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Objetos que se pueden mover y que están hechos y han sido usados por el hombre. Se analizan para conocer cosas de quien los ha construido, de quien los ha usado. –
Objetos fijos. Son fuentes importantes de información para la arqueología. Pueden incluir cosas tan insignificantes como manchas en el suelo, y aunque parezca mentira pueden dar mucha información, pues según qué manchas nos pueden indicar muchas cosas, por ejemplo, manchas de cenizas son indicios de hogueras, manchas de sangre pueden ser indicios de sacrificios y rituales… –
Objetos hechos por las fuerzas ecológicas, restos naturales que se refieren a la actividad humana como por ejemplo semillas, restos de haber descuartizado un animal para consumir la carne, granos de polen… los restos de las partes de los animales pueden ayudar a los arqueólogos a comprender estrategias de subsistencia. La arqueología nos habla a través del yacimiento y de lo que está dentro del yacimiento. Nos habla de estructuras, de artefactos y de restos naturales relacionados con las actividades humanas. Lo que tienen en común todos los yacimientos es que esos objetos, esas estructuras y esos ecofactos forman contextos, están contextualizados.
En general podemos decir que un contexto es un conjunto de cosas que están relacionadas entre sí, que establecen relación entre sí, y para comprender cada cosa tenemos que comprender la relación que guardan entre ellas. El ejemplo más claro es una lengua, un idioma, que está formado por palabras, artículos… las palabras tienen significado por sí mismas, pero en una frase adquieren más significado. El contexto es la forma en que se relacionan las cosas, que por sí mismas no significan nada. Una vez que tenemos claro que la cultura material dice muchas cosas y que desgraciadamente no llega intacta hasta nuestros días, trabajando entonces con registro arqueológico, el último punto a comprender es que la cultura material, sus elementos, nunca se presentan aislados y que la arqueología es una disciplina de los conjuntos y no de los elementos aislados. Para poder contar algo del pasado a partir de la cultura material los objetos del pasado tienen que situarse en un contexto, hay que crear conjuntos de tal manera que entre todos tengan un significado diferente de la suma de todos esos significados. ¿Cuántas clases de contextos hay? Tenemos que tener en cuenta que todos los contextos no son iguales: temporales, espaciales y temporales –
Contextos de objetos que se dan en un mismo espacio. Nos interesa especialmente su disposición espacial, como están dispuestos en el espacio físico. Suelen conectar unos objetos con otros. –
En este caso se trata de contextos que se dan en un mismo tiempo o tiempos diferentes. Contextos diacrónicos (transcurren en el tiempo) y sincrónicos (se dan todos al mismo tiempo). Depende de cómo se organicen las cosas en el tiempo. –
Contexto de objetos que cumplen una misma función.