Portada » Historia » Conceptos Fundamentales de las Revoluciones y la Era Industrial en Europa
Autoridad que reside en el pueblo a través de los órganos que lo representan.
Doctrina que afirma la legitimidad de una dinastía o de una rama de una dinastía por considerar que tiene mayor derecho a ocupar el trono que la dinastía o la rama reinante.
La Santa Alianza generalmente se asocia con la alianza posterior, la Cuádruple Alianza, que incluía al Reino Unido y (desde 1818) a Francia con el objetivo de defender el acuerdo de paz europeo y el equilibrio de poder en el Concierto europeo, consolidado en el Congreso de Verona.
Ley fundamental de un Estado que define el régimen básico de los derechos y libertades de los ciudadanos y los poderes e instituciones de la organización política.
Agrupación de obreros, soldados y campesinos. Los soviets nacieron durante la Revolución Rusa de 1905, como oposición al zarismo. De esta forma, a través de los soviets, se construyó una fuerza que llegó a considerarse fundamental para derribarlo y formar la URSS.
Lenin llegó a Rusia gracias a la ayuda alemana, que lo trasladó en un vagón sellado desde su exilio en Suiza. En abril pronunció un discurso donde fijó sus principales tesis para hacerse con el poder (Tesis de Abril):
Además, para ganarse al pueblo se prometió: “Paz, pan y tierra”.
Hacia mediados de julio, los soldados comenzaron a desertar masivamente de la guerra. Al mismo tiempo, los campesinos ocuparon las tierras de los terratenientes y los obreros comenzaron a tomar control sobre algunas fábricas. El Gobierno Provisional quedó en manos de Alexander Kerenski. Solo los bolcheviques parecían tener respuesta a la crisis general.
Ocurrió el 7-8 de noviembre de 1917.
La Revolución Rusa fue una serie de levantamientos acontecidos en 1917 para derrocar al zar Nicolás II y, posteriormente, al gobierno provisional.
El New Deal fue un programa de política económica puesto en marcha por el presidente de Estados Unidos, Roosevelt, en 1933, que tenía como objetivo luchar contra los efectos de la Gran Depresión en el país.
Doctrina y regímenes políticos, desarrollados durante el siglo XX, en los que el Estado concentra todos los poderes en un partido único y controla coactivamente las relaciones sociales bajo una sola ideología oficial.
Se caracteriza por una economía de base agrícola, una sociedad estamental y un sistema de gobierno absolutista.
Bélgica, país independiente desde 1830, es el primero al que se extiende la Revolución Industrial. Las causas de este hecho fueron su alianza con el Reino Unido, la aplicación de los principios del liberalismo económico, la existencia de una industria textil en Bruselas-Lieja y la existencia de carbón de muy buena calidad en Namur y Charleroi.
En Alemania, donde en 1834 tras el Deutscher Zollverein (unión aduanera) se vive un periodo de crecimiento comercial. En 1835 se construye el primer ferrocarril que une Núremberg y Fürth. La servidumbre será abolida en 1859. Tras la unificación en 1870 se produce el gran desarrollo industrial con empresas como AEG, Siemens, Bayer, Krupp, Thyssen o Zeiss.
Francia se desarrolla industrialmente a partir de 1830, año en que firma una alianza con Reino Unido. Se desarrolla sobre todo la industria textil en Lille. En torno a Estrasburgo (Alsacia-Lorena) se encuentran las principales minas de carbón. Sin embargo, las pérdidas humanas provocadas por las Guerras Napoleónicas y la gran extensión del país dificultaron su proceso industrializador.
España inicia el desarrollo de la industria textil en Cataluña, carbón en Asturias y siderúrgica en la Comunidad Autónoma del País Vasco. La primera línea férrea se construirá entre La Habana y Güines (Cuba, entonces colonia española) en 1837; posterior será el tramo entre Barcelona y Mataró en 1848.
Estados Unidos dispone de las materias primas para el desarrollo industrial, sobre todo tras su avance al Oeste. En el Norte, muy industrializado, predominan las industrias de automóviles en Detroit y Chicago. El Sur, productor de algodón, suministraba materias primas al norte, a través de una densa red de ferrocarriles. Tras la Guerra Civil Americana (1861-1865), EEUU se convertirá en una gran potencia industrial.
Japón, que hasta 1854 era un país con estructuras feudales, se modernizó vertiginosamente comprando materiales y enviando delegaciones al extranjero (Era Meiji). Cuarenta años después ganó la guerra a China. Desde finales del siglo XIX era un país muy industrializado con industrias como Yamaha o Toyota.
El triunfo de los colonos americanos causó un gran impacto en Francia. La Revolución Francesa es un hito en la historia de la humanidad, como apuntaba Fichte: «interesa a la humanidad entera». De forma rápida y violenta se produjo un cambio de poder, desapareciendo el Antiguo Régimen. Bajo el lema «Libertad, igualdad y fraternidad», el movimiento revolucionario se extendería.
