Portada » Filosofía » Conformados a su imagen
Para los llamados filósofos de la sospecha (Nietzsche, Marx y Freud) la razón ilustrada no ha cumplido con sus objetivos. La ilustración entendíó la razón como una fuerza emancipadora que haría al hombre más libre y más feliz., se tenía fe en la idea de progreso. Pero esta razón deviene ciencia en el positivismo y entiende que sólo el conocimiento científico es verdadero. La filosofía postmoderna critica este positivismo, esta confianza plena en la razón. Lo que critican estos autores es que se pueda hacer un uso correcto de esta razón y que esta razón actúe de buena fe.
al hablar de la crítica a la moral hay que dejar algo muy claro : Nietzsche se refiere a la moral como “contra naturaleza” , es decir , aquella moral que se opone a la vida, que establece leyes o decálogos en contra de los instintos vitales , porque prefiere la inhibición a la exuberancia . La crítica de la moral platónico-cristiana señala que la moral contranatural, es decir, la moral enseñada hasta ahora, se dirige contra los instintos de la vida, es una condena de esos instintos. La base filosófica de la moral contranatural es el platonismo; el “mundo de las ideas” sirve de “más allá” religioso por lo cristiano, de tal forma que el platonismo acabó convirtiéndose en la metafísica cristiana. En efecto, esta moral pone el centro de gravedad del hombre no en esta vida, sino en la otra, en el mundo de las ideas en el más allá salvador. Nietzsche no encuentra palabras suficientemente duras para calificar lo que denomina como “complot del cristianismo”: “la vida acaba donde empieza el reino de Dios
”Lo que en sustancia se critica ahí es la idea de “un orden moral del mundo” que, a modo de “guía”, sirva para dirigir la historia del hombre. Pero se apunta, además y especialmente, hacia la “trascendencia” de ese orden como algo externo al hombre mismo; éste sí que tiene órdenes, metas y leyes; pero son propias, inmanentes, parciales y humanas. Una guía absoluta tal y como la propone la moral tradicional, sólo es posible si imaginamos a alguien fuera del mundo, fuera de la vida; pero esta idea es la imagen trasnochada de la propia moral cristiana cuyo resentimiento hacia la vida le ha obligado a buscar vectores exteriores a la propia vida, leyes no es esta mundo, sino del más allá o del “mundo de las ideas”. Nietzsche es el gran crítico de la moral antinatural que él identifica, a grandes rasgos, con la moral tradicional. Su moral va por caminos muy diferentes a los del cristianismo, pero no deja de tener una moralidad; la exaltación de la vida en su completo desarrollo: creatividad y destrucción naturales vistas desde el punto, propiamente nietzscheano, en que se le devuelve al Ser la inocencia griega del devenir que había sido mancillada por una moral del resentimiento hacia la vida nos enseña la realidad del pensamiento moral de Nietzsche.
Así pues, distingue dos tipos de moral:
-Moral de esclavos → moral cristiana que va contra la vida, que ahoga los instintos, las pasiones. Es una moral de resentimiento. Una moral de cobardes y débiles que temen vivir esta vida y esperan otra tras la muerte
-Moral de señores → es la moral que exalta la vida, la voluntad de poder. Es la moral del “quiero” por encima del “debo”. Es la moral propia del “superhombre”
Nosotros, humanos, somos quienes creamos todas las categorías existenciales, todos los conceptos. Por eso los filósofos se han dedicado hasta ahora a “momifica” el devenir del ser a través de conceptos con los que etiquetamos, nada más. Es decir, nuestra necesidad nos obliga a buscar el mecanismo adecuado con el que conseguir la afirmación humana frente al mundo; y este mecanismo los hemos considerado como único y verdadero.
El Nihilismo posee dos caras, una Negativa, el Nihilismo como “esencia” de la tradición platónico-cristiana. Ésta es, la explanación de la crítica destructiva de la tradición occidental. Y por otra parte, una Positiva, porque el Nihilismo supone el reconocimiento de las condiciones por las que Occidente ha llegado a ser nihilista.
Para Nietzsche la realidad tiene un carácter móvil, dinámico, incesantemente cambiante, es perspectiva. También la vida es interpretadora, selecciona e interpreta el aspecto o perspectiva bajo la que se enfrenta y se relaciona con la realidad.
