Portada » Griego » Dante Alighieri y la Divina Comedia: Un Viaje por Infierno, Purgatorio y Paraíso
Dante Alighieri (Florencia, 1265) fue un poeta, prosista, teórico de la literatura, filósofo y pensador político italiano. Perteneciente a la pequeña nobleza, quedó huérfano de madre a temprana edad y de padre a los dieciocho años. En 1274 conoció a Beatriz, la mujer que amó y que exaltó como símbolo supremo de la gracia divina, primero en La vida nueva y luego en la Divina Comedia.
La Divina Comedia es una obra cumbre de la literatura italiana y universal. En ella, Dante realiza un viaje imaginario a través del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso. Desde la perspectiva del análisis literario, el poema está narrado en primera persona y describe el viaje de Dante a través de los tres reinos de los muertos, que se extiende desde la noche del Viernes Santo hasta el miércoles siguiente a la Semana Santa de 1300. Virgilio, el poeta romano, guía a Dante a través del Infierno y el Purgatorio, mientras que Beatriz, la amada idealizada, lo guía a través del Paraíso.
La Divina Comedia consta de:
«A la mitad del camino de nuestra vida me encontré en una selva oscura, por haberme apartado del camino recto». Dante se encuentra perdido en una selva que simboliza la vida pecaminosa. Virgilio, símbolo de la razón, se presenta como guía para ayudarle a salir de ese estado. La «selva oscura» representa la vida de pecado, un lugar áspero, salvaje y denso que ofusca la inteligencia. En su camino, se encuentra con tres fieras que simbolizan las tendencias pecaminosas: la pantera (lujuria), el león (soberbia y violencia) y la loba (avaricia y codicia). Virgilio le anuncia que contemplará a los condenados en el Infierno, a aquellos que esperan en el Purgatorio y, finalmente, a los bienaventurados en el Paraíso.
Dante y Virgilio llegan a las puertas del Infierno, donde se encuentra el vestíbulo de aquellos que vivieron sin dejar huella. Allí encuentran a Carón, el barquero que transporta las almas condenadas a través del río Aqueronte. En el dintel de la entrada se lee: «Por mí se va a la ciudad del llanto, por mí se va al eterno dolor, por mí se va hacia la raza condenada. La justicia movió a mi supremo Hacedor. El divino poder, la suma sabiduría y el primer amor me hicieron. Antes de mí no hubo nada creado, a excepción de lo inmortal, y yo, a mi vez duraré eternamente. ¡Oh, vosotros, los que entráis, abandonad toda esperanza!»
Virgilio aconseja a Dante que se libere del miedo y se prepare para lo que verá. Primero, se encuentran con las almas de aquellos que vivieron sin merecer alabanza ni vituperio, y con el «perverso coro de ángeles» que no fueron ni fieles ni rebeldes a Dios. Luego, ven a Carón, un anciano que grita a las almas condenadas: «¡Ah de vosotros, almas perversas! No esperéis ver nunca el Cielo. Vengo para conduciros a la otra orilla, donde reinan eternas tinieblas, en medio del calor y el frío». Las almas, desnudas y fatigadas, se retiran llorando hacia la orilla maldita, mientras Carón las reúne con su remo.
Una parábola es una narración breve que tiene como objetivo dejar una enseñanza. Eran narraciones sencillas y familiares para quienes las escuchaban, pero su mensaje es trascendente y lleva a la reflexión.