Portada » Arte » Arte en la época romana
Un acueducto es una obra de ingeniería, un canal, que permite transportar agua desde un lugar en que esta es accesible en la naturaleza hasta un punto de consumo distante, su nombre proviene del latín “aquae ductus” (conducción de agua). El canal suele partir de un embalse, como el de Proserpina en Mérida, y termina en depósitos o cisternas desde los que se distribuye por toda la ciudad a través de conductos de plomo o cerámica. El canal se acomoda al terreno por distintos procedimientos: siempre que es posible transcurre sobre el suelo apoyado en un muro; si el terreno se eleva el canal queda soterrado y forma una galería subterránea excavada directamente en la roca o construida dentro de una zanja; cuando se ha de vencer una fuerte depresión se recurre a la construcción de complicados sistemas de arquerías que sostienen el canal y lo mantienen al nivel adecuado. Los principales ejemplos de acueductos de época romana son el Pont du Gard de Nimes, el acueducto de Segovia y el acueducto de los milagros de Mérida.
El término anfiteatro (del griego amphi -dos- y theatros) se refiere a un tipo de edificio público de la época clásica romana, utilizado para acoger espectáculos y juegos de luchas de gladiadores. Aparte de su función, la diferencia más notoria entre un anfiteatro y un teatro clásico es que al anfiteatro es de forma circular u ovalada, mientras que el teatro es semicircular. También hay que diferenciar el anfiteatro del circo, que era utilizado para espectáculos de carreras de bigas y cuádrigas y tenía una forma de herradura alargada. El anfiteatro más conocido es sin duda el Coliseode Roma, del siglo I, cuyo nombre era en realidad el anfiteatro Flavio; en España destacan los de Mérida o Itálica.
Sala que en las termas romanas, como las de Caracalla en Roma, siglo III, o las de Segóbriga en España, se hallaba cercana al pórtico de entrada al recinto y se utilizaba como vestuario, donde los clientes se desnudaban y dejaban sus prendas en unas alacenas o nichos, construidos más o menos a la altura de la cabeza. Alrededor de toda la estancia había un banco corrido de mampostería para sentarse mientras se despojaban de sus vestimentas. En elapodyterium había varias puertas que comunicaban bien con la palaestra bien con los baños propiamente dichos.
El atrio era el núcleo de la casa romana y consistía en un patio abierto; los mejor conservados se encuentran en Pompeya debido a la erupción del Vesubio del año 79. El atrio estaba flanqueado, a lo largo de sus dos lados mayores, por los dormitorios. Al centro del atrio había una fuente, el Impluvium, que servia para recoger las aguas lluvias que caían a través de la abertura del techo, el Compluvium. La habitación principal de la casa, el Tablinum, remataba el patio, oponiéndose al vestíbulo y continuando con el sentido axial ordenador de la casa.
En Roma edificio dedicado a transacciones comerciales o a la administración de justicia; también se utilizaba como lugar de reuníón de los ciudadanos para tratar asuntos comunes. En cuanto a su concepción arquitectónica, se trataba de una gran sala rectangular compuesta por una o más naves, en este segundo caso la central era más ancha y alta y la diferencia de alturas se aprovechaba para abrir huecos de iluminación en la parte alta de los muros. En uno de los extremos de la nave principal existía una exedra o ábside, donde se instalaba la presidencia. Como norma general la techumbre era plana y la cubierta a dos aguas, aunque hubo alguna, como la monumental Basílica de Majencio en Roma, del siglo IV, que tenía bóvedas de cañón con casetones en las naves laterales y de arista en la central. Más adelante los cristianos aprovecharon la forma basilical y, en muchos casos los propios edificios romanos, para utilizarlos como templo y en este sentido se utiliza hoy la denominación, tanto desde el punto de vista arquitectónico, como religioso.
El caldarium o sala de calor constaba de bañeras y surtidores de agua caliente, donde la temperatura era muy elevada. Se dan, incluso, casos de termas que en sus caldaria dispónían de piscinas para que pudieran nadar sus clientes, como en las Termas de Caracalla en Roma. Las hay incluso que cuentan con el assasudatio o laconicum, un habitáculo destinado a tomar baños de sudor, antepasado remoto de nuestras saunas. En aquellas termas que no estaban construidas sobre un manantial de aguas hirvientes, los suelos de las diversas salas se caldeaban mediante un complejo sistema de hornos subterráneos (praefurnium) y canalizaciones huecas por donde circulaba el aire caliente, existiendo además grandes calderas metálicas para calentar el agua; esta técnica recibe el nombre de hypocausis.
