Portada » Geografía » Bosque de hoja perenne formado por abetos y pinos propios de las zonas con clima continental
–Evolución de la vegetación durante el cuaternario:
Alternancia de una veintena de etapas frías (glaciaciones) y cálidas (periodos interglaciares). En las regiones de latitudes media la temperatura cambio en el orden de 10 grados, una redistribución de las precipitaciones y periodos de avance o retroceso de los hielos polares y de montaña. Desplazamientos N-S de los grandes biomas en dirección hacia el Ecuador en las épocas frías y en dirección hacia los polos en las épocas cálidas lo que conllevó a una gran desorganización de los ecosistemas.
Consecuencias en Europa: progresiva desaparición de las especies más exigentes y de más lento crecimiento, empobrecimiento e hiperespecialización de los bosques y las áreas de montaña se convierten en zonas refugio de especies frías.
En el norte de España:
En los periodos glaciares dominaban zonas más altas de glaciares o entornos periglaciares, domina el bosque de coníferas tipo taiga en las laderas, en las áreas-refugio existía el bosque caducifolio y en las zonas de meseta existía un tipo de vegetación de estepa fría. En los periodos interglaciares domina el matorral en la zona alta y en el resto del territorio el bosque caducifolio; salvo en la meseta que domina el bosque mixto (caducifolio y perennifolio).
Las regiones cubiertas de hielo. Antártida, Groenlandia, grandes glaciares de Islandia, Patagonia. Los grandes glaciares son desiertos extremos prácticamente abióticos que no tienen ni vegetación ni suelos, en donde la fauna es anecdótica y no suele residir en el suelo. Abundan organismos extremófilos (bacterias, ácaros). En la banquisa y litoral, los animales utilizan el hielo como base o para cazar (oso polar, pingüinos, aves).
Los desiertos polares. Se localizan en las regiones polares. Durante la mayor parte del tiempo no hay agua líquida. Los seres vivos tienen que soportar simultáneamente el frío, la aridez y la falta de recursos por lo que existen formas de vida muy simples: algas terrestres, líquenes, hongos…
La tundra. Ocupan el norte de Canadá y el norte de Eurasia. Las temperaturas son muy frías (entre 1 y 10 grados la temperatura del mes más cálido), hay agua líquida pero no pueden desarrollarse los árboles. Limitaciones edáficas: formación de hielo, desplazamientos de partículas, mal drenaje, la materia orgánica no se descompone, suelos con pobreza de nutrientes.
La tundra tiene una relativa diversidad de ambientes y posee una cubierta vegetal continua aunque forma un mosaico (nieve y herbáceas junto con pequeños arbustos). En las zonas más húmedas encontramos musgos; mientras que en las zonas más secas (zonas empobrecidas) dominan los líquenes. A medida que nos alejamos de los polos la estación vegetativa es más larga y los veranos son más tibios; también aparece la “tundra arbolada”, abedules, alerces, abetos…
Hay una fauna bien adaptada a las condiciones extremas: fitófagos: reno, liebre ártica, roedores…; depredadores: lobo blanco, oso polar y pardo, zorro polar… Biodiversidad muy reducidas: cadenas tróficas cortas, los cazadores tienden a depredar siempre las mismas especies por lo que el número de cazadores y de presas se autorregulan mutuamente. Existen aves relativamente abundantes (gansos, patos, urogallo, búho nival). La fauna ejerce una presión muy fuerte sobre las plantas.
El bosque boreal de coníferas (taiga). Ocupan el norte de Canadá y el norte de Eurasia pero en una localización más septentrional que la tundra. Es un ecosistema únicamente continental con temperaturas medias de menos de 10 grados entre uno y cuatro meses, con veranos tibios e inviernos muy fríos. Precipitaciones moderadas con nieve sobre el suelo gran parte del año. Existe un difícil desarrollo del suelo debido a la descomposición muy lenta de la materia orgánica y al lavado de nutrientes debido a la lluvia generando un tipo de suelos llamados podsoles.
El bosque boreal es un tipo de bosque con una biodiversidad reducida: abeto rojo, pino albar, alerce y algunos caducifolios (abedul). En América, los bosques tienen más biomasas y biodiversidad (Pinus, Picea, Abies, Tsuga, Larix, Thuja). El bosque boreal está dominado por el abeto rojo debido a una serie de características: acículas de sol y sombra (fotosíntesis muy eficaz), forma cónica bien adaptada a la nieve, endurecimiento de las hojas y reposo vegetativo invernal y potente sistema de raíces para absorber el agua. El pino domina los enclaves más secos, formando masas de bosque más abiertas y generando un sotobosque más rico (arándano, líquenes, brezo).