Intentar llevar a cabo una comprensión fija y definitiva es imposible, porque ni el más riguroso es el análisis científico podría conseguirlo ya que el intelecto humano no puede por menos que servirse de sus propias formas de interpretación y comprensión.
Hay una estrecha relación entre la realidad y la vida, entre el ser y su interpretación a través del pensamiento y del lenguaje, entre antropología y ontología.
La afirmación del pluralismo manifiesta, por otra parte, el radical ateísmo de Nietzsche. El ser como voluntad de poder, creación de nuevos valores, se autoafirma en su propia producción. Son posibles aún nuevos valores por que se ha redescubierto la pluralidad de los sentidos que vuelve a tener el ser. Se define así un devenir creativo de las fuerzas: un triunfo de la voluntad de poder en donde la “afirmación” se convierte en la esencia o en la voluntad de poder misma.Esta transmutación de los valores sólo es posible tras haber asumido y superado el Nihilismo. El Nihilismo consideraba el devenir como algo que debiera ser absorbido por el ser, lo uno, Dios; por otra parte, consideraba lo múltiple como algo equivocado, injusto, que tendría que ser juzgado por lo uno también. Sin embargo, la “transmutación de todos los valores” eleva lo múltiple
Para los llamados filósofos de la sospecha (Nietzsche, Marx y Freud) la razón ilustrada no ha cumplido con sus objetivos.La ilustración entendíó la razón como una fuerza emancipadora que haría al hombre más libre y más feliz., se tenía fe en la idea de progreso. Pero esta razón deviene ciencia en el positivismo y entiende que sólo el conocimiento científico es verdadero.La filosofía postmoderna critica este positivismo, esta confianza plena en la razón. Lo que critican estos autores es que se pueda hacer un uso correcto de esta razón y que esta razón actúe de buena fe.
¿Qué es la gran política? Es la preparación mediante la cual el hombre se va a ir superando. Esta preparación es el adiestramiento que ha de llevarnos hasta el superhombre pero no se trata de una domesticación. La intención que plantea Nietzsche claramente, no así los medios, bajo los cuales vamos a conseguir la finalidad. Lo que no faltan son las alusiones al superhombre a lo largo de su toda su obra; la conclusión fundamental al respecto quedo por hacerse, ya que le sobrevino un ataque de locura catorce años antes de morir. El hombre superior hace caso omiso de los prejuicios de la gente, no cree en la igualdad. Solo es una artimaña de los débiles del espíritu, de los cristianos y de los socialistas. El hombre superior dice si a las jerarquías, a la inalienable diferencia que tiene que haber entre los hombres. La igualdad solo lleva a una moral de rebaño, de esclavos. Las carácterísticas del hombre como animal de rebaño deben rechazarse. Su mansedumbre, su docilidad, su alineación espiritual..La libertad del hombre superior está más allá del adoctrinamiento, no se deja convencer por los oradores del mercado ni por el partido. Ama al hombre por encima de sus unilateralidades porque lo ve no como es, sino como lo que hay que superar.La vida se torna un experimento. Dios ha muerto y solo queda el hombre como posibilidad abierta hacia el superhombre. La vida como experimento quiere decir que no hay más posibilidades fundamentales para vivir cada día con más fuerza y amor hacia la vida.
El hombre superior se rige de los valores, sabe que el mismo los ha creado, el hombre superior es un niño y un gran bailarín porque el niño no tiene prejuicios, es inocente, juega con la vida solamente mientras que el bailarín hace del juego un riesgo permanente, se pasea por la cuerda floja del devenir, hace de su vida un continuo experimento hacia el mismo. El hombre superior es, en definitiva, el que se afirma en el devenir de la vida sin necesidad de crearse subterfugios, otros mundos, donde consolar la justicia producida por su penuria que no ha sido suficientemente fuerte para domeñar la imagen trágica del mundo.
La moral del superhombre tiene dos peligros:1 Que sus criterios son fundamentalmente de orden estético esto a nivel puramente formal. 2 Que Nietzsche veía cierta belleza en dos furores de la bestia germánica.
