Portada » Lengua y literatura » Características de la novela de los años 40
En su evolución han influido distintos factores: las circunstancias históricas y sociales de Hispanoamérica, que generaron en los intelectuales una conciencia crítica que se plantearon su actitud ante la realidad; la importancia del paisaje y el mundo mítico de las culturas indígenas, y la influencia de las literaturas europea y norteamericana, especialmente impulso de las vanguardias y de las innovaciones narrativas del Siglo XX. A comienzos del Siglo XX se percibe en la narrativa el Modernismo y después el progresivo desvío del mismo y la tendencia, que también ocurre en poesía, a un rechazo del cosmopolitismo y una mayor sencillez estilística.
La novela de la tierra se centra en la búsqueda de la identidad nacional y busca la esencia de lo americano en el folclore y las costumbres tradicionales. El tema común de estas novelas suele ser el intento del hombre de dominar la todopoderosa Naturaleza americana. La novela social, motivada por las convulsiones sociales que sacuden América Latina en las dos primeras décadas del XX. Se centra en históricos concretos o en la denuncia de la situación de marginación de los indios en la sociedad criolla postcolonial.
El Realismo dominó por completo la producción en los primeros treinta años del Siglo XX, pero a partir de los años cuarenta la narrativa hispanoamericana comienza una lenta pero implacable transformación de las formas narrativas realistas vigentes hasta entonces. Hasta 1960 conviven en las novelas y en los cuentos de los autores hispanoamericanos diversas tendencias, que suponen una primera gran renovación de la narrativa hispanoamericana que, fundamentalmente, implica un nuevo lenguaje para expresar la realidad hispanoamericana: Por un lado, tienen gran importancia los relatos metafísica y fantástica de Borges o Lezama Lima. Por otro lado, se desarrolla también una excelente narrativa de corte existencial, con autores como Juan Carlos Onetti. Ambos corrientes tienen un elemento común más: la ubicación de sus ficciones en el ámbito urbano. Además, algunas de las tendencias narrativas de las décadas precedentes siguen produciendo obras magníficas: Así, la novela de la revolución mexicana culmina en la figura de Juan Rulfo; la novela indigenista y los relatos que buscaban descubrir una identidad americana. Esta narrativa que aúna realidad y fantasía recibíó las denominaciones de Realismo mágico y lo real maravilloso, corriente decisiva para la segunda renovación de la narrativa hispanoamericana, que se produjo durante los años 60.
Lo fantástico se incorpora a la representación del mundo. Se presentan dos visiones de la realidad en conflicto, la real y no la real, los elementos cotidianos y los mágicos se juntan y se aceptan de forma natural por el narrador, sin ningún juicio sobre su veracidad. En la literatura fantástica, el orden natural queda inexplicablemente alterado por la irrupción de un hecho sobrenatural, hay una radical extrañeza. Sin embargo, en el Realismo mágico lo mágico no irrumpe, sino que es una faceta más de lo real, que se presenta con naturalidad.
La utilización de diferentes registros lingüísticos; la mezcla de lo coloquial, lo vulgar y lo culto; el uso de gran número de neologismos y, sobre todo, el uso de voces exclusivas del español de América.
Influenciados por los grandes renovadores de la novela europeos y norteamericanos y por las Vanguardias. -Narración fragmentada gracias al uso de perspectivas múltiples, así como al empleo de técnicas cinematográficas.
Abundante uso de las voces narrativas, del estilo directo, indirecto o del monólogo sin que existan marcas claras por parte del narrador para que el autor identifique quién es el emisor. –
Alteración de la línea temporal narrativa, ya sea por saltos en el tiempo, o ya sea porque se llega –incluso- a la construcción de la novela desde el final como si se tratara de una investigación.
Es el compromiso con los conflictos y contradicciones de sus respectivos países en un momento histórico caracterizado por los movimientos revolucionarios y las dictaduras militares. El abuso de poder de las oligarquías, la tradicional violencia de la vida política.
Los protagonistas a menudo se sienten solos, desconocen el sentido de la vida, tienen dificultades para comunicarse con los demás e incluso deciden inventarse existencias complementarias y antagónicas.
