Portada » Biología » Clasificación y Características de las Bacterias: Guía Completa
Las bacterias, al igual que otros organismos, necesitan obtener energía y nutrientes para sobrevivir. Se pueden clasificar en diferentes grupos según su tipo de nutrición:
Estas bacterias obtienen energía de la luz solar y la utilizan para realizar la fotosíntesis. Se dividen en dos subgrupos:
Ambos tipos utilizan CO2 como fuente de carbono. Un ejemplo es Turgidus chroococcus.
Este grupo, que incluye a las bacterias púrpuras no sulfúreas, también realiza la fotosíntesis. Sin embargo, a diferencia de las fotoautótrofas, utilizan moléculas orgánicas como fuente de carbono, como el ácido láctico. Un ejemplo es Rhodospirillum rubrum.
Estas bacterias obtienen energía de la oxidación de moléculas inorgánicas, como el amoniaco (bacterias nitrificantes), los nitritos, el ácido sulfhídrico (bacterias incoloras del azufre), el hidrógeno o los carbonatos de hierro. Utilizan el CO2 como fuente de carbono. Algunas participan en ciclos biogeoquímicos importantes, como la fijación de nitrógeno atmosférico. Un ejemplo es Nitrobacter.
Este grupo, que representa la mayoría de las bacterias, obtiene energía y carbono de la oxidación de moléculas orgánicas. Dependiendo de la presencia o ausencia de oxígeno, realizan metabolismo oxidativo (aerobias) o fermentación (anaerobias). Algunas son facultativas, lo que significa que pueden cambiar entre ambos tipos de metabolismo. Estas bacterias son esenciales en la descomposición de materia orgánica en la biosfera. Un ejemplo es Lactobacillus bulgaricus.
Además de la reproducción asexual por fisión binaria, las bacterias pueden intercambiar material genético a través de mecanismos parasexuales. Estos procesos aumentan la diversidad genética y la capacidad de adaptación de las bacterias. Los tres mecanismos principales son:
Una bacteria donadora transfiere ADN plasmídico a una bacteria receptora a través de una estructura llamada pilus sexual. Si el plásmido se integra en el cromosoma bacteriano, se denomina episoma. En transferencias posteriores, la bacteria puede transferir el episoma y parte de su propio material genético.
Las bacterias pueden capturar fragmentos de ADN del entorno, provenientes de la lisis de otras bacterias o células. Estos fragmentos pueden integrarse en el cromosoma bacteriano, proporcionando nuevos genes y características.
En este proceso, un virus bacteriófago actúa como vector para transferir material genético entre bacterias. El virus infecta una bacteria donadora, integra su ADN en el cromosoma bacteriano y, al replicarse, puede encapsular fragmentos del ADN bacteriano. Al infectar una nueva bacteria (receptora), el virus transfiere este ADN, introduciendo nuevos genes en la bacteria receptora.
Los virus son parásitos intracelulares obligados que dependen de la maquinaria celular de un huésped para replicarse. Su ciclo de vida puede ser lítico o lisogénico.
El ciclo lítico resulta en la destrucción de la célula huésped. Se divide en las siguientes etapas:
En el ciclo lisogénico, el virus integra su material genético en el cromosoma del huésped, formando un profago. El ADN viral se replica junto con el ADN del huésped, permaneciendo latente. Ciertos factores pueden desencadenar la entrada del profago en el ciclo lítico, lo que lleva a la producción de nuevos virus y la lisis celular.
La ingeniería genética microbiana permite introducir genes específicos en bacterias para producir proteínas de interés médico o industrial. Algunas aplicaciones incluyen: