Portada » Latín » Características de elegía
Fue el primer ministro de Augusto con el que mantuvo una gran amistad. Las más notables carácterísticas del estilo de Horacio son: La perfecta concordancia entre el pensamiento y la expresión. La poesía nos es ninguna distracción de sus ratos de ocio, sino una exigencia de continua perfección. En sus versos resulta un tanto frio, pero la armoniosa estructura de sus composiciones hacen de él el más perfecto modelo poético de clasicidad, seguido por Virgilio. Dentro de su obra distinguimos entre: Sátiras en las cuales tenemos que decir que son dos libros con dieciocho composiciones cada una, las cuales son más irónicas que airadas, este género nace de la mano de Lucilio aunque la crítica de Horacio es menos agresiva, virulenta y mordaz que la de Lucilio. Solo a veces es más duro cuando arremete contra los adúlteros. Por otra parte tenemos que mencionar los Epodos que son una obra de transición entre el género satírico y el propiamente lírico, hay que destacar que algunos Epodos son claramente satíricos, otros en cambio no. Por último escribíó Odas que son la obra cumbre de la poesía de Horacio, se dividen en cuatro libros. Distinguimos entre Odas amorosas las cuales dedica a mujeres como Lidia o Pirra entre otras. Odas filosóficas tienen algunas pinceladas de ideas estoica, pero son más notables las que rezuman Epicureísmo. Destaca el recurso en estas composiciones del Áurea mediocritas la cual dice que la felicidad está en la medianía. Odas romanas las cuales celebran las hazañas de Druso y Tiberio, en ella Horacio anima el sentimiento nacional y patriótico. Tenemos las Epístolas en la que se puede contemplar que Horacio quiere dejar la poesía para dedicarse a la filosofía. En esta obra Horacio enmarca sus consideraciones filosóficas en formas de cartas dirigidas a sus amigos, así crea un nuevo género la Epístola poética.
La elegía es un subgénero de la lírica en donde se lamenta la muerte de una persona o de cualquier otra desgracia. En la primitiva tradición literaria griega, la elegía era un canto de lamento fúnebre que se entonaba con acompañamiento de flauta. De este primitivo origen deriva el carácter melancólico atribuido a este género elegíaco.
Sin embargo, ya en algunos líricos griegos encontramos elegías de lamento amoroso, con amargas consideraciones sobre la brevedad de la vida y el sufrimiento por el paso de la juventud. Más tarde, los poetas helenísticos, como Calímaco, continúan con la tradición de la elegía amorosa, aunque referida normalmente al ámbito de la mitología. En Roma, la elegía comprende un tipo de poesía de asunto triste manteniendo el carácter fúnebre griego y añadiendo un tono subjetivo y amoroso. Se caracteriza por buscar la felicidad en la vida individual e íntima; el metro utilizado es el dístico elegíaco, compuesto por un hexámetro y un pentámetro; predomina el elemento subjetivo y erótico. La poesía supone un proceso de interiorización en el que siempre aparece el dolor y el desencanto. Las circunstancias personales del poeta ya no son puras anécdotas sino el objeto mismo de la obra literaria. Dentro de los temas tratados diferenciamos el amor, elemento central del sentimiento elegíaco, es entendido bien como ideal de vida, bien como voluptuosidad carnal, es un mal incurable y, por ello, se convierte en la poesía de la desesperación y del sufrimiento. El amante se convierte en esclavo de la amada, que suele ser cruel y desdeñosa, y por ella parece todo tipo de pruebas y vejaciones; este tipo de serviorum amoris no existía en la poesía griega, donde la mujer era la esclava del hombre. Los poetas elegíacos romanos, por el contrario, subliman a la amada: exaltan su belleza hasta el punto de considerarla divina, semejante a una diosa, cultivada, elegante, sensible y poseedora de todos los encantos. Otro tema que se trata es la conversión de la vida del enamorado en militia amoris, una lucha contra todos los obstáculos para obtener el favor de la amada, que, en muchos casos, no suele corresponder los sentimientos del poeta. Este hecho provocará el abatimiento del mismo, el lamento por el bien perdido y su nostálgico recuerdo de la felicidad pasada, los tópicos más carácterísticos del género elegíaco.Los principales autores elegíacos fueron: Ovidio, con obras célebres con Amores, poesía erótica y subjetiva, Ars Amandi, consejos sobre la conquista amorosa Tristia y –Epistulae ex ponto, compuestas durante su destierro de Roma en la que se lamenta su situación y se suplica el regreso, y Heroidas, cartas de amor dirigidas por una heroína mitológica a su amado. Por otro lado, encontramos a Tibulo con su obra Corpus Tibullianum, composiciones dedicadas a su amada Delia, y encontramos a Propercio quien escribíó cuatro libros de elegías de los cuales los tres primeros se dirigían a su amada Cintia; y el cuarto trataba viejas leyendas religiosas, paganas y temas patrióticos.