La primera irrupción narrativa de esta trágica figura de la historia iberoamericana acentuando con distintos rasgos que concurren en el ejercicio del poder absoluto.
Llena de asuntos novelables: desarrolladas civilizaciones pre-hispánicas; conquista y colonización; las relaciones con España; guerras de Independencia; tiranías y revoluciones. De aquí han surgido muchas y excelentes novelas históricas, con planteamientos novedosos.
El escenario fundamental es América, sus paisajes naturales o urbanos, poblada por seres primitivos.
Es el punto de partida: si el individuo se encuentra satisfecho, no puede sentir la necesidad de crear. La insatisfacción genera la literatura, debido a la propensión del ser humano por crear mundos alternativos.
Son las fuerzas ocultas, irracionales e irrenunciables, obsesiones que impulsan al escritor para escribir y para adoptar ciertos temas y estilos: Son de tres clases: los personales, que son el subconsciente o los instintos, los histórico, que lo marcaron a él como individuo dentro de una sociedad, y por último, los culturales, que son las fuentes culturales e influencias literarias en el escrito. La novela depende de la experiencia humana, y tiene importancia decisiva lo autobiográfico:
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El autor, como creador de estos mundos novelescos y alternativos surgidos de la insatisfacción.
El objetivo fundamental del narrador es abarcar la totalidad de la realidad y elevar ese universo paralelo que es la literatura a un rango equivalente a la de la misma realidad. –
«Decir la verdad» para una novela significa hacer vivir al lector una ilusión y «mentir» ser incapaz de lograr esa superchería.
Sigue las ideas del Realismo de raíz decimonónica. Aunque Vargas Llosa se siente atraído por los modos experimentales de contar, su filiación con el Realismo clásico es indudable. A esta etapa pertenecerían las obras: “Los jefes”, “Los cachorros”. Con sus novelas quiere denunciar las injusticias, la corrupción de la sociedad peruana: la hipocresía, la falta de moralidad, el machismo.
Aunque con Los cachorros podemos encontrar elementos paródicos y cómicos, su primer intento de una novela satírica y de introducir el humor en sus novelas fue en 1973 con Pantaleón y las visitadoras, pues es una sátira y una parodia antimilitarista de tintes esperpénticos. Pantaleón Pantoja es un militar que recibe la misión de establecer un servicio de prostitución para las Fuerzas Armadas del Perú. Denuncia la hipocresía y la doble moral de la gente. En 1977, publica La tía Julia y el escribidor, basado en parte en el matrimonio con su primera esposa.
En 1981, La guerra del fin del mundo, su primer intento en novela histórica, en este caso sobre hechos auténticos de la historia de Brasil. Es el comienzo de una etapa más escéptica, en la que quiere cuestionar la posibilidad de comprender la realidad. En 2006 publica Travesuras de la niña mala, mostrando la evolución de Vargas Llosa hacia temas de carácter erótico. Su última novela, publicada en 2010 es El sueño del celta, donde retoma el tema de las injusticias y arbitrariedades cometidas por el poder.
la novela se divide en seis capítulos. El tiempo narrado en cada uno de ellos no es el mismo, pues oscila entre los dos años del primero, cuarto y quinto, los cinco del segundo y el tercero y los diez años que transcurren en el último.
la obra presenta una estructura cíclica y circular. El primer párrafo de la novela se relaciona con el último: en el primero, los protagonistas aparecen como niños a los que les gustaba jugar al fútbol, en el último, se ve que se han convertido en hombres hechos y derechos, tenían mujer e hijos, y en sus cuerpos aparecían las marcas del paso del tiempo.
– el límite temático: niñez-madurez. – el límite temporal: veinticincoaños. – el tono informal del relato. – la presencia de los protagonistas: grupo de Cuéllar. El relato se cierra de este modo con la aparición, de nuevo, del colegio Champagnat, lo que significa una vuelta al punto de partida. Se podría considerar una estructura paralelística: la historia de Cuéllar acaba, la vida del grupo sigue y la historia colectiva vuelve a comenzar con la nueva generación de los protagonistas de la novela.