La fauna de la tundra es más diversa y con más recursos. Grandes fitófagos (alces, renos, ciervos), roedores (liebres, ratones, ardillas) y carnívoros (osos, lobos, linces, zorros, mustélidos). La fauna tiene diversas estrategias para la supervivencia: los animales pequeños se refugian en sus madrigueras, los animales corpulentos hibernan, los alces, ciervos y renos mantienen su actividad durante todo el año y las aves tienen una emigración estacional.
Los mares polares. Se localizan en el océano Antártico y en el océano Ártico. Es un medio poco conocido, con aguas ricas en nutrientes y con una gran riqueza biológica (fitoplancton, cetáceos, pinnípedos). Las especies se adaptan al frío gracias a varios mecanismos tales como la grasa, sustancias anticongelantes o un sistema de aislamiento térmico. Destacan las aves en este ecosistema: migradores estacionales y acuáticas (pingüinos)
Bosques plano caducifolios de latitudes medias. Los árboles dominantes son angiospermas (especies con flor y fruto) que tienen hojas planas que pierden durante la estación desfavorable. Estos bosques se localizan en las fachadas W Europa y América del Sur (clima oceánico- “bosque oceánico”) en las fachadas orientales: EEUU, China, Corea… (Clima de fachada oriental) y en Eurasia central (clima continental moderado con lluvias estivales). Las temperaturas son templadas en verano (favorables a la vida) y frescas en invierno (paralización de la actividad vegetativa). Las precipitaciones son importantes (>1000 mm anuales) y bien distribuidas durante todo el año, generando regiones húmedas con especies intolerantes a la sequía. El bosque necesita abundante agua y temperaturas cálidas varios meses seguidos durante el año. Debido a las condiciones favorables de los suelos encontramos abundante materia vegetal (hojarasca), suelos ricos en fauna, hongos y microrganismos descomponedores y el agua junto a la temperatura aumenta la eficacia de las reacciones químicas. Dominan las tierras pardas. Suelos evolucionados, ricos en materia orgánica y alta productividad, neutroso o moderadamente ácidos y poseen un perfil A/ (B)/C. Son suelos frágiles ya que su fertilidad depende del bosque.
La vegetación sufre una fuerte estacionalidad debido a la caída otoñal de la hoja:
La vegetación también requiere veranos largos, húmedos y cálidos:
La caída de la hoja está controlada mediante enzimas a través del foto periodo y las temperaturas (auxina, luz y días largos; etileno, poca luz). Pocas especies conservan la hoja en invierno y suelen encontrarse en las áreas de clima más suave (acebos).
Inviernos muy estresantes debido a los daños por el frío y a las pérdidas de agua. Para evitar estas situaciones, los árboles concentran sus jugos celulares haciéndolos más densos y endureciéndose, evitando los daños por el hielo y la evaporación. Por tanto, nos encontramos ante un tipo de bosque bastante productivo con mucha biomasa (concentrada en el estrato arbóreo); un bosque pluriestratificado con dos estratos arbóreos, un estrato de matorral y un estrato de hierbas (o musgo). Hay pocos arbustos (aunque hay muchos árboles de pequeño porte).
Durante el verano, el bosque es muy cerrado y oscuro. Se limitan los estratos inferiores (escasez de matorral y herbáceas), no hay terófitas y predominan las criptófitas y hemicriptófitas, que tienen reservas en las raíces para soportar el invierno.
Influencia del bosque en el balance hídrico local:
La mayor parte del agua de lluvia es absorbida o interceptada y rápidamente devuelta a la atmósfera, generando un microclima forestal (humedad, penumbra, temperaturas suaves, calma…).
Existen condiciones distintas en las copas y al nivel del suelo:
En los estratos inferiores dominan las plantas esciófilas e higrófilas, condicionadas por la iluminación; hasta la salida de la hoja hay bastante luz.
Abundante fitomasa en la que abundan los fitófagos (insectos, roedores, corzos, ciervos, bisontes, aves fructívoras y grandes omnívoros que devoran bellotas (jabalíes)). También existen zoófagos (carnívoros, artrópodos, aves insectívoras) que se encuentran en los niveles superiores de la pirámide trófica (oso, lobo, grandes rapaces), aunque hoy en día su número ha disminuido dejando paso a los grandes herbívoros.
