Portada » Historia » Clases de propiedad en Roma
1. INTRODUCCIÓN
La Península Ibérica formó parte del Imperio Romano desde el s. III a.C, cuando se inicia la conquista, hasta el s. V d.C, fin
del Imperio Romano con la entrada de los pueblos germánicos en el territorio.
La intervención romana en la Península se entiende dentro del contexto de sus rivalidades comerciales con los
cartaginenses que desembocó en las llamadas Guerras Púnicas; en la 2ª Guerra Púnica, la Península entró en escena y Roma
dominó el levante y el sur peninsular. La conquista de Hispania comenzó con el desembarco romano en Ampurias en el 218
a.C y finalizó por César Augusto en el 19 a.C. Roma tarda dos siglos en dominar por completo la Península Ibérica debido
a la fragmentación política de los pueblos prerromanos, la resistencia en la zona centro y norte, y las disputas internas.
2. DESARROLLO
2.1 La romanización: concepto y carácterísticas generales.
La romanización es el proceso de adopción de las formas de vida y mentalidades romanas de los pueblos mediterráneos,
transformando su idioma, costumbres, estructuras políticas, organización social, su economía, cultura (formas religiosas y
artísticas). Se inició en el S. III a.C. (un siglo después en Baleares) y concluyó en el S. III d.C.
Fue un proceso discontinuo con resultados desiguales:
– En el sur y levante fue más fácil la conquista y su inserción debido a la urbanización y a las formas de organización
parecidas a las de Roma.
– En el centro y oeste fue más difícil por su escaso desarrollo.
– En el norte la vida urbana era inexistente y los romanos no consiguieron desarrollarla ni imponer su modelo de vida.
Para imponer su poder y su modo de vida los romanos utilizaron los siguientes cauces:
* Extensión de la vida urbana: en el sur y el levante aprovecharon las ciudades preexistentes y en el resto se crearon nuevas
ciudades.
* El ejército como vehículos de difusión. Las tropas auxiliares formadas por indígenas que al terminar el servicio militar
podían obtener la ciudadanía romana y recibir lotes de tierras. Junto a las legiones se formaron núcleos urbanos que se
convirtieron en municipios romanos (León: Legio VII Gemina)
* Concesión de la ciudadanía romana que supónía gozar de numerosos derechos y privilegios. En el s. I d.C. Vespasiano
concede el Edicto de Latinidad y la ciudadanía para aquellos que ocupasen una magistratura; con Caracalla (212 d.C.) se
concede la ciudadanía romana universal a todos los habitantes del Imperio.
* Red de comunicaciones para facilitar los intercambios comerciales o culturales.
* Utilización del latín como lengua oficial.
* Uso del derecho romano que regulaba las relaciones privadas, las instituciones políticas y su funcionamiento.
2.2 Factores del proceso de Romanización
A) El sistema jurídico y administrativo.
– Las provincias: constituyeron la base de la organización política. En 197 a.C formaron dos provincias: Citerior (más
próxima a Roma) y Ulterior (valle del Guadalquivir). En el 15 a.C Augusto dividíó la Ulterior en Bética y Lusitania, y
llamó Tarraconense a la Citerior. Las provincias senatoriales (Bética)no necesitaban tropas, al contrario que las imperiales
que dependían del emperador. En el 297 con Diocleciano, nacíó la Galaecia y la Cartaginense de la Tarraconense y se
añadió la Mauritania Tingitana en el norte de África. En el s.IV nacíó la provincia
Baleárica, separada de la cartaginense.
Al frente de cada una había un pretor y un gobierno colegiado (concilium)
– El conventus jurídico: las provincias se dividieron en 14 conventos para la administración de justicia
– Las ciudades o civitates: eran las células básicas de la administración territorial. Formadas por un territorio rural
(territorium), con un núcleo urbano (urbs) con el mercado, órganos de gobierno, templos y teatros… Tenían un trazado
hipodámico, en torno a dos ejes, cardus (norte-sur) y decummanus (este-oeste) En la intersección, el foro, núcleo de la
ciudad con los edificios públicos principales.
Se fundaron ciudades nuevas (Mérida, León, Lugo…) y se revitalizaron las antiguas (Ampurias, Cádiz). Antes de la
concesión universal de la ciudadanía existían: las ciudades romanas, organizadas siguiendo el modelo romano y sus
habitantes podían alcanzar la ciudadanía; y las indígenas o peregrinas, jurídicamente inferiores. La condición de sus
habitantes variaba según la resistencia puesta a la conquista. Se dividían en ciudades estipendiarías, muy sometidas política,
militar y fiscalmente; y ciudades inmunes y federadas que tenían independencia, pero debían auxilio a Roma.
El Gobierno municipal dependía de: – Los magistrados:
cargos colegiados formados por dos cuestores (recaudación), dos
ediles (seguridad pública) y dos duunviros (alcaldes), con el máximo poder ejecutivo de la ciudad o municipio. Eran cargos
por un año, no remunerados, pero se aprovechaban del usufructo de las propiedades municipales. – El consejo: formado por
decuriones, personas de elevada riqueza. – La asamblea de Ciudadanos: supeditada al Consejo.
