Portada » Español » Comunicación Efectiva: Elementos, Funciones y Propiedades del Lenguaje
La comunicación es un intercambio de conocimientos y vivencias entre las personas que se realiza a través del lenguaje. Se entiende como un proceso lineal en el que un emisor transmite a un receptor una información a través de un canal. El emisor codifica y emite el mensaje. El receptor recibe el mensaje, lo descodifica y lo interpreta. El mensaje es la información codificada que se transmite, el enunciado concreto que llega al receptor. El canal es el medio físico a través del cual circula el mensaje. El código es el conjunto de signos y reglas a través de los cuales construimos el mensaje.
El lenguaje verbal utiliza la palabra para comunicar y es la forma de expresión más completa que existe. Los lenguajes no verbales no emplean la palabra, sino otros signos (pictogramas, iconos, dibujos, números, fotos, gestos, sonidos).
El signo es un elemento material, perceptible por los sentidos, que representa a otro elemento. La palabra «silla» es un signo porque la percibimos y nos trae a la mente el dibujo, al igual que una señal de tráfico.
Se distinguen tres clases de signos:
El texto es la unidad total de comunicación (oral y escrita) emitida por un emisor en una situación lingüística determinada. Posee una estructura (organización interna y reglas propias) que relaciona sus elementos y le da coherencia y unidad.
Cuando se dice que las palabras tienen un significado preciso, exacto, se está hablando de su valor denotativo, es decir, del concepto objetivo que posee un término. Por ejemplo, gato: animal doméstico o salvaje, de género mamífero, félido y carnívoro. También puede extenderse a la denotación del vocablo, es decir, a los objetos, animales o cosas a los cuales puede aplicarse, pero de una manera precisa, objetiva y real.
En cambio, el valor connotativo de una palabra es la intención del término y la gama de posibilidades de significación, que se basan en ciertas semejanzas formales o imaginarias, esto es, significados subjetivos. Por ejemplo, El gato quedó prensado cuando el gato resbaló. La palabra «gato» nombra a un animal y con esa palabra se significa a un objeto que sirve para levantar grandes pesos a poca altura.
En resumen, la misma palabra significó cosas distintas, este es su valor connotativo: con una misma palabra significamos dos ideas diferentes. El gato es un animal. El gato es un objeto.