En invierno, frío y con escasez de alimentos, los animales poseen dos características para la supervivencia: acumulan las reservas (roedores) e hibernan (osos, ardillas, lirones). Aunque muchos se mantienen activos buscando alimento bajo la nieve o en las hojas y tallos tiernos.
Junto al bosque, encontramos las landas. Áreas híper húmedas con suelos ácidos muy pobres. Son áreas devastadas por la deforestación, de lavado de nutrientes y con una regeneración imposible. Zonas como Escocia, Gales, Irlanda, Chile y Nueva Zelanda son dominadas por las landas. Generalmente, las landas se han formado a costa de antiguos robledales o abedulares (formando a veces su sotobosque).
Los ambientes mediterráneos. Son zonas de transición entre las regiones templadas tropicales y las regiones húmedas. En su medio original, predominan las especies tropicales templadas exclusivas de estos ambientes. Esta zona se encuentra en la cuenca mediterránea, sur y suroeste de Australia, California, Chile y África del Sur. El clima mediterráneo posee una estacionalidad muy fuerte con inviernos muy suaves y con veranos calurosos (sequedad), con una rápida continentalización en el interior y con estaciones intermedias muy breves. Las precipitaciones son prácticamente inexistentes en verano y muy irregulares, con un fuerte déficit hídrico; en invierno son escasas. Este clima se caracteriza por su extrema irregularidad.
Los suelos mediterráneos son suelos con diversidad de sustratos, con agua disponible y con mucha variedad de biomasa. Son frágiles frente a la erosión con una edafogénesis menos eficaz que en otras áreas: bajas temperaturas en invierno, falta de agua en verano y escasos aportes de materia orgánica.
Dos tipos de suelos:
La vegetación se adapta con cuatro etapas a lo largo del año:
La falta de agua se combate limitando la transpiración y manteniendo la fotosíntesis. Son plantas de dimensiones reducidas, con hojas pequeñas, con cutícula gruesa (hoja corácea), con hojas recubiertas de resina, aceites que protegen del sol o pelusillas y encurvadas.
La falta de agua también se combate con la concentración de los líquidos celulares (tomillos, jaras, viburno…), cierre de los estomas durante las horas de sol y dimorfismo foliar (invierno/verano). Todos ellos son mecanismos fisiológicos de defensa que se adaptan al ritmo de las estaciones.
Las terófitas y geófitas (herbáceas) dominan estos entornos ya que son capaces de completar sus ciclos vitales antes del verano. Donde el agua abunda (riberas fluviales) se imponen las caducifolias (chopos, alisios, olmos, fresnos…) que son de crecimiento mucho más rápido. En las riberas de los cursos estacionales dominan las esclerófilas (adelfa).
La vegetación de estos ambientes es muy característica. Domina el bosque perennifolio esclerófilo: en el hemisferio norte dominan las fagáceas (en Europa la encina) y en el hemisferio sur las lauráceas y las anacardiáceas. En algunos lugares la encina es sustituída por alcornoques en las regiones silíceas subhúmedas del Mediterráneo occidental y por coscojas en las áreas más secas. En las áreas más frías y con suelos muy pobres el bosque de coníferas es el dominante (enebrales, sabinares, pinares mediterráneos). Pero el árbol más predominante de los ambientes mediterráneos es el encinar, dividido en tres diferentes estratos dependiendo del tamaño del árbol: estrato arbóreo monoespecífico, estrato arbustivo y estrato herbáceo poco denso.
El carácter transicional hacia los dominios tropicales hace que los tazones de los grupos sean propios de latitudes bajas. En Europa hay dos especies de palmeras, el palmito y la palmera cretense; y en Chile la palma chilena.
Los ambientes mediterráneos presentan pues una gran variedad paisajísticas en cuanto al relieve, los microclimas y las áreas secas y húmedas. Por otra parte las montañas situadas al norte inciden en una reducción de la estación seca donde el bosque caducifolio se mezcla con el semicaducifolio con especies como el rebollo, quejigo o el roble… y también coníferas como el abeto y el pino… Las montañas meridionales son mucho más secas y también se integra el cedro. Sin duda son poblamientos de gran valor, endemismos.
