Portada » Historia » Crisis de la restauración y dictadura 1917-1931
Con la llegada del siglo XX el sistema político de la Restauración se vió superado por una realidad social, económica y política cada vez más compleja, entrando en decadencia hasta su final en 1931 con la proclamación de la II República. En una 1ª etapa (1902-1917) los partidos en el poder optaron por introducir reformas para tratar de salvar el sistema, pero estas fracasaron y en 1917 éste entró en crisis (2ª etapa). En los años posteriores, entre 1918 y 1923, el sistema se descompuso rápidamente (3ª etapa), y en 1923 para tratar de salvar la situación se optó por la dictadura de Primo de Rivera (4ª etapa).
En las primeras décadas de Siglo XX España se hallaba sumergida en un proceso de crecimiento económico y desarrollo industrial imparable. El crecimiento de la industria en determinadas áreas (Euskadi, Asturias, Madrid, Cataluña) y el despegue del sector servicios en las ciudades, provocó importantes cambios a nivel social y político:
Se produjo un fuerte crecimiento de la población urbana y junto a ello un aumento de las clases medias y de los obreros industriales. Crecíó la alfabetización y se produjo una gran difusión de la cultura y las ideas a través de los medios de comunicación de masas (prensa y posteriormente radio), lo que permitíó el surgimiento de una oposición pública sólida y de un espíritu crítico hacia el poder.
La vida política del país se hizo más compleja con el crecimiento de nuevas fuerzas que se opónían al sistema vigente: socialistas, anarquistas y nacionalistas.
Como ejemplo de todos estos cambios (importancia del nacionalismo y la prensa) podríamos reséñar el enfrentamiento entre el ejército y los catalanistas a raíz de la publicación en “Cu-cut” (revista nacionalista) de un chiste considerado ofensivo por los militares. Estos asaltaron periódico, promulgándose después la Ley de jurisdicciones (1906) por la cual quedaban bajo jurisdicción militar las ofensas a la patria o el ejército.
A pesar de los cambios sociales y políticos, el sistema de la Restauración se manténía vigente (turnismo y bipartidismo), pero tanto el Partido Conservador como el Liberal habían perdido a sus líderes naturales (Sagasta y Cánovas), que fueron sustituidos por el político conservador Maura y el liberal Canalejas.
Los dos partidos se turnaron en el poder: tras la caída de Maura en 1909, Canalejas gobernó entre 1910 y 1912. Ambos políticos trataron de introducir reformas, conscientes de que las cosas estaban cambiando y de que el sistema se veía desbordado por la complejidad de la nueva sociedad. Sin embargo, esas reformas resultaron un fracaso, porque eran demasiado limitadas y no pretendían democratizar verdaderamente el sistema. Se trataba de “cambiar algo para que todo siguiera igual”.
Maura inició una serie de reformas que él mismo denominó “revolución desde arriba” y que pretendían la regeneración del sistema. Entre sus medidas:
Política social de mejora de las condiciones de vida de los obreros: ley del descanso dominical y creación del Instituto Nacional de Previsión (antecendente de la Seguridad Social actual), legalización del derecho de huelga.
Política de acercamiento al nacionalismo catalán:
proyecto de Ley de Administración Local que permitía la creación de Mancomunidades (organismos autónomos en los que podían agruparse varias diputaciones provinciales, siendo el embrión de una autonomía regional).
Sin embargo, las reformas no terminaron de consolidarse debido a la caída de Maura del poder 1909 tras los acontecimientos de la guerra en Marruecos y la Semana Trágica.
Después de la Conferencia de Algeciras (1906) y del Tratado Hispano-francés (1912) España penetró en el norte de África, repartíéndose con Francia los territorios de Marruecos el Sáhará.
España obtuvo el control del Rif, franja del norte de Marruecos, además del enclave de Ifni y el Sáhará occidental. Eran tierras de escaso valor económico, que sobre todo en el caso del Rif estaban pobladas por tribus o cabilas muy belicosas que se resistieron a la ocupación.
Por un lado, la intención de políticos y militares de volver a convertir a España en una potencia colonial.
Además los oficiales africanistas encontraron en Marruecos la posibilidad de ascensos rápidos por méritos de guerra.
Por otro lado, el pueblo rechazaba cada vez más la guerra contra los rebeldes bereberes, que resultaba tan impopular como el propio sistema de reclutamiento (permitía evitar la incorporación al ejército con el pago de una tasa, posibilitando a los hijos de las clases altas evitar la guerra). En Julio de 1909 se movilizaron reservistas casados en Cataluña para ir a combatir a Marruecos. En el puerto de Barcelona se produjo entonces una revuelta que pronto se extendíó a toda la ciudad dirigida por socialistas, anarquistas y republicanos. Durante una semana, la Semana Trágica, el pueblo ocupó las calles y se preparó una huelga general. Pero el movimiento antimilitarista se desbordó, se levantaron barricadas y se iniciaron los ataques contra las iglesias y los conventos (anticlericalismo). La represión fue dura e intervino el ejército: cien muertos, prisión para más de mil personas y la ejecución de cinco penas de muerte. Entre ellas las del pedagogo anarquista Ferrer i Guardia, convertido en “chivo expiatorio”, cuya muerte creó una gran polémica en España y el extranjero. La represión de la Semana Trágica y las críticas que levantó provocaron la caída de Maura y el rey traspasó el gobierno a los liberales, liderados por Canalejas.
Canalejas profundizó aún más en la política reformista de su antecesor:
Política social de aproximación a los sectores populares a través de la eliminación de los impuestos de consumos y de la reforma de la ley de reclutamiento.
Política de separación entre Iglesia y Estado. Se lanzó la Ley del Candado, que limitaba la creación de nuevas órdenes religiosas durante dos años.
Política de acercamiento a los nacionalistas: elaboración definitivamente la Ley de Mancomunidades, que permitiría la uníón de las diputaciones y que fué aprobada en 1914.
