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Autor: Gian Lorenzo Bernini Fecha: 1656-1667 Localización: Plaza del Vaticano (Roma) Estilo: Barroco Italiano
Esta obra pertenece al conjunto arquitectónico de San Pedro del Vaticano, residencia oficial de los Papas y de la Curia romana. La visión frontal la acapara la enorme cúpula de Miguel Angel, de 131 metros de altura, obra capital del Renacimiento italiano. Sin embargo, y aún siendo importante la iglesia de San Pedro queda casi olvidada detrás de la impresionante plaza y fachada barroca.
Olvidada ya la primitiva concepción de Bramante de dotar a la Basílica de cuatro fachadas iguales sobre planta de cruz griega, se opta por alargar la nave central y cerrar la obra con la fachada de Maderna. Este conjunto se construyó en el XVII, siglo que en Europa tuvo lugar el cisma luterano y algunos Estados establecieron para su gobierno un sistema político de monarquía absoluta. A esta época corresponde el alargamiento de la nave central de la Basílica, y la amplia fachada, cuya obra corresponde al arquitecto barroco Carlo Maderno. La citada fachada de San Pedro del Vaticano presenta unas gigantescas columnas de fuste liso, decoradas con capiteles corintios que sostienen un frontón triangular con un relieve del escudo del Vaticano. Sobre la nave de la fachada principal aparece además un cuerpo de ventanas rematado por una balaustrada en la que se sitúan las efigies de los doce Apóstoles. A la puerta principal del Vaticano se accede por una amplia escalinata que pone en contacto la Basílica con la Plaza de San Pedro. La Columnata de la Plaza es obra del gran arquitecto barroco Gian Lorenzo Bernini. Constituida por dos inmensas alas de cuatro series de columnas de cada, que se abren en una elipsis, restando un magnífico efecto a la fachada de San Pedro. Bernini toma como punto de partida el eje central, alargado después de las últimas reformas, y sobre él diseña una de las más impresionantes plazas de Occidente. Así pues, la Plaza de San Pedro del Vaticano es un espacio abierto de forma ovalada, o más bien, circular prolongado, porque está formado por dos arcos de círculo cuyos centros están separados por un espacio de 50 metros. En cada uno de los lados dos fuentes completan el conjunto. En medio de la plaza se levanta el antiguo obelisco egipcio del circo de Nerón. La Plaza está rodeada de cuatro hileras de columnas toscanas, coronadas por un entablamento liso que sostiene una balaustrada, decorada en su parte superior con 140 esculturas que representan a santos y padres de la Iglesia. Este conjunto arquitectónico simboliza los brazos de la Iglesia que acogen a todos los católicos y a su vez magnífica la figura del Papa como representante de Dios en la Tierra. El efecto de este deambulatorio formado por 296 columnas es impresionante, ya que da la sensación de no acabarse, efecto que nos pone de manifiesto un nuevo concepto de espacio dirigido hacia el infinito. Bernini quiebra el ideal de perspectiva central que había presidido la arquitectura de Brunelleschi. La Plaza y Columnata de San Pedro es una de las más importantes manifestaciones del Barroco porque con su planta oval y sus planteamientos complejos y movidos se aleja de la simplicidad del Renacimiento. La luz adquiere un nuevo papel en la percepción total del edificio posibilitando la búsqueda del efecto y disolviendo las formas arquitectónicas. El conjunto, con el alargamiento del eje axial, que supera la dimensión de la propia Basílica, va a ser un modelo a imitar en todas las construcciones barrocas de la época. El sentido de lo colosal y el tratamiento escultórico de la decoración, propias de Bernini, van a seguirse en toda Europa.
Autor: Francesco Borromini Fecha: 1634-1667 Localización: Roma Estilo: Barroco Italiano
-Análisis: Nos encontramos ante la ilustración de una obra arquitectónica, que está compuesta por dos cuerpos, que a su vez estos están divididos en tres cuerpos en cada uno. Se trata de la fachada de una iglesia y su función es religiosa.Los materiales empleados en la construcción del edificio son el estuco, el ladrillo y la piedra. En cada parte de fachada tanto el la inferior como la superior, se distinguen tres vanos divididos por columnas salomónicas. En la zona inferior se encuentra un pórtico situado en el centro, que tiene dos columnas una a cada lado y en las zonas superiores de cada vano hay una figura escultórica. La fachada está dividida por un frontón curvo y también tiene otro de estos para rematar la fachada. En la zona central de la parte superior se puede observar una gran ventana por la cual se dará luminosidad interior al edificio. Esta fachada está cargada de una gran decoración vegetal, la cual se encuentra principalmente en los frontones. El autor rompe la perspectiva clásica, añadiendo fantasía y acabando con las reglas de proporción. Esta obra fue llevada a cabo en el siglo XVII, dicho esto se deduce que pertenece al arte Barroco italiano y su autor fue Franccesco Borromini. Recibe el nombre de Iglesia de San Carlos de las Cuatro Fuentes y está ubicada en la ciudad de Roma.
Autor: Bernini Fecha: 1622 y 1625 Estilo: Escultura Barroca Italiana
Nos encontramos ante un grupo escultórico exento por dos figuras está realizado en mármol. Para ello Bernini utilizó varios bloques renunciando a la concepción escultórica renacentista según la cual la escultura debía realizarse de un único bloque de mármol. Su temática mitológica demuestra que el gusto por los temas mitológicos que había renacido en Italia a partir delQuattocento continuaba vigente a lo largo del siglo XVII. El grupo escultórico formado por dos figuras, una masculina y otra femenina, plasma el mito recogido en la«Metamorfosis» de Ovidio, según el cual, el dios del amor Cupido, para vengarse de la ofensa que le había infringido Apolo burlándose de él, decidió vengarse lanzando dos dardos, uno que provocara el amor a primera vista y otro que provocara el rechazo, asaeteando con el primero a Apolo y con el segundo a la ninfaDafne, hija del dios del río Peneo.Acosada por el amor de Apolo, Dafne huye despavorida y viéndose a punto de caer en brazos del dios pide protección a su padre quién la convierte en árbol de laurel. Apolo decidió, en honor a la joven, tomar la hoja de este árbol como su árbol sagrado. Bernini opta por representar el momento de máxima tensión y movimiento al elegir el momento justo en el que se comienza a producir la transformación. El joven Apolo, de facciones y porporciones clásicas, ve interrumpido su carrera por el movimiento ascendente de la joven quien, elevando los brazos al cielo, observa con horror como la transformación se va apoderando de su cuerpo: de los dedos y cabello brotan las ramas y hojas, de sus pies nacen las raíces mientras el cuerpo se va cubriendo de la corteza del tronco. El autor contrapone por un lado el impulso hacia delante de Apolo, acentuado por la posición apoyada en la pierna derecha mientras el brazo derecho y la pierna izquierda la extiende hacia detrás al igual que la túnica impulsada por el viento del dios; frente al movimiento ascendente en «serpentinata» de la joven Dafne. Este recurso es característico no sólo de la obra de Bernini sino de la escultura barroca en general. Así mismo, el tema permite al escultor acentuar la transformación a través de la contraposición de la textura pulida de la carne de la joven frente a la superficie aspera de la corteza del tronco que comienza a cubrirla. Por último el gesto de terror de la joven se contrapone por el del dios, ajeno a la transformación que ha comenzado delante de sus ojos.Es magistral en esta obra la captación del momento fugaz, la instantánea captada por el autor que permite al espectador, a medida que gira alrededor de la escultura, asistir a la metamorfosis de la joven en árbol.Bernini recurre a la luz con un sentido dramático que acentúa la tensión de la escena a través de los contrastes de luces y sombras, violentos en los pliegues del manto de Apolo o en la hojarasca del pelo de la joven y suave en las superficie de la piel de los cuerpos de los jóvenes.