SOCIALES: La sociedad estamental en Francia, con grandes diferencias entre estamentos, provoca que los burgueses ricos pero sin privilegios demanden un poder político acorde con su protagonismo económico, creando un ambiente revolucionario. Las clases más bajas, mayoritarias, también se rebelan por sus pésimas condiciones de vida.
POLÍTICAS: Los reyes, aunque tenían poder absoluto, no podían imponerse a los privilegiados. Estos se negaron a pagar los impuestos que quiso establecer el ministro de Hacienda de Luis XVI, Necker.
FILOSÓFICAS: La base de la Revolución Francesa es el pensamiento ilustrado y las ideas de igualdad y soberanía nacional.
ECONÓMICAS: Las malas cosechas provocaron en Francia una situación de hambre y subida de precios. Esto ocasionó crisis de subsistencia y la ruina de la Hacienda Estatal.
Luis XVI se vio obligado a convocar los Estados Generales el 5 de mayo de 1789 en Versalles, los cuales no eran convocados desde 1614. La forma de voto tradicional era de un voto por estamento. Pero el abate Sièyes, representando al Tercer Estado, pide un voto por cabeza, de forma que sea el pueblo quien salga favorecido. Su petición es rechazada.
El 17 de junio, los miembros del Tercer Estado y algunos ilustrados se reúnen en París y, tras el Juramento del Juego de la Pelota, deciden dotar a Francia de una Constitución. Para ello formarán la Asamblea Nacional Constituyente. El rey envía sus tropas a París y la población se subleva asaltando el 14 de julio de 1789 la prisión de La Bastilla, un símbolo del poder del rey. El pueblo coge las armas de la cárcel creando la Guardia Nacional, obligando a las tropas del rey a retirarse. La rebelión se extiende al resto de Francia, tanto en las ciudades como en el campo («El Gran Miedo»). Luis XVI se ve obligado a aceptar la Asamblea Nacional Constituyente, que iniciará una política de reformas y dará una Constitución a Francia.
Esta Asamblea pasó a llamarse Asamblea Nacional y tomó dos decisiones muy importantes:
Tras aprobar la Constitución, la Asamblea Nacional pasa a llamarse Asamblea Legislativa. Ésta nació condicionada por tres acontecimientos que propiciaron el protagonismo de las tendencias más radicales:
En abril de 1792 estalla la guerra que enfrenta a Francia con Austria y Prusia. Estos dos países, aunque tenían mejores ejércitos que los franceses, eran mercenarios sin el mismo sentimiento patriótico. Los ciudadanos franceses, por su parte, luchan por ser libres e iguales ante la ley y tienen un ejército mucho mayor (levée en masse). Por estos motivos consiguen derrotar a los prusianos del duque de Brunswick en Valmy (1792) y se hacen con la victoria. Los radicales decretan entonces la abolición de la monarquía y el establecimiento de una República.
La Asamblea francesa pasa a llamarse Convención. Destaca la presencia de los jacobinos (extremistas y radicales), los girondinos (republicanos moderados, inicialmente monárquicos constitucionales) y los sans-culottes (clases populares bajas dirigidas por figuras como Saint-Just y que apoyaban a los jacobinos).
Los jacobinos deciden procesar a Luis XVI, que es condenado a la guillotina. Así comienza una época conocida como “el Terror”, marcada por los ajusticiamientos políticos. Además, se crea una nueva Constitución (1793) en la que se defiende el sufragio universal masculino y se promulgan principios favorables a las clases bajas. Por otra parte, surgen los comités (por ejemplo, el Comité de Salvación Pública) y, debido a la influencia de la Ilustración radical, se produce un fenómeno de descristianización.
En estos momentos destacan las figuras de tres importantes jacobinos: Robespierre (lideró a los jacobinos y con la guillotina eliminó a gran parte de la oposición), Danton (será guillotinado por orden de Robespierre por acercarse a los grupos moderados) y Marat (morirá asesinado a manos de una girondina, Charlotte Corday).
El gobierno de los jacobinos se fue haciendo impopular y tuvieron lugar numerosas revueltas de los moderados. En julio de 1794 se produjo la “reacción de Termidor” (“Terror Blanco”), es decir, la oposición al radicalismo, que muchos consideraban que había llegado demasiado lejos. La burguesía más moderada rechaza el terror, por lo que persigue a los jacobinos (Robespierre y Saint-Just serán ejecutados, entre otros). Se crea una nueva Constitución (1795) mucho más conservadora: se recupera el sufragio censitario y se deja el poder ejecutivo en manos de un Directorio formado por cinco miembros. El Directorio se verá obligado a recurrir al ejército para mantener el orden público.
