Portada » Otras materias » Consecuencias del desastre del 98
La radicalización independentista. 1892, José Martí funda el Partido Revolucionario Cubano, partidario de la independencia. En 1895 se recrudece de nuevo el conflicto. España había situado a Weyler al frente del mismo, pero este general no consiguió derrotar a los independentistas (mambises, cubanos que luchan contra las tropas españolas). Sin embargo ejerció una represión especialmente dura que hundió el prestigio de la metrópoli. De forma paralela en Filipinas se inicia el conflicto independentista (José Rizal/ Polavieja). Cánovas del Castillo había muerto en atentado anarquista en 1897 y en EEUU, interesada en la desaparición de España de esta zona, se había producido un cambio en la presidencia (McKinley, republicano), con lo que los líderes independentistas se sentían fuertemente apoyados. Cuando Sagasta llega a reconocer una amplia autonomía esta resulta ya insuficiente a todos los implicados. EEUU está decidida a participar en el conflicto (primera aparición en la esfera internacional de la futura potencia): la voladura del acorazado Maine fue el pretexto. 1898, EEUU declara la guerra a España. Los escenarios serán Cuba y Filipinas. Paz de París, diciembre 1898: España renuncia a Cuba y cede Filipinas, Puerto Rico Y Guam: pérdida definitiva del imperio español.
Las consecuencias del desastre. La crisis del 98.Los efectos económicos no fueron demasiado duros debido, entre otras cosas, a la repatriación los capitales españoles, pero el alto número de víctimas españolas y la sensación de decadencia irreversible en un contexto internacional de naciones jóvenes e industrializadas, fueron determinantes para la fuerte conmoción que se vivió en España. Aunque quedaron patentes los límites del sistema de la Restauración, la pérdida del imperio de ultramar fue considerada principalmente un desastre tanto militar como diplomático, sobre todo porque desde la prensa se había propagado desmedidamente la creencia de la superioridad militar española, pero la derrota no provocó ningún cambio político. De hecho, la crisis del 98 fue más bien de índole intelectual que propiamente política. El régimen ensayó con Francisco Silvela un revisionismo del sistema canovista, mediante un intento de renovación desde arriba. Las consecuencias directas de la derrota fueron:
– Una crisis de la conciencia nacional expresada por la Generación del 98 (Baroja, Unamuno, Maeztu, Ganivet…).
– Propuestas de reforma y modernización política: Regeneracionismo. La corriente regeneracionista, encabezada por Joaquín Costa, denunció las «lacras» del sistema y clamó por la urgente renovación de la vida política española.
– Empuje y revalorización de los nacionalismos periféricos.
La crisis de 1917.
El deterioro del ambiente político y la crisis inflacionista terminaron por producir un nuevo momento de crisis en el verano del 17. Este es un conflicto en el que confluyen tres ejes: uno militar, otro social y otro político. El modelo de la Restauración no podrá superar sus consecuencias. El sistema de ascensos dentro del ejército favorecía a los militares que pasaban un tiempo en Marruecos, puesto que los méritos de guerra eran más valorados para el escalafón. Los oficiales se veían afectados en su nivel de ingresos y de influencia real. Decididos a ejercer presiónsobre el gobierno formaron las llamadas Juntas de Defensa que nacían con una cierta mentalidad “sindical” reivindicativa. Sus objetivos eran los siguientes:
– Subida de sueldos para los militares en España (los de Marruecos cobraban más, aparte de lograr más méritos para el ascenso).
– Exigir una mayor consideración al ejército, al que consideraban la columna vertebral del país.
La nueva Ley del Ejército de 1918 terminará por dar una respuesta positiva a éstas reivindicaciones y reforzará la posición de los militares en relación con la monarquía y con el futuro del país. Al tiempo que los militares ponían al gobierno de Dato contra las cuerdas, los partidos opuestos al régimen, liderados por Cambó (Lliga), exigen al gobierno que abra las Cortes e inicie un programa profundo de reformas. Ante la respuesta negativa se inicia en Barcelona, durante el mes de julio, la Asamblea de Parlamentarios que venía a significar el intento por parte de las fuerzas más avanzadas de “salirse” del sistema de la Restauración. El gobierno acusó a los parlamentarios participantes (más de sesenta) de separatistas y ordenó su disolución inmediata. Coincidiendo con el inicio de la Asamblea de Parlamentarios (19 de julio) comienza la huelga general convocada CNT y UGT en las diferentes capitales del país. Los sindicatos creían que era un momento oportuno puesto que ejército y clase política estaban enfrentados con el gobierno. La huelga asustó a la burguesía que había apoyado a los políticos rebeldes: ahora se quiere que el gobierno controle a los trabajadores y defienda los intereses de los patronos. Por otro lado, la represión de la huelga quedó en manos de los militares (a pesar del apoyo popular con el que habían contado las reivindicaciones de las Juntas). Monarquía, ejército y clase política desprestigiados quedarán unidos irremediablemente.
6. EL PACTO DE SAN SEBASTIÁN Y EL FIN DE LA MONARQUÍA. Los partidos constitucionalistas, los republicanos, el partido socialista y los partidos regionalistas son los que lograron firmar este acuerdo con el fin de buscar el cambio de régimen. El Pacto implicó la creación de un comité revolucionario compuesto por Alcalá Zamora (que lo presidía), Miguel Maura, Marcelino Domingo, Indalecio Prieto, Manuel Azaña, Claudio Albornoz y Fernando de los Ríos. Este será el primer gobierno provisional de la II República. Lo acordado era apoyar un pronunciamiento militar a favor de la república. Sin embargo la fecha acordada se vio adelantada inesperadamente por la Sublevación de Jaca (el 12 de diciembre de 1930, Fermín Galán y García Hernández). Este levantamiento fracasó siendo fusilados sus dirigentes. El sentimiento republicano se había transformado en una marea ascendente, los antiguos partidos políticos que habían quedado deshechos tras ladictadura primorriverista estaban reactivándose y el movimiento obrero respiraba después de años de represión. Los intentos de Berenguer de convocar elecciones, desoídos por los partidos políticos más afines, no dieron resultado. La jefatura de gobierno pasó a manos del almirante Aznar en febrero de 1931 convoca elecciones municipales para el 12 de abril: los resultados daban la victoria a los partidos republicanos en las principales capitales de provincias. Las elecciones se convertían así en un plebiscito popular a favor de la república y en contra de la monarquía.
7. LA EDAD DE PLATA DE LA CULTURA.
Generación del 98: preocupada por la cuestión social con una actitud muy crítica sobre la realidad del país. Denuncia de la miseria y de la explotación. La acción social de los intelectuales. Supone la implicación de los intelectuales más avanzados en los proyectos de modernización y europeización de España. Los escritores firmaban manifiestos como el Manifiesto en defensa de la República (febrero 31) en el quese sintetizaban las ideas de la Agrupación al Servicio de la República en la que participaban Ortega y Gasset, Gregorio Marañón o Ramón Pérez de Ayala (Generación de 1914) La institución Libre de Enseñanza.La Institución ejerce una enorme influencia, aunque minoritaria, sobre la educación en el conjunto del país. A lo largo del periodo desarrolla algunos de sus proyectos más innovadores como:
– Junta de Ampliación de Estudios (1907)
– Residencia de Estudiantes en Madrid (1910)
– Instituto- Escuela (1918)
– Misiones pedagógicas (1931)