Portada » Filosofía » Categorías de la Vida, Raciovitalismo e Historicismo en Ortega y Gasset
Ortega y Gasset propone una serie de categorías para entender la experiencia humana. Estas son:
El raciovitalismo es la teoría del conocimiento desarrollada por Ortega y Gasset. Su principio fundamental es la razón vital, que relaciona tres conceptos: razón, vida e historia. El hombre es un ser dotado de razón, que utiliza principalmente para vivir.
Tradicionalmente, la razón se entendía como la facultad que capta la esencia de las cosas, una razón pura. Esta concepción culmina en el racionalismo y en Kant. Ortega criticó estas posturas porque no relacionan la razón con el hombre y, además, son incapaces de captar las realidades cambiantes de la vida. Por lo tanto, no podemos entender la vida solamente con la razón pura; necesitamos la razón vital.
Según Ortega, la razón nos pone en contacto con la realidad. La razón vital, que implica vivir, está por encima de la razón pura y teórica. Por eso, su filosofía se llama raciovitalismo. La razón vital funciona desde la totalidad del hombre, no está fuera de él, y es algo que fluye, pues la vida es temporalidad. No puede haber oposición entre razón y vida. Ortega entiende al hombre como una dimensión compleja, la del «yo soy yo y mi circunstancia».
La vida es un proyecto en el que el hombre va creando lo que va a ser. Vivir es encontrarse perdido entre las cosas, y el destino es salvarse, es decir, crearse a uno mismo.
Para Ortega, la vida del hombre es un proyecto que se realiza en la historia, en el devenir, en el cambio. Por eso, la vida no es estática, ya que la historia tampoco lo es. Ortega consideró fundamental estudiar la historia y la razón, de ahí surge el concepto de razón histórica. Esta consiste en ver al hombre y a la razón dentro de la historia. Este concepto nos permite entender al hombre mediante la comprensión de las ideas de cada individuo.
El hombre vive en un tiempo concreto, en una época concreta, y ese tiempo es el que hay que tratar desde la propia vida, no solo con la razón. Nuestra vida mira al futuro, pues se hace con la historia. El historicismo, o la historia para Ortega, significa que el hombre no tiene naturaleza ni esencia, sino historia, que es dinámica, no estática. La sociedad tampoco tiene esencia, solo tiene historia.
En cada época hay una forma diferente de vivir, que, según Ortega, dura unos 15 años. En ese periodo conviven varias generaciones contemporáneas (porque viven al mismo tiempo) y coetáneas (porque son de distintas edades). Existen tres tipos de generaciones:
Aquí radica el origen de los conflictos generacionales, porque las ideas y creencias de cada generación son diferentes y chocan. Cada generación tiene dos dimensiones: las experiencias que recibimos de nuestros mayores y las que creamos nosotros. Si estas dos dimensiones no coinciden, surge el conflicto y aparece la necesidad del cambio.
Cada generación está compuesta por dos tipos de personas: una minoría selecta (la élite) y una masa. La élite la componen los hombres que crean y tienen como misión dirigir a las masas. La misión de las masas es obedecerlos. Sin embargo, esto no siempre sucede así, lo que crea un estado de confusión entre los que mandan y los que obedecen. Aparecen entonces los conflictos que impiden la europeización. En este punto, Ortega coincide con la Generación del 98, que defendía la preocupación por España y la importancia de Europa. La visión que Ortega tiene de España es muy pesimista.
Ortega y Gasset ejerció una notable influencia en investigadores, teólogos y escritores como Machado, Octavio Paz o Vargas Llosa, así como en los escritores de la Generación del 27. A su vez, recibió influencias de filósofos alemanes como Hegel y Kant, de la filosofía griega (concedió mucha importancia a la historia de la filosofía) y de Descartes, especialmente en las ideas sobre la unidad del saber y la aplicación de la regla de la evidencia en relación con nuestros conocimientos.