Los valles que toman posiciones de abrigo tienen altiplanos inferiores que dan lugar a formaciones esteparias donde se acentúa la sequía estival y el frío en invierno y con precipitaciones de entre 200 y 400 mm con lo que hay un fuerte déficit hídrico. Además en dirección a los trópicos hay una mayor aridez y empobrecimiento del suelo, la transición es muy rápida y las fronteras son muy permeables dando lugar a muchas especies en común.
Podemos distinguir las formaciones secundarias, ésta es una de las regiones más transformada del mundo ya que no hay bosques primarios, lo que se dan son las dehesas, las masas mixtas o formaciones de sustitución….
La maquia es la formación de matorrales, arbustos y algunas especies del encinar que en ocasiones muy densa e impenetrable; como consecuencia de las talas y de incendios repetidos por el sobrepastoreo estas masas vegetales son las más extendidas. También hay formaciones abiertas, las garrigas donde no hay árboles, predominan las especies leñosas como la coscoja, enebros, sabinas, jaras, romeros, tomillos, lavandas… Está el caso extremos de los tomillares y espartales que generan los ambientes esteparios.
En cuanto a la fauna el bosque perennifolio ofrece recursos durante todo el año, y podemos designar una diversidad de hábitats ya que el clima es poco limitante a no ser que no se disponga de agua. Es una región pues favorable para la fauna debido a que se unen los taxones tropicales y los de latitudes medias. Con ello tenemos una elevada tasa de endemicidad (el 60% de los reptiles y de los anfibios.
Entre los mamíferos hay muchas especies compartidas con las área vecinas, pudiendo encontrar en el bosque caducifolio ciervos o linces… En los ambientes más tropicales incluso el macaco, león (extinto en el siglo XX). Además no solo las especies son originales sino que también los rasgos de las especies también lo son, la menor talla, piel moteada, (gamo, lince ibérico…) Las aves tienen una gran riqueza ya que hay muchas residentes y otras migratorias; puede estimarse la presencia de 2000 millones de aves migratorias de 150 especies distintas.
Los bosques laurifolios: Se encuentran en las fachadas orientales de los continentes entre los 30º y los 35º pero también en los 22º y 25º de latitud. También pueden encontrarse en las áreas más lluviosas de las regiones mediterráneas y en los archipiélagos subtropicales (Canarias…). Se corresponden con las regiones cálidas y lluviosas, de hecho puede decirse que el clima e parecido a mediterráneo pero sin estación seca por lo que las condiciones son muy favorables para la vida.
Predominan los bosques esclerófilos con árboles e hoja lauroide (parecida a la del laurel); la composición el bosque es muy variada con numerosos elementos tropicales que además son muy densos y estratificados con multitud de arbustos, hierbas, musgos y abundantes lianas y epifitas; el aspecto es similar a los bosques tropicales.
En el H. norte los bosques son parecidos y los taxones están muy compartidos, las magnolias, camelias, cipreses de los pantanos… y algunas caducifolias y coníferas. En el H. sur hay mayores diferencias entre sí; en Australia por ejemplo hay una extraordinaria biodiversidad y frondosidad con eucaliptos gigantes y numerosas epifita y lianas.
Las estepas, praderas y pampas de latitudes medias: Están integradas en las áreas continentales de latitudes medias entre los bosques boreales hacia el norte y los desiertos continentales más hacia el sur, con lo que se da una reducción en la biomasa entre los bosques y los desiertos. En un sentido amplio se trata de formaciones herbáceas de medios semiáridos, lo que es una transición hacia los desiertos.
El clima continental presenta veranos cálidos con Tª superiores a los 20ºC e inviernos fríos o muy fríos con una Tª negativa durante varios meses, la amplitud térmica es muy grande. La atmósfera es muy seca y transparente con precipitaciones inferiores a los 450 mm concentradas prácticamente en verano.
Por ello distinguimos dos estaciones muy contrastadas para las plantas:
En los suelos hay un incremento de la aridez cuanto más baja sea la latitud:
En cuanto a la ecología podemos determinar cuatro meses favorables ya que el periodo está limitado por los fríos invernales y la sequía de final del verano y otoño. La estrategia que toman las plantas se basa en la reducción de tamaño y dejar de desarrollarse para así acumular las reservas necesarias para pasar el invierno. La productividad media es de 0.8-1.5 kg/m2/año, lo que se traduce en grandes fluctuaciones anuales.
La transición que tenemos entre el bosque, la estepa, y el desierto es muy gradual de modo que podemos encontrar un mosaico de manchas de árboles con herbáceas; una vez ya en el límite las zonas más secas los árboles son inexistentes salvo formando pequeños reductos en las zonas más favorables.
