Portada » Griego » Conflicto y Orgullo en un Proyecto Escolar
Llegué a casa de Luna corriendo, prácticamente apurada para hacer la maqueta.
Luna, llamé.
¿Qué? —respondió. Estaba en la computadora que queda entrando a su casa.
Su casa es pequeña, con cuatro cuartos, y tiene como cinco hermanos y una hermana, algo así. Son tantos que ya ni me acuerdo.
Perdón, no te vi —dije contestando como si me hubieran regañado y en tono sarcástico.
Y ahí estaba Jared, está con nosotras en la maqueta y es muy insoportable hacer los trabajos con él; critica todo lo que hago y nunca me dejó pintarla ayer porque decía que la iba a dañar, cuando todas las ideas malas que salieron fueron de él. Le he dejado pasar muchas.
—Eh, fuera de aquí, que hago algo importante —dice Jared.
—Pff, ni que tu Facebook fuera importante —dije.
—Pues más que el tuyo. ¿Trajiste rojo? —dijo.
—Luna no me dijo rojo, solo azul.
—Tú me dijiste que era solo azul —dijo Luna.
—Pues te vas a devolver a buscarlo —dice Jared—. Todo lo que haces aquí es venir a tirar físico y ni ayudas…
“Y ya comenzó él”, me dije a mí misma. Siento que por lo único que no me ha sacado es porque soy yo la que tengo las pinturas.
—Yo aquí tengo rojo —dice Luna.
—Qué bueno, porque no me pensaba devolver.
—Te tenías que devolver, tú aquí no haces nada.
—¡¿Y POR QUÉ NO HAGO NADA?! ¡PORQUE CADA VEZ QUE QUIERO HACER ALGO NO ME DEJAS! —grité.
—Haces algo y lo destruyes todo.
—¡SI NO ME DEJAS HACER NADA, ENTONCES NO TE QUEJES DE QUE NO HAGO NADA!
—Igual no haces nada.
“Okey, la dejaré pasar, dejaré que me resbale”, me dije.
Empezamos con la maqueta. En todo lo que quería ayudarle a Luna, él empezaba a decir que no hiciera nada porque se iba a dañar, cuando no he dañado nada en la maqueta. Aparte de que él no estaba haciendo nada.
Luego Luna terminaba de echarle silicón a la casita de cartón que hacía cuando se le resbaló y el silicón se le secó.
—No te va a pegar, vuélvele a poner —dije.
Y tuvo que abrir la boca Jared, ¡claro que sí!
—¡PERO DEJA TU NEGATIVIDAD! En vez de ser positiva… No haces nada para estar aquí diciéndole nada —dijo.
—Si lo digo, sabré por qué, porque yo uso mucho el silicón —dije tranquilamente, con rabia en mi rostro.
—¿QUÉ VAS A SABER TÚ? ¡TÚ NUNCA SABES NADA! —dijo, siendo yo una de las cinco personas más inteligentes del salón, aparte que me la paso haciendo manualidades y sé más de eso que él—. Tú lo que sabes es ser negativa. Ayer, César, también ella andaba con su negatividad —le decía a un hermano de Luna que estaba ahí—. Que esto no iba a quedar bien, que lo hiciéramos como ella quería, y ella no hizo nada aquí para andar opinando. ¿No puedes cerrar la boca y dejar tu desorden? ¡Deja de respirar, si es posible!
Solo lo vi, me arrimé a sentarme en una columna que estaba cerca de mí, ojeé el teléfono y simulé que lo usaba, cuando en realidad trataba de retener las lágrimas. La verdad, me dolió, y mucho. Pensé en que cuando me preguntaran qué opinaba o algo, me iba a parar y les iba a decir: “Ahora sí quieres mi opinión, ¿no? Ahora sí quieres que hable, ¿no? Cuando te dé la gana. ¿Sabes qué? Me voy, y si les da la gana, sáquenme”.
—¿Cuánto sacaste tú en el examen de hoy? —dijo Jared, pero no le respondí ni lo vi, solo veía al teléfono—. Eso es, mejor quédate así tranquila, mejor ni respires, ni hables.
—Yo que tú le vuelo la cara —dijo Luna.
—¿Y qué me va a hacer ella a mí?
—Te pasaste ya —dice Luna.
Después de un rato Luna dijo:
—Jared, toma, compra una barra de silicón que nos hace falta.
Primero esperaba que me vinieran a buscar para disculparse, pero no lo hicieron, así que me dejé de tanto drama y encendí la computadora; no pensaba volver y él tampoco venir. Pensé que podría hacer la maqueta sola, pero no me daría tiempo, era para mañana.
Estaba inquieta por la casa, caminando de un lado a otro, y la única que estaba era Rachel y estaba durmiendo.
Pensé en lo que pasó después de que me fui, tal vez se rieron, tal vez Luna lo regañó, solo sé que no me iban a llamar a la casa, así que supe que a ninguno de los dos le importó que me fuera, tal vez se estuvieran riendo. Cuando al fin me senté en la computadora, no fui directo al Facebook como siempre lo hago, sino que abrí la página de Wattpad y me puse a leer Las ventajas de ser invisible. Después de unos cinco minutos abrí el Facebook y rápidamente desconecté el chat, no sé si Luna me haya visto conectada, ya que ella también estaba conectada.
Estaba tan molesta, solo pensaba en lo que pasaría mañana, entraría a Geografía y vería la maqueta de ellos pintada con mis pinturas, pero tal vez le falte algunas, ya que nunca les di las que traje, tal vez ni siquiera fuera al liceo, solo a Matemática, que era la última materia y era en lo único que tenía algo pendiente. No quería verle la cara a Jared hablando con sus amigos y riéndose de mí.
Di una vuelta al Facebook y vi que tenía un mensaje, pensé que era Israel, pero era Luna diciendo que subiera, hace como cinco minutos, cuando me fui hace como una hora y media, tal vez solo dijo “volverá” y se quedó tranquila siguiendo con lo suyo.
Pero no pienso volver dejando el orgullo por el piso, siendo yo tan orgullosa.
Tal vez me busque, no sé y ni me importa.