Portada » Economía » Crecimiento Económico y Desarrollo Sostenible: Un Análisis desde la Perspectiva Argentina
El crecimiento económico suele ser clave para alcanzar un nivel de vida más elevado. Los aumentos en la productividad permiten disfrutar de más bienes y servicios.
El desarrollo sostenible es compatible con una buena conservación de los recursos naturales de forma que las futuras generaciones puedan disfrutar del mismo nivel de desarrollo.
Argentina se ha comprometido a:
El crecimiento económico es un proceso sostenido a lo largo del tiempo, en el que los niveles de actividad económica aumentan constantemente.
El crecimiento económico se ve reflejado en la evolución del PBI, ya que es una medida de la producción de un país. Con el PBI tendremos una idea del crecimiento económico, pero si eliminamos la influencia de los precios sobre el PBI y analizamos la evolución de la producción real, obtendremos una medida más precisa. Otro elemento a considerar es el aumento de la población, porque si se conoce la evolución de la cantidad de habitantes, podrá saberse si la renta per cápita aumenta o no.
A corto plazo, la producción aumenta si se usa toda la capacidad productiva existente. Inicialmente, la economía estaría en un punto interior de la FPP (Frontera de Posibilidades de Producción) y al usar todos los recursos, se situaría sobre la frontera.
A largo plazo, el crecimiento económico supone la expansión del PBI potencial de un país, es decir, la frontera se desplazaría al exterior, e implicaría actuar sobre la oferta agregada. Esto requiere un aumento de los recursos disponibles y/o una mejora en la tecnología empleada.
Cuando el capital físico por trabajador aumenta, el trabajador medio incrementa su producción y, cuando aumenta la productividad media del trabajador, crece la producción total de la economía.
El capital humano se refiere a la calificación y formación de los trabajadores. La mejora de la educación general y de la formación y calificación profesional es una de las causas principales del aumento de la productividad laboral.
La tecnología y las tácticas de gestión son muy importantes en el crecimiento económico. Cuanto mejor sea la calidad de la gestión y más iniciativa empresarial haya, más crece la economía.
El progreso técnico en la agricultura y en los servicios ha permitido a los países industriales escapar del «estancamiento» del que hablaban los economistas clásicos. A pesar de que han aumentado los salarios, no se han caído los beneficios como ellos decían.
Los nuevos conocimientos técnicos permiten ampliar las aplicaciones de los bienes y hacer nuevos productos.
Las inversiones en la tecnología moderna y en capital humano generan efectos externos positivos, ya que mejoran la capacidad productiva de la empresa propia y favorecen la de otras también.
Las personas soportan la carga de la contaminación como:
Las grandes ciudades actúan como agentes contaminantes, y los propios individuos contaminamos.
Todas las empresas resultan afectadas por la problemática ambiental. Cada empresa debería asumir la protección del medio ambiente como una responsabilidad más dentro de las propias de la gestión empresarial. Las que adoptan una postura activa en materia de medio ambiente se benefician con una imagen positiva ante la sociedad.
Su rentabilidad es muy alta. Los mercados en los países en desarrollo no son suficientes para proveer a la población de una educación adecuada. Deben aumentarse las cantidades de inversión; a veces se elevan indiscriminadamente, lo que lleva al desperdicio por su falta de utilización. Se debe poner atención en asegurar que los programas públicos alcancen a la población objetivo.
Japón, Estados Unidos y las economías de Europa optaron por la competencia económica para alcanzar el bienestar económico. Las limitaciones a la entrada y salida de los mercados, la legislación laboral inadecuada y demás, han retrasado el cambio tecnológico y postergado el aumento de la producción. Para que una economía sea próspera, necesita un marco regulador que asegure la competencia.
Para tener éxito en la promoción del crecimiento económico y la reducción de la pobreza, es fundamental que los gobiernos intervengan en la operación de los mercados en áreas específicas. Los mercados no pueden operar en el vacío, requieren un marco legal que solo el Estado puede proveer y, en determinados casos, los mercados fallan. Para corregir esto es necesaria la intervención del Estado.
Las inversiones en capital humano elevan la producción del trabajo y son un factor clave del desarrollo. Los recursos públicos destinados a esto son muy escasos o se orientan a proveer servicios gratis a sectores de la población que no los necesitan.
Los países en desarrollo se caracterizan por la escasez del factor capital y la relativa abundancia del trabajo y los recursos naturales. Esos países se equivocaron al usar la industrialización forzada, al sustituir la importación de productos y al establecer restricciones. Los países desarrollados mantienen un conjunto importante de barreras al libre comercio.
Estos términos hacen referencia a la brecha real que separa el nivel de vida que se alcanza en unos y otros países. El grado de subdesarrollo puede determinarse por:
Los mercados no pueden operar en el vacío: requieren un marco legal e institucional que solo el Estado puede proveer.
El sector privado normalmente no se involucra en acciones relacionadas con bienes públicos y con la corrección de imperfecciones; dichas acciones precisan la intervención del Estado.
La rentabilidad de la inversión en capital humano se basa en la importancia de dar una educación adecuada, atención sanitaria y alimentación. Deben aumentarse las cantidades invertidas en desarrollo humano; hay que promover la calidad. La inversión en capital humano puede llevar al desperdicio debido a su falta de utilización.
La difusión de la tecnología y el uso más eficiente de los recursos han incentivado la innovación. Una economía eficiente precisa de un regulador para asegurar la competencia, como derechos legales y de propiedad. Se necesita de mercados de capitales profundos que promuevan el ahorro y lo canalicen hacia proyectos de inversión más rentables.
La apertura del comercio y la inversión ha sido muy importante para que los productores pudieran reducir costos. El flujo internacional de tecnología ha adoptado diversas formas: inversión extranjera, transmisión de conocimientos, educación en otros países, etc. Estas políticas deben promoverse e incluyen una apertura a la inversión y al comercio de bienes y servicios.
Los gobiernos deben mantener una política fiscal prudente. Si expanden fuertemente su gasto, provocarán grandes déficits y serios desequilibrios macroeconómicos.
Se trata de una institución hermana del Fondo Monetario Internacional (FMI). Ambas se crearon al término de la Segunda Guerra Mundial y agrupan a los mismos países miembros. La función del Banco Mundial es conceder préstamos a largo plazo para ayudar a los países a ponerse en marcha hacia el desarrollo. El FMI y el Banco Mundial, además de ordenar los flujos financieros internacionales, se ocupan de combatir el empobrecimiento y la desintegración de los países menos desarrollados.
Se creó en 1959 como una institución de desarrollo con mandatos y herramientas novedosas para la época. Originalmente lo integraron 19 países latinoamericanos y Estados Unidos. Actualmente, los países miembros ascienden a 47. Los que tienen derecho a recibir préstamos son solamente los 26 miembros de América Latina y el Caribe.
Un 35% del volumen de sus préstamos se dirige hacia los países del Grupo II (los de menor ingreso) y el 65% restante está orientado a los países del Grupo I.
Las entidades que pueden recibir préstamos del BID son los gobiernos municipales, estatales, provinciales y nacionales, instituciones públicas autónomas, organizaciones de la sociedad civil y empresas privadas.
El problema de la pobreza no es exclusivo de los países en desarrollo, aunque los afecta de manera especial. En la mayoría de las economías occidentales, las deficiencias en la asignación de recursos se combinan con el desempleo, la pobreza y el despilfarro.
En los últimos años, las diferencias de ingresos no se han reducido y se debe a las políticas económicas neoliberales adoptadas en muchos países.
Argentina ha sido testigo de un enorme aumento de los índices de pobreza e indigencia. Según el INDEC, a finales de 2005 un 33,8% de la población era pobre; de esa porción, el 36% era indigente. Estos guarismos resultan significativos si bien son inferiores a los registrados en 2002, luego de la crisis, cuando la población bajo la línea de pobreza superó el 50% del total.
El INDEC considera pobre a aquel hogar cuyos ingresos se encuentran por debajo del mínimo necesario para satisfacer las necesidades básicas, y clasifica como indigente al hogar cuyos ingresos no cubren la canasta básica de alimentos.
El Estado de bienestar es la institucionalización de los derechos sociales de los ciudadanos. El Estado provee a los ciudadanos determinadas prestaciones en forma de subsidios, ayudas o pensiones, y brinda un conjunto de servicios sociales, generalmente en materia de salud y educación. O sea, es el conjunto de servicios sociales que garantizan a los ciudadanos un nivel de subsistencia.
Se ha abierto un debate central, pues algunos se preguntan si el Estado de bienestar no se ha convertido en una rémora para el futuro. Se cree que las subvenciones creadas por el Estado de bienestar han limitado los incentivos para trabajar.
La cuestión para debatir es si existe la posibilidad de mantener los sistemas de protección social y, a la vez, generar empleo.
En América Latina en general y en Argentina en particular, buena parte del Estado de bienestar fue desmantelado en los años 90 durante el auge de las políticas económicas del neoliberalismo. La crisis que culminaron tales políticas obligó a generar nuevos mecanismos de lucha contra la pobreza. En nuestro país, en 2002 se implementaron los planes Jefes y Jefas de Hogar Desocupados.
Existen tres posturas:
La fuerza de los hechos está demostrando que el Estado de bienestar precisa una reforma y actualización que permita que aquellos que realmente lo necesiten puedan ejercer los derechos adquiridos.