Portada » Informática » Comunicación Telefónica Efectiva en la Empresa: Estrategias y Mejores Prácticas
En el mundo empresarial, se utiliza el teléfono para realizar numerosas gestiones: dar y obtener información, realizar y recibir pedidos, dar solución a problemas, etc. Aprovechar el teléfono de forma eficaz significa convertirlo en un instrumento de gestión en el trabajo de la empresa.
El teléfono como instrumento de gestión permite:
En las empresas, todos los días se reciben y se efectúan muchas llamadas. Cuando llamamos o contestamos al teléfono, estamos ofreciendo una imagen de nuestra empresa. Por eso, conviene conocer algunas pautas de atención telefónica en la empresa que serán de utilidad para conseguir una buena comunicación telefónica:
Debemos cuidar en la conversación telefónica el volumen, la entonación, la velocidad, la pronunciación y las pausas de nuestra voz. Nuestra voz es el único medio de transmitir sensaciones a nuestro interlocutor.
Debemos transmitir serenidad y seguridad, pues ello implica control de lo que estamos diciendo. Cuando hablamos, se crean imágenes en la mente de quien nos escucha y debemos intentar que esas imágenes sean positivas.
El interlocutor de una conversación telefónica no ve la sonrisa, pero la percibe. Debemos sonreír igual que si tuviéramos delante a nuestro interlocutor. El efecto físico que la sonrisa produce en nuestro tono de voz es captado por nuestro interlocutor.
En cualquier conversación, el silencio tiene significado. Ante un silencio por parte de uno de los interlocutores de la conversación telefónica, valoramos las palabras que lo han precedido y reflexionamos sobre las palabras posteriores. El silencio prolongado en la conversación obliga a pensar que la comunicación ha concluido. El silencio medio, por el contrario, provoca expectativas entre los interlocutores. Debemos aprender a interpretar los silencios de nuestros interlocutores.
Debemos usar el lenguaje correctamente y evitar en todos los casos el uso y el abuso de muletillas, repetición de frases hechas o expresiones inadecuadas. Por ejemplo, es frecuente asentir a lo que nos dicen con un O. K., o un simple vale. Sin embargo, es mucho más correcto y adecuado, al menos en una conversación en el ámbito de la empresa, expresar lo mismo con la fórmula de acuerdo.
Debemos llamar a nuestro interlocutor por su nombre y tratarle del modo más cercano, correcto y respetuoso posible. El trato personalizado permite establecer una relación de confianza entre los interlocutores.
Si no conocemos a nuestro interlocutor o es la primera vez que hablamos con esa persona, lo normal es mantener el tratamiento de usted, a no ser que nos pida que utilicemos el tuteo. Asimismo, debemos tratar de señor, señora, seguido del apellido o de don, doña, seguido del nombre o nombre y apellido, dependiendo siempre del rigor que la situación requiera.
Como norma general, debemos tener claro el objetivo de la llamada: para qué llamamos y qué queremos conseguir; y recordarlo durante la conversación, sobre todo si la realizamos nosotros. Es importante convencerse de que debemos obtener lo mejor de esa llamada y dejar una buena impresión de la empresa. A veces resulta útil hacer un breve esquema sobre los puntos de los que deberá tratar nuestra conversación.
Antes de la llamada, conviene cerciorarse de que es correcto el teléfono que vamos a marcar y tener bolígrafo y papel para tomar notas. Una vez que conteste nuestro interlocutor, debemos:
En las empresas es frecuente efectuar una serie de llamadas con el mismo propósito. Por ejemplo, se llama a todos los proveedores para comunicarles la nueva dirección de la empresa o a un grupo de clientes para pedirles opinión sobre un nuevo servicio. En estos casos, es necesario que la persona o personas que efectúan la llamada dispongan de un guion en el que se registren los pasos, las preguntas y la información que se transmitirá en cada comunicación.
No debemos dejar que suene el teléfono durante mucho tiempo antes de contestar. Tampoco se suele contestar al primer tono de sonido. Lo ideal, si el teléfono está cercano, es contestar después del segundo o tercer tono.
Lo primero que debemos hacer es conservar la calma y tratar correctamente a nuestro interlocutor. Después, averiguaremos el motivo de la reclamación, podremos identificar el problema haciendo preguntas a nuestro interlocutor, e indagar a quién o a qué departamento va dirigido la queja.
Debemos mostrar empatía con la persona afectada. Es decir, debemos intentar ponernos en su lugar y pensar cómo nos afectaría a nosotros esa misma situación.
Ofreceremos disculpas, si atendemos la llamada en una centralita o en representación de la persona responsable, de manera expresa y directa, aunque nosotros no seamos responsables directos de la situación planteada. No debemos remitir la queja a otro departamento en busca del responsable, a menos que no podamos resolver el problema y sepamos quién puede hacerlo. Se trata de resolver la situación lo más pronto posible.
Debemos mostrarnos dispuestos a ayudar a solucionar el problema, siempre que esté en nuestras manos su posible resolución. Podemos por ejemplo, interceder ante la persona responsable de esa queja para buscar una solución conjunta a la situación.
Si no es posible resolver la situación en el momento de la llamada, debemos comprometernos con la persona que llama a hacerlo y a volver a llamarle en un plazo determinado para explicarle la decisión tomada.
Es la forma más usada en las empresas para organizar las comunicaciones telefónicas. Es el lugar al que llegan las llamadas externas e internas y son dirigidas a las personas o departamentos correspondientes. Se conecta a los teléfonos del interior de la empresa, llamados extensiones, y los comunica con el exterior. La persona encargada de atender la centralita debe identificar quién llama y con quién necesita comunicarse, con el fin de transmitir cada llamada al departamento o a la persona que corresponda. Además, debe responder a las solicitudes de información de algunas personas que llaman. Por eso, es necesario que conozca cierta información general de la empresa.
Se ha convertido en una de las formas de comunicación más habituales. La principal ventaja del móvil es que permite la comunicación telefónica desde cualquier lugar, siempre que se disponga de cobertura, además permite enviar y recibir mensajes escritos.
Cuando desconocemos el número al que tenemos que llamar, podemos buscarlo utilizando distintas fuentes de información, por ejemplo, las guías telefónicas o los servicios de información telefónica.
Entre las guías se encuentran:
Entre los servicios de información telefónica están el 11818 y el 11888 para información nacional y el 025 para información internacional. En estos servicios llamamos a un número en el que debemos dar el nombre, los apellidos o la dirección de la persona o la empresa que estamos buscando para que nos den su número telefónico.