Portada » Arte » Arte Hispano-Musulmán: La Capilla de los Vélez, la Mezquita de Córdoba y la Alhambra
La capilla de los Vélez se encuentra en la girola de la catedral de Murcia, construida entre 1490 y 1507. Esta obra, realizada por iniciativa privada, podría estar relacionada con la Corte de los Reyes Católicos y el círculo artístico del arquitecto Juan Guas.
Juan Chacón encargó la capilla funeraria, que luego fue ampliada y finalizada por Pedro Fajardo, primer marqués de los Vélez.
Situada en la girola, detrás del altar mayor, presenta una planta irregular: semi pentagonal en la entrada y semi decagonal en la cabecera, lo que permite cubrirla con una bóveda estrellada de 10 puntas. La entrada consta de tres arcos lobulados con gabletes, adornados con escudos nobiliarios de los Fajardo y Chacón. Su carácter privado se enfatiza con una verja que la separa del resto del templo.
Al entrar, se aprecia una profusa decoración a base de escudos, cardinas, tallos, arcos lombardos, e incluso una decoración inspirada en bestiarios medievales. En el ábside, cinco arcosolios, destinados al entretenimiento de la familia, se alzan bajo una galería de arcos.
En el exterior destacan los escudos del marqués de los Vélez, sostenidos por dos salvajes, y la cadena de piedra, símbolo de liberación de cautivos.
Esta obra, declarada monumento nacional en 1928, se considera el último ejemplo de capilla funeraria gótica, un estilo muy popular en la época medieval.
La Mezquita de Córdoba, de estilo hispano-musulmán, fue construida entre el 787 y 788 por un arquitecto desconocido (por orden de Abderramán I) y posteriormente ampliada en varias ocasiones. Sus materiales principales son la piedra, el ladrillo, la madera y el yeso para la decoración. Sus dimensiones son de 178 x 125 metros.
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El exterior, similar a una muralla sin fachada principal, está salpicado de numerosas puertas de acceso. Estas puertas, de inspiración romana, constan de tres cuerpos: uno central con la apertura y dos laterales que simulan partes ciegas, con una parte superior muy decorada.
El Sahn o Patio de los Naranjos alberga fuentes rituales. En el fondo se abren 19 arcos de herradura que dan acceso a las 19 naves del Haram o Sala de oración. Estas naves, dispuestas en perpendicular, dirigen la mirada hacia la Quibla, el muro de la cabecera orientado hacia la Meca. En la Quibla se encuentra el mihrab, precedido por la maqsura, un espacio reservado a las autoridades.
La sala de oración está formada por 514 columnas, reutilizando fustes romanos y visigodos. La insuficiente altura de los fustes se resolvió mediante la superposición de arquerías.
Sobre cada columna se levanta una pilastra con arcos de herradura que contrarrestan las presiones laterales. Estos arcos permiten que las pilastras sostengan un segundo nivel de arcos, que a su vez soportan la cubierta. En la transición se utilizan modillones de rollos.
Se añadieron cuatro cuerpos de ventanas coronados por cúpulas (uno en el centro y tres frente a la maqsura). Las cúpulas se levantan sobre arcos que forman polígonos estrellados.
La mezquita de Córdoba, concebida como una réplica de la de Damasco, acabó rivalizando con ella en belleza e innovación. Su arquitectura fusiona tradiciones locales con necesidades constructivas islámicas. El conjunto recuerda a las mezquitas del norte de África, al uso de dovelas bicolor de la arquitectura romana y a los arcos de herradura visigodos.
La Alhambra de Granada, construida entre los siglos XIII y XV, es una ciudad palacio con alcazaba, de estilo hispano-musulmán.
Los materiales de construcción son sencillos: ladrillo, estuco, madera y cerámica. El exterior rojo contrasta con un interior rico en decoración policromada, reflejos de luz, láminas de agua y surtidores que crean una atmósfera sofisticada y refinada.
El palacio se articula en tres partes según su función, alrededor de tres patios (De Comares, de los Leones o Daraxa): el Mexuar (parte pública), el Diván (parte oficial) y el Harén (habitaciones privadas).
La arquitectura responde a las características del arte nazarí, con columnas de fuste cilíndrico, capitel troncocónico y decoración profusa. Destacan los capiteles “nidos de avispa”. Los techos son adintelados de madera, a menudo con bóvedas falsas superpuestas. Los arcos más utilizados son el de herradura, el tumido y el angulado.
La decoración está presente en todo el palacio, con excepción de los leones del patio, que rompen con el aniconismo. Destacan los atauriques, los alicatados cerámicos con lacerías, los motivos epigráficos y los mocárabes que decoran arcos, techos y bóvedas. Esta profusión decorativa responde al “Horror Vacui”. La policromía, de colores fuertes, y las celosías tamizan la luz.
El conjunto refleja las circunstancias de la dinastía nazarí y el ideario musulmán, creando una representación simbólica del paraíso donde la luz, el agua y la vegetación son fundamentales. En este sentido, destaca el Patio de los Leones, de tipología persa con planta cuadrada, que representa el cosmos cruzado por cuatro ejes que simbolizan los ríos del paraíso y los puntos cardinales.
La Alhambra, declarada Patrimonio de la Humanidad, es la máxima expresión del arte nazarí y, junto con la mezquita de Córdoba, del arte hispano-musulmán. Su influencia se extendió por el norte de África hasta el siglo XVI, como demuestra la mezquita de Fez en Marruecos.