Es el personaje principal en torno al cual se desarrolla la acción: su llegada al grupo, el intento de adaptación a este, el accidente, la marginación y la muerte.
A medida que trascurre la acción, se observa que existe otro protagonista colectivo o grupal, que lo constituye la sociedad limeña, que si no se la considera como el protagonista que marca las directrices de la trama, sí como contraposición del inadaptado.
«El chispas», primo de Cuéllar, hace de su entrenador y así le ayuda a entrar en el grupo.»El sabido» Gumucio, que es el alumno graciosillo que crea el apodo de Pichulita.
El espacio es la sociedad alta limeña, situados concretamente en el distrito de Miraflores.
Desde el inicio de la novela, se impone la necesidad de pertenecer a ese mundo, como cuando Cuéllar llega al colegio y se le pregunta si es miraflorino. Además se hace referencia a espacios emblemáticos como el Estadio de Fútbol, la iglesia de Santa María o la Clínica Americana, que es donde llevan a Cuéllar tras el accidente, las playas de Miraflores.
La trama discurre aproximadamente en unos veinticinco años.
El relato corresponde a una época concreta peruana, los años 50.
Se inicia con la edad escolar de los personajes, se desarrolla con su evolución física y psíquica y termina con la aparición de una nueva generación. El escritor rememora un hecho pasado a partir del presente y el lector va discurriendo desde el presente al futuro. Pero todo se resuelve en un único plano temporal.
La economía de la España franquista se industrializa y se produce un desplazamiento de la población del campo a las ciudades. España logra cierto reconocimiento internacional, lo que permitirá a un grupo de novelistas emprender su camino narrativo en el Realismo social crítico. Se suelen establecer dentro del Realismo social dos tendencias: –
Es la novela objetivista cuya raíz está en la novela estadounidense, conductista.
Novelas que contienen denuncia social explícita y manifiestan la voluntad de concienciar al receptor.
Desde un punto de vista temático, –
En los años 50, una gran parte de la población vivía en zonas rurales, dedicada a la agricultura en condiciones míseras y atrasadas. –
la transformación de los campesinos en obreros es tema común de bastantes novelas, en las que predomina la denuncia de la penosa situación de la clase trabajadora. –
Preferentemente, estas novelas representan a la juventud desocupada,
En cuanto a la técnica y al estilo, se ha reprochado a veces a la novela social, en su conjunto, pobreza técnica.
Camilo José Cela, es uno de los novelistas españoles más importantes del Siglo XX. Su fórmula narrativa consiste en una mezcla de Realismo descarnado. «La colmena»
Su obra más importante «El Jarama» es la novela que expresa un espacio y un tiempo como estancados, inmóviles.
A partir de 1960 comienzan a manifestarse signos de cansancio del Realismo dominante en la novela española. En estos años se observa en los novelistas españoles la influencia de los grandes novelistas europeos y norteamericanos.
Entre los rasgos y técnicas propias de la novela experimental podríamos citar los siguientes:
Narrador: Punto de vista múltiple. Argumento: Limitación de la importancia del argumento.Estructura: Estructura compleja. Resurso estilístico y tipográficos: Total libertad en el estilo y en el lenguaje novelístico.
En una primera etapa, escribíó las novelas «Juego de manos y Duelo en el paraíso». Se caracterizan por una interpretación poética de la realidad centrada en la mitificación del ámbito de la infancia y adolescencia.
Juan Marsé «Últimas tardes con Teresa», su primera gran novela.
Siempre fue fiel a sus principios: el valor de la palabra sencilla precisa, y el hombre como principio y fin de su novela, como individuo y como ser social, descritos siempre en el entorno en el que habitan. Entre sus carácterísticas narrativas sobresalen el dominio de los diferentes registros idiomáticos, la sencillez expresiva y un uso del vocablo preciso para designar con exactitud el concepto. Por eso describe la vida cotidiana en los pequeños pueblos castellanos con objetividad y profundidad, sin idealizar el mundo rural.
En «Los santos inocentes» la crítica ecológica queda supeditada a la crítica social.
Respecto al estilo, sobresale el dominio de los diferentes registros idiomáticos, la sencillez expresiva y un uso del vocablo preciso para designar con exactitud el concepto. También ha ido evolucionando el estilo desde un detallado Realismo naturalista hacia un lenguaje más depurado y más estilizado. Delibes rechaza el intelectualismo como forma de expresión, y usa el vocablo preciso para designar con exactitud el concepto.
Personajes(santosinocentes)
Azarías representa todos los rasgos propios de los seres marginados y se constituye en verdadero protagonista de la novela. En su entorno, las milanas adquieren una función relevante. Paco, el Bajo, representa el mundo de los humildes. La inocencia y sumisión de los humildes se realzan con la presencia de un personaje antagonista, el señorito Iván en el que confluyen rasgos negativos.
Este grupo posee menor importancia en el desarrollo de la intriga. Lo integran la familia de Paco: la Régula, la Niña Chica, el Quirce, el Rogelio y la Nieves; la familia del señorito Iván: la señora marquesa, la señorita Míriam; y los encargados del Cortijo: don Pedro, el Périto y su esposa doña Purita.
En este grupo se hallan el resto de los sirvientes, el señorito de La Jara y los invitados de los dueños así como otros personajes ajenos a los cortijos que mantienen un contacto incidental con los personajes principales: el médico Manolo, el hachemita, el Mago del Almendral o los educadores que la señora trae al cortijo.
Se trata de una gran extensión de terreno que pertenece a una persona. En el latifundio viven una serie de criados, caracterizados por la baja calidad de vida, la pobreza, la falta de instrucción.
Los inocentes carecen de todo: tierras, casa, futuro. Sujetos a una férrea jerarquía, se ven abocados a la resignación.
Miguel Delibes es un escritor realista porque su obra tiene naturalidad de expresión y sabor local. Él está dentro de sus personajes, se funde con ellos.
El espacio resulta novedoso ya que los cortijos no son carácterísticos de la regíón castellana. Se trata de un latifundio, propiedad extensa que pertenece a una sola persona. La Jara es un cortijo próximo a la frontera de Portugal. Existen referencias a “la Raya de lo de Abendújar”. Raya podría aludir a las lindes del cortijo pero también puede referirse a la frontera con el país vecino. Cordovilla se puede localizar en varias provincias (Salamanca, Burgos, Navarra, etc.). El Almendral pertenece a la provincia de Badajoz. Por otro lado, la localización de la historia responde al concepto de Realismo que está presente en los relatos de Delibes. Se trata de un Realismo basado en la verosimilitud y en la autenticidad, pero no en la mera fotografía. El tiempo histórico: En el libro segundo hallamos una referencia que nos permite situar el momento histórico que se pretende plasmar. Asimismo en los años sesenta comienza el uso del tractor en las labores agrícolas. Precisamente en esos mismos años se produce la masiva migración a las ciudades, a la que también se alude en la obra.
Es una novela tradicional. Posee una forma de composición episódico-dramática, en la que destaca el desenlace final.
La primera parte es los tres primeros libros. En ellos, el autor se centra en la presentación de los personajes humillados, desde una doble perspectiva. – Social, a través de la cual resalta su miseria. – Existencial, que destaca la actitud de personas de bien a pesar de su condición miserable o de pobreza.
– El perfil humano de los personajes, y especialmente del Azarías, eje sobre el que gira el relato.
– El marco en el que sitúa los hechos. El cortijo es el universo espacial en el que ubica la historia.
– El enfrentamiento de pasiones. Delibes enfrenta dos concepciones del mundo: los señoritos y su pasión por la caza y la de los pobres integrados en la naturaleza.
El narrador renuncia a la objetividad, para colocarse en una posición cercana a los personajes inocentes. Su compasión por los desheredados manifiesta el lirismo en la novela.
No es una novela de dirección totalmente lineal. Los rasgos anteriores de la compasión y la repetición imprimen cierto desorden temporal. La historia se traza mediante el empleo de fragmentos narrativos ágiles, breves descripciones y predominio del diálogo.