Nietzsche dijo que su pensamiento era el más profundo pero a la vez el menos elaborado, consideraba que el tiempo en el que transcurre la vida es repetición circular, eternidad en la que todo vuelve a ocurrir indefinidamente. Va a rechaza, la concepción que tanto el Cristianismo como la Ilustración tienen de la Historia. El eterno retorno supone la consideración circular del tiempo. El superhombre quiere el eterno retorno para superar el límite que la Voluntad de poder encuentra en el tiempo pasado como “sido”. El eterno retorno es la liberación de la venganza ante lo ya sido anteriormente. De este modo «en el instante se anuda la eternidad»: para Nietzsche, la idea del Eterno retorno tiene un carácter, valorativo y por tanto, toma la transcendencia de lo eterno. Nietzsche trata de negar la condición perecedera de lo real. Lo que realmente es, es el «instante» que se desvanece y esto es lo que hay que amar. Es el Superhombre el que puede llegar a comprender que ningún «instante» tiene justificación más allá de sí mismo y que además en el «instante» feliz está la justificación de lo pasado y de lo futuro. El Eterno retorno nos libera así de «la insoportable levedad del ser», de su insoportable fugacidad… Sin tener que recurrir, a ningún trasmundo de «ideas eternas». Es decir, Nietzsche pretende revalorizar lo sensible, lo cambiante, el mundo real, sin recurrir a la ilusión de “otro mundo ideal”
La verdad, no es más que un conjunto de generalizaciones, ilusiones, que el uso y la costumbre han venido imponiendo y cuya naturaleza hemos olvidado:” metáforas ya olvidadas que han perdido su fuerza sensible, monedas que han perdido su imagen y que ahora entran en consideración como metal, no como tales monedas” A través de la abstracción el hombre generaliza las impresiones y las convierte en “conceptos” y, después, se refiere a ellos a su vida misma y el sentido de la realidad. El problema de la verdad adquiere ahora un sentido distinto. La falsedad o error de un juicio no es una objeción contra el mismo, se plantea ahora con otro sentido: si el juicio favorece o no a la vida; si conserva la vida, si la hace más grande. La lógica humana sirve para igualar y tener una visión de conjunto. El ser determinado es solamente “apariencia”; pero una apariencia necesaria para el ser vivo, útil para afirmarse y establecerse dentro del cambio constante. Por lo tanto, la verdad del ser verdadero es únicamente la consolación de una perspectiva, apariencia que se ha impuesto a través de la costumbre pero que no por ello deja de ser un error. De ahí que afirme Nietzsche que la verdad es aquella clase de error sin la que una determinada especie de seres vivos no podrían vivir. El valor para la vida es lo que decide en última instancia.
La ontología tradicional es estática porque considera al ser como algo fijo, el ser no se deja ver tal y como es en la realidad, todo es apariencia y falsedad de los sentidos. Lo que el hombre conoce del ser sólo es mera apariencia, pero como este mundo es irreal, debemos buscar en el otro mundo para estar en posesión de la verdad. Según Nietzsche, el filósofo dogmático se dedica a buscar, especular, indagar por encima del movimiento del mundo. Lo que sea el ser del mundo no lo podemos estudiar en el ir y venir de la vida ya que esto para él es causa de error.
Toda palabra se convierte en concepto desde el momento que deja de servir justamente para la vivencia original, única e individualiza a la que se debe su origen. Se pretende que el concepto sirva para expresar y significar realidades individuales que “nunca son idénticas”. La verdad no es más que un conjunto de generalizaciones, ilusiones, que el uso y la costumbre han venido imponiendo y hemos olvidado. A través de la abstracción el hombre generaliza las impresiones y las convierte en conceptos y después refiere a ellos su vida misma y el sentido de la realidad. Gracias a esta abstracción es como el hombre puede hacerle frente al devenir que le arrastraría de intuición en intuición sensible. El conocimiento tiene las coordenadas de la realidad en el concepto. La ontología y la Teoría del conocimiento de la metafísica afirma que el concepto no limita la realidad, sino que se corresponde con lo que la mente humana establece. Nietzsche pone en duda que con estos conceptos aprendamos la verdadera realidad del ser, que es devenir y cambio.