Portada » Filosofía » Concepto de nexo contingente
La sustancia es un concepto al que no corresponde ninguna impresión. A nuestra idea de sustancia, de Yo, de Mundo, de Dios, no corresponde impresión alguna. La palabra ‘sustancia’ sólo designa un conjunto de percepciones particulares que nos hemos acostumbrado a encontrar juntas; por tanto, el concepto clave de la Metafísica, carece de valor. El análisis de Hume de los conceptos de la metafísica.
+ MUNDO Locke justificaba la realidad del mundo distinta de la mente diciendo que la realidad extramental es la causa de nuestras impresiones… Hume no puede aceptar esta afirmación porque no tenemos impresiones de la relación causa-efecto: Yo lo único que puedo afirmar es que ‘tengo una impresión’: pero no puedo afirmar que a mi impresión corresponda una realidad exterior. La realidad está, más allá de las impresiones. Por tanto, no podemos afirmar la existencia de una realidad corpórea distinta de nuestras impresiones. Lo único que podemos afirmar es la realidad de nuestras impresiones, pero no realidad alguna distinta de ellas.
+ Dios Hume niega: de Dios no tenemos ninguna impresión, y por lo tanto no podemos afirmar su existencia. No hay nexo causal entre las impresiones y Dios, que está más allá de nuestras impresiones. No podemos afirmar su existencia.No hay nexo causal entre las impresiones y Dios, que está más allá de nuestras impresiones. No podemos afirmar su existencia. La pregunta que hay que hacerse es: ¿De dónde provienen esas impresiones?: Hume: no lo sabemos: no tenemos más conocimiento que nuestras impresiones. Ir más allá de ellas es infundado. El límite de nuestro conocimiento son las impresiones. Sabemos que las tenemos, pero nada más; no sabemos de donde vienen.
+ YO Desde Descartes se había afirmado la realidad del ‘yo’ como sustancia distinta de nuestros pensamientos, por intuición inmediata: ‘pienso, luego existo’. Pero Hume lo debe negar, ya que: Sólo tenemos intuición de nuestras impresiones. El ‘yo’ o ‘persona’ no es una impresión: es aquello que se supone como sujeto al que se refieren nuestras impresiones. Pero de ello no tenemos impresión. Nuestras impresiones no son constantes sino variables. Una impresión sucede a la otra: siento dolor, después siento tristeza, después alegría… Nunca existen todas al mismo tiempo sino que se suceden. Por tanto no hay una impresión constante y permanente. Por tanto, no existe el yo como sustancia distinta de las impresiones.
En conclusión: El Empirismo de Hume lleva necesariamente al fenomenismo y al escepticismo: Solamente conozco las impresiones; mi entendimiento está completamente limitado por las impresiones: no puedo conocer nada más allá de las impresiones. El origen del conocimiento es la experiencia; todo conocimiento es conocimiento de ideas e impresiones, pero no sé de dónde vienen. No puedo establecer relaciones causales: lo único que podemos observar es la sucesión constante de dos hechos. Niega la sustancia corpórea, porque no conozco realidad exterior diferente de las impresiones; éstas son accidentales, y me quedo sin conocer la sustancia. No conozco una sustancia pensante distinta de ellas.Tampoco puedo conocer la existencia de un Ser llamado Dios, puesto que no puedo tener impresión sensible de él;
Su doctrina moral la podemos dividir en dos partes. En la primera podemos ver la crítica que hace al Racionalismo moral; en la segunda veremos el emotivismo moral, es decir, el sentimiento como fundamento de los juicios morales
La ética o la moral la podemos definir en palabras de Hume como “el conjunto de juicios sobre la bondad o malicia de las acciones humanas.”
Si toda ciencia se ocupa de juicios, la moral se ocupará de juicios morales: un juicio moral nos indica, por ejemplo, que el matar es malo y el ayudar a los demás bueno.
¿Cuál es el fundamento de esos juicios? ¿En qué se basan?: esa ha sido la pregunta que se han hecho todos los filósofos desde los griegos para responder que el fundamento está en la razón: la razón conoce la naturaleza del hombre y de ese conocimiento deduce lo que va en contra de la naturaleza -y por tanto es malo- y lo que es conforme a naturaleza -y por tanto es bueno.
La razón no es el fundamento de los juicios morales, porque: Los juicios morales determinan nuestro comportamiento: Cuando decimos que tal acción es buena, esa afirmación nos llama a realizar esa acción. Lo mismo en el caso de afirmar que un acción es mala, lo afirmamos para no realizar esa acción. La razón no puede determinar nuestro comportamiento. El conocimiento intelectual no puede determinar el que nosotros hagamos una acción o la evitemos. El de relaciones entre ideas, p.E. Las matemáticas, por sí mismo no impulsa a realizarlas: es un conocimiento puramente intelectual. El de hechos: los hechos son solamente hechos, no juicios morales. Conclusión: la razón no es el fundamento de los juicios morales.
La percepción moral no es cosa del entendimiento sino del sentimiento; es propia de cada cosa en particular, no de principios generales o de la razón.No se puede demostrar que algo es bueno o malo por la razón, mediante una argumentación racional: la razón no es la maestra de las pasiones o de los sentimientos. Si existe alguna relación entre pasiones y razón, es que ésta es esclava de las pasiones. Las pasiones provienen de la experiencia: placer, dolor, miedo, esperanza, aversión… De cualquier modo los juicios de aprobación o reprobación -bueno o malo- de las pasiones, son juicios de hechos particulares y, por lo tanto, no son necesarios.Las verdades religiosas no pueden demostrarse por la razón. Hume rechaza tanto el espiritualismo como el materialismo: rechaza toda prueba a priori, solo acepta las pruebas de la observación directa. El orden del mundo es una prueba a posteriori, a partir de la experiencia y por tanto es una prueba convincente y persuasiva. La ética de Hume no se puede decir que sea teísta, ni tampoco atea o agnóstica.