Las plantas más representativas de estas entornos son las gramíneas ya que son las mejor adaptadas. Las raíces aparecen formando una maraña superficial para absorber mejor el agua, también pueden efectuar su reproducción mediante el viento, pueden hacerlo del mismo modo por regeneración vegetativa desde sus rizomas (un rizoma es un tallo subterráneo con varias yemas que crece de forma horizontal emitiendo raíces y brotes herbáceos de sus nudos). Sus hojas están dispuestas con un crecimiento por la base verticalmente favoreciendo el rápido crecimiento en torno a su ciclo cortos anuales, antes que el tallo y las hojas se deshidraten en la estación seca. Pero entre sus estrategias también tenemos la acumulación de reservas, la buena adaptación al fuego y a los herbívoros.
Las relaciones de competencia entre árboles y hierbas son muy precarias, se altera fácilmente como respuesta a cualquier cambio ambiental o nuevo factor de presión. De este tal y como tenemos la estepa en este momento no puede comprenderse sin tener en cuanto los incendios y el pastoreo.
En Rusia y Europa Oriental hay una buena diversidad regional, en primavera tenemos un crecimiento rápido que les corresponde a las plantas geófitas, en mayo el crecimiento de las gramíneas otorga un color verde uniforme, en junio se da el crecimiento de sobre todo hierbas que van cambiando sus colores con el paso de las temporada, en verano se trata ya de hierbas altas, secas. Hacia el sur de estos entornos la vegetación de estos entornos se empobrece en su transición hacia los desiertos.
En América del Norte las praderas amplían su superficie entre los paralelos 55º y 30ºN. Las condiciones que tenemos aquí son menos severas que en Eurasia, la productividad es mayor por tanto nos encontramos con hiervas altas de hasta 2 m alternadas con agrupaciones de árboles. En las zonas más secas los suelos son más pobres por la acumulación de cal y eso da lugar a menos humus y una menor biomasa.
En el Hemisferio Sur las estepas ocupan un espacio mucho menor que en el HM como es la Pampa argentina que se encuentra entre el semidesierto andino y las formaciones de sabana de ambientes tropicales más al norte. Lo que ha sido objeto de una explotación ganadera extensiva.
La fauna tiene una escasa diversidad, entre los grandes herbívoros tenemos el bisonte, caballo, antílope, saiga… Los roedores pueden ser la marmota, perros de la pradera, hámster, vizcacha… Y entre las aves típicas encontramos la avutarda, perdices, alondras, estornino y también grandes corredoras como el ñandú…
Entre las pautas de comportamiento más habituales de comportamiento en cuanto a la supervivencia destacan las migraciones estacionales en grandes manadas generalmente que les permite defenderse frente a los depredadores barriendo un terreno de 80 km/h, tienen unos colores ocres, grisáceos y moteados que les dan un mimetismo. También optan por la hibernación como muchos roedores. Estos animales tienen un gran papel en el equilibrio de la estepa removiendo el suelo, con sus deyecciones, selección de las plantas. Los grandes herbívoros son fundamentales para mantener el estado de la estepa.
La evolución de las especies
Los primeros organismos terrestres debieron desenvolverse en un medio muy hostil y pudieron ser parecidos a algunos extremófilos actuales. Desde su aparición, los seres vivos han ido evolucionando, haciéndose más complejos y diversificándose. El proceso de evolución de las especies es imparable y que no admite discusión. Existen diversas teorías en cuanto al desarrollo de la vida: modelos creacionistas (religiones) y evolucionistas (Darwin).
Gracias a los restos fósiles de especies antepasadas y de organismos antepasados podemos reconstruir nuestra historia evolutiva:
La vida se autoregula a sí misma, primero fue el ser vivo el que creó las condiciones necesarias para su posterior estancia aportando oxígeno y realizando la fotosíntesis.
Cuando un grupo biológico consigue imponerse sobre los demás pasa a ser el más evolucionado y al gigantismo.
Hay una diferenciación de las aves en un proceso muy mal conocido con ramas evolutivas que no prosperaron, la verdaderas aves no aparecerá, hasta el Cretácico. En los océanos hay una gran diversidad y riqueza de especies con peces ya muy similares a los actuales, también aparecen mucho invertebrados.
Las plantas desarrollan las fanerógamas con órganos reproductores especializados (las flores), producen semillas: