Portada » Psicología y Sociología » Beneficios de la Actividad Física en la Salud Mental y Física: Promoción de Hábitos Saludables
La actividad física (AF) regular puede mejorar la salud mental, tanto en individuos sanos como en aquellos con problemas emocionales moderados. Aunque la intensidad, frecuencia y duración óptimas aún no están completamente determinadas, se sabe que los beneficios psicológicos pueden durar entre 2 y 4 horas después del ejercicio, especialmente tras un entrenamiento aeróbico. Las personas entrenadas suelen tener un mejor estado de ánimo que las no entrenadas.
Existen cinco teorías principales que explican los beneficios psicológicos de la práctica de AF:
Los beneficios del ejercicio se acercan cada vez más a los obtenidos con tratamientos farmacológicos. El ejercicio suave o moderado tiene mayor adherencia y es efectivo en trastornos psicológicos, incluso sin cambios cardiovasculares significativos. La continuidad en el ejercicio es clave, aunque aún no es completamente aceptado por algunos profesionales de la psiquiatría.
Este modelo describe las etapas por las que pasa una persona al adoptar un nuevo comportamiento, como la actividad física:
Antes de diseñar un programa de AF, es crucial identificar el estado del individuo y evaluar las estrategias adecuadas para cada etapa. En caso de abandono, es importante identificar las causas y reanudar el proceso desde un paso previo.
Existen muchas iniciativas para promover la AF en niños, pero pocas en adultos. Los planes suelen ser generales y carecen de evaluación de efectividad.
La tasa media de abandono de un programa de ejercicio es del 50%. De los que inician, la mitad abandonará entre 3 y 6 meses después.
Es más probable ser físicamente activo cuando las circunstancias son favorables y se obtienen consecuencias placenteras. Es imprescindible empezar con objetivos alcanzables y utilizar recompensas. Las recompensas externas no crean adherencia a largo plazo; es mejor buscar recompensas intrínsecas (ej: autorrecompensas como reducción de estrés, mejora de la salud).
Explica cómo las personas deciden practicar AF comparando los beneficios percibidos con los costes. Barreras: sudor, calor, tiempo, falta de ganas. Beneficios: aumento del consumo energético, mejora de los niveles de colesterol, alivio de la tensión, mejor control del peso.
Se ha aplicado con éxito en el cambio de comportamientos de AF. El cambio positivo se produce por la interacción del entorno, los factores personales y los comportamentales. Concepto central: autoeficacia.
Es importante tener en cuenta las influencias familiares, ya que la familia es el primer entorno en el que adquirimos hábitos.
Se basa en las variaciones ambientales y socioculturales. Algunos entornos restringen la práctica de AF promoviendo comportamientos sedentarios. Componentes: factores personales, sociales, institucionales, comunitarios y públicos. Influencia ambiental: accesibilidad, clima, oportunidades para la práctica, seguridad y estética.
Orientado al mantenimiento del comportamiento y la prevención del abandono. Ayuda a las personas a anticiparse y planificar problemas durante la adherencia a la AF. Ejemplo: Situación de riesgo: No salir a pasear por tormenta. Sin plan: mayor posibilidad de abandono. Con plan: saltar a la cuerda, gimnasia, etc. (mayor autoeficacia, menor posibilidad de abandono). Es necesario crear programas adaptados a las necesidades de diferentes grupos de población.
Aunque no hay una evidencia clara entre sedentarismo y obesidad en la infancia, los niños inactivos o que dedican más tiempo a actividades sedentarias tienen un exceso de grasa.
Niños menos activos y con menor condición cardiovascular tienen más probabilidades de tener factores de riesgo.
La obesidad en la infancia puede persistir, asociándose con peor salud y mayor mortalidad en la edad adulta. La AF puede ser una protección frente a la obesidad. La AF de fuerza puede ayudar a prevenir la osteoporosis.
Los hábitos de AF establecidos durante la infancia y la adolescencia tienden a mantenerse. La asociación se consolida con la experiencia positiva, no con la cantidad. Las experiencias negativas pueden afectar al deseo de practicar AF en el futuro.
No aparecen cuando se realiza AF moderada. Los riesgos son mayores en los primeros meses de embarazo: reducción del flujo sanguíneo útero-placentario, disponibilidad de glucosa, aumento de la temperatura corporal materna.