Relieve profundo de forma cuadrada o poligonal, con el fondo decorado y, a menudo, con un rosetón. Se suele ensamblar con otros semejantes para formar la cara inferior de una cubierta, artesonado o bóveda. Además de un fin decorativo tienen función estructural, al aligerar el peso de sus monumentales cubiertas de hormigón, como podemos apreciar en la cúpula del Panteón de Agripa, siglo II, o en las bóvedas de la Basílica de Majencio, siglo IV.
El circo romano era un recinto alargado con gradas para los espectadores y con un pista (arena) dividida por un muro central con estatuas o figuras alusivas (spina
) destinado a la celebración de carreras de carros, principalmente debigas y cuádrigas. En uno de sus extremos estaban las cárceles o jaulas de partida para los competidores, mientras que en el otro continuaban las gradas laterales formando un semicírculo. El más famoso en Roma era el Circo Máximo, enorme estructura situada entre las laderas de las colinas Palatino y Aventino y que podía contener más 250.000 espectadores, ya que las carreras de los carros suscitaban en el público romano un entusiasmo enorme.
En el atrium, patio porticado que actuaba como núcleo central de la casa romana o domus, muy amplio y luminoso, es la abertura en el techo por donde entraba la luz, el aire y la lluvia y que se correspondía con una pila rectangular que había bajo él llamada impluvium, destinada a recoger el agua de la lluvia. Los ejemplos mejor conservados los encontramos en Pompeya, siglo I.
Junto con las bóvedas, la otra cubierta originada por el arco es la cúpula, formada por el movimiento rotatorio de éste, tomando el nombre del arco que la engendra, excepto cuando es de medio punto que recibe el nombre de cúpula de media naranja, que es la más común. Normalmente la cúpula se sitúa sobre un tambor o cuerpo de luces y en su clave se abre una linterna que ayuda a la iluminación interna. Uno de los ejemplos más carácterísticos es la Cúpula de San Pedro del Vaticano, realizada por Miguel Ángel en el Siglo XVI, en pleno Renacimiento italiano.
La cúpula presenta fundamentalmente dos problemas: el de los empujes oblicuos que genera; y el problema de su asentamiento sobre tramos cuadrados, resuelto mediante el uso de trompas, para pasar del cuadrado al octógono, o mediante pechinas, para pasar del cuadrado al círculo.
Excepcional, por ser una de las más antiguas conservadas, es la gran cúpula de casetones del Panteón de Agripa en Roma (reconstruido por el emperador Adriano en el siglo II).
El punto focal de la ciudad romana, por lo general situado en su centro, en la intersección del cardo y eldecumano, era el foro (equivalente al ágora en las ciudades griegas). Era un espacio abierto, rodeado de tiendas y de los principales edificios religiosos y cívicos (curia, templos, basílicas, termas, etc.), que funciónó como el lugar de reuníón de los ciudadanos romanos. El más importante del Imperio Romano, de época republicana, fue el Foro Romano (ForumRomanum, aunque los romanos se referían a él comúnmente como el Fórum Mágnum o simplemente el Fórum) era la zona central en torno a la que se desarrolló la antigua Roma. Existieron foros en otras zonas de la ciudad, los más importantes son los grandes Foros Imperiales, construidos entre los siglos I y II, que formaban un complejo con el Foro Romano, son el Foro de César, el Foro de Augusto, el Foro de Nerva o Fórum Transitorium y el Foro de Trajano.
El frigidarium era la sala para los baños fríos. En esta sala la gente llegaba después del itinerario termal caliente (laconicum o caldarium) y después de la parada en el tepidarium para acostumbrar el cuerpo a una temperatura fría. Además, en los complejos termales muchas veces había también piscinas para nadar (natatio), generalmente al lado del frigidarium, como por ejemplo en las Termas de Caracalla, del siglo III.
Motivo decorativo formado por hojas, flotes y frutos, unidos generalmente por cintas, que se presenta suspendido de sus extremos describiendo una comba. Se puede adaptar a ciertos saledizos o encontrarse en los frisos, metopas, frontones, de los templos u otros edificios carácterísticos de la arquitectura romana, siglos III a. C. A V d. C.
En el atrium, patio porticado que actuaba como núcleo central de la casa romana o domus, muy amplio y luminoso, es una pila o aljibe rectangular que hay en su centro, destinada a recoger el agua de la lluvia, y situado justo bajo la abertura del techo llamada compluvium, por donde entraba la luz, el aire y la lluvia. Los ejemplos mejor conservados los encontramos en Pompeya, siglo I.
Ventana en forma de ojo que sirve para dar luz, situada generalmente sobre cúpula. En la arquitectura romana destaca el que corona la cúpula de casetones del Panteón de Agripa en Roma (reconstruido por el emperador Adriano en el siglo II).
