Portada » Historia » Crisis del Antiguo Régimen y la Guerra de la Independencia Española
El tránsito del siglo XVIII al XIX marcó el derrumbamiento del Antiguo Régimen, acaecido en medio de grandes convulsiones políticas y militares. En España asistimos a la crisis de la monarquía borbónica (sucesos de Bayona), a la Guerra de la Independencia y a la aparición de corrientes ideológicas enfrentadas (absolutistas y liberales) que marcaron el reinado de Fernando VII. La Crisis del Antiguo Régimen comienza en el año 1788, cuando empieza a reinar Carlos IV, hasta 1833, cuando muere Fernando VII. Dentro de este periodo trascurren el reinado de Carlos IV y el reinado de Fernando VII, y entre ellos se produce la Guerra de la Independencia y el Liberalismo. La Guerra de la Independencia tiene lugar debido a la influencia de la Revolución Francesa en el reinado y la política de Carlos IV sobre España.
Carlos IV y su ministro Floridablanca, desde el momento en que se inició la revolución en Francia, intentaron evitar cualquier contagio revolucionario procedente del país vecino. Tras un corto periodo de gobierno del conde de Aranda, Carlos IV nombró ministro a Godoy en 1792. Como consecuencia de la política que va a llevar a cabo Godoy, en 1793 va a la guerra con Francia en la Guerra de la Convención, pero tras el fracaso se firma la Paz de Basilea. Godoy firma el Tratado de San Ildefonso en 1796 y se somete a los intereses de Francia, que va a hacer que desde ese año hasta 1808 todo lo que sucede en España serán las causas inmediatas que van a provocar el levantamiento del 2 de Mayo.
La debilidad del gobierno de Godoy llevó a España a una creciente dependencia de la política exterior francesa, a la derrota naval de Trafalgar frente al almirante inglés Nelson, y al enfrentamiento con Inglaterra y Portugal. Godoy firma con Napoleón el Tratado de Fontainebleau en 1807, en el que autorizaba la entrada y el establecimiento de tropas francesas en España con el propósito de invadir Portugal. Pronto se hizo evidente que las tropas francesas estaban invadiendo España. Godoy tramó la huida de la familia real hacia Andalucía y la Corte se desplaza a Aranjuez, donde estalló en 1808 el Motín de Aranjuez, que precipitó la caída de Godoy y obligó a Carlos IV a abdicar en su hijo con el título de Fernando VII.
El descontento que hay en España lo aprovecha Napoleón, que llamó a Carlos IV y a Fernando VII y les forzó a abdicar en su hermano José Bonaparte. Fueron las Abdicaciones de Bayona por las que los Borbones cedieron sus derechos a Napoleón. Se produce un vacío con estas abdicaciones, el pueblo de Madrid se levanta y se produce el levantamiento del 2 de Mayo. Se inicia la Guerra de la Independencia que va desde 1808 hasta 1814. Con la Guerra de la Independencia y los inicios del liberalismo en España, se inicia la Edad Contemporánea en España, que va a transformar el sistema político y económico que había en el Antiguo Régimen. Como consecuencia de la invasión de la guerra de Napoleón, aparecen en España corrientes ideológicas, que serían por una parte los afrancesados, que apoyan a José Bonaparte, muchos de ellos son ilustrados y piensan que con José Bonaparte pueden llevar a cabo las reformas.
Eran apoyados por la nobleza, el clero, parte de la aristocracia e incluso la burguesía; por otra parte, los patriotas que reconocen como único rey a Fernando VII, que eran liberales (se oponían a la presencia francesa pero asumían sus pensamientos ideológicos. Quieren la ruptura con el Antiguo Régimen y reconocen la soberanía nacional. Eran apoyados por la burguesía, comerciantes, banqueros, funcionarios y los militares) y tradicionalistas (también llamados absolutistas, reconocen todas las tradiciones anteriores de España. Lo más importante para ellos era Dios, la patria y el rey. Eran apoyados por la mayor parte del pueblo).
La Guerra de la Independencia se llama también guerra peninsular porque toda la península, incluida Portugal, entra en guerra contra Napoleón, o también guerra popular, porque también lucha el pueblo a través de las tácticas de guerra en campo abierto, que es la táctica de la guerrilla, gracias a la cual vencen a los ejércitos de Napoleón. Entre estos guerrilleros destacan el Cura Merino, el Empecinado y Espoz y Mina. Numerosas ciudades ofrecieron resistencia a los franceses, como Zaragoza defendida por Palafox, Gerona por Álvarez de Castro y Cádiz, que fue la única ante la que se estrellaron los ejércitos napoleónicos. La guerra fue larga y se distinguen 3 fases:
El avance francés sobre Andalucía en 1808 acabó en una severa derrota sufrida en Bailén por las tropas napoleónicas de Dupont frente a las de Castaños. Era la primera vez que el ejército de Napoleón fue derrotado en la Batalla de Bailén, y la primera vez que Napoleón tomó en serio a los españoles, pues pensaba que la guerra iba a durar poco tiempo, que la resistencia de los españoles no iba a ser tan fuerte como realmente fue y que iba a poder someter a España rápidamente. Pero se dio cuenta de que la guerra no iba a ser fácil. Un ejército británico al mando de Wellington, hace que las tropas de Napoleón sean derrotadas. La gravedad de la derrota hizo que José I y los franceses abandonaran Madrid y se replegaran al norte del Ebro.
Napoleón está organizando la invasión de Rusia y tenía que dividir su ejército entre España y Rusia. Se vio obligado a venir a la península y logró que sus tropas entrasen de nuevo en Madrid. La victoria de Ocaña en 1809 permitió a los franceses avanzar sobre Andalucía, que fue ocupada menos Cádiz, porque es prácticamente una isla y estaba muy bien protegida por tierra y mar y también porque tenía una burguesía comercial muy abundante.
Como consecuencia del grave descalabro sufrido por Napoleón en la campaña de Rusia, la situación de los franceses se hizo cada vez más difícil, viéndose obligados a replegarse sobre el norte y sufriendo durante 1813 una serie de derrotas: Los Arapiles, Vitoria y San Marcial. La firma del Tratado de Valençay en 1813 puso fin a la guerra, y Napoleón reconocía como único rey de España a Fernando VII.
Las consecuencias de la guerra fueron muy graves para el país, con más de 250.000 muertos por parte española y miles de afrancesados que cruzaron los Pirineos temiendo las represalias. Los daños en la agricultura y ganadería fueron muy graves. Algunas industrias desaparecieron y ciudades como Zaragoza, Gerona o San Sebastián quedaron casi reducidas a escombros. Se había producido una falla ideológica entre los defensores del Antiguo Régimen y los partidarios de la nueva situación política de las Cortes de Cádiz y sustentada en la Constitución de 1812. Ya solo esperaban el regreso de Fernando VII.
Paralelamente a la Guerra de la Independencia, se inician pensamientos de liberalismo que llegan a España a través de los ilustrados y del ejército francés. En España hay una revolución de ideas, que inicia el liberalismo en España. La Junta Suprema Central convocó las Cortes y se reunieron los diputados de España y de las colonias americanas en Cádiz. El 24 de septiembre de 1810 se convocan Cortes, que son unicamerales, para desmantelar el Antiguo Régimen y darle una nueva estructura al Estado basado en el liberalismo. Estos diputados representaban los tres estamentos de la sociedad del Antiguo Régimen, entre ellos había eclesiásticos ilustrados, burgueses, liberales y la nobleza.
El diputado Torrero planteó en el discurso inaugural la necesidad de cambios en el Estado: soberanía nacional, división de poderes, desaparición de la sociedad estamental, igualdad ante la ley y elaborar una Constitución. Estos diputados pertenecían a tres corrientes: Los absolutistas eran partidarios del retorno de Fernando VII como monarca absoluto y sin reformas, los reformistas tenían un pensamiento ilustrado y querían reformas, y los liberales querían cambios en profundidad. Destacaron Torrero, el conde de Toreno o Argüelles. Triunfan las ideas liberales, se redacta una Constitución y se realiza una labor legislativa política, social y económica, que supuso el desmantelamiento del Antiguo Régimen.
Tardaron dos años en elaborar la Constitución de 1812, también conocida como la Pepa por aprobarse el día de San José. Ésta constaba de 384 artículos basados en el liberalismo, los cuales eran: soberanía nacional, división de poderes, el poder ejecutivo lo tiene el rey con sus ministros, el poder judicial los jueces, y el poder legislativo el rey con las Cortes, sufragio universal para los varones mayores de 25 años, y para ser diputado tendría sufragio censitario, ser mayor de 25 años varón con una determinada renta y vivir más de 7 años en la misma provincia, el catolicismo era la única confesión religiosa permitida. La forma de gobierno es la monarquía constitucional.