Portada » Filosofía » Compendio de Filosofía Occidental: De la Razón a la Realidad
El racionalismo moderno fue creado por Descartes. El racionalismo proviene de la razón, considerada la cualidad humana más importante. Mediante la razón se puede conocer todo y se puede llegar a la verdad y al conocimiento absoluto.
La razón tiene dos cualidades:
La razón puede poner en duda todo lo que se ha dado por cierto, y no admite otra autoridad por encima de ella.
1.ª etapa: Encontrar una idea evidente, que no admite lugar a dudas porque es clara.
«Pienso, luego existo» se diferencia del resto de las ideas. Es distinta y consta de varios sujetos simples.
2.ª etapa: El análisis. Descomponer la idea evidente en conceptos más simples. Para ello, se utiliza la intuición y luego se analiza cada concepto.
3.ª etapa: La síntesis. Volver a relacionar los conceptos simples entre sí para recrear la idea evidente. Esto se hace mediante la deducción.
4.ª etapa: Repasar las 3 etapas anteriores para asegurarnos de no haber cometido ningún error.
La duda metódica es un método y un principio para llegar a una base de conocimiento cierto, desde donde partir y fundamentar otros conocimientos del mundo.
Descartes tiene la intención de construir una filosofía sobre una base indudable.
Descartes se ha quedado sin nada, pero descubre la primera certeza y extrae su primera deducción:
Descartes diferencia la idea que piensa del acto de pensar → la idea que estoy pensando necesita el acto de pensar. El acto de pensar necesita un sujeto. El sujeto es alguien que existe.
Ideas adventicias: Las adquirimos a partir de los 5 sentidos, por ejemplo, mediante un coche, una silla, la ropa, Laura… Todo lo que percibimos del mundo exterior.
Ideas facticias: Se toman más de una idea adventicia (mediante la experiencia sensible) y se mezclan al menos dos. Por ejemplo, el centauro, sirenas, minotauros… Son creaciones de la imaginación, de nuestro interior.
Descartes quiere probar la existencia de Dios porque así prueba la existencia del mundo y se puede llegar a un conocimiento absoluto. Nuestro verdadero yo es una mente dentro de un cuerpo. Cuando el cuerpo muera, seguiremos existiendo como mente.
Descartes nos dice que somos seres libres. Podemos elegir si nos dejamos dominar por los deseos y las pasiones intensas de nuestro cuerpo o si decidimos usar nuestra mente para dominarlos. Si nuestro cuerpo dominase nuestra mente, no podríamos pensar en cosas verdaderamente importantes, como Dios, el conocimiento, la ciencia, el saber… Si nuestra mente controla nuestro cuerpo, no dejamos que las pasiones y los deseos intensos nos dominen. Sin embargo, Descartes afirma que hay algunas emociones imprescindibles para la mente, como la alegría y la tristeza. La alegría es un sentimiento agradable que beneficia a la mente, le muestra lo que es agradable para ella y, por lo tanto, la mente debería buscar lo que le aporta alegría. Por otro lado, la tristeza, aunque desagradable, también es necesaria para la mente porque le muestra qué situaciones debe evitar.
El empirismo es un movimiento filosófico que surgió en Inglaterra en el siglo XVII y continuó en los siguientes siglos.
La razón se volvió empírica. Empezó a utilizar los experimentos en el laboratorio/naturaleza y la experiencia sensible en el mundo como fuente de conocimiento.
El progreso: Debido a los avances científicos, el ser humano se siente orgulloso de sí mismo y cree que llegará a conocerlo y controlarlo todo. Los ilustrados creían que iban a tener una gran abundancia de recursos para siempre.
La tolerancia: Los ilustrados creyeron implantar la igualdad entre todos los seres humanos, pero en realidad no fue así, porque la mujer siguió siendo esclava del hombre y otras personas quedaron excluidas. En cambio, Rousseau era progresista y quería la igualdad para todos.
La religión racional: Los ilustrados seguían creyendo en Dios, pero no creían que Dios se comunicase con el hombre, ni en profetas ni en milagros. Su Dios era uno que había creado el universo, dotándolo de leyes naturales, y después lo dejó funcionar por sí mismo.
