Portada » Geografía » Características de las Hablas Meridionales: Andaluz, Extremeño, Murciano y Canario
Las llamadas hablas meridionales se formaron a raíz de la expansión del castellano por el sur de la Península Ibérica. Sus rasgos lingüísticos poseen una gran vitalidad, pues muchos de ellos ascienden por La Mancha y llegan incluso hasta el sur de Madrid. Las hablas meridionales se dividen en las siguientes: el andaluz, el extremeño, el murciano y el canario.
El andaluz posee una variada riqueza, donde se mezclan rasgos castellanos, leoneses, aragoneses y catalanes con múltiples arabismos y arcaísmos. Dentro de Andalucía se suelen distinguir dos amplias zonas: la occidental y la oriental. En ambas zonas se produce la aspiración de la –s final, que puede llegar a perderse, pero la oriental diferencia el singular del plural mediante la abertura vocálica. La Andalucía occidental tuvo repobladores más tempranos castellanos y leoneses y poca tolerancia hacia los mudéjares; por su parte, la Andalucía oriental contó con repoblación más tardía, especialmente aragonesa y murciana, y con una mayor presencia de moriscos.
Ej.: En la playa de Ḥetare’ se ḥunta musha ḥente d’Aḥecira’ (En la playa de Getares se junta mucha gente de Algeciras).
La pronunciación de la /g/ y la /j/ como /h/ aspirada, se da en toda Andalucía Occidental, y se adentra en las tres provincias orientales en una diagonal imaginaria noroeste-sureste, desapareciendo a partir de esa línea, coincidiendo en gran medida con el área de distinción entre /s/ y /z/ (mitad suroccidental de Granada, poniente almeriense y pequeñas zonas de la de Jaén). En Jaén se produce el efecto contrario a la aspiración, pronunciándose la «j» como uvular vibrante sorda ([X]), una articulación semejante a un ronquido.
La aspiración de la jota se da también en casi toda Extremadura y sur de la provincia de Salamanca y buena parte de Cantabria.
Morfología. El número. Flexión de número: ø / -s; flexión de género y número. -o / -o+s; -a / –a+s; lo que significa: el singular se reconoce por la ausencia de marca específica añadida al morfema de género.
El andaluz se caracteriza por su gran vitalidad a la hora de crear nuevas palabras (véanse textos del novelista F. Rivero, Ficcionario, 1998). Al mismo tiempo, conserva gran cantidad de arcaísmos de procedencia mozárabe y árabe: paulilla, aljofifa, jamacuco.