza
que presionaba al alza la espiral inflacionista: la inflación monetaria.
Las tecnologías de la segunda revolución tecnológica hacían un uso muy intensivo
de petróleo. La primera crisis del petróleo en 1973-1974 supuso un primer incremento de
los precios del crudo. Una segunda crisis tuvo lugar en 1979-1980. El precio del barril de
ptróleo saltó casi multiplicándose por tres. Estos enormes incrementos en el precio del
petróleo encarecieron mucho la energía que necesitaban las empresas. Esto fue un tercer
factor que presiónó al alza el nivel de precios del producto final.
Para combatir este tipo de inflación, las únicas medidas efectivas eran transformar
la oferta de los productos. En cambio, las medidas adoptadas fueron encaminadas a
deprimir la demanda. Se adoptaron erróneamente políticas monetarias restrictivas
basadas en el aumento de los tipos de interés. Las empresas menos competitivas no
podían hacer frente al pago de los inputs energéticos, y muchas quebraron. Esto llevó a
que aumentaran las tasas de paro, y es por esto que podemos decir que en esta crisis la
inflación lleva aparejado el aumento de la tasa de paro. La recuperación económica llegó
pasados los años ochenta, en que la oferta productiva se diversificó con la puesta en
circulación de los productos típicos de la revolución en la información y comunicaciones.
7.3.El colapso de la Uníón Soviética y de las economías de planificación
centralizada.
En este nuevo episodio la economía internacional empieza a converger al menos
en términos per cápita entre todos los ciudadanos del mundo. No obstante, el proceso de
convergencia no fue universal.
La Guerra Fría y la Uníón Soviética se desintegran tras un proceso de reformas
iniciado por los presidentes de EU y la URSS. En este caso, la crisis política y la abolición
del comunismo han conllevado el colapso y el retroceso económico de los países del este.
A diferencia de China, que está teniendo éxito en la transición del comunismo al
capitalismo, los países de la Comecon han vivido una severa crisis. En el caso de China
podemos hablar de una transición y no ruptura en la que los elementos tradicionales del
orden comunista coexisten con los elementos nuevos del orden capitalista.
En cambio, en Europa del Este la abolición del comunismo ha conllevado lo que se
ha venido a denominar un proceso de balcanización, con guerras civiles para establecer
las nuevas fronteras y nuevos regíMenes. Especialmente complicada ha sido la transición
en los sistemas de propiedad hasta llegar a al propiedad privada. Esta supuso un proceso
de enajenación de los bienes públicos y puesta a subasta para su adquisicón por parte de
los agentes económicos, pero solo los exfuncionarios de la nomenclatura han tenido
dinero para adquirir estas propiedas: cambió el sistema de propiedad, pero sus tenedores
siguen siendo los mismos. La economía se ha desindustrializado y ruralizado, y la
productividad de los factores productivos quedó estancada.
7.4.Acercamiento y alejamiento al mundo desarrollado: las diferentes experiencias
de Asía, Ámerica Latina y África.
La creciente convergencia a partir de 1970 se puede explicar a través del
crecimiento económico de China e India. En los años ochenta el mercado era sobre todo
asíático, y llegó a penetrar las economías norteamericana, europea y de Oceanía. China e
India conjuntamente forman una tercera parte de la población mundial, por lo que la
incorporación de estos países al club de la convergencia tiene gran repercursión en la
mejora de los niveles de vida de los ciudadanos del mundo.
No obstante, el proceso de convergencia no fue universal. Los países
descolonizados de África pasan a crecer muy poco. Las etnias luchan por expandir las
fronteras de sus países. Además, África se encuentra en su casi totalidad entre los
trópicos, y es difícil aprovechar los recursos naturales. En este continente se encientran
muchas restricciones al crecimiento económico como la geografía, la violencia y el capital
humano. La violencia en el proceso de descolonización implicó la pérdida de 50 años de
crecimiento económico.
Las economías de América Latina, con poca población, abundancia de recursos
naturales y climas tropicales, encajan bien en la definición de subdesarrollo en el área
tropical del globo y elevados niveles de desigualdad en la distribución del ingreso.
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