Portada » Historia » De la semana trágica a la huelga revolucionaria
España, tras el desastre del 98, intentó recuperar el prestigio nacional maltrecho y poner fin al aislamiento exterior. Por ello, Marruecos (y el Protectorado) fue el eje de la política exterior del primer tercio del Siglo XX. En la Conferencia de Algeciras Francia y España fijaron sus respectivas zonas de influencia. A España le correspondía la zona norte, cuya pieza esencial era el Rif. En Julio de 1909 se produjeron graves enfrentamientos entre las tropas españolas y los rifeños. El gobierno decidíó enviar refuerzos peninsulares y movilizó a los reservistas en Cataluña. El embarque de las tropas de Barcelona, el 18 de Julio de 1909, desencadenó un movimiento de protesta contra la guerra. El republicanismo más radical y anticlerical, los socialistas y los anarquistas promovieron una huelga general contra la guerra, que comenzó en Barcelona. La emboscada en el Barranco del Lobo, encendíó más esta huelga, que degeneró la Semana Trágica de Barcelona, donde grupos armados levantaron barricadas y se enfrentaron contra las fuerzas del orden. El gobierno reprimíó con dureza la revuelta y hubo 17 condenadas a muerte de las que se ejecutaron cinco, entre ellas las de Francisco Ferrer Guardia. Liberales y republicanos exigieron la destitución de Maura. Alfonso XIII, temeroso de que la situación dañase la imagen de la monarquía, forzó su dimisión.
Cuando estalló la Gran Guerra, el gobierno de Eduardo Dato declaró la neutralidad, que fue respaldada por todos los partidos. Esta postura se adoptó a causa del aislamiento diplomático, la debilidad económica y la incapacidad militar de España. La neutralidad favorecíó una espectacular expansión de la economía. España se convirtió en abastecedora de los países belicosos, a los que suministró materias primas y productos industriales. Sin embargo, mientras que la burguésía industrial y financiera se enriquecíó con los beneficios extraordinarios de la guerra, las clases trabajadoras sufrieron un fuerte descenso de su nivel de vida. Esta situación agravó las diferencias sociales de la época y provocó una gran agitación social y el auge del movimiento obrero. Este clima intensificó el número de huelgas.
Juntas de Defensa: Causas: –El proyecto de reforma militar, que pretendía modernizar el ejército mediante una reducción del excesivo número de oficiales, cuyos salarios absorbían una gran parte del presupuesto. –El sistema de ascensos, en su mayoría por méritos de guerra, lo cual favorecía a los militares que servían en África frente a los peninsulares. Los jóvenes oficiales exigieron el establecimiento de la ‘escala cerrada’, es decir, que los ascensos fueran por rigurosa antigüedad. El descontento cristalizó en la formación de Juntas de Defensa. En Junio de 1917 se presentaron un ultimátum al gobierno conocido como el manifiesto de las Juntas. En el largo pulso entre gobierno y Juntas, estas, con el apoyo del rey, consiguieron imponer sus demandas
la Asamblea de Parlamentarios. El lenguaje regeneracionista de las Juntas fue interpretado por diversos y heterogéneos grupos de la oposición como una señal inminente de la quiebra del régimen y la oportunidad para una reforma o una revolución democrática. Cambó, líder de la Lliga, tomó la iniciativa. Convocó a todos los senadores y diputados españoles a una Asamblea de Parlamentarios en Barcelona en Julio de 1917. La Asamblea acordó la formación de un gobierno provisional, la celebración de Cortes constituyentes que reformasen la constitución en sentido descentralizador y aprobasen la autonomía para Cataluña. Pero el reducido apoyo de los grupos políticos y el rechazo de las Juntas a sus pretensiones permitieron al gobierno disolverla.
huelga general de Agosto. En Marzo de 1917, las dos organizaciones sindicales rivales, la UGT y CNT, suscribieron un manifiesto convocando una huelga general, que finalmente estalló en Agosto. Solo tuvo una especial intensidad en los centros industriales de Madrid, Barcelona, el País Vasco y Asturias. El ejército cumplíó la orden de disparar contra los obreros y los miembros del comité de huelga fueron detenidos y condenados a cadena perpetua, que no llegaron a cumplir, pues al año siguiente salieron elegidos diputados.
Fue en Marruecos, en 1921, donde se iba a producir la crisis más grave. El alto comisario, el general Dámaso Berenguer, inició la ocupación del sector occidental y ordenó al general Silvestre, comandante general de Melilla, que detuviese su ofensiva en el Rif hasta que lograse someter al caudillo indígena que dominaba el sector Accidental.Sin embargo, el general Silvestre reanudó un avance precipitado sobre el corazón del Rif con el objetivo de ocupar la bahía de Alhucemas, y penetró en territorio extenso y de difícil orografía. Abd el-Krim, el jefe de los rifeños, derrotó a las tropas españolas en Annual. Se perdíó toda la zona que había sido ocupada durante años con grandes esfuerzos y murieron o desaparecieron muchísimos soldados, incluido el general Silvestre. La tragedia de Annual tuvo grandes consecuencias políticas y fue una de las causas del fin del régimen parlamentario. La exigencia de responsabilidades forzó al gobierno a nombrar una comisión presidida por el general Picasso para delimitar las culpabilidades militares. El envío del expediente Picasso (1922) a las Cortes abríó también el debate de las responsabilidades políticas. Los socialistas, con el apoyo de la izquierda republicana, iniciaron una campaña de denuncia contra el régimen, donde atribuían al rey toda la responsabilidad del desastre. El gobierno de concentración liberal de García Prieto intentó salvar el régimen constitucional con un programa de democratización y reforma de la Constitución de 1876. Aceptó la formación de una comisión de responsabilidades para dirimir las acusaciones contra los militares, los militares y el rey. Pocos días antes de que el informe llegase a las Cortes, un Golpe de Estado impónía una dictadura militar como ‘solución’ a la aguda crisis del régimen.