En primeras décadas del Siglo XX, mientras los partidos de la Restauración se debilitaban y dividían, la oposición crecíó y se robustecíó.
Tanto el Partido Liberal como el Conservador entraron en el nuevo siglo huérfanos de sus grandes líderes (Cánovas y Sagasta). A pesar de todo el Partido Conservador encontró un líder claro en la persona Maura y también el Partido Liberal tuvo en Canalejas un líder con futuro. Pero la caída de Maura en 1909 tras los acontecimientos de la Semana Trágica y el asesinato de Canalejas en 1912 por un anarquista, dejó a ambos partidos sin líderes claros. Esto provocó una fuerte división y fuertes luchas por el poder.
Entre los conservadores posteriores habría que resaltar a Dato y entre los liberales al conde de Romanones, pero ya ninguno de ellos tendría el prestigio y el predominio de sus predecesores.
La oposición se fue haciendo más fuerte, tratando de cuestionar y acabar con el turnismo bipartidista de la Restauración.
La principal fuerza de oposición. Contaba con el apoyo de la clase media más laica progresista y también de sectores populares importantes. Los republicanos se encuentraban divididos en diversas tendencias y partidos, entre los que empezó a destacar el Partido Radical de Alejandro Lerroux, fundado en 1908.
Entraron en el parlamento (primer escaño de Pablo Iglesias en 1910)
Gracias a una coalición con los republicanos. Desde entonces crecieron sin parar, al producirse un traspaso de votos republicanos hacia el PSOE, sobre todo en las ciudades. Mientras, la UGT crecía en número de afiliados, especialmente en Madrid, Asturias y el País Vasco.
El impulso del anarquismo fue fuerte y en 1910 se fundó la Confederación Nacional del Trabajo (C.N.T.), que se convirtió en el principal sindicato de Cataluña, alcanzando fuerza también en Valencia y Andalucía. Su rechazo a toda participación en política y su carácter revolucionario le condujo a tomar posturas radicales, por lo que sufrieron una fuerte represión y fueron ilegalizados periódicamente.
rompieron ahora el bipartidismo en sus territorios (Cataluña y el País Vasco), superando en votos a los partidos de la Restauración.En lo referido al nacionalismo catalán, la Lliga Regionalista se convirtió ahora en el principal partido de Cataluña. Con una ideología burguesa y autonomista, fue fundada en 1901 por Cambó y Prat de la Riba. Un momento importante en la evolución del catalanismofue cuando el rechazo general en Cataluña a la ley de jurisdicciones permitíó la formación de un amplio movimiento, “Solidaridad Catalana”, coalición que reuníó a la Lliga, los tradicionalistas catalanes y los republicanos, en defensa de una autonomía para Cataluña y por la derogación de la ley. En las elecciones de 1907 consiguió esta coalición la mayoría de los escaños que Cataluña tenía en el Congreso rompiendo definitivamente el bipartidismo existente. También hay que resaltar otro hecho: en 1914 y acogíéndose a la ley de Mancomunidades, las diputaciones catalanas se fundieron en la Mancomunidad Catalana, lo que supónía un primer intento de autonomía regional. El Nacionalismo vasco crecíó hasta convertirse en la principal fuerza política, especialmente en Vizcaya. En 1898 Sabino Arana, fundador del PNV llegó a diputado y en 1907 los nacionalistas lograron la alcaldía de Bilbao. Años después el PNV moderó su discurso intentando atraer a la burguésía con una defensa de una postura autonomista, lo que le convertíó en la principal fuerza de Vizcaya. Esa moderación provocó disensiones internas entre radicales (o aberrianos) y autonomistas.
Entre 1914 y 1918 Europa vivíó en guerra, las potencias centrales (Alemania y Austro-Hungría) se enfrentaron a los aliados (Francia, Gran Bretaña y Rusia).
El aislacionismo que siempre caracterizó a nuestra política exterior nos mantuvo fuera de los sistemas de alianzas. Además España carecía de importancia política y económica y de fuerza militar como para convertirse en un aliado deseado por los contendientes.A pesar de la neutralidad, en España se desarrolló una fuerte polémica entre “aliadófilos” y “Germánófilos”.
Las clases altas, la Iglesia y los militares fueron partidarios de Alemania, más conservadora, mientras los republicanos defendían a los aliados, más demócratas. Los socialistas y anarquistas rechazaban la guerra, al concebirla como un conflicto burgués e imperialista.La neutralidad de España favorecíó durante la Primera Guerra Mundial una importante expansión económica.
…
… La guerra redujo la capacidad productiva de los países en guerra y España se convirtió en suministradora de productos industriales y agrarios de todos ellos. Esto permitíó un fuerte desarrollo industrial. Fueron años de grandes negocios y de enriquecimiento fácil y rápido para la burguésía. Pero la guerra trajo consigo también el aumento de los precios, la inflación, que afectó especialmente a las clases bajas. Estas vieron bajar su nivel de vida y su poder adquisitivo, ya que los salarios no subieron al mismo ritmo. De esta forma la guerra contribuyó a aumentar las desigualdades sociales, pues los enormes beneficios hicieron a los ricos más ricos y la inflación hizo aún más pobres a los pobres.
Esto provocó el aumento de la conflictividad social.
Pero en 1917 estalló también la Revolución Rusa, en la que por primera vez un partido obrero consiguió ocupar el poder. Las organizaciones obreras de todo el mundo vieron en Rusia un ejemplo a seguir, lo que estimuló su lucha; mientras que la burguésía se aterrorizaba y reaccionaba aumentando la represión. Ambas actitudes explicaron la elevada conflictividad social.
En el contexto ya señalado de la Primera Guerra Mundial, el sistema político de la Restauración entrará en crisis definitivamente, tambaleándose debido a la confluencia de una triple crisis:
CRISIS SOCIAL: la inflación y el crecimiento de las desigualdades propiciadas por la guerra desembocó en una fuerte conflictividad social. En 1917 los sindicatos U.G.T. y C.N.T. Llegaron a la unidad de acción y lanzaron un manifiesto conjunto que llamaba a la huelga general revolucionaria.
No solo se defiendía la mejora de las condiciones de vida y el control de los precios, sino que se iba más lejos y se pretendía acabar con el sistema político, pidiendo la creación de un gobierno provisional y unas Cortes Constituyentes. La reacción del gobierno fue la represión: declaración de la ley marcial y actuación del ejército.
CRISIS MILITAR: se generó un fuerte descontento entre los oficiales de baja y media graduación, debido a la pérdida de nivel de vida por la inflación y al hecho de que los ascensos se obténía mayoritariamente por méritos de guerra, lo que beneficiaba a los militares africanistas frente a los de la Península. Como consecuencia, surgieron Juntas de Defensa que reclamaban un aumento salarial y se opónían a los ascensos por mérito de guerra, reivindicando la antigüedad como único criterio. Culpaban al gobierno de la situación y pedían también la renovación de la política.
CRISIS POLÍTICA: Ante esta situación de crisis, el gobierno suspendíó las libertades constitucionales y clausuró las Cortes. Como reacción los nacionalistas catalanes crearon en Barceona la Asamblea de parlamentarios, una especie de parlamento alternativo, a la que después se unirán republicanos y socialistas. Todos pedían la creación de un gobierno provisional que convocara Cortes Constituyentes, con el objetivo de cambiar el sistema. La Asamblea fracasó por su división interna y la intervención de la guardia civil que la disolvíó por la fuerza.
El sistema político sobrevivíó a la crisis de 1917, pero quedó gravemente tocado, entrando en los años posteriores en una fase de descomposición, marcada por la inestabilidad política, la radicalización de los conflictos sociales y la derrota en la guerra de Marruecos.
A pesar de recurrir al fraude y el pucherazo, ninguno de los dos partidos del sistema lograban ya reunir la mayoría parlamentaria para gobernar, por lo que la inestabilidad política era enorme (en esta etapa hubo 10 gobiernos). Esta inestabilidad y los conflictos sociales provocaron además continuas suspensiones del Parlamento y de las libertades constitucionales.En un intento de salvar la situación se recurríó a gobiernos de concentración (liberales y conservadores gobernaban juntos), a los que se invitó también a la Lliga Regionalista de Cambó. Sin embargo, las diferencias entre los partidos llevaron a su fracaso.
Tras la crisis de la Primera Guerra Mundial, toda Europa y España vivíó una época de gran conflictividad social, en la que las organizaciones obreras adquirieron más fuerza:
El PSOE crecíó, evolucionando cada vez más hacia posiciones moderadas y reformistas, bajo la dirección de líderes como Julián Besteiros e Indalecio Prieto (sustitutos del fallecido Pablo Iglesias). Tras la Revolución Rusa el sector más radical del partido se excindió y fundó el Partido Comunista de España (PCE) en 1921.
La CNT crecíó también con fuerza (pasó de 15.000 afiliados en 1915 a 700.000 en 1919) gracias al prestigio de nuevos líderes como Salvador Seguí y Ángel Pestaña.
Los conflictos sociales se extendieron por toda España, dando paso a una etapa convulsa que la burguésía conocíó como el “trienio bolchevique” (1918-1921).
En Andalucía, la miseria de los jornaleros, reforzada por la inflación y la influencia de la Revolución Rusa, impulsó revueltas campesinas en las cuales se quemaron cosechas, se ocuparon tierras y se asaltaron cortijos. En Cataluña, el movimiento huelguístico llegó al extremo. En 1919 se inició la huelga de “La Canadiense” (empresa que suministraba electricidad a la mayoría de Barcelona) paralizando la ciudad y su industria durante más de un mes. El conflicto se radicalizó provocando una durísima represión. Desde ese momento la situación se hizo muy violenta y se desarrolló en Barcelona en fenómeno conocido como el de “pistolerismo”. Grupos anarquistas atentaron contra políticos y patronos. A su vez los empresarios recurrieron a pistoleros a sueldo que asesinaron a dirigentes obreros con el apoyo de unas autoridades que ejercieron una dura represión, llegando a aplicar la “ley de fugas”. La burguésía organizó estos grupos represivos en los SOMATEN o “sindicatos libres”.
A pesar de resultar impopular, los políticos y la mayoría del ejército creía en la necesidad de crear un Imperio colonial. Para ello se constituyó un cuerpo de élite, la Legión, y se inició después del fin de la Primera Guerra Mundial una serie de operaciones militares con la intención de controlar definitivamente el norte de Marruecos. En Julio de 1921 el general Silvestre penetró en el interior del Rif sin haber protegido su retaguardia. Las tribus rifeñas, agrupadas bajo el liderazgo de Abd-el-Krim atacó entonces por sorpresa el puesto español de Annual, provocando la desbandada de las tropas españolas, que sufrieron más de 10.000 bajas. El desastre de Annual provocó una fuerte crisis política:
La opinión pública y la oposición política protestaron. El gobierno dimitó y se inició un proceso parlamentario para depurar responsabilidades. Se creó una comisión de investigación que elaboró el “Expediente Picasso”, donde se apuntaba la responsabilidad de altos mandos del ejército, de políticos e incluso del propio Rey. El ejército rechazó este proceso. El expediente no llegó nunca a debatirse en las Cortes, ya que días antes el general Primo de Rivera dio un Golpe de Estado.
