Portada » Español » Bajtín: Signo, Sentido y Polifonía en la Literatura
El problema del sentido traspasa los límites de la lingüística y se coloca en un plano más amplio al que llama “metalingüística” o “filosofía del lenguaje”.
La relación “señal/signo” es paralela a “significado/tema”:
La concepción bajtiniana de los procesos que se dan en la literatura es dialógica, se funda en el diálogo y en cómo el proceso de comunicación (que nunca es unívoco y monológico) se desarrolla.
Alumbra una construcción participativa, integradora, social, en la que cabe la diversidad, la multiplicidad de voces, el escenario “polifónico”. Enfrenta a Saussure, que considera demasiado el rol de la langue y no el de la parole. Bajtín creía que se podía clasificar y analizar el discurso. Propone estudiar la lengua como fenómeno de comunicación relacionado con un contexto y unos valores de interlocución definidos por los protagonistas del diálogo.
Utiliza el término musical de polifonía, el que le servirá para significar la construcción de la novela a base de voces diversas, frente a la homofonía de la novela tradicional.
El monologismo es un discurso en el cual no se diferencia entre las distintas voces participantes.
La esencia de la polifonía consiste en que sus voces permanezcan independientes y se combinen.
La novela polifónica es enteramente dialógica. […] las relaciones dialógicas representan […] un fenómeno casi universal que penetra todo el discurso humano […] todo aquello que posee sentido y significa.
Donde se inicia la conciencia se inicia el diálogo, solo las relaciones puramente mecánicas no son dialógicas. Por eso, “todas las relaciones entre partes y elementos internos y externos de la novela tienen en Dostoievski un carácter dialógico, y solía construir la totalidad de la obra como un “gran diálogo”, finalmente el diálogo se retrae hacia el interior, impregnando cada palabra de la novela, volviéndola bivocal”.
El pensamiento bajtiniano se formula en base a la idea del signo como la dialéctica entre autoidentidad y alteridad. Tiene consecuencias más amplias que las definidas para el ámbito del signo o lo que él llamó translingüística: se trata de una idea de amplio alcance humanista, y hasta llega a abarcar cuestiones de ética: nadie es algo si no es en relación con el otro. Es en nuestra interacción con el otro donde encontramos nuestra propia identidad intersubjetiva. El signo, sostiene Bajtín, carece de plenitud de sentido fuera del contexto. De ahí que sostenga que “ser es comunicar”. La novela polifónica no busca convencer, sino que orquesta voces.
El texto es un aparato translingüístico que redistribuye el orden de la lengua, poniendo en relación una palabra comunicativa, apuntando a una información directa, con distintos tipos de enunciados anteriores o sincrónicos.
El texto es, por consiguiente, una productividad, lo que quiere decir que construye una permutación de textos, una intertextualidad. Es el espacio de un texto donde se cruzan y neutralizan múltiples enunciados, tomados de otros textos.