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Al concluir la Guerra Civil, Franco creó un nuevo Estado, en el que se desterró toda idea de liberalismo y de democracia y más aún de comunismo. Además también había que acabar con el anticatolicismo y el separatismo. Franco era un militar africanista, católico que profesaba un nacionalismo español de signo agresivo y excluyente. Como otros militares de su época, consideraba las virtudes que tradicionalmente se atribuían al ejército: jerarquía, disciplina y orden, como la esencia de los valores nacionales. Sus sentimientos religiosos se intensificaron sobre todo durante la Guerra Civil, Franco se vio a sí mismo como una persona elegida por Dios para salvar a la patria.
Catolicismo y patria se convirtieron para él en la misma cosa. El nacionalismo de Franco se basaba en una interpretación heroica de la historia de España, según la cual la nación tenía un destino imperial. Los modelos del pasado que había que imitar eran, sobre todo, la época de los Reyes Católicos y de los Austrias. Consideraba que la decadencia de España se debía a la influencia del liberalismo. Según el dictador, los enemigos naturales de España eran: los liberales, los masones, los anarquistas, los judíos, los socialistas y los comunistas. Además su idea de España se identificaba con Castilla, sin admitir ninguna diferencia nacional como la vasca o la catalana, que consideraba separatismos que debían combatirse y eliminarse. Los rasgos característicos y permanentes del franquismo fueron:
1) El carácter de dictadura personal.
Franco era el Jefe del Estado, del Gobierno, del Partido y Caudillo de España “el jefe responde ante Dios y ante la Historia” (lo que le daba un poder prácticamente absoluto.
2
El unipartidismo que impedía cualquier tipo de pluralismo político y sindical. Solo se permitía FET de las JONS. Posteriormente (58) la doctrina que sustentaba el franquismo se llamó el Movimiento Nacional.
3) La división permanente del país entre vencedores y vencidos.
4)
El franquismo (especialmente en los primeros años) constituyó una versión del estado fascista en España. Era un estado antidemocrático y totalitario, que se caracterizaba por la sumisión a un caudillo, la represión la negación de las libertades básicas, la falta de garantías jurídicas y las grandes concentraciones de militantes uniformados, con sus organizaciones y sus saludos de corte fascista. Más tarde (después de la derrota de Alemania e Italia en la II Guerra Mundial), el franquismo tuvo que ir adaptándose a las nuevas circunstancias, pero nunca renunció a sus principios básicos.
Por otra parte, el franquismo se diferenciaba de los fascismos europeos (sobre todo del nazismo) en la gran influencia del catolicismo y en que no practicó los principios racistas del mismo (aunque apelaba a la raza y denostaba a los judíos).(intro)
Los grandes pilares en que se apoyó el franquismo fueron:
1)
Fueron su apoyo mas decidido y fiel y nunca discutió el poder del Generalísimo.
2)
La jerarquía católica legitimó la dictadura ante la opinión católica nacional e internacional. A cambio de este apoyo la Iglesia (sobre todo a partir de la firma del Concordato de 1953) obtuvo importantes privilegios como: la presencia de obispos en las más altas instituciones del Régimen, se hizo del catolicismo el inspirador de la moral de la sociedad y del sistema educativo y se financió generosamente a la Iglesia.
3)
Constituyó un cuerpo burocrático al servicio del Régimen con funciones de propaganda y organización.
La Ley de Unidad Sindical (1940) establecía que empresarios y trabajadores se integrarían en un mismo sindicato por ramas de producción. El Estado a través de la Falange controlaba todo el sistema. La afiliación a este sindicato era obligatoria.
5)
El franquismo contó con el apoyo social de los terratenientes, los financieros, los empresarios, los pequeños y medianos propietarios agrarios y la clase media de las zonas rurales. A esto se añade la desmovilización política de la sociedad española inducida por el miedo, la propaganda y la censura. Este fenómeno se conoce con el nombre de «mayoría silenciosa».(intro) El franquismo impuso profundos cambios en la vida cotidiana, en los comportamientos culturales y religiosos y en el marco político de la juventud y la mujer. La moral católica se impuso en comportamientos, modas, bailes etc. La organización juvenil fue el Frente de Juventudes que organizaba campamentos y ciclos educativos de formación política. La Sección Femenina se ocupaba de las mujeres que debían realizar el Servicio Social. En la enseñanza eran obligatorias la Formación Política y la Religión. El dictador creía que todos los males de la sociedad provenían de la libertad de conciencia y el liberalismo y de ahí su afán de dirigir y controlar «paternalmente» a la juventud en particular y en general a todos los españoles.
Pocos meses después de concluir la Guerra Civil en España, el mundo se precipitó en la II Guerra Mundial. Al desencadenarse el conflicto España se declaro neutral, aunque el franquismo se encontraba ligado por muchas razones a uno de los bandos beligerantes (el de las potencias fascistas) puesto que la ayuda de Alemania e Italia había sido de gran importancia en la Guerra Civil y el régimen de Franco mantenía unas características ideológicas similares. Aunque España no estaba en situación de participar en una nueva guerra, dada la importancia de su situación estratégica, las potencias del Eje sondearon la posibilidad de integrar a España en el conflicto y ejercieron presión para que se produjese. El Caudillo mantuvo entrevistas con Hitler en Hendaya y con Mussolini en Bordighera (Italia). En el gobierno había un gran valedor de la entrada de España en la guerra, el ministro de Asuntos Exteriores, el falangista Ramón Serrano Suñer. Franco no desechaba la idea de la intervención sobre todo si España recibía a cambio Gibraltar y las posesiones francesas en el Norte de África. Además exigía una ayuda económica elevada en abastecimientos y armamento. Al fin Hitler pensó que el precio exigido era demasiado alto en comparación con las ventajas que se podían obtener y la entrada de España en la guerra no se produjo. Eso sí, España pasó de ser un país neutral a ser un país no beligerante (no lucha pero sí se decanta por uno de los bandos). En 1941 cuando Alemania invade la URSS, España envió una división de voluntarios para combatir junto a las tropas alemanas en el frente ruso. Esta unidad fue conocida como La División Azul.
Pero cuando en 1943 la guerra empezó a volverse desfavorable para las potencias del Eje, España abandonó de nuevo la no-beligerancia y volvió a la neutralidad. La propaganda a favor de Alemania disminuyó drásticamente y el nuevo ministro de Exteriores, Gómez Jordana, empezó a enfriar las relaciones con Alemania, asegurando a los aliados la neutralidad española y retirando la División Azul. (1944). Una vez que estuvo clara la derrota alemana, comenzaron los peores tiempos del Régimen. El heredero del trono español Don Juan de Borbón arreció en su política de restauración monárquica y emitió desde Suiza el «Manifiesto de Lausanna» (1945) ofreciéndose como un rey democrático para España. Pero los dos mayores golpes para el Régimen fueron: su no-admisión en la ONU y la declaración de la Conferencia de Posdam en la que se reconocía al régimen español como afecto a los países del Eje y se proponía su derribo por medios pacíficos.
Entre los años 1945 y 1946, el franquismo quedó aislado, mientras crecía la oposición en el exterior y se recrudecía la guerra de guerrillas (los maquis) en el interior. En 1946 la ONU recomendó a todos los países que retirasen sus embajadores de España. Solo permanecieron los de estados amigos como la Argentina de Perón y el Portugal de Salazar. El régimen apeló a los ciudadanos y se realizó una masiva concentración en la Plaza de Oriente de Madrid de apoyo a la figura de Franco frente a la conspiración internacional «judeo-masónica-marxista».
A partir de 1947, iniciada la etapa de la Guerra Fría entre las potencias democráticas occidentales y la Unión Soviética y sus aliados, el papel de Franco como gran adalid del anticomunismo se fue haciendo más interesante para potencias como los EE.UU. y Gran Bretaña. Aunque España no fue admitida en la OTAN, ni recibió los beneficios del plan Marshall, su presencia internacional empezó a verse aceptada por las potencias anticomunistas. Fue entonces cuando uno de los propagandistas del régimen, Luís de Galinsoga, le dio a Franco el apelativo de «Centinela de Occidente».
Será a partir de 1953 cuando España empiece a salir de su aislamiento gracias a los acuerdos firmados con el Vaticano y con los Estados Unidos (convirtiéndonos en aliados de los norteamericanos en la «guerra fría» contra el comunismo). Esto permitirá \ que España deje de estar aislada, entre en organismos internacionales (UNESCO) y en 1956 en la ONU y en definitiva, gracias a la protección de los estadounidenses, el Régimen de Franco pervivirá en el tiempo y se asegurará la tranquilidad internacional en el futuro…
Al no existir una constitución, el Régimen de Franco, pretendió basarse en una serie de Leyes Fundamentales o leyes políticas básicas, son:
(1938) Se aprobó en plena Guerra Civil. Inspirada en la «Carta del Lavoro» italiana. Establecía los principios del Sindicato Vertical (unión de empresarios y obreros) y prohibía el derecho de huelga y manifestación. (intro) Una vez que acaba la II Guerra Mundial, Franco pretende que su Régimen, sea respetado por las potencias democráticas vencedoras del conflicto, para ello establece una serie de leyes fundamentales que intentan «democratizar» la vida política. Es lo que se conoce con el nombre de «Democracia Orgánica».
Estas leyes, presuntamente democráticas, pero que no convencieron a nadie fueron:
(1942) Se crean unas Cortes pero solo dotadas de poder de deliberación y asesoramiento (las leyes las daba Franco). Estas Cortes se componían de tres clases de procuradores (así se llamaban los miembros de las mismas): los nombrados directamente por el Jefe del Estado, los miembros de entidades y colegios profesionales y los jefes del partido único y el sindicato vertical. (Las Cortes franquistas no podían ser democráticas, ya que no eran elegidas por los ciudadanos y no tenían poder legislativo).
(1945) Pretendía ser una especie de declaración de derechos, aunque la libertad de expresión, reunión y asociación que propugnaba, quedaban limitadas por las leyes franquistas que prohibían toda crítica al Régimen.
(1945) En la que se establecía que podía someterse a referéndum del pueblo español, aquellas leyes consideradas de excepcional importancia (se celebraron dos referéndum durante el franquismo que fueron ganados por una aplastante mayoría de síes).
(1947) Preveía que a la muerte de Franco su sucesor sería un rey (aunque sin especificar quién iba a ser). Se trataba, no de restaurar la monarquía borbónica, sino de instaurar una monarquía franquista (que perpetuara el Régimen). Esta ley por su importancia fue sometida a referéndum del puebloespañol.
Ante las protestas del pretendiente borbónico D. Juan, Franco se entrevistó con él en 1948 y llegaron al acuerdo de que su hijo primogénito D. Juan Carlos de once años de edad entonces, fuera educado en España. D. Juan de Borbón no renunció a sus derechos, pero intentando salvar la dinastía, se prestó a colaborar con los planes de Franco.
A pesar de estas «concesiones» el régimen franquista continuó con los métodos represivos que había impuesto desde el comienzo. Ya antes de finalizar la Guerra Civil, se comenzaron a tomar medidas represoras. La Ley de Responsabilidades Políticas de 1939, penalizaba los actos y conductas anteriores al 18 de julio de 1936 que «hubieran contribuido a crear o agravar la subversión…». Se procedió a desmantelar la oposición republicana, utilizando métodos como las ejecuciones masivas que se prolongaron hasta 1945 y acabaron con las jóvenes generaciones del bando vencido. Otro método represivo fue el encarcelamiento masivo de los vencidos en la guerra, encuadrándolos en los tipos de delitos de opinión política y de actividades sindicales. En 1940 casi un cuarto de millón de españoles estaba en la cárcel. El exilio supuso la salida del país de miles de profesionales técnicos y obreros especializados, así como de intelectuales. El vacío demográfico que se achaca a la emigración se puede fijar entre 150.000 y 300.000 personas. La persecución policial de cualquier actividad que pudiera ser calificada como contraria al Régimen, fue sistemáticamente perseguida y duramente castigada mediante la policía armada y la guardia civil. Se impuso un rígido centralismo. La represión contra los nacionalismos (aunque solo fueran autonomistas y no independentistas) fue semejante a la que sufrieron los comunistas o los masones. Por esta razón se explica que la represión no afectase solo a la clase obrera, sino que se extendiese a las clases medias (fundamentalmente vascas y catalanas) debido a sus pretensiones autonómicas.