La libertad: Era una de las cualidades más importantes para los ilustrados y para Kant, en especial la libertad de pensamiento y la libertad de expresión, ya que estas dos libertades favorecen el uso público de la razón. Si se impide que se exprese lo que se ha conocido con la razón, se limita nuestro conocimiento.
La naturaleza: Según Kant, el mundo natural está dirigido por las leyes de Newton, y esas leyes no se pueden cambiar ni moldear. En el mundo natural se podían predecir los fenómenos conociendo las leyes que nos controlan. Sin embargo, en el mundo humano, el ser humano es libre de actuar como quiera, pero eso no significa que no haya leyes que dirijan la vida en sociedad.
La alienación es cuando un individuo está aletargado, actúa mecánicamente sin pensar en lo que está haciendo, como un robot.
La religión judeo-cristiana promete un mundo después de la muerte, un más allá feliz y paradisiaco, y de ese modo no pensamos en la falta de derechos en nuestra vida actual. Para Marx no hay otra vida que la nuestra. No nos esforzamos en mejorar nuestra vida real, no luchamos por nuestros derechos, sino que perdemos el tiempo preparándonos para esa vida feliz en el más allá. Por eso, la alienación religiosa es la mejor amiga de las grandes empresas para mantener a sus trabajadores controlados y que no protesten por su falta de derechos. Está dirigida por la Iglesia cristiana. Hay una colaboración entre empresas e Iglesia.
Marx niega la existencia de Dios, niega que Dios sea el causante de la creación. Y por eso niega la religión cristiana.
El trabajo es el aspecto que mejor define al ser humano. Es la capacidad de crear cosas nuevas, objetos nuevos.
Por ejemplo, en un trabajo artesanal, el propio artesano utiliza su imaginación y su creatividad para crear el producto. Y ese tipo de trabajo, donde uno proyecta su creatividad y su imaginación, es satisfactorio y le llena.
A partir de la Revolución industrial se crean las fábricas, y en estas cada trabajador realiza una labor concreta, aislado del resto de trabajadores. Es un trabajo mecánico, aburrido, que dura 10 horas al día, agotador, y en el cual el trabajador no puede proyectar ni su creatividad ni su imaginación en el producto. También lo ve como algo ajeno porque los beneficios de vender ese producto solo los va a recibir el jefe, por lo que el trabajador no ve su trabajo para sí mismo. Está vendiendo su fuerza de trabajo al jefe. Debido a eso, ve su producto como algo ajeno a él. Además, la venta del producto es como si fuese la venta del propio trabajador, porque cuanto más le cuesta al trabajador hacer el producto, más vale. Es como si se pusiera al trabajador a la venta (su fuerza de trabajo). Como el trabajador está vendiendo su fuerza de trabajo al jefe, sería una herramienta en manos del jefe. Y por ello, el trabajador pierde su humanidad a ojos del jefe.
Se crean dos grandes clases sociales: la burguesía (empresarios) y el proletariado (trabajadores).
El verdadero fundamento de toda sociedad es su estructura económica.
La única manera de acabar con el capitalismo es la revolución. La revolución consiste en que todos los trabajadores se unan para luchar por sus derechos. Marx es optimista respecto a la revolución porque cree que con el paso del tiempo habrá más trabajadores que empresarios. Y, como la unión hace la fuerza, siendo mayoría, los trabajadores derrocarán a los empresarios.
Antes de que se dé la revolución, tiene que darse un paso intermedio: que en el parlamento se cree un partido dirigido por los trabajadores que defienda sus derechos. Entonces, como los trabajadores son mayoría, por votación ganaría el partido comunista. Una vez que el partido comunista haya ganado las elecciones, establecería leyes que defenderían los derechos de los trabajadores. Entre esos derechos está que los trabajadores sean los dueños legítimos de las fábricas y empresas, sin necesidad de ningún jefe. Una vez que se hayan logrado los derechos de los trabajadores y se haya establecido la sociedad comunista, en la que solo existe una clase social (la de los trabajadores), el gobierno debería desaparecer junto con el parlamento, los militares, las instituciones políticas… para que no surja una sociedad peor que sustituya a la sociedad capitalista. La sociedad capitalista se centraba en el dinero, pero la sociedad comunista se centra en los derechos de los trabajadores.