B) Estructura social
Hacia el S. I d.C, la sociedad romana estaba jerarquizada. Existía una división entre hombres libres y esclavos, con una
situación intermedia, los libertos. Dentro de los hombres libres se diferenciaba entre ciudadanos romanos y no ciudadanos.
De arriba abajo existían:
– Ciudadanos pertenecientes a órdenes: eran una minoría privilegiada y dominante que desempeñaba los más altos cargos
políticos, militares y religiosos. Formaban una oligarquía donde la fortuna era condición necesaria. Existían tres órdenes:
orden senatorial, formado por miembros del Senado romano, ocupaban las más altas magistraturas y poseían tierras en todo
el Imperio; orden ecuestre, cuya fuente de riqueza fueron los negocios y las finanzas; y orden decurional, integrado por
decuriones que desempeñaban las magistraturas municipales.
– Los ciudadanos romanos no pertenecientes a órdenes: gozaban de privilegios políticos, militares y sociales. Con
diferencias de fortuna respecto a los anteriores.
– Los hombres libres, no ciudadanos: no tenían derechos políticos, pero sí civiles. Si pertenecían a las tropas auxiliares
obténían la ciudadanía romana.
– Los libertos: eran antiguos esclavos manumitidos cuyos dueños pasaban a ser su patrono y podía exigirle ciertas
obligaciones. Tenían derechos civiles, pero hasta la tercera generación no adquirían la libertad plena.
– Los esclavos: no tenían derechos políticos ni civiles. La condición de esclavo se tenía de nacimiento, por herencia de la
madre, o se podía adquirir al ser prisionero de guerra o condenado.
C) La economía
La economía, antes de la conquista, era de subsistencia con escaso comercio, excepto en las ciudades de la costa
mediterránea. La romanización introdujo la mano de obra esclava, un desarrollo urbano, el uso de la moneda, la propiedad
privada. Las calzadas y rutas comerciales favorecieron la economía.
– Agricultura: las calzadas conectaron el campo. Predominó el latifundio, la mediana y pequeña propiedad. Se introducen
avances técnicos (barbecho, arado, abonos). La base de la producción es la triada mediterránea: olivo en la Bética (aceite),
cereales (base de la alimentación) y vid (zonas más romanizadas).
– Ganadería: ganado vacuno, de caballos, cerdos y ovejas, cuya lana se hace famosa (Bética, Lusitania y Celtiberia).
– Minería: las minas eran propiedad del Estado. Se explotaban de manera intensa utilizando mano de obra esclava en
condiciones horribles. Destaca la plata de Cartagena, el cobre de Riotinto y el oro de Asturias.
– Industria: importante el salazón y escabeches de pescados. Destaca el garum (salsa de pescado), famoso el de Cartagena.
Además de la industria del aceite, vino, textil y armas. Los artesanos eran libres (se organizaron en collegias) y esclavos.
D) La cultura y las obras públicas
Proliferaron hombres como el filósofo Séneca, el poeta Marcial, o los emperadores Trajano, Adriano y Teodosio. Se
produce desarrollo de calzadas (Vía de la Plata), puentes (Córdoba, Mérida), acueductos (Segovia), arcos del triunfo (Bará,
Medinaceli), establecimientos de ocio como anfiteatros, teatros, circos, etc.
E) La religión
La mitología romana, que era una adaptación de la griega. Impusieron el culto al emperador. El primer testimonio de
existencia cristiana en Hispania es del s. III d.C. En el año 313 con el Edicto de Milán, Constantino legaliza el cristianismo.
Teodosio en el 380, con el Edicto de Tesalónica, convierte el cristianismo en religión oficial del Imperio.
2.3 La caída del Imperio Romano y su impacto en Hispania. Causas:
– Económicas: a partir del s. III d.C. Se produjo un descenso de los ingresos. El Imperio tuvo que aumentar su presión fiscal.
– Políticas: la crisis creó un declive del poder imperial. En las provincias el único poder eran las autoridades o el ejército,
que reemplazaban emperadores a su antojo.
– El empuje de los pueblos bárbaros: las invasiones germánicas (tribus suevas, vándalos y alanos, en el 409) coincidieron
con el establecimiento pacífico de los visigodos para prestar servicios militares federales a Roma. Pacificaron Hispania
expulsando a los pueblos bárbaros. A la muerte del último emperador en el 476 establecieron un reino con capital en
Toledo, que perdurará hasta el año 711 con la llegada de los árabes.
3. CONCLUSIÓN
La larga estancia de los romanos en la península (S.III a.C al V d.C) consiguió una unidad no solo territorial sino también
cultural, artística, jurídica, lingüística y religiosa. Todos estos elementos han ido configurando el devenir de las sociedades
que se han asentado en el territorio de Hispania fundamentando de esta forma nuestras raíces culturales.