En Septiembre de 1923 el general Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, dio un Golpe de Estado;
Alfonso XIII, aunque al principio titubeó, le cedíó el poder. Para entonces, muchos sectores sociales pensaban que la entrada del ejército en política era la única solución: el monarca, muchos políticos conservadores, las clases altas, la Iglesia y los militares veían que el sistema de la Restauración estaba definitivamente bloqueado y despretigiado, y la conflictividad obrera no hacía más que aumentar. Para ellos la única forma de evitar la democratización real de España y conseguir restablecer el orden público era la intervención del ejército. Además tanto el Rey como el ejército querían a toda costa evitar que las Cortes exigieran responsabilidades por el desastre de Annual a los militares e incluso al Rey.
B) LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO DURANTE LA DICTADURA +En un principio y de forma temporal creó un Directorio militar, gobierno formado solo por militares.
Se suprimíó el régimen constitucional, se eliminó el parlamento y se prohibíó la actividad de partidos y sindicatos. Primo de Rivera se convirtió en dictador, con todos los poderes del gobierno. A la vez se produjo la militarización del orden público y se reprimíó con dureza al movimiento obrero más radical (anarquistas y comunistas).+En una segunda fase se constituyó un Directorio civil, gobierno formado también por civiles. Se intentó consolidar el régimen, dotándolo de unas instituciones:
Se creó un partido gubernamental, la Uníón Patriótica, para dar apoyo social a la dictadura. Se fundó también una Asamblea Nacional Consultiva, corporativa y autoritaria, formada por representantes de las corporaciones económicas elegidos por sufragio indirecto y por representantes escogidos por el dictador.
Los pilares básicos de la actuación política del dictador durante los años de gobierno fueron:
-Se puso fin a la guerra de Marruecos con el control definitivo del Rif por el ejército español. En coordinación con Francia y tras el desembarco de Alhucemas (1925) se vencíó definitivamente a Abd-el-Krim, líder de los rifeños.
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A nivel económico el régimen se vió favorecido por la buena coyuntura económica internacional durante la segunda mitad de los años 20. Se inició ahora una política de desarrollo económico basada en:
Intervencionismo del Estado en la economía, con el fomento masivo de las obras públicas (carreteras, pantanos, etc) y la creación de monopolios (Telefónica en el sector de las comunicaciones y CAMPSA en el del petróleo).
Proteccionismo del Estado, que ayudó a las industrias nacionales con subvenciones y puso aranceles altos a los productos extranjeros.-
A nivel social y laboral el régimen optó por la represión del sindicalismo más radical (anarquistas y comunistas), a la vez que toleraba a la UGT socialista y aceptaba algunas mejoras en las condiciones de vida de los obreros. Reclutó una milicia civil de voluntarios para controlar el orden público (Somatén Nacional)
. Creó además una Organización Corporativa Nacional al estilo fascista en la que se discutirían los problemas laborales (salarios, condiciones de trabajo), que estaba compuesta por representantes obreros y empresarios, todos ellos bajo control del Estado. Con una coyuntura económica favorable que redujo el paro y bajo este sistema laboral se alcanzó una cierta paz social y los conflictos disminuyeron.-
A nivel territorial, Primo de Rivera reforzó el centralismo, suprimiendo la Mancomunidad de Cataluña y prohibiendo el uso del catalán en actos y documentos públicos. La consecuencia fue el rechazo de la burguésía catalana a un régimen que empezó apoyando como medio de frenar el movimiento obrero, y la radicalización gneral del nacionalismo catalán, que derivó hacia posturas más izquierdistas e independentistas: la Lliga Regionalista perdíó fuerza a favor de Estat Catalá de Maciá, partido que fue el origen de Esquerra Republicana de Cataluña en la II República.
Desde 1929 la situación económica dejó de ser buena (crisis internacional de 1929)
, a la vez que aumentaba el desprestigio de la dictadura. En esta situación la oposición al régimen fue aumentando: rechazo a la dictadura por parte de la intelectualidad (expulsión de Unamuno de la Universidad de Salamanca), intentonas militares fracasadas contra el régimen (rechazo de la reforma del arma de artillería), oposición del movimiento obrero, especialmente de la CNT, y creciente rechazo a la dictadura por parte de los nacionalistas, debido al centralismo y anticatalanismo del dictador.
En Enero de 1930, ante el desprestigio creciente de la dictadura, Alfonso XIII depuso a Primo de Rivera. Le sustituyó el general Berenguer, en la llamada “dictablanda”, que prometíó el retorno al sistema parlamentario. Pero la lentitud de los cambios llevó a la oposición a agruparse en el Pacto de San Sebastián.
Firmado por republicanos, socialistas y nacionalistas de izquierda, en él se defendía claramente la República como alternativa.
En Febrero de 1931 llegó al gobierno el almirante Aznar que preparó elecciones a Cortes, tratando de volver al sistema de antes de la dictadura como si nada hubiera ocurrido. Pero eso resultó imposible y en las elecciones municipales de Abril las fuerzas republicanas arrasaron en las ciudades. Alfonso XIII, desprestigiado por su apoyo a la dictadura, tuvo que renunciar al trono y salir del país.
-Crecimiento económico muy lento.
Revolución industrial tardía e incompleta y muy concentrada geográficamente (Cataluña, País Vasco, Asturias).
Agricultura atrasada, con bajos rendimientos y desigual distribución de la tierra.
Clases medias y burguésía muy débil, enorme peso y poder de la nobleza terrateniente y mayoría de población campesina con condiciones de vida muy duras (jornaleros, yunteros y pequeños propietarios).
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Tardía expansión del movimiento obrero y de los planteamientos ideológicos más democráticos.
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Pervivencia de un modelo demográfico antiguo durante buena parte del Siglo XIX, con altas tasas de natalidad y mortalidad que producían un bajo crecimiento de la población (menor del 1%). Todo ello debido al mantenimiento de una fuerte mortalidad catastrófica (guerra, epidemias y crisis de subsistencia), lenta reducción de la mortalidad ordinaria y mantenimiento de una alta fecundidad.
Se produce una crisis del modelo de crecimiento económico imperante, basado en el comercio con las colonias americanas (estas nos aportaban materias primas como minerales, metales preciosos o productos agrícolas de plantación; y además se convertían en mercados para nuestros productos). Varios factores hay que tener en cuenta al respecto:
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Interrupción del comercio con América debido primero a las guerras contra Inglaterra, posteriormente a la Guerra de Independencia y más tarde al proceso de secesión de las colonias americanas.Con la independencia de éstas en los años 20, España perdíó lo recursos americanos y sólo pudo apoyar su economía en el mercado interior.
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Disminución de la producción agraria debido a la sucesión de años de malas cosechas, a lo que habrá que añadir los desastres de la Guerra de Independencia.
-Debido a la crisis económica y la guerra se produjo un freno en el crecimiento demográfico.
Período de expansión del capitalismo industrial en Europa. En España surgíó un primer foco de industria textil en Cataluña pero, aunque el crecimiento económico existíó, éste fue más lento que en otros países y no se verá nada favorecido por una serie de factores:
-Un mercado pobre y mal articulado. -La escasez de capitales propios. -El conflicto existente entre la escasa burguésía industrial que demandaba una política proteccionista (aranceles elevados) que protegiera sus productos industriales frente a los de otras potencias europeas más competitivas, y la oligarquía terrateniente, defensora del librecambismo, que destinaba una parte importante de su producción a la exportacón al extranjero, por lo que le interesaba que los mercados estuvieran abiertos y sin barreras proteccionistas.
En Europa se desarrolló el capitalismo imperialista, la mundialización de la economía y la concentración financiera, fueron los años de la 2ª Revolución Industrial. En España el desarrollo económico se aceleró, aunque fue más lento que en otros países. Sin embargo, en estos años se produjeron algunos fenómenos que nos permitieron hablar de un progreso:
-Creación de capitales propios y de un sector bancario nacional importante a partir del desarrollo industrial y el comercio colonial con Cuba y Puerto Rico.
-Desarrollo de nuevos focos industriales: junto al rápido crecimiento de la industria textil catalana, nacíó una importante industria siderometalúrgica en Euzkadi y Asturias.
-Se produjo en los años 80 una grave crisis agrícola:
la revolución de los transportes y la navegación posibilita la llegada masiva a Europa de cereales de América y otras partes del mundo (al ser más barato, el cereal español no puede competir con ellos), mientras la filoxera arruinaba la producción de vino catalana.
-Como consecuencia de esta crisis agraria, los grandes productores agrarios, antes dedicados a la exportación, abandonaron el librecambismo y se unieron a la burguésía industrial en defensa de una política proteccionista, que se impuso en 1890. Ambos grupos pretendieron quedarse en exclusiva con el mercado colonial -especialmente Cuba- y el mercado interior español.
A pesar de todos estos cambios y del progreso operado en estos años, la mayoría de la población continuó siendo agraria y analfabeta, y la estructura industrial era arcaica:
Predominio de la industria artesanal sobre la moderna y, dentro de la industria moderna, predominio del sector textil sobre el siderometalúrgico.
La revolución agraria liberal fue un proceso por el cual los gobiernos liberales del Siglo XIX modificaron el sistema de propiedad y explotación de la tierra.
Estas transformaciones, que en ningún momento pretendieron la redistribución de la propiedad en favor de los campesinos pobres, se prolongaron entre 1836 y 1867, y enlazaron directamente con el programa de reforma agraria pensado ya por los ilustrados españoles del Siglo XVIII, que apenas fue aplicado.
-Poner las tierras en manos de propietarios únicos e individuales, redifiniendo el derecho de propiedad al convertir en propiedad moderna privada la propiedad imperfecta (mayorazgo, manos muertas, tierras de propios y comunales).
-Plena libertad por parte del propietario para poder disponer de su tierra: comprar, vender, arrendar, cercar y explotar.
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Cultivar de forma moderna, mejorar los cultivos y técnicas y lograr mayor productividad.
Las primeras leyes reformistas surgieron con las Cortes de Cádiz. Después sufrieron los vaivenes de la construcción del estado liberal (eliminación con el regreso de Fernando VII, reimplantación durante el corto periodo del Trienio Liberal y eliminación posterior en la Década Ominosa), hasta que quedaron difinitivamente establecidas en 1836, durante el gobierno de Mendizábal (Regencia de Mª Cristina).
En 1836 se confirmaron las leyes de las Cortes de Cádiz que consagraban el pleno derecho del propietario sobre sus tierras: libertad de cercamiento, explotación, arrendamiento y comercialización.
Se suprimieron las antiguas limitaciones jurídicas que las familias de la nobleza tenían sobre sus “tierras vinculadas”, de las que eran propietarios y de las que cobraban rentas agrarias, pero de las que no podían disponer libremente, no podían venderlas ni fragmentarlas entre sus herederos (la tierra estaba vinculada al título y era el primogénito el que las heredaba). Se desvincularon en dos fases, en una primera el dueño dispondría libremente de la mitad de la tierra, en una segunda su sucesor contaría con el resto.
Los señoríos cuestionaban en un doble sentido los principios liberales: por un lado el ejercicio por parte del señor de la justicia en sus tierras supónía una negación del principio de soberanía nacional, por otro lado, la existencia de unos monopolios o banalidades (pagos de los campesinos por el uso de puentes, molinos, etc., propiedad del señor) supónían la negación de la libertad económica de comercio e industria.
Las medidas que se tomaron fueron las siguientes:
+Supresión de los señoríos jurisdiccionales, que pasaron a la Nacíón.
+Supresión de monopolios.
+Los señoríos territoriales se convirtieron en simple propiedad privada individual, permaneciendo en manos de los antiguos señores.
Como consecuencia de la abolición de los señoríos los grandes nobles mantuvieron sus propiedades, siendo además indemnizados por la pérdida de las rentas procedentes de sus monopolios y del ejercicio de la justicia (rentas jurisdiccionales).
Ya iniciada en el Siglo XVIII durante el reinado de Carlos IV, los liberales la pusieron en marcha con las Cortes de Cádiz primero y con el Trienio Liberal después, aunque apenas tuvieron tiempo de desarrollar su legislación desamortizadora. La desamortización se hacía siempre según sistema de subasta y pretendía resolver los problemas financieros del Estado y hacer frente a la deuda pública. Podemos destacar dos grandes procesos desamortizadores:
+Desamortización de Mendizábal (1836-37). Desamortización de los bienes del clero con el objetivo de reducir la deuda y hacer frente a los gastos de la I Guerra Carlista. Se suprimían las órdenes religiosas (clero regular) y se vendían sus bienes y los del clero secular, que se mantuvo al cargo de las parroquias.
+Desamortización de Madoz (1855). Con la Ley General de Desamortización de 1855 el gobierno del Bienio Progresista pretendía: liquidar los últimos bienes del clero secular y vender los bienes de propio de los municipios; aunque los bienes comunales quedaron en teoría excluídos, en la práctica muchos bienes comunales fueron también vendidos.
Las reformas liberales tuvieron como consecuencia:
-El clero sufríó un duro golpe y la Iglesia perdíó buena parte de su riqueza.
A partir de entonces nos encontraríamos una Iglesia más débil, pero también menos autónoma y más controlada, ya que dependía de las subvenciones del Estado (Concordato de 1851).
-Se creó una nueva clase dirigente muy fortalecida que fundía a la antigua nobleza y a la alta burguésía urbana:
Los primeros no perdieron sus tierras, fueron indemnizados por la pérdida de parte de sus rentas y pudieron incrementar su patrimonio gracias a la desamortización. Los segundos invirtieron sistemáticamente en la compra de tierras desamortizadas, convirtiéndose también en grandes terratenientes.
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Los pequeños campesinos no obtuvieron apenas ningún beneficio de las reformas, no pudiendo acceder a la tierra subastada en las desamortizaciones por falta de recursos. Esto explica su escasa adhesión a los postulados liberales.
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Los campesinos no propietarios, especialmente abundantes en la mitad sur del País, vieron empeorar drásticamente su situación:
+Por un lado, los arrendatarios vieron como sus contratos de arriendo eran rescindidos (se les expulsaba de las tierras, que a partir de entonces serían trabajadas por jornaleros) o reformados (se hacían contratos a corto plazo y se pagaban en moneda).
+Mientras, la desamortización de las tierras de los ayuntamientos, con frecuencia explotadas por jornaleros y yunteros, supuso un empeoramiento grave de las condiciones de vida de éstos.
A nivel general, hasta fines del Siglo XIX aumentó la superficie agraria cultivada, la producción y las exportaciones, pero la agricultura siguió siendo extensiva, atrasada y poco productiva.
El minifundismo en el Norte y el latifundismo y la desigual distribución de la tierra en el Sur no favorecieron el despegue del sector agrícola.
D)PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN EN LA ESPAÑA DEL Siglo XIX .El proceso de industrialización en España vino marcado por su lentitud y su concentración geográfica en unos puntos muy concretos. Esto ha permitido a algunos autores hablar del “fracaso de la revolución industrial en España”.
Entre las causas del retraso industrial se encontrarían los problemas derivados de la falta de capital necesario para las inversiones:
Se acumuló poco capital debido a la escasa generación de riqueza y el bajo ahorro, pero además el capital disponible no se invirtió en sectores como el industrial y el comercial, sino que se desviaba hacia la compra de tierra desamortizada.
-Como consecuencia se recurríó a capitales extranjeros que llegaban a España desde la mitad del Siglo XIX para ser invertidos en ferrocarriles y minería. Llegaban en condiciones de rentabilidad asegurada por el Estado y eran, sobre todo, franceses (banqueros como Pereire o Rotschild).
A finales del siglo, en Cataluña y el País Vasco sobre todo, surgieron capitales propiamente españoles a partir de la exportación de vinos catalanes, el negocio colonial con Cuba y Puerto Rico, la exportación de hierro vasco a Inglaterra y la aparición de un verdadero sector industrial en estas zonas. Como consecuencia surgirá una Banca hispana consolidada (Banco Bilbao, Banco de Vizcaya, Banco Santander, Banco Hispano Colonial).
Una sociedad industrial necesitaba un buen sistema de comunicaciones que articulara el territorio y permitiera el desarrollo del comercio. Sin embargo, España permanecíó como un mercado pobre (formado por millones de campesinos míseros) y un mercado desarticulado, debido a la inexistencia de un buen sistema de comunicaciones. En este sentido se vió negativamente afectada por su marco físico:
Somos un país muy montañoso, con enormes distancias fruto de los grandes despoblados y con ríos no navegables.
+La red de carreteras, que había sido mejorada por los borbones en el Siglo XVIII, fue muy dañada por la Guerra de Independencia y más tarde por las guerras carlistas. Hubo que esperar a finales del siglo, durante la Restauración, para que comenzara una verdadera labor de reconstrucción, aún insuficiente. Por otro lado, la distribución radial de la red de carreteras (centro la ciudad de Madrid), provocó una contradicción entre un centro poco poblado con gran densidad de vías y una periferia, más poblada y con más flujos comerciales, con menor densidad de vías de comunicación.
+La construcción del ferrocarril también fue tardía y lenta por la falta de capitales y nivel técnico. Durante la Década Moderada se inició su construcción (primera línea Barcelona-Mataró) pero se cometíó el error de optar por un ancho de vía diferente al europeo. Pero fue a partir del bienio progresista cuando se aprobó la Ley de Ferrocarriles de 1855, que estimuló la construcción ferroviaria atrayendo capitales extranjeros: se garantizó a las compañías unos rendimientos mínimos de sus inversiones y se les dió amplias subvenciones y ventajas (exentas de impuestos arancelarios a la importación de material ferroviario, subvención por kilómetro construído). A finales del Siglo XIX las carácterísticas de nuestro ferrocarril tenían varios rasgos negativos:
-Trazado radial a partir de Madrid y con el objetivo de explotar las minas para la exportación. La red no se dispónía como una tela de araña, lo que hubiera permitido articular bien el territorio.
-Trazado caprichoso e irregular fruto de la especulación con las subvenciones.
-Trenes lentos y caros y, en consecuencia, falta de rentabilidad de muchas líneas.
El debate entre los historiadores sobre el papel del ferrocarril ha sido polémico: unos opinan que el interés por el desarrollo de este sector a partir de mediados del siglo descapitalizó otros sectores industriales e impidió su despegue; otros, en cambio, piensan que sin el desarrollo del ferrocarril hubiera sido imposible la modernización económica el país. Incluso aceptando los errores en la política ferroviaria, sin su expansión la industrialización habría sido aún más lenta.
+DUALISMO ECONÓMICO entre la periferia y el norte desarrollado, moderno, urbanizado e industrializado, y una España interior, central y del sur que permanece anclada en el tiempo, rural, campesina y profundamente arcaica.
+DUALISMO SOCIAL entre una gran masa de jornaleros y pequeños campesinos, a los se uníó después una limitada masa de obreros (todos estos sectores con condiciones de vida duras y miserables) y una oligarquía agraria, y más tarde, también financiera e industrial que ejercíó durante casi todo el siglo la primacía social, el control político y el dominio de las estructuras económicas.
Hasta mediados de la centuria las estructuras sociales del país podrían calificarse de preindustriales y sólo de forma lenta el proceso de industrialización comenzó a cambiar esas estructuras, especialmente en algunas regiones. De todos modos, esos cambios no fueron suficientemente significativos hasta la segunda década del Siglo XX.
La lenta transformación económica-industrial motivó que a finales del siglo nuestro país mostrara todavía fuertes arcaísmos sociales
+Predominio de la población rural: apenas un puñado de ciudades sobrepasaba los 100.000 habitantes en 1900, salvo Madrid todas ellas situadas en la periferia ( Barcelona, Sevilla, Valencia, Zaragoza, Bilbao, Murcia, Málaga).
+Elevado porcentaje de población activa agraria (más del 70%).
La existencia de grandes latifundios en el sur y minifundios en el norte colocó a la mayoría de la población campesina al borde de la miseria e impidió una verdadera revolución tecnológica en la agricultura. Más de la mitad de la población agraria eran jornaleros (aproximadamente dos millones y medio), con condiciones de vida durísima, mientras que un 4% de los propietarios poseía más de la mitad de la renta agraria.
+Escasez de una clase media y una pequeña burguésía moderna que diera cierta cohesión y estabilidad a la sociedad.
+Elevado índice de analfabetismo (cercano al 70%).
+Escasez de trabajadores empleados en industrias modernas (3% de la población activa), frente a los obreros de los pequeños talleres artesanales e industrias tradicionales (10% de la población activa). Esto explica la debilidad del movimiento obrero, que sólo alcanzó importancia en áreas periféricas muy concretas a finales del siglo (Euzkadi, Cataluña).
+A finales del siglo surgíó también una burguésía financiera e industrial que conformó con la tradicional clase terrateniente, engrandecida con las desamortizaciones, una poderosa oligarquía que controló las estructuras políticas y socioeconómicas hasta la llegada de la II República en los años 30 del Siglo XX.
+DUALISMO ECONÓMICO entre la periferia y el norte desarrollado, moderno, urbanizado e industrializado, y una España interior, central y del sur que permanece anclada en el tiempo, rural, campesina y profundamente arcaica.
+DUALISMO SOCIAL entre una gran masa de jornaleros y pequeños campesinos, a los se uníó después una limitada masa de obreros (todos estos sectores con condiciones de vida duras y miserables) y una oligarquía agraria, y más tarde, también financiera e industrial que ejercíó durante casi todo el siglo la primacía social, el control político y el dominio de las estructuras económicas.
Hasta mediados de la centuria las estructuras sociales del país podrían calificarse de preindustriales y sólo de forma lenta el proceso de industrialización comenzó a cambiar esas estructuras, especialmente en algunas regiones. De todos modos, esos cambios no fueron suficientemente significativos hasta la segunda década del Siglo XX.
La lenta transformación económica-industrial motivó que a finales del siglo nuestro país mostrara todavía fuertes arcaísmos sociales
+Predominio de la población rural: apenas un puñado de ciudades sobrepasaba los 100.000 habitantes en 1900, salvo Madrid todas ellas situadas en la periferia ( Barcelona, Sevilla, Valencia, Zaragoza, Bilbao, Murcia, Málaga).
+Elevado porcentaje de población activa agraria (más del 70%).
La existencia de grandes latifundios en el sur y minifundios en el norte colocó a la mayoría de la población campesina al borde de la miseria e impidió una verdadera revolución tecnológica en la agricultura. Más de la mitad de la población agraria eran jornaleros (aproximadamente dos millones y medio), con condiciones de vida durísima, mientras que un 4% de los propietarios poseía más de la mitad de la renta agraria.
+Escasez de una clase media y una pequeña burguésía moderna que diera cierta cohesión y estabilidad a la sociedad.
+Elevado índice de analfabetismo (cercano al 70%).
+Escasez de trabajadores empleados en industrias modernas (3% de la población activa), frente a los obreros de los pequeños talleres artesanales e industrias tradicionales (10% de la población activa). Esto explica la debilidad del movimiento obrero, que sólo alcanzó importancia en áreas periféricas muy concretas a finales del siglo (Euzkadi, Cataluña).
+A finales del siglo surgíó también una burguésía financiera e industrial que conformó con la tradicional clase terrateniente, engrandecida con las desamortizaciones, una poderosa oligarquía que controló las estructuras políticas y socioeconómicas hasta la llegada de la II República en los años 30 del Siglo XX.
Se trata del decreto de Febrero de 1836 por el que Mendizábal desamortizó las propiedades del clero regular en España durante la Regencia de María Cristina. En cuanto a su naturaleza, el texto sería una fuente primaria, un documento escrito de naturaleza jurídica.
El proceso de desamortización se sitúa en el contexto de la Regencia de María Cristina (1833-1839). En este periodo, el comienzo de la I Guerra Carlista llevó a la Regente a buscar el apoyo de los liberales en favor de su hija Isabel II contra el pretendiende Carlos Mª Isidro. En un primer momento nombró jefe de gobierno a Martínez de la Rosa,elaboró el Estatuto Real. La presión de los progresistas obligó finalmente a la Regente a ceder el poder a Alvárez de Mendizábal, que inició un desmantelamiento definitivo del Antiguo Régimen y reformó la estructura de la propiedad agraria en España: .Esta desamortización eclesiástica supuso la venta de las propiedades de la Iglesia Católica por el sistema de subasta y tuvo dos fases: por el decreto de 1836, al que corresponde el fragmento que analizamos, se desamortizaron los bienes de las órdenes religiosas (clero regular), mientras que por la ley de 1837 se hacia lo propio con las propiedades del clero secular. Más tarde, se continuó la tarea desamortizadora con la venta de las tierras de propios y comunales de los municipios (desamortización de Madoz de 1855).Los objetivos que los progresistas pretendían eran la reducción de la deuda pública; la financiación de los gastos militares; aumentar el apoyo social a Isabel II y modernizar la propiedad agraria.Estos decretos desamortizadores tuvieron importantes consecuencias: la Iglesia perdíó buena parte de su poder económico mientras que la nobleza y la burguésía incrementaron mucho sus propiedades; la mayoría de la población campesina no encontró ventajas en todo este proceso porque no pudo acceder a la compra de bienes desamortizados y muchos de ellos empeoraron su situación. La desamortización de Madoz agravó aún más las cosas al privarles de las tierras comunales. Por tanto, las medidas desamortizadoras empeoraron la desigual distribución de la tierra en el País.
En el primer artículo del texto vemos recogida la idea principal: en el decreto, firmado por la Regente Mª Cristina, se declaran en venta los bienes pertenecientes al clero regular, a las órdenes religiosas previamente suprimidas. En el preámbulo del decreto se señalán las razones por las que se toman las medidas desmortizadoras: +Disminuir la deuda pública. +Modernizar la propiedad agraria, poniendo en manos individuales la propiedad de “manos muertas”. +Desarrollo de la economía para favorecer el aumento de la riqueza nacional. /En el artículo 2º plantea excepciones a la venta: los edificios destinados a servicio público o a la conservación del patrimonio no serán vendidos.-En este decreto, aunque no aparece en este fragmento, se recogíó también el sistema de venta y pago: por el sistema de subasta y pagando en dinero efectivo o con títulos de deuda pública.
Se trata del Manifiesto lanzado por el general Primo de Rivera en el que justifica el golpe militar de Septiembre de 1923 que inauguró una dictadura que se prolongó hasta 1930.
Fuente primaria, documento escrito de tipo teórico-doctrinal con carácter político.
Este manifiesto hay que situarlo en un contexto de bloqueo del sistema de la Restauración tras la crisis de 1917. Los años siguientes al fin de la Primera Guerra Mundial el reinado de Alfonso XIII entró en una situación de gran inestabilidad:+Aumentó la conflictividad social (guerra social en Barcelona) en relación con un aumento de la inflación y un empeoramiento de las condiciones de vida de la clase obrera.+Se sucedieron débiles gobiernos monárquicos de concentración que se mostraron incapaces.+La guerra en Marruecos desembocó en el derrota de Annual frente al caudillo bereber Abd el Krim. Este acontecimiento provocó un fuerte desprestigio de los sectores militares ante la sociedad. Esta situación política generó un fuerte descontento en el Ejército y provocó el golpe militar de Primo de Rivera, que contó desde el principio con el apoyo del Rey, la oligarquía y los sectores conservadores, y con un contexto internacional favorable: los años veinte fueron de avance de las dictaduras en Europa (Mussolini en Italia desde 1922) y también de desarrollo económico después de una dura posguerra en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial.
Idea principal: Primo de Rivera justifica en el texto el golpe militar como una necesidad para liberar el país de una crisis permanente, imponer orden y asegurar la continuidad de la Monarquía. Ideas secundarias:-En el primer párrafo del texto, evalúa la situación del país como insostenible y busca su origen en el desastre del 98; considera fundamental llevar a cabo una regeneración nacional y critica el sistema corrupto de la Restauración basado en el turnismo y el caciquismo. El general se justifica al referir que su comportamiento responde a una petición masiva de la sociedad española, a un “clamoroso requerimiento”. – En ese mismo párrafo, el general plantea el golpe militar como la obligación de un militar preocupado por su país (“ha llegado el momento más temido que esperado”). El futuro dictador defiende una actitud rebelde, una ruptura con el sistema en defensa del orden, la patria (postura ultranacionalista) y el Rey (defensa de la monarquía). De hecho, considera al Rey como un preso en manos de los políticos corruptos que es necesario liberar. Esa reivindicación de la Patria y el Rey se observa en la proclama final: “¡Viva España y viva el Rey!. -En otro fragmento del texto, que no aparece en esta selección, justifica el golpe (“obligado, pero no querido”) a través de una visión ruinosa y trágica de la situación del País: inseguridad pública, crisis económica, agresión a la unidad de España (peligro separatista), conflictividad social, corrupción política del sistema y crisis en Marruecos. -Por último, en el segundo párrafo, hace un llamamiento a seguir su movimiento de liberación de la patria en el estilo de la época: pide su colaboración a militares y civiles con “hombría” dispuestos a colaborar en el renacer de la Nacíón.