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1.-MOVIENTO NATURAL DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA.
NATALIDAD Y FECUNDIDAD.
Definición de natalidad y de Tasa de Natalidad.
A principios del siglo XX la tasa de natalidad rondaba los 35 por mil y fue descendiendo de manera lenta.
1975, un descenso más acusado.
1993 la nuestra fue una de las tasas de natalidad más bajas del mundo con un 9,8 por mil, aunque desde el año 2000 observamos un ligero aumento, debido básicamente a la población inmigrante.
La fecundidad relaciona los nacimiento con el número de mujeres en edad fértil (15-49 años). En nuestro país hemos pasado de 4,1 hijos por mujer en 1935 a 1,15 en 1998.
Las razones del descenso de las tasas de natalidad y fecundidad son:
– El retraso en la edad del casamiento y en la que las mujeres deciden tener su primer hijo, así como cierta inestabilidad matrimonial.
– Factores socioeconómicos relacionados con la vida en la ciudad, como la falta de espacio y de tiempo para dedicarle a los hijos. En este sentido son también importante los mayores gastos de consumo y la disgregación familiar.
– La incorporación de la mujer al trabajo y su mayor promoción laboral.
– La difusión de los métodos anticonceptivos.
Tasa más bajas, en la mitad norte que la mitad sur.
MORTALIDAD.
A principios del siglo XX la tasa de mortalidad rondaba los 26 por mil. Las causas eran: el bajo nivel económico de la mayor parte de la población que vivía en el campo, las malas condiciones laborales, la mortalidad catastrófica derivada de epidemias (cólera, viruela y gripe). En este sentido podemos destacar la epidemia de gripe de 1918 que provocó unas elevadísimas tasas de mortalidad infantil.
Un momento importante fue la Guerra Civil, con una importante sobremortalidad masculina pero, a partir de aquí, la tasa de mortalidad empezó a descender por debajo del 10 por mil debido, sobre todo, a la mejora en las condiciones de vida de los españoles y a los avances en medicina, como el descubrimiento y el uso generalizado de la penicilina.
En 1990 la tasa de mortalidad española se redujo al 8 por mil, aunque partir de este año comenzó a subir ligeramente debido al aumento de la población anciana en España.
La mortalidad infantil, en la que se relaciona el número de niños fallecidos antes del primer año de vida con el total de nacidos, se ha ido reduciendo de manera muy importante. En España hemos pasado de una tasa de moralidad infantil de 181 por mil a principios del siglo XX hasta los 3, 45 por mil de principios del siglo XXI.
La esperanza de vida varía según el grado de desarrollo de la comunidad y de la época en la que se vive. Desde 1900 la esperanza de vida ha experimentado cambios notables, así, hemos pasado de una esperanza de 33 años para los hombres y de 35 para las mujeres, a principios de siglo XX, a los 78 años para los hombres y los 82 para las mujeres, de la actualidad.
Actualmente las causas de mortalidad son el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y los accidentes de tráfico (la triple C).
La expansión del Estado del bienestar y de la Seguridad Social ha reducido las diferencias entre comunidades pero los hábitos alimenticios, los niveles de contaminación, el estrés o las posibilidades de acceso a la medicina privada siguen manteniendo ligeras desigualdades .
CRECIMIENTO NATURAL DE LA POBLACIÓN.
La tasa de crecimiento natural o vegetativo de una población es la diferencia entre los nacimientos y los fallecimientos en un año en relación a la población total para ese año expresado en tantos por ciento o en tantos por mil. Esta tasa puede ser positiva o negativa.
En función de estas tasas diferenciamos los regímenes demográficos :
Definiciones de Migraciones, Saldo Migratorio.
El crecimiento real de una población será el balance entre el crecimiento vegetativo y el saldo migratorio y nos dará la situación real en cuanto al crecimiento o descenso de la población de un país.
LAS MIGRACIONES INTERIORES. (definición)
Las migraciones estacionales o temporales tienen una duración limitada y un carácter cíclico, (aceituna). Se dan por un periodo corto de tiempo y suelen tener carácter temporal. Afecta a personas con bajo nivel de vida y a zonas deprimidas
Las migraciones definitivas. Las más importantes son las que se realizan del campo a la ciudad (éxodo rural).
Los movimientos habituales de población se desarrollan de forma periódica y suelen estar motivados por el trabajo (movimientos pendulares). En este sentido podemos incluir los desplazamiento motivados por el ocio (turismo) y los estudios. Su duración puede ser de uno o varios días.
El desarrollo industrial provocó la intensificación del éxodo rural desde zonas de Andalucía, las dos Castilla y Extremadura. Este fenómeno se ha ido ralentizando a partir de 1973 y en algunas zonas como el país Vasco registra saldos negativos. A partir de 1980 el movimiento es más interurbano y se ha observado, incluso, el retorno a los pequeños municipios.
Las migraciones interiores, desde el punto de vista demográfico, son las responsables de los desequilibrios en la distribución de la población: vaciamiento del interior y aglomeraciones de la periferia. También han influido en la estructura por sexo y edad de la población ya que elevan el índice de masculinidad de algunas regiones.
MIGRACIONES EXTERIORES.
A lo largo de la historia, España ha sido un país de emigrantes.
A lo largo de los siglos XVI y XVII se observa un flujo constante de emigrantes españoles hacia las colonias americanas provocando un ligero descenso en el crecimiento vegetativo de la Península. Sin embargo, será a finales del siglo XIX, tras la pérdida de nuestras colonias (crisis del 98), cuando la emigración exterior adquiera cierta relevancia (entre 1904 y 1915 más de medio millón de españoles emigran al exterior). El destino principal será Iberoamérica y, en segundo lugar, Estado Unidos, Canadá y Australia. Los emigrantes procedían principalmente de Galicia, Canarias, Asturias y Cantabria.
Tras la Primera Guerra MundiaL se produjo una importante emigración a Francia. Este destino se mantuvo hasta la crisis de 1929. La finalización de la Guerra Civil provocó el éxodo republicano a Francia y a Latinoamérica.
A partir de los años sesenta, la emigración se dirigió hacia la Europa industrializada, favorecida ésta por el desarrollo económico europeo y por el déficit de mano de obra en Europa y, tras el Plan de Estabilización, de la existencia, en España, de una economía incapaz de absorber tanta mano de obra. Así, salieron del país entre 1959 y 1973, el año de la primera crisis del petróleo, más de un millón de trabajadores. Los destinos principales fueron Francia, Alemania y suiza. Las regiones de salida de emigrantes fueron Andalucía, Galicia y Castilla y león, y afectaron sobre todo a hombres entre 16 y 39 años. Esta emigración tuvo una gran importancia para la economía española puesto que, además de aliviar el paro, las divisas que aportaron los emigrantes financiaron buena parte del desarrollo del país.
Las consecuencias económicas de las migraciones exteriores fueron, por una parte, positivas, potenciando el desarrollo económico español y, por otra parte, negativas, porque muchos ahorros de los emigrantes no favorecieron a las áreas de salida ya que los bancos los invirtieron en las zonas más desarrolladas.
Las consecuencias sociales de esta emigración fueron: el desarraigo de los españoles en los países de destino con una lengua y una cultura diferentes, penosas condiciones de vida de los emigrantes españoles y una situación laboral marcada por los bajos salarios. Tras la crisis de 1973, los emigrantes españoles fueron los primeros afectados por los despidos y, en general regresaron sin haber mejorado su cualificación profesional.
Actualmente España ha dejado de ser un país de emigración para ser un país que recibe inmigración. Las causas de este hecho son la mayor formación de la mano de obra que aspira a mejores trabajos.