El Arte
Paleocristiano puede entenderse como una evolución del arte romano tardío. Sin embargo, la religión cristiana insufla un nuevo espíritu al arte y lo carga de símbolos. Esto motivará que este arte sea simple, estilizado, renunciando a la perspectiva y a la profundidad espacial, eliminando las proporciones y los rasgos del cuerpo humano para acentuar los aspectos religiosos. El fondo predomina sobre la forma y la expresividad vence a la estética.
Al hablar de períodos dentro del arte paleocristiano, los especialistas hacen referencia a dos etapas: la primera alcanza desde el siglo II al 313, fecha del Edicto de Milán en el que se otorga libertad al cristianismo; y la segunda que abarca desde el 313 hasta el siglo VII. El primer momento se caracteriza por la persecución y el recogimiento mientras que durante el segundo el cristiano toma la calle y sus monumentos pueblan todo el espacio.
Las catacumbas serán la construcción arquitectónica más carácterística de este primer periodo. Se trataba de cementerios excavados formados por un amplio número de galerías que conducían a amplias cámaras llamadas cubicula. En las paredes de éstas se abrían nichos para los enterramientos, en ocasiones protegidos con arcos de medio punto oarcosolium.
La arquitectura paleocristiana tras el Edicto de Milán suele subdividirse en dos grupos: el occidental y el oriental. En Occidente nos encontramos con la adaptación de la basílica romana en el tipo de iglesia habitual. Se trata de un edificio de planta rectangular con tres naves separadas por columnas mientras que en el fondo hallamos un ábside semicircular. La nave central gana en altura a las laterales y se encuentra, habitualmente, cubierta con casetones de madera. La fachada suele tener tantas puertas como galerías y puede existir un nártex o atrio a los pies del templo, lugar habitual para los neófitos. Buenos ejemplos de basílicas pueden ser Santa María la Mayor, San Juan de Letrán, San Pablo o San Lorenzo Extramuros, todas en Roma. El otro gran edificio occidental es el baptisterio; su planta es circular o poligonal, inspirándose en modelos romanos. La pila suele estar en el centro y disponen de galerías bajas, separadas del espacio central por columnas. La circulación de los fieles implica esta disposición arquitectónica. Entre los más importantes baptisterios encontramos los de Constantino y Letrán en Roma o el Mausoleo de Santa Constanza en la misma ciudad o el baptisterio de Ravena.
En Oriente la arquitectura paleocristiana recibirá la influencia del helenismo y del arte mesopotámico. Los templos tienen planta de cruz griega -los brazos tienen la misma longitud- o son octogonales o circulares, al igual que los baptisterios. Las cubiertas más utilizadas serán las bóvedas y las cúpulas sobre pechinas. Estas influencias llegarán a Occidente a través del exarcado bizantino de Ravena, un foco oriental en pleno corazón de Italia. En Ravena se levantan el Baptisterio de los Ortodoxos, la tumba de Teodorico y el mausoleo de Gala Placidia, cuyo exterior puede contemplarse en este número de la colección. La tumba de Teodorico presenta planta circular con dos pisos, cerrada con una cúpula monolítica de 10 metros de diámetro, conjugando elementos orientales con germánicos. El mausoleo de Gala Placidia tiene planta de cruz griega, siendo la primera construcción occidental que aparece con esta disposición. Su interior se cierra con una cúpula y bóvedas de cañón, decorándose sus paredes con ricos mosaicos.
La escultura paleocristiana destaca más por su significado y su simbolismo que por sus formas. El lugar donde más muestras escultóricas encontramos serán los sarcófagos. En un primer momento se utilizan figuras paganas con un claro simbolismo cristiano como Psiquis como el alma o Eros simbolizando a Cristo. Posteriormente se incorporan temas propios como el Crismón, el Cordero, o el Pez, elementos que simbolizan a Cristo. Algunos sarcófagos son decorados con estrígiles, objeto utilizado por los gladiadores y atletas para quitarse el polvo y la grasa incrustada en su piel. Estaba formado por dos contracurvas por lo que se obtiene una elegante decoración geométrica. Las decoraciones de sarcófagos se pueden dividir en varios grupos: escenas sin interrupción que se suceden a lo largo del friso; escenas o personajes encuadrados por columnas; estrígiles a ambos lados y un medallón central. Las estatuas de bulto redondo son más bien escasas, siendo Jesús el protagonista de las que han subsistido.
La pintura paleocristiana es bastante escasa, quedando restos de frescos que siguen las técnicas pompeyanas. La temática hace referencias continuas al Cristianismo, pudiendo tratarse de «oraciones representadas», siendo su iconografía totalmente simbólica.
Panteón (del griego παν, pan, «todo» + θ&épsilon;ών, theon, «de los dioses»), en un sentido, es el conjunto de todos los dioses de una religión o mitología politeísta particular; en otro sentido, se refiere a un templo o edificio sagrado dedicado a todos los dioses de una religión politeísta particular. El