Portada » Lengua y literatura » Características del teatro español
En la primera mitad del Siglo XX, el teatro español se dividido en dos; El teatro que triunfa y el teatro innovador.
Recrea ambientes de la burguésía y aristocracia, personajes refinados, cultos e irónicos, el autor más significativo es Jacinto Benavente con «Los intereses creados».
Posee elementos modernistas y postrománticos, se acerca a un tradicionalismo anticuado que exaltaba las ideas y valores nobiliarios. Los autores más conspicuos son Eduardo Marquina con «Hijas del Cid» y Francisco Villaespesa con «La leona de Castilla».
De él surgen dos géneros exitosos, la comedia costumbrista y el sainete. Los autores más insignes Serafín y Joaquín Quintero, con «El patio», Carlos Arniches con «El santo de la Isidra» y Pedro Muñoz, creador del género <astracán> con «La venganza de don Mendo»
Los miembros de la generación del 98, pretendieron una renovación de la escena española, a excepción de Baroja, todos cultivaron el género dramático, los autores más conspicuos fueron Unamuno, con «El otro». Ramón Gómez de la Serna, con obras alejadas del gusto del público de la época, dentro del ideal del <arte arbitrario>, se muestra en «Los medios seres». Valle-Inclán desemboca en el <esperpento>, por ejemplo, en «Luces de bohemia» y entre sus comedias destaca «Divinas palabras».
Se caracteriza por la incorporación de fórmulas de vanguardia y el propósito de acercar el teatro al pueblo. Destacan los autores: Pedro Salinas con «El dictador», escrita desde el exilio. Rafael Alberti con «Noche de guerra en el museo del Prado», Miguel Hernández con «Quien te ha visto y quién te ve». Y por último, Federico García Lorca, cuya obra trata de temas como la frustración, el amor imposible o la muerte, destaca con obras como «La casa de Bernarda Alba» o «Bodas de sangre».
Esta poesía tiene lugar en los años posteriores a la Guerra Civil (1936-1939), es una poesía de denuncia, se divide en cuatro décadas:
Se divide a su vez en cinco tendencias; la primera, la Poesía arraigada, estaba formada por un grupo de poetas interesados en la perfección formal y estética. Destacan Luis Rosales con «La casa encendida» y Dionisio Ridruejo. En segundo lugar, la Poesía desarraigada, está considerada como realista o tremendista, destacan Dámaso Alonso con «Hijos de la ira» o Alberti con «Sombra del paraíso», todos de corte existencialista. En tercer lugar, el Postismo, es un movimiento de vanguardia que reivindica la creatividad y la imaginación en detrimento de la razón. Destaca Eduardo Chicharro. Otra tendencia es el Grupo Cántico y por último en otras tendencias destacan José Hierro o León Felipe con «Llamadme publicano».
Marcada por el fin del aislamiento con respecto a Europa, desarrollo de la poesía social, criticando la injusta realidad del ser humano. Destacan Gabriel Celaya con «Cantos íberos», Blas Otero con «Ancla» (Ángel fieramente humano + Redoble de conciencia) y José Hierro con «Cuaderno de Nueva York»
Surgen corrientes como la generación de los 50, poesía de experimentación y crítica a la sociedad, se caracteriza por la concepción de la poesía como forma de exploración de la realidad. Destacan Ángel González con «Áspero mundo», Jaime Gil con «Compañeros de viaje» y Antonio Gamoneda con «Libro del frío». Se desarrollan la Escuela de Madrid y la de Barcelona.
Se desarrollaron distintas corrientes; Los <Novísimos>, caracterizados por la ruptura con la poesía anterior, destaca Gimferrer con «Arde el mar», Los hermanos Panero y Manuel Vázquez Moltalbán. Otras corrientes fueron el Neosurrealismo y el Neopurismo. En la Poesía trascendente destaca Julio Llamazares y por último en la Poesía clasicista se desarrolló la poesía femenina con escritoras como Ernestina Champourcín, Gloria Fuertes o Carmen Conde.
En los años posteriores a la Guerra Civil, la literatura se desarrolló bajo la dictadura de Francisco Franco, marcada por una fuerte censura. La muerte de Franco en 1975 marcó el fin de la censura y se dieron las siguientes corrientes:
Dirigida al público que entiende la escena corno evasión. Los autores más conspicuos son Calvo Sotelo, con «La muralla», si obra tiene fondo moral y el teatro con pretensiones ideológicas. Jardiel Poncela con «Cuatro corazones con freno y marcha atrás» y por último Miguel Mihura, su obra muestra una preocupación existencial y una intención crítica con «Tres sombreros de copa».
Se exiliaron autores dramáticos como Rafael Alberti, El autor más conspicuo fue Alejandro Casona con «La sirena varada», su obra se aleja de la denuncia social y acerca al espectador a un universo dramático cargado de poesía.
En los años 50 y 60 se implanto un teatro crítico. Los autores más conspicuos fueron Buero Vallejo, el dramaturgo español más importante de la segunda mitad del Siglo XX con «Historia de una escalera», también con obras de corte critico como «La fundación» y obras de fondo histórico corno «El sueño de la razón». Alfonso Sastre con «La taberna fantástica» y Lauro Olmo con «La camisa».
A mediados de los años 60 aparecen autores que superan el Realismo social. Por ejemplo Antonio Gala con «Los verdes campos del Edén», Fernando Arrabal, uno de los creadores del teatro del <pánico> con «Cementerio de automóviles» y López Mozo con «Guernica».
A mediados de los 60 surgen como alternativa al teatro comercial (Tábano, Els Joglars). Estos grupos buscan nuevas técnicas y nuevas fórmulas y conciben el teatro corno espectáculo.
Se constata de esta época una crisis del teatro, al entrar este en competencia con otras formas de entretenimiento como el cine o la televisión.