Autor: Caravaggio Fecha: 1605-1606 Estilo: Pintura Barroca Italiana
La muerte de la Virgen es el mayor cuadro de altar realizado por Caravaggio y uno de los más escandalosos. Encargado para la iglesia de Santa María della Scala, los carmelitas rechazaron el cuadro por considerar que era ofensivo que María estuviera representada por una cortesana, con pies descalzos y vientre hinchado, detalles que llevaron a suponer que se utilizó como modelo el cadáver de una mujer ahogada. Caravaggio, quien debía tratar «la muerte o tránsito» de la Virgen, desacralizó una vez más el episodio y buscó reflejar la muerte como la angustiosa experiencia de aquellos que pierden a un ser querido. En el cuadro no hay presencia divina, sino dolor humano en una pobre habitación, pues Caravaggio quería mostrar el llanto por una mujer del pueblo. En esa humilde estancia de cuyas vigas cuelga una cortina roja, los discípulos y María Magdalena rodean a la Virgen que acaba de morir y cuyo cadáver aún no ha sido prparado para la tumba. Cada uno de los presentes aparece encerrado en sus propios pensamientos, pero, al mismo tiempo, vinculado a los demás por el sentimiento común de dolor ante la pérdida definitiva. Una variada y compleja gama de gestos y expresiones revela el intenso dolor y esa muda contemplación del cuerpo inerte que colocal al ser humano ante el misterio de la muerte. Hay tanta crudeza en la escena, tanto desconsuelo, tanta verdad humana, que horrorizó a quienes prometían el tránsito a la otra vida.
-Autor. Pedro Pablo Rubens (1577-1640). -Fecha: 1638 (s. XVII) en Flandes, actual Bélgica. -Estilo. Arte barroco (protestante). -Género: Pintura mitológica (oleo sobre tabla de un roble de Polonia, 221 x 181 cm.). -Localización: Museo del Prado. Madrid. En la obra se representan tres mujeres en las que podemos observar la flacidez de sus carnes y la ampulosidad de sus contornos, están unidas también por sus brazos y tienen un velo transparente que las cubre. Las carnes también aparecen elegantes, frescas y palpitantes, en definitiva, sensualidad y goce de los sentidos en la representación del cuerpo humano. El colorido es muy brillante y hay un total predominio del color sobre el dibujo, ya que Rubens trata de mostrar la riqueza y la suntuosidad del barroco y la contrarreforma triunfante. El color lo toma de Venecia, en concreto de Tiziano, a quién admira tras su primer viaje a Itlaia. A pesar del aparente estatismo de las tres diosas, hay movimiento en los escorzos y posturas forzadas de ellas, además del círculo que forman.
Autor: Velazquez Fecha: 1656 Estilo: Barroco Español Localización: Museo del Prado (Madrid)
En este enorme lienzo de 310 x 276 centímetros podemos apreciar, dentro de una gran sala decorada por grandes cuadros, en primer plano a un enano que apoya el pie sobre un perro tumbado, una bufona, una dama que mira fijamente a una niña que es atendida por otra dama y, cerrando este plano, un pintor, que no es sino el mismísimo Velázquez, delante de un gran lienzo que mira hacia el exterior del cuadro. En un segundo plano dos personajes de los que uno, una monja, habla con el otro, mientras éste fija su mirada en la tela que se está pintando, y en un tercer plano, en el fondo de la escena, otro personaje observa el interior de la estancia a través de una puerta abierta. En un espejo colgado de la pared se difuminan otras dos figuras. Estas figuras son los monarcas a los que Velázquez está retratando en el lienzo que tiene delante de él y a los que parece mirar. Todas las figuras están hechas casi a tamaño natural. Observando a los reyes estaría la infanta Margarita acompañada de dos meninas, una, Agustina Sarmiento que le ofrece de beber mientras es observada por Isabel de Velasco. Junto a ellas, Maribárbola, la bufona y el enano Nicolasito Pertusato. Detrás Marcela de Ulloa conversa con Diego Ruiz de Azcona, mientras en el fondo el mayordomo José Nieto observa toda la escena.
La composición de esta obra es enormemente compleja, que además sirve de disculpa al pintor para realizar un autorretrato.
Velázquez utiliza una serie de recursos para conseguir la perspectiva y profundidad de esta escena. Así, las figuras se suceden en tres planos distintos. Ilumina a través de una ventan el primer plano para ir progresivamente acentuando la penumbra a medida que se aleja hacia el fondo. De repente esta penumbra se rompe bruscamente por un nuevo foco de luz que, penetrando a través de la puerta amplía enormemente el espacio y aclara el fondo. También es la pincelada la que se va haciendo cada vez más difusa y menos compacta a medida que se aleja del ojo del espectador. La definición de los personajes del primer plano también contrasta con con el tratamiento puramente esbozado de los elementos que decoran el recinto. Como se ha dicho repetidamente, Velázquez ha sabido pintar la atmósfera, el aire, la luz que circula por el interior. En este cuadro podemos apreciar cómo ha evolucionado la técnica de Velázquez a lo largo de su carrera artística, cómo ha conseguido una iluminación enormemente natural, un aire casi respirable y una perspectiva increíble. Esa circulación atmosférica es lo que ha venido en llamarse persperctiva aérea, en la que Velázquez es un maestro único. El dominio de la perspectiva en Las Meninas es magistral; de la lineal con esas ventanas, que ya Palomino nos dice «que se ven en disminución, que hacen parecer grande la distancia»; con el suelo de la habitación «con tal perspectiva que parece se puede caminar sobre él, y en el techo se descubre la misma cantidad»; y con la aérea, con el color y la luz, con «»a degradación de cantidad y luz», con esa alternancia de planos lumínicos entre el primer plano, el plano medio en penumbra y la puerta de atrás iluminada. El efecto de profundidad espacial, la gran conquista del Barroco, conseguida, no por medios racionales dibujísticos de una perspectiva lineal, sino a través de recursos sensoriales, en los que cuenta, particularmente, la gradación de tintas, la luz, el color y la concepción pictórica de la realidad vista como mancha, con brillos o fundidos, se expresan precisamente en Velázquez con una maestría y con una variedad de matices y efectos no alcanzados por ningún otro pintor de su época. Jugando con la luz, haciéndola incidir sobre los personajes en primer plano, sumergiendo en penumbra a los que se alejan, con una paleta que, clara, luminosa, rica de color y matices, también recrea lo que está más cerca del espectador. La nitidez de las figuras va relacionada con la distancia y con la luz que reciben.
CARACT. GNRALS: La pintura barroca tiene clacaracterística principal el realismo. A partir de él se desarrollan otras características que sirven para reforzarla._En primer lugar, se desarrolla el retrato, tanto de parecido físico como psicológico. En relación con esta, los pintores barrocos tomaran como modelos a personas reales para representar a los personajes sagrados o mitológicos._Para hacer más realistas las escenas se recurre muchas veces a la representación de escenas dinámicas._Para lograr este efecto suele utilizarse las líneas diagonales. De la misma manera las composiciones, frecuentemente, están desequilibradas, es decir, los elementos de la pintura no están distribuidos de manera uniforme, de lo cual resultan composiciones asimetr4icas que, en última estancia, son realistas._Por otro lado, las escenas propendan hacia el dramatismo y teatralidad en los gestos y expresiones._Una de las características más importantes es el estudio de la representación de la luz y la penumbra. En los casos más extremos las figuras aparecen fuertemente iluminadas, mientras que el espacio que las rodea permanece en la oscuridad. Como consecuencia, la pintura barroca no suele prestar atención a la perspectiva. Esta característica recibe el nombre de Tenebrismo. Ligada al estudio de la luz se encuentra la importancia que alcanza el color o el uso del color que en muchas ocasiones y a diferencia de lo que ocurría en el renacimiento predomina sobre el dibujo._El gusto por el realismo llevó a la preocupación o interés por representar con la mayor verosimilitud posible las diferentes texturas y materias. Esto llevará a aparición de un nuevo género como el Bodegón, ene l que no existe ningún tema, sino solamente la representación de objetos de la vida cuotidiana. En relación con esto último se desarrollo también el gusto por lo anecdótico, que llevara a la representación de animales domésticos, niños o cualquier otro elemento sin relación con el tema._A pesar de que por influencia del tenebrismo la pintura barroca no suele preocuparse por la representación del espacio, sin embargo aparece y desarrolla el paisaje si bien es un elemento secundario en la pintura. Por último, la pintura del barroco es deudora todavía del arte de la antigüedad, como se manifiesta a través de los desnudos y los temas mitológicos.
