Portada » Filosofía » David Hume: Filosofía Empirista
1-El empirismo: Definición: Es una corriente filosófica que se desarrolla en la Europa insular entre los siglos XVII y XVIII según la cual, el conocimiento debe basarse en la experiencia sensible. Se opone al racionalismo en sus tesis básicas de innatismo. Sus mayores representantes son Berkley, Locke, Francis Bacon y sobre todo David Hume.
Sus obras principales son: “Investigación sobre el Conocimiento Humano” y “Tratado de la Naturaleza Humana”. Hume quería crear una ciencia empírica del ser humano. Sus investigaciones se basan en el entendimiento, las pasiones y la moral. Según Hume, la mente se compone de percepciones que proceden de la experiencia, ya que no hay ideas innatas. No hay nada en la mente que no haya pasado antes por los sentidos. Las percepciones pueden ser de dos tipos:
Por ello, podemos decir que las impresiones preceden a las ideas y que éstas provienen de las impresiones. Las impresiones no son sólo los sentidos, sino también sensaciones intensas como amor o deseo. Una idea puede causar una nueva impresión, que esta vez no será de sensación, sino de reflexión. Las ideas y las percepciones como impresiones pueden ser simples o complejas. Las simples son combinaciones de ideas o impresiones simples. Idea e impresión se diferencian por ello en la intensidad principalmente. Las ideas están relacionadas unas con otras, están conectadas entre ellas, se relacionan por una atracción mutua necesaria de tres tipos: 1. Por semejanza entre ellas 2. Por contigüidad espacio temporal 3. Por causalidad. Las intuiciones y las demostraciones aritméticas pertenecen a la relación entre ideas. Para Hume, existen dos tipos de conocimiento: 1. Las relaciones entre ideas: Son conocimientos que no exigen una determinada experiencia para llegar a ellos. Son verdaderas con independencia de lo que pueda pasar en el universo. Son conocimientos como las matemáticas o la lógica. Negarlos es contradictorio. 2. Cuestiones de hecho: Necesitamos de la experiencia para llegar a ellas. Dependen de hechos. Son conocimientos como la física, la historia. Negarlos es posible porque nuestro criterio de validez es pasado. El axioma de que toda idea ha de corresponderse con una impresión llevó a Hume a criticar los conceptos fundamentales de la filosofía, las ideas de causa y substancia. ¿A qué impresión corresponden estas ideas? Esto le lleva a afirmar un escepticismo moderado. La causa: Es una idea básica para el manejo de la ciencia. La causa de un hecho no puede descubrirse por la razón sino por la experiencia, como en la física. Sin embargo, normalmente nos dejamos llevar por las costumbres. La experiencia no es universal, es particular. Por ello, el método empírico es inductivo. Es necesario aplicar el empirismo al propio método empírico para darnos cuenta que el método empírico no funciona, No puedo pasar de la experiencia particular a la universal. Las leyes universales no proceden de ninguna impresión. En cambio, mediante la costumbre y la repetición afirmamos que hay causas. Por ello, según el criterio empirista radical la ley causa-efecto no existe. Los filósofos entienden por causa una conexión necesaria entre fenómenos. El conocimiento empírico es un conocimiento de fenómenos, no de relaciones entre ellos. Así, lo único que se puede afirmar son afirmaciones probables basadas en la experiencia pasada. Por ello emplea el término creencia. El método empírico no puede proporcionar un conocimiento universal. Termina afirmando un realismo crítico. La sustancia: Sustancia es algo que permanece y hace que algo sea lo que es, y que está por debajo de los accidentes. Pero según Hume no hay nada por debajo de los atributos porque no tengo impresión de ello. No tengo impresiones de la idea de sustancia. La sustancia no es más que una colección de ideas simples unidas por la imaginación. Hume afirma que nosotros sabemos que hay objetos y cosas aunque no los veamos gracias a la imaginación y a la memoria, no por la razón. Hume postula que al ir a conocer la realidad, conocemos primero las cualidades secundarias de la realidad, las cuales son subjetivas, y que más tarde, a partir de las secundarias conocemos las primarias, las cuales también son subjetivas, pues su conocimiento parte de las secundarias.
Hume aborda el campo de la identidad personal. Según Hume, no tenemos ninguna idea de yo, porque según él, esta idea no deriva de ninguna impresión. Es pues un referente de las distintas impresiones. Si hay alguna impresión que genere la idea del yo, esa impresión debería ser idéntica a lo largo del tiempo. El yo es una mera creencia a partir de los pensamientos, sentimientos o sucesos que recordamos. El yo es una colección de percepciones. La memoria nos hace creer que existe un yo, pero eso es falso.
La existencia de Dios ha de justificarse no racionalmente, sino empíricamente. No se puede saltar de nuestras impresiones sensibles a la idea de Dios. No hay ninguna impresión que podamos percibir que sea infinita ni parecida a Dios, por ello la idea de Dios no es posible. El hombre acude a la idea de Dios debido a la angustia y al temor que le produce el no tener el control de la naturaleza. Por todo ello, Hume concluye afirmando que lo mejor es adoptar un escepticismo moderado.
Hume va a hacer una crítica a la falacia naturalista. La razón no aguanta una crítica empirista. Para que una idea sea válida, ha de proceder de una impresión. Sin embargo, una idea ética no tiene ninguna impresión. Por tanto, para vivir humanamente y éticamente debemos actuar según los sentimientos, todo lo contrario a las ideas racionales. Eso lo aplicamos a todas las decisiones. El criterio de moralidad que nos mueve a catalogar las acciones depende de los sentimientos que éstos despiertan en nosotros. Por tanto, el bien y el mal no son valores absolutos. Es el corazón el que juzga con sentimientos de aprobación o reprobación. Aprobamos lo agradable y útil y desaprobamos lo vicioso. Quien es benévolo es útil para los demás, lo que beneficie a los demás es útil. Hume afirma que los sentimientos están relacionados con las creencias o convicciones. La creencia es “algo sentido por la mente que depende de la experiencia”. Es el sentimiento el que produce la creencia. Todo esto podría llevar al relativismo y al egoísmo. Pero Hume creía que los sentimientos morales eran los mismos para todo el mundo y que había virtudes y deberes universales. Según Hume, todos los humanos buscamos la felicidad de los demás. El bienestar y la felicidad individuales son inseparables del bienestar y la felicidad colectivos. Por todo ello, Hume afirma que los juicios morales no pueden basarse en la experiencia, pero sí en los sentimientos. Según él, no puede derivarse del orden natural al orden moral. Por ello, critica la falacia naturalista.