2. Carácterísticas generales El canon de oradores se establecíó en época helenística gracias a la aparición de las bibliotecas. La lista se configuró con obras originales y espurias; pero junto a este canon existía una segunda lista en la que se incluían los oradores que podían ser modelos de oratoria. Esto ha sido fundamental para la pervivencia de autores y obras. Los tres oradores considerados paradigmáticos son Lisias, Isócrates y Demóstenes, de los que conservamos un gran número de obras. Aquí también podríamos incluir a Esquines, al que le hizo mucha sombra Demóstenes. Más secundarios podrían ser Antifonte, Andócides, Iseo, Licurgo e Hipérides. Además, también conservamos gran cantidad de fragmentos y citas. La oratoria es un género creado como manifestación escrita para ser transmitida oralmente. La oratoria también se encuentra en ese grupo de composiciones en el que no se compone oralmente, aunque estén destinadas a ser transmitidas oralmente. Una de las razones de la necesidad de componer por escrito es porque no hay una diferenciación entre autoría y transmisión, que se da, al menos, en dos géneros, drama y oratoria, géneros que tienen mucho 2 que ver en cuanto a su cronología, su desarrollo y su transmisión. Los oradores vivían de la logografía, es decir, vivían de escribir discursos para otros; también intervénían eventualmente en política, pero su principal misión era la de componer discursos para sus clientes. Este hecho obliga al autor a escribir en primera persona. Las composiciones se atienen a unos cánones formales más o menos estrictos, que son de dos tipos: 1. Función del discurso: El discurso y su estructura debía atenerse a la propia estructura que rige al ámbito en que se desarrolla. El formato viene determinado por el ámbito en que se desarrolla. 2. Disposición de las ideas: Esto varía según los autores; pero los oradores aprendían a estructurar las palabras de forma equilibrada. También es importante el uso de figuras y tropos, la disposición, etc., hechos que se empiezan a desarrollar con la oratoria. 3. Principales autoresb. Antifonte Es el más antiguo de los oradores, y nunca pronunció un discurso en público. Formaba parte de una familia aristocrática de Atenas y pertenecíó a los cuatrocientos tiranos de la ciudad, hecho por el que fue condenado a muerte. Sí sabemos que pronunció un discurso en su propia defensa. Conservamos quince obras completas (tres tetralogías y tres discursos) también se le atribuye un discurso de epitafio. En Alejandría se le atribuían unas sesenta obras pero ya se asumía que un número importante (cerca de treinta) eran falsas. Su estilo es bastante claro y simple, aunque se ve cierta elaboración, e incluso incorpora cláusulas rítmicas: establece la secuencia larga-breve en ritmo yámbico en los finales de párrafo. Sus discursos ya siguen el esquema clásico: proemio, narratio, argumentación y lectura de leyes con su comentario, y peroratio o alegato final. Que este esquema ya se encuentre en Antifonte quiere decir que para esta época ya estaban establecidas las convenciones del género oratorio. Encontramos en sus escritos muchas contraposiciones simples: me/n…De/ ƒ te…Te, etc. Existíó también un Antifonte sofista; y existe la discusión de si sofista y orador fueron el mismo hombre. 3 c. Lisias Era hijo de una familia rica de metecos (el Banquete de Platón se sitúa en su casa) y participó activamente en la política de Atenas y de Turios, donde conocíó a los iniciadores de la sofística. Fue expulsado de Turios y llega a Atenas en el 413, durante la tiranía de los 400, que no veía con buenos ojos a los extranjeros. Con los 30 tiranos se le persigue y vuelve a huir de Atenas. Con Trasibulo regresa y se le concede la ciudadanía. Tiene que dedicarse a la logografía durante la mitad de su vida. Se la atribuían más de cuatrocientos discursos, aunque la mitad ya se consideraban falsos en época helenística. Tenemos muchos judiciales y algunos de los otros tipos. Político propiamente no hay ninguno, aunque alguno judicial se acerca a este otro género. Su estilo es sencillo y no entra en grandes complicaciones ni estilísticas ni formales. Es un verdadero narrador a la hora de describir situaciones o personajes. Su ideología es demócrata y es un hombre convencido de la bondad de la población y de sus derechos. Por la simplicidad de su lenguaje fue considerado un verdadero modelo. Dionisio de Halicarnaso y Quintiliano lo consideran su modelo a seguir y el orador perfecto. En este sentido, se le compara como Demóstenes, más vehemente y complicado. D. Discursos de Tucídides En la Historia de la Guerra del Peloponeso encontramos varios discursos de carácter político, aunque no son discursos compuestos para ser pronunciados. En realidad es básicamente el estilo de Tucídides aplicado a la oratoria. Su estilo es más complicado, pero sí muestra que la oratoria era accesible para cualquier persona culta. Intentando imitar discursos reales, Tucídides conocía bien las normas de la oratoria. Uno de los discursos más famosos que encontramos en su Historia es el Epitafio de Pericles, considerado el culmen de los discursos epidícticos atenienses. También se utiliza una estructura doble, al igual que en Antifonte. Otros discursos de Tucídides son los de carácter político en los que los distintos representantes de los bandos intentan convencer a otros de que les hagan caso a ellos. Se utilizan los mismos argumentos pero de forma opuesta, una carácterística que parte de la idea básica propuesta por los sofistas de que para cada cosa hay dos puntos de vista diferentes.