El principal objetivo de la arquitectura barroca es dotar de movimiento al edificio. Así, se describen curvas, espira les y las columnas se retuercen (columnas salomónicas). La planta del edificio incorpora formas elípticas u ovales, que crean efectos de luz y sombra, y se alzan impresio nantes cúpulas que se decoran profusamente.
Roma es la ciudad en la que se origina el nuevo estilo y cuenta en el siglo XVII extraordinarios artistas: En primer lugar, Lorenzo Bernini, que remata la Basílica de San Pedro del Vaticano con una gran columnata elíptica en el exterior . El otro gran arquitecto es Borromini, autor de las fachadas de iglesias como
San CarIa alle Quattro Fantane,llenas de curvas y de movimiento. Se construyen también toda una serie de obras civiles (palacios, mansiones) de proporciones enormes y aspecto majestuoso. La planta y las fachadas de estos edificios tienden más a las formas clásicas, encontrándose los mejores ejemplos en las obras de arquitectos franceses (Le Vau, Mansart o Le Nó tre).
Los elementos constructivos barrocos proceden de la arquitectura clasica, los soportes emplean los ordenes clasicos pero no respetan las proporciones, y surgen nuevos soportes como la columna salominca, los arcos son variados y la cubiertas generalmente son abovedadas, tratan de crear efectos de profundidad ayudandose de la pintura, los exteriores y los interiores son de una decoracion muy abundante.
La escultura barroca se caracteriza por un marcado realismo. La mayor parte las demás características derivan del realismo y reforzaran éste. De esta manera, la comparación de las figuras buscarán formas inestables y dinámicas con predominio de las diagonales, incluso, espirales. En ocasiones, esto dota a las figuras de una inestabilidad aparente que, sin embargo, el dominio de técnicas de las esculturas barrocas, consigue resolver. Con frecuencia, el dinamismo de la obra será la característica más fácilmente identificable de una escultura barroca. Sin embargo, la representación el movimiento está al servicio del intento de dotar del mayor realismo posible a las figuras.
En la búsqueda del realismo intervienen otros factores como el claroscuro, técnica que consiste en trabajar la figura de forma que algunas zonas resalten al recibir más luz, mientras que otros quedan en penumbra. También buscan las esculturas barrocas la representación de texturas o calidades. Se trata de un intento de que el mármol o, en su caso la madera, produzca una impresión a los sentidos de que son realmente el material que representan. En cambio en la forma en que los artistas representan los temas (religiosos, mitológicos…) hay una predilección por la representación de sentimientos y emociones. En relación con este desarrollo el gusto por las representaciones más dramáticas.
Este dramatismo llega en ocasiones a la representación delo patético e incluso de lo macabro. Para acentuar todo este dramatismo en muchas ocasiones los artistas se inspiran en el teatro, tanto en los gestos de las figuras como en la propia concepción de la obra. Además de todas estas características barrocas el arte barroco es un estilo que debe mucho al arte de la antigüedad tanto en los temas mitológicos, como en el desnudo o también en conceptos como el de la estereometría.