Marx se consideraba un activista político que buscaba liberar a los trabajadores de su esclavitud.
Otros ven a Marx como un ideólogo que quería establecer que el Estado controlase todo el sistema económico, solo empresas públicas.
Instauró la ideología socialista fundamentada en el materialismo histórico, y este negaría todo lo que tiene que ver con Dios, lo trascendental… Es decir, que era un hombre con los pies en la tierra.
Se interpretaba a Marx como un científico economista que había hecho un trabajo profundo sobre la economía y su funcionamiento.
Hay dos filosofías que se han inspirado en la filosofía de Marx:
Nietzsche critica todas las religiones del planeta y está en contra de ellas porque asegura que proponen un más allá feliz, de modo que, después de la muerte, los seres humanos pierden el tiempo preparándose para ese más allá feliz y se olvidan de lo que realmente importa, que es disfrutar de la vida real. La religión cristiana limita mucho la vida real de las personas. Debido a eso, no disfrutamos de nuestra vida actual, que es la única que existe. Además, como los crímenes serán juzgados en el más allá, las personas malvadas pueden actuar como les dé la gana, porque no recibirán las consecuencias en esta vida. Personas malvadas: empresarios, esclavistas, gente que domina a otras personas. Por lo tanto, el cristianismo y las religiones son un mecanismo de control. Según Nietzsche, el acontecimiento más importante de la historia humana es la muerte de Dios, es decir, que la idea de Dios pierda todo su valor para el ser humano. De ese modo, los seres humanos podrán vivir libremente según su propia moral.
El hecho de que haya creyentes es la prueba de que Dios existe, porque, al igual que con Descartes la idea de perfección e infinitud, son conocidas por el creyente por obra de Dios. El Dios cristiano no es un dios que ha creado el universo y lo ha dejado a su aire, sino que interactúa con los humanos e influye en la vida humana, además de controlar el universo.
Conocer las cualidades de Dios es la prueba de que Dios las ha puesto en nuestra mente, y por eso Dios existe.
El ser humano es un ser libre de elegir dos caminos: el camino del bien y el camino del mal. Agustín dice que el mal procede de la elección de los seres humanos que eligen el mal. El mal estaría relacionado con los problemas terrenales. El camino del bien es el que nos lleva a Dios, y aunque nosotros, por libre voluntad, seamos capaces de hacer el mal, el principio del mal procede del pecado original. Debido a eso, el ser humano perdió parte de su libertad. Dios es la fuente de la libertad, y el ser humano, como es libre, busca lo que le hace feliz. Por lo tanto, el ser humano busca a Dios. También existe el hacer un mal uso de la libertad, que sería seguir el camino del mal. Nos alejamos de Dios y perdemos el tiempo en las cosas terrenales. Dios siempre te va a dar la felicidad. El sacrificio de Jesucristo es lo que nos salvó de ese pecado original que se nos transmite de padres a hijos. Y gracias a él obtenemos la gracia de Dios.
¿Cómo es que, siendo Dios completamente bueno y justo, haya creado un mundo donde existe el mal?
El mal no es un ser, es la ausencia de las cosas buenas.
Lo que el ser humano verdaderamente busca es la felicidad. Lo que de verdad aporta felicidad al ser humano es la verdad absoluta (= Dios). Según Agustín, solo el que busca y encuentra a Dios puede llegar a ser verdaderamente feliz. Todo aquel que no busque a Dios nunca hallará la verdadera felicidad porque no buscará la verdad absoluta. Agustín está en contra de los escépticos y cree que sí es posible hallar la verdad absoluta. Afirma que los escépticos se contradicen a sí mismos porque dicen que, sin lugar a dudas, no se puede conocer la verdad absoluta, y eso lo plantean como algo válido para todo el mundo, pero ¿no decían ellos que no existe la verdad absoluta? Porque afirman que no se puede conocer la verdad absoluta. Agustín afirma que, aunque se equivoque, eso significa que es un ser existente que se equivoca, y eso es una verdad absoluta. Porque si no existiese, no habría nadie que cometiera fallos, pero como hay alguien que falla, significa que ese alguien existe; por lo tanto, no se puede poner en duda que ese alguien exista, y eso es una verdad absoluta.
San Agustín trata de fusionar la fe y la razón como si fuesen complementarias. Esa verdad absoluta no es cuestión únicamente de conocimiento, sino que corresponde a la sabiduría. Además, Agustín asegura que la búsqueda de Dios es la búsqueda de la verdadera felicidad, porque Dios es el único que nos puede dar la felicidad absoluta. Por lo tanto, la búsqueda de la verdad no es algo meramente teórico/material, sino más bien algo religioso/espiritual. A Dios hay que buscarlo intencionadamente. En conclusión, solo llegamos a conocer aquello que amamos, y el conocimiento corresponde a la razón. Por lo tanto, solo si amamos a Dios conoceremos racionalmente a Dios. Pero como Dios es la verdad absoluta, tenemos que estar totalmente seguros. Y, por ello, esa verdad absoluta va más allá de la razón. Antes se partía de la razón para llegar a la fe, y ahora es lo opuesto. Como Dios es un ser sobrenatural, hace milagros. Agustín trata de explicar con la razón lo sobrenatural. La razón y la fe no tienen que ser enemigas, sino que se tienen que completar. La razón nos ayuda a creer en Dios, pero al mismo tiempo la fe conduce a entender a Dios. Es decir, la razón también tiene que explicar los contenidos de la fe.
Para Agustín, el tiempo es lineal. La historia humana y del universo consiste en una guerra entre dos mundos: la ciudad de Dios (Iglesia católica, creyentes, cristianos…) y la ciudad del mundo (paganos (todos aquellos que siguen una religión no cristiana), pecadores, criminales/malvados…). Estas dos ciudades han estado en guerra desde el principio de la historia, y terminará con la victoria para la ciudad de Dios y la derrota para la ciudad del mundo.
Todo sujeto u objeto es movido por otro, porque un ser/objeto no puede moverse por sí mismo.
En un primer momento, lo que corresponde a la fe es la teología. Luego está la filosofía, que es el estudio del mundo, y a esta le corresponde la razón. Tomás dice que la fe y la razón están separadas. Cada una tiene un ámbito de estudio diferente. La razón utiliza la abstracción, mientras que la fe se basa en la revelación de Dios. A la razón le corresponde lo natural, y a la fe, lo sobrenatural. Hay algunas cuestiones que estudian tanto la fe como la razón, es decir, que ambas las estudian. La razón y la fe no se contradicen, son diferentes en un primer momento. Incluso puede suceder que la fe y la razón tengan algunas cuestiones en común. Puede haber una concordancia entre la razón y la fe porque Dios ha creado al ser humano con uso de razón. Y como Dios ha creado así al humano, la razón no puede negar la existencia de Dios. Por lo tanto, no puede haber contradicción mediante su iluminación sobrenatural y lo que la razón comprende. Al final, lo que dice Tomás es que, para Agustín, la fe era necesaria para que la razón tuviera sentido. Sin embargo, para Tomás, la razón puede tratar temas relacionados con Dios por sí misma, sin necesidad de la fe, para conocer las verdades sobrenaturales.
Escepticismo epistemológico: Consiste en que no se puede conocer nada con certeza. Los sofistas afirmaban que la naturaleza no se podía controlar; por lo tanto, no merecía la pena estudiar los fenómenos de la naturaleza. Lo verdaderamente importante para los sofistas es estudiar la realidad humana. El escepticismo epistemológico dice que no existe la verdad y que, por lo tanto, no se puede conocer nada con certeza; por lo que no se puede crear una ciencia que pueda estudiar racionalmente los fenómenos de la naturaleza.
Relativismo moral de los sofistas: Los sofistas, al afirmar el escepticismo epistemológico (no existe la verdad), afirman también que no existe la verdad para las cuestiones morales. Por lo que, para los sofistas, cada persona tendría su propia opinión de la verdad, y no habría una moral válida para todos, porque lo que es válido para unos puede no serlo para otros en lo que respecta al bien y al mal. No existe de por sí el bien y el mal, son relativos al punto de vista de cada individuo.
Convencionalidad de las leyes: Como cada persona tiene su propio punto de vista de la realidad, y por lo tanto tiene su propio punto de vista del bien y del mal, las leyes que dirigen la sociedad no son objetivas, sino subjetivas, resultado de un acuerdo entre individuos con diferentes puntos de vista sobre la realidad.
La diferencia entre las ideas y el mundo sensible. Según Platón, existían dos realidades distintas entre sí: la realidad de las ideas y la realidad sensible.
Las ideas: Son los modelos perfectos de cada objeto o ser vivo del mundo. La idea o modelo perfecto de un ser u objeto se puede aplicar como definición a todos los objetos que tienen ese modelo, y esa idea o modelo perfecto funcionaría como la definición universal de ese objeto o ser vivo. Las ideas no son materiales, y los seres vivos y los objetos del mundo sensible son copias imperfectas de esa idea o modelo perfecto. Las ideas no cambian, son siempre iguales y no se pueden romper, envejecer o morir, son eternas. Sin embargo, los seres vivos y objetos del mundo sensible sí pueden. Una idea o modelo recoge las características comunes de todos esos objetos o seres vivos a los que representa.
Percepción sensible: Solo percibe las copias imperfectas de las ideas, que son los objetos y los seres vivos. Sin embargo, la verdadera sabiduría consiste en conocer las ideas perfectas. La ciencia es válida para todo, pero la opinión es particular de cada persona.
Dialéctica: El objetivo de todo filósofo es ascender desde el nivel inferior de las imágenes a la idea del bien. La dialéctica consiste en aprender y descubrir mediante el diálogo. Por lo tanto, la dialéctica se da cuando dos o más filósofos intercambian sus conocimientos con la intención de llegar a la verdad o sabiduría, y a esa sabiduría corresponde conocer la idea del bien. Es un método socrático y platónico para llegar a conocer la idea absoluta.
La idea del bien es la idea suprema, la mejor. Ilumina y da sentido a todas las demás ideas. Es la fuente de verdad y conocimiento. Se compara con el sol, ya que el sol ilumina mucho y la idea del bien ilumina el entendimiento humano. Solo aquellos que lleguen a conocer la idea del bien mediante la dialéctica serán virtuosos y llegarán a ser gobernantes ideales.
El dualismo antropológico consiste en que el ser humano está compuesto de dos sustancias.
Hay dos sustancias:
La ciudad ideal consta de tres niveles:
Según Platón, había dos realidades: la de las ideas y la material. Sin embargo, para Aristóteles existe solo un mundo, que es el mundo material. Existen dos tipos de sustancias: la materia (el metal, la madera, la carne, el hueso…) y la forma (el color, el sabor, el olor y el tacto de los objetos). El cambio se da porque una sustancia que en un cierto momento sea un objeto puede evolucionar y convertirse en otro objeto, es decir, cambiar de forma. Los tres apartados de un objeto o un ser vivo: el ser en potencia (puede llegar a cambiar), el ser cambiante (cuando el sujeto cambia de forma) y el ser completo (cuando ha terminado de desarrollarse). La materia no cambia, cambia la forma. Por lo tanto, la sustancia no cambia. Para Platón, la forma estaba separada de la materia, mientras que para Aristóteles está fusionada con la materia. Por eso, él defiende que solo hay un mundo, el mundo material.
El ser humano es un animal social, tiende por instinto a unirse y formar colectivos con otras personas o seres humanos. Hay diferentes niveles en los sistemas sociales: la familia, el barrio, la ciudad en su totalidad. Hay diferentes tipos de sistemas políticos, y estos se dividen primero en el número de jefes que tienen y, segundo, en si ese Estado es justo o injusto. Por lo que diferencia seis Estados diferentes: