Portada » Religión » Conceptos Clave de los Evangelios: Exégesis, Historicidad y Más
La palabra ‘Evangelio’ proviene de dos términos griegos: eu (bueno) y angelion (noticia, mensaje). En el mundo griego y romano, se utilizaba para señalar el favor de los dioses y anunciar buenas noticias al pueblo. Los Evangelios, escritos en griego, son narraciones históricas basadas en la fe, compuestas por textos que reflejan la palabra de Dios, ofreciendo un testimonio escrito de la vida de Jesús.
La exégesis busca hallar y exponer el verdadero sentido de los libros sagrados, interpretando el significado literal de las palabras de la Biblia. Se basa en principios establecidos por la Hermenéutica para su correcta interpretación.
La pseudoepigrafía consiste en atribuir una obra literaria a una persona diferente del autor real, usualmente alguien famoso. Este fenómeno era común en la antigüedad y no exclusivo del cristianismo primitivo.
El gnosticismo fue un movimiento religioso esotérico de los siglos II y III d.C. que desafió al cristianismo ortodoxo, llegando a afirmar que los evangelios carecían de valor.
Este evangelio sigue el esquema de la predicación apostólica, especialmente la de Pedro. Fue escrito originalmente en hebreo para judíos convertidos al cristianismo, buscando demostrar el cumplimiento de las promesas divinas del Antiguo Testamento. La versión griega que conservamos es una traducción, ya que el original hebreo se perdió.
Redactado en un contexto diferente al de Mateo, recoge la predicación de Pedro en Roma, donde muchos cristianos provenían del paganismo y tenían poco conocimiento del Antiguo Testamento.
Este evangelio, que refleja la predicación de Pablo en Asia Menor y Grecia, tiene una segunda parte: los «Hechos de los Apóstoles», que narra el nacimiento de la Iglesia tras la resurrección de Jesús.
Considerado el «discípulo amado» de Jesús, este evangelio presenta su propia predicación y reflexión teológica, dirigida a los cristianos de Asia Menor. Destaca por su profundidad teológica y su detallada descripción de términos, instituciones judías y la geografía de Palestina.
Se denominan así a los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas debido a que comparten una perspectiva general similar sobre la vida y predicación de Jesús.
La inspiración es un criterio de fe para los cristianos. Se considera que Dios inspiró los Evangelios y que, en lo referente a la salvación, carecen de error.
Los códices son libros antiguos escritos en pergamino que contienen gran parte de la Biblia, o incluso la Biblia completa (Antiguo y Nuevo Testamento). Los códices escritos en mayúsculas se denominan unciales, mientras que los escritos en minúsculas son más recientes.
El martirio es la muerte o sufrimiento padecido por defender una religión o creencia. Muchos de los primeros cristianos lo experimentaron.
La autenticidad se refiere a la concordancia sustancial entre las copias existentes y los escritos originales de los evangelistas. Pruebas como la Vulgata de San Jerónimo (390-404 d.C.), el análisis de los textos griegos originales y la Neovulgata de la Santa Sede (1979) ayudan a verificar esta concordancia.
La integridad implica que las copias de los Evangelios están completas, sin que les falte ninguna parte escrita por los evangelistas.
La Vulgata es la traducción de la Biblia al latín, realizada por San Jerónimo entre los años 390 y 404.
Se refiere a la veracidad histórica de los relatos evangélicos.
Se denomina así a los autores de la Biblia y también a los escritores de vidas de santos.
(Este criterio no se define en el texto original, pero se asume que se refiere a la corroboración de un evento por múltiples fuentes independientes).
Este criterio sugiere que si un elemento del Evangelio rompe con el contexto cultural y religioso de la época, es poco probable que sea inventado y, por lo tanto, se puede considerar histórico. Un ejemplo es el uso de la palabra «Abbá» por parte de Jesús para referirse a Dios, una expresión considerada blasfema en el judaísmo antiguo.