El 9 de noviembre (18 de brumario) de 1799, tras volver victorioso de una campaña en Egipto, Napoleón Bonaparte da un golpe de Estado, con el apoyo popular y del ejército. Se hace con el poder y establece un Consulado, formado por tres miembros: Napoleón (cónsul vitalicio y primer cónsul), el Abate Sièyes y Ducos. Se aprobó una nueva Constitución (1800), más autoritaria y conservadora, y se derogó la Declaración de Derechos. Aunque se mantiene la división de poderes, en realidad todo lo controla Napoleón, que será nombrado Emperador en 1804. Se firma un Concordato con la Santa Sede para restituir relaciones con la Iglesia Católica. Se aprueba el Código Civil, muy avanzado para su época, y que favorece a la burguesía: inviolabilidad de la propiedad privada, liberalismo económico controlado, creación de una policía secreta.
Junto con su ministro Talleyrand, Napoleón se enfrenta a otras potencias europeas intentando imponer su sistema político y guiado por su ambición personal. Sus campañas exteriores pasan por tres etapas:
El aumento del número de trabajadores, unido a la división del trabajo y la especialización, provocó que muchos obreros tuvieran que llevar a cabo tareas monótonas y repetitivas, que no requerían ningún tipo de formación. Esto suponía un problema para los obreros, obligados a realizar trabajos deshumanizados y aburridos; no obstante, conllevaba mayores beneficios para los empresarios, que en cada vez más ocasiones eran una lista de accionistas sin rostro.
Las condiciones de trabajo de los obreros eran cada vez peores. Para los trabajadores, las condiciones en las fábricas eran pésimas, con horarios extenuantes: jornadas de trabajo muy largas de hasta 16 horas (por ejemplo, en la industria de la seda francesa se trabajaba desde las cinco de la mañana hasta las 11 de la noche). Los salarios se mantuvieron muy bajos debido al aumento de la oferta de mano de obra, estando siempre vinculados a los beneficios de las empresas y justificados a menudo con la idea de que la pobreza hacía más activos a los obreros. Además, se mantenía la disciplina mediante multas económicas y se trabajaba prácticamente todos los días del año, exceptuando quizá el día de Navidad.
Los obreros vivían en pésimas condiciones: en una sola habitación, sucia y pequeña, podían convivir incluso varias familias, por lo que el contagio de enfermedades era fácil, como la tuberculosis. Los barrios de proletarios (slums) estaban cerca de las fábricas y carecían de servicios municipales básicos. Las casas solían ser alquiladas por empresarios o capataces, que así recuperaban gran parte de los salarios que pagaban.
Se intensificó la participación de mujeres y niños en las fábricas, donde la disciplina se mantenía a base de violencia ejercida por los capataces. Se abusaba de las mujeres y se maltrataba a los niños, con horarios extenuantes y sin posibilidad de recibir ningún tipo de educación.
Esta etapa se conoce como Capitalismo Salvaje y tiene lugar durante la Primera Revolución Industrial, entre finales del siglo XVIII y principios del XIX.
Se pasó de una rígida sociedad estamental a una más dinámica sociedad de clases. El nuevo modelo social presentaba importantes contrastes, debido a la posesión de capital y a las condiciones de trabajo, provocando una fractura entre burguesía y trabajadores. La nobleza fue perdiendo paulatinamente sus privilegios, aunque mantuvo gran parte de sus ingresos y propiedades. La burguesía será el grupo social más beneficiado; apareció una clase alta burguesa con nombres como los Thyssen, que rendía culto a la propiedad individual y al liberalismo económico. La burguesía media estaba integrada por funcionarios, intelectuales y profesionales liberales, como médicos o abogados. Finalmente, la burguesía baja incluía a pequeños propietarios o funcionarios de menor escala.
Las clases bajas estarán formadas por campesinos, muchos de los cuales emigrarán a las ciudades, convirtiéndose en proletarios (obreros industriales). Además, existía el personal doméstico de las clases altas y las clases populares urbanas (artesanos, pequeños comerciantes, etc.).
El ludismo es un movimiento obrero caracterizado por las protestas de obreros contra las máquinas. Se llama ludismo porque uno de sus primeros líderes (posiblemente mítico) fue el inglés Ned Ludd. La forma de protesta de los luditas consistía en la destrucción de máquinas, ya que consideraban que éstas sustituían a los trabajadores y, por lo tanto, debían ser eliminadas. Estas protestas fueron duramente reprimidas por los burgueses y el Estado (por ejemplo, en Nottingham, 1811), que terminaron con deportaciones a Australia y condenas a la horca de 18 dirigentes en York en el año 1813. Hacia 1817, el movimiento ludita se había extinguido en gran medida.
Surgirá una nueva respuesta a los problemas de los obreros: el sindicalismo, representado inicialmente por las Trade Unions británicas. El movimiento sindicalista se caracteriza por sustituir los ataques a las máquinas por la lucha organizada y la toma de conciencia de clase. Los sindicatos eran asociaciones de obreros cuya finalidad era mejorar la situación de los trabajadores ante la presión de los patronos. En su origen buscaban solucionar las necesidades puntuales de los trabajadores, como horarios, abusos de los capataces o salarios. Como medida reivindicativa se convocaban huelgas, haciendo uso de las llamadas cajas de socorro mutuo (fondos para resistir durante las huelgas o ayudar en caso de accidente o enfermedad).
En Inglaterra, las grandes asociaciones de trabajadores fueron consideradas peligrosas y se prohibieron mediante las Combination Laws (1799-1800). En 1824, el Parlamento abolió estas leyes, permitiendo la libre asociación. En 1830, los obreros aprovecharon esta situación para formar sindicatos locales organizados por oficios denominados Trade Unions, cuya finalidad era solucionar los problemas concretos de los obreros ingleses. El secretario del sindicato textil de Mánchester, John Doherty, organizó la Unión General del Reino Unido, que albergaba a todos los trabajadores del sector textil. Posteriormente, se creó la National Association for the Protection of Labour, reuniendo a diversos oficios en un gran sindicato general. Llegó a tener 100.000 miembros y publicaron su propio periódico, *La Voz del Pueblo*. El gobierno, temeroso de su poder, volvió a tomar medidas restrictivas contra los sindicatos más ambiciosos.
Los artesanos y obreros londinenses iniciaron agitaciones defendiendo el sufragio universal masculino, ya que consideraban que ellos generaban la riqueza en el país y, por lo tanto, debían tener derecho a voto y representación política. En 1838 redactan la Carta del Pueblo, donde solicitaban:
También reclamaban la jornada laboral de máximo 10 horas y la intervención estatal para mejorar la protección social. Las peticiones fueron rechazadas por el Parlamento en varias ocasiones. No obstante, la mejora gradual en las condiciones políticas y sociales de los ciudadanos a partir de los años 50, junto con la represión y las divisiones internas, hizo que el cartismo acabara perdiendo su influencia como movimiento unificado.
Con el objetivo de solucionar los problemas concretos del proletariado, surgirán propuestas de intelectuales en países menos afectados por la industrialización o con menor cantidad de obreros industriales, basadas en gran medida en el pensamiento ilustrado (como el de Rousseau) y en ideales humanitarios. Se caracterizan por buscar soluciones ideales sin recurrir necesariamente a la violencia revolucionaria, recoger las demandas de los grupos obreros y criticar la concentración de riqueza en el sistema capitalista. Buscaban la transición a un orden mejor, pero con planteamientos a menudo considerados difícilmente realizables, ya que los medios propuestos no siempre estaban a la altura de los ambiciosos proyectos. Entre los pensadores del socialismo utópico destacan:
Defendía el proceso industrializador como medio para lograr el bienestar de la población. En su obra contempla la diferencia social entre trabajadores (productores: técnicos, industriales, artistas, científicos…) y ociosos (clases improductivas: militares, nobleza, clero). Proponía que una élite formada por los mejor preparados (científicos e industriales) debía asesorar al gobierno en la planificación de la Economía para que fuera en beneficio de todos.
Defendía la creación de falansterios: edificios comunitarios rodeados por tierras de labor que pretendían ser autosuficientes. En ellos debían vivir grupos de unos 1620 habitantes, trabajando con medios de producción comunes y dedicándose a tareas variadas y deseadas por cada individuo. Es un planteamiento considerado utópico e imposible de realizar a gran escala. Se trata del antecedente de las comunas anarquistas y cooperativas.
Empresario textil galés que aplicó mejoras en su fábrica de New Lanark (Escocia): se preocupaba por los salarios, ofrecía viviendas dignas y favorecía la educación de los hijos de los trabajadores. Así los motivaba, logrando una mayor eficiencia productiva. Owen consideraba que el entorno humano es el causante del carácter: un buen entorno social y económico mantendría el carácter bueno por naturaleza del ser humano. Promovió las cooperativas como sistema de producción justo, dando poder a los trabajadores sobre los medios de producción: la idea era que quien más trabaja, más recibe (aunque buscaba una distribución equitativa). Llevó a cabo un proyecto de comunidad utópica en Estados Unidos, New Harmony, que fracasó.
Otros pensadores fueron Étienne Cabet, que publicó *Viaje a Icaria*, defendiendo un comunismo-democrático; Louis Blanc, que defendió la creación de Talleres Sociales financiados por el Estado para dar trabajo a los desempleados; y Auguste Blanqui, más partidario de la acción revolucionaria directa por parte de una minoría concienciada.