El gobierno de Azaña cayó en Septiembre de 1933 como consecuencia de las discrepancias políticas entre partidos, y por los sucesos en Casas viejas (Cádiz). Alcalá Zamora disolvíó Cortes y convocó elecciones para el 19 de Noviembre.

Durante el bienio reformista, la derecha se había organizado en dos grupos: el primero se opónía al régimen republicano y estaba integrado por los monárquicos, carlistas y grupos fascistas como las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), que a partir de Octubre de 1933 la Falange Española (FE), fundada por José Antonio Primo de Rivera.

Por otro lado, el grupo que aceptaba la república para transformarla en sentido conservador, destacando la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), cuyo representante era José Mª Gil Robles.

Las elecciones de 1933 fueron favorables a la derecha. El presidente de la república encargó la formación de gobierno a Lerroux, líder del Partido Radical. Pero el entendimiento entre los radicales y la derecha de Gil Robles era difícil.

Pocos meses después del triunfo de la derecha en las elecciones, sectores del PSOE y UGT prepararon una insurrección y una huelga general. El motivo fue la entrada de miembros de la CEDA en el gobierno de Lerroux, ya que los partidos de la izquierda identificaban a la CEDA con el fascismo. Temiendo que Gil Robles diera un Golpe de Estado, la UGT hizo un llamamiento a la huelga general. Esta insurrección solo triunfó durante dos semanas en Asturias, donde varios comités de obreros tomaron el poder. Esta insurrección fue duramente reprimida por el ejército.
Esta revolución, llamada revolución de Octubre de 1934, tuvo eco en lugares como Madrid y en Cataluña, donde Luis Companys presidente de la Generalitat, proclamó el estado catalán de la república federal española (aprovechó la revolución para reiniciar la independencia). La falta de apoyos del catalanismo conservador hizo fracasar el levantamiento en Cataluña, siendo detenido Luis Companys.

A raíz de la crisis de Octubre, los gobiernos de la derecha quedaron erosionados. La represión, los juicios, los encarcelamientos…en general, las actuaciones del gobierno fueron impopulares. En Septiembre de 1935, el gobierno de Lerroux se vio obligado a dimitir como consecuencia de un escándalo de corrupción por estraperlo.

En cuanto a la dimensión internacional, la Guerra Civil, fue un capítulo precedente de la Segunda Guerra Mundial. A comienzos de la guerra en la Sociedad de Naciones se constituyó un Comité Internacional de NO intervención, que resultó ineficaz para evitar la presencia internacional en la guerra.

En el aspecto militar, en el bando franquista la participación fue decisiva en los primeros días de la guerra, con el paso del Estrecho por parte del ejército de África. En ambos ejércitos, los combatientes extranjeros contribuyeron a reforzar su proceso de organización. En el bando franquista los combatientes marroquíes, italianos y alemanes constituían unidades regulares de sus ejércitos. En el bando republicano la masa de voluntarios se enroló individualmente o en grupos, con la excepción de los pilotos y los tanques rusos.

Alemania, Italia y Portugal apoyaron con unidades militares, recursos y financiación al ejército franquista. Por parte de Alemania, La Legión Cóndor prestó ayuda a Franco. Su marina colaboró en algunas ofensivas, como la ocupación de Málaga en Febrero de 1937.  Italia colaboró con el envío de aviones para facilitar el paso del Estrecho y envió el Cuerpo de ropas Voluntarias, que llegó a integrar a más de 80.000 soldados regulares. Otras unidades menores fueron emitidas por Portugal (Legión Viriato).

La República contó con el apoyo de un voluntariado internacional que alcanzó cerca de 50.000 combatientes, las Brigadas Internacionales. Pero tuvo dificultades para adquirir suministros militares debido a la política de NO intervención de las democracias occidentales. El gobierno republicano propuso a la Sociedad de Naciones la retirada de combatientes de ambos bandos en Septiembre de 1938. En Noviembre, las Brigadas Internacionales abandonaron España

Durante la segunda fase de la guerra, los insurrectos intentaron de nuevo conquistar Madrid, (Batallas del Jarama en Febrero del 37 y Guadalajara en Marzo del 37), pero no lo consiguieron, por lo que Franco decidíó centrar su ataque en lo que quedaba de Andalucía, Asturias y el País Vasco. Mola, con la colaboración de la Legión Cóndor, inició una campaña militar en el frente norte. Tras el bombardeo de Gernika (Abril de 1937), Bilbao cayó en manos de los nacionales. Finalmente, toda la cornisa cantábrica, con sus recursos energéticos e industriales, quedó en manos de los franquistas. En Diciembre del 37, las tropas republicanas lanzaron una ofensiva contra Teruel, que ocuparon, aunque poco después fue recuperada por los nacionales. Poco antes, el gobierno de la República se había desplazado a Barcelona. 

En Marzo del 38, Franco comenzó una ofensiva contra el frente de Aragón y tras varias ocupaciones, la zona republicana quedó finalmente dividida. El ejército republicano, preparó una ofensiva en la zona del Ebro para volver a unir el territorio. En la batalla del Ebro (Julio del 38), se produjeron muchas bajas en ambos bandos, disputándose palmo a palmo el territorio. Al final, Franco consiguió romper el frente republicano y tuvo libre acceso a Cataluña. Los republicanos ya habían perdido la posibilidad de cambiar el curso de la guerra.