Portada » Ciencias sociales » Ciudadanía y Estado: Un Análisis Histórico y Filosófico
► No todo el mundo está igual de cualificado para decidir sobre cuestiones que afectan a todos los miembros de la sociedad, por lo que nuestro voto no debería valer lo mismo.
► Es legítimo restringir nuestros derechos fundamentales y nuestras libertades para garantizar nuestra seguridad.
► En el ámbito político, no importa que el gobernante tenga comportamientos inmorales, solo que su gestión sea efectiva para el buen funcionamiento del estado. Ética y política no van unidas.
► En el ámbito político, el fin siempre justifica los medios (si el fin es bueno, cualquier medio que se utilice para lograrlo será legítimo).
► La mejor forma de gobierno es…
► El deber de los ciudadanos es acatar y respetar la ley, aunque esta sea manifiestamente injusta.
El concepto de “ciudadanía” surge, sobre todo, de una necesidad social de crear unos lazos de unión entre aquellos que pueden considerarse iguales, y los que son diferentes. En este sentido, la ciudadanía siempre tiene un sentido de exclusión de aquellos que no pueden serlo.
Según la RAE, ciudadano es: “El habitante de las ciudades antiguas o de Estados modernos como sujeto de derechos políticos y que interviene, ejercitándolos, en el gobierno del país”.
Miembro de la comunidad, de la ciudad-estado, que cumplía una serie de requisitos que le permitían participar de forma directa o indirecta en la vida política, en las tareas de gobierno:
La idea de ciudadanía vinculada al desarrollo de una forma concreta de gobierno: la democracia.
Con Roma se desarrolla la dimensión jurídica de la ciudadanía:
¿Hay cambios sustanciales en el concepto de ciudadanía actual?
Toda sociedad conlleva una forma de organización:
Toda forma de organización política nos lleva a la pregunta por su legitimidad: ¿es buena o mala? ¿Quién ostenta el poder tiene derecho real a tenerlo? ¿Debería desaparecer? ¿Cómo decidimos si el poder político de un Estado es legítimo o no?