Portada » Filosofía » Crítica a la Metafísica y Alienación en la Filosofía Contemporánea: Nietzsche y Marx
Para Nietzsche, la crítica a la metafísica expresa un error fundamental sobre el ser y la realidad. Él argumenta que la auténtica realidad reside en la unicidad y constante transformación de cada ser. Todo está sujeto al devenir, un cambio continuo de creación y destrucción. Esta naturaleza dinámica de la vida implica inseguridad, impulsada por una voluntad irracional que lucha por la afirmación frente a la muerte.
Nietzsche ubica este error fundamental inicialmente en Sócrates y Platón, y posteriormente en el cristianismo. Según él, ambos niegan la infinita variedad del ser al intentar comprenderla a través de la razón, negando así la vida misma. El cristianismo, al heredar características del mundo inteligible platónico, perpetúa este error.
Para explicar el origen de este error, Nietzsche recurre a la metáfora de Apolo y Dionisio. Apolo representa la luz, el orden y la razón, mientras que Dionisio simboliza la desproporción, la irracionalidad y la vida misma. Nietzsche critica la negación de Dionisio por parte de la tradición filosófica occidental, que privilegia la razón (Apolo) como única realidad.
Nietzsche también critica la epistemología tradicional, argumentando que el lenguaje es una herramienta limitada que no puede capturar la realidad en su totalidad. Las palabras y conceptos son metáforas parciales que simplifican la realidad y ocultan el devenir constante y las diferencias individuales. El error radica en olvidar el origen metafórico del lenguaje y creer que las palabras representan realidades absolutas.
Para Nietzsche, el lenguaje es inherentemente platónico al aspirar a representar una realidad universal e inmutable. En cambio, él defiende un uso creativo del lenguaje a través de metáforas que impulsen la vida y la voluntad de poder, una fuerza inherentemente creativa.
Marx relaciona el concepto de Dios con la alienación económica, social y política. Esta alienación se ve reforzada por la alienación ideológica, donde la religión juega un papel crucial. Para Marx, las ideas, incluida la religión, pueden funcionar como herramientas de alienación al justificar y ocultar la realidad de la explotación.
Marx critica la religión, considerándola como el»opio del puebl». Argumenta que el mensaje de una vida futura perfecta, con justicia y felicidad, sirve para justificar la injusticia y el sufrimiento en el mundo terrenal. Esta visión desvía la atención de las causas reales de la injusticia, que para Marx se encuentran en la explotación inherente al sistema capitalista.
La concepción del hombre en Marx es materialista, donde la actividad práctica (praxis) juega un papel central. El ser humano se caracteriza por su capacidad de transformar la naturaleza a través del trabajo, creando así nuevas condiciones de vida. Esta interacción dinámica con la naturaleza moldea tanto al hombre como al curso de la historia.
Marx analiza el capitalismo y su impacto en la alienación humana. En este sistema, el hombre se aliena al no verse reflejado en el producto de su trabajo. La división del trabajo, la remuneración salarial y la propiedad privada del capitalista contribuyen a esta alienación. El trabajador se convierte en un objeto, cosificado y separado de su propia esencia.
La alienación económica se extiende a la esfera social y política. El Estado y la sociedad se perciben como entidades ajenas a los intereses del proletariado, representando en cambio los intereses de la clase capitalista. Esta alienación se ve reforzada por la ideología, donde la religión y la filosofía tradicional, al no abogar por la transformación de la realidad, contribuyen a mantener el statu quo.
En resumen, tanto Nietzsche como Marx ofrecen críticas profundas a la tradición filosófica occidental. Mientras Nietzsche se centra en la crítica a la metafísica y la voluntad de poder como fuerza vital, Marx analiza la alienación inherente al sistema capitalista y el papel de la ideología, incluyendo la religión, en la perpetuación de la desigualdad.