LA INMIGRACIÓN.
la inmigración ha representado el 23 por ciento del crecimiento de la población en la década de los años 80 y el 50 por ciento en la de los años 90. Podemos hablar de más de 1.300.000 residentes extranjeros en el año 2002, el 3 por ciento de la población española. En 2008 la población extranjera superaba los 5,3 millones de personas. Ello, no obstante, teniendo en cuenta que España es el país de la Unión Europea con una menor proporción de población extranjera. Podemos distinguir:
El perfil de los inmigrantes varia según su procedencia. Podemos distinguir entre:
Desde el punto de vista demográfico, los inmigrantes contribuyen al crecimiento de la población de España ya que mantienen tasas de natalidad más altas.
Desde el punto de vista económico, la inmigración aporta población activa (tareas más duras y peor remuneradas), colabora al crecimiento del PIB, aporta dinero a las arcas públicas y alivia la carga de las pensiones.
Desde el punto de vista social la inmigración ha provocado la aparición de comportamientos xenófobos y racistas en los españoles. Muchos inmigrantes sufren unas duras condiciones de trabajo (salarios bajos, largas jornadas de trabajo, ausencia de seguros, etc.) y de vida (viviendas de escasa calidad en barrios marginales o degradados).
ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA.
ESTRUCTURA POR SEXO Y EDAD.
La estructura por sexo es la relación entre el número de hombres y mujeres que componen la población. Se expresa a través de las tasas de masculinad (varones por cada 100 mujeres) o de feminidad (mujeres por cada 100 varones) que se calculan para toda la población o para grupos de edades. Siempre nacen más varones que mujeres (105 por cada 100) pero al cabo de unos años los efectivos se equilibran para desequilibrarse al final a favor de las ancianas por la superior mortalidad masculina y la mayor emigración masculina al exterior.
En cuanto a la estructura por edad, será uno de los indicadores más usados para medir el índice de envejecimiento o porcentaje de personas de 65 años y más en una población. Cuando el índice supera el 12% se considera que la población esta envejecida.
Índice de juventud= población de 0-14 años x 100 dividido por la población total.
Índice de envejecimiento= población 65 y más años x 100 dividido por la población total.
Actualmente encontramos:
ESTRUCTURA ECONÓMICA DE LA POBLACIÓN.
La población activa es el conjunto de personas entre 16 y 65 años que suministra mano de obra para la producción de bienes y servicios que que están disponibles y hacen gestiones para incorporarse a dicha producción. La población activa se compone de población ocupada (que tiene un trabajo productivo por el que cobra un salario) y población desocupada. La población inactiva es la que no tiene trabajo ni lo busca.
Desde 1987 encontramos en España un aumento muy importante de la población activa debido, sobre todo, al acceso de la mujer al trabajo. Los espacios con los porcentajes de población activa más altos se corresponden con los núcleos industriales, Barcelona, Madrid, País Vasco y las área mediterráneas turísticas de las islas Baleares, Comunidad Valencia y Andalucía. Por el contrario, las zonas agrícolas y con fuertes tasas de emigración presentan los porcentajes más pequeños de población activa.
En cuanto a las tasas de paro, éstas han fluctuado mucho dependiendo de las etapas de crisis. La tasa de paro resgistrada en las oficinas de empleo españolas es actualmente superior al 20% (5,3 millones de parados). La tasa de paro presenta fluctuaciones en función del sexo (mayor paro femenino), la edad (mayor paro juvenil), el nivel de instrucción (más paro cuanto menor cualificación), la época del año (en invierno) y la comunidad autónoma (más paro en Extremadura y Andalucía).
LOS SECTORES ECONÓMICOS.
Los diferenciamos en:
La distribución espacial por sectores muestra un peso del sector primario superior a la media en el interior de la Península, en Galicia y Andalucía; un aumento del sector secundario en la Rioja, Navarra, Cataluña y País Vasco y una terciarización cada vez más acusada de Madrid y de las zonas turísticas de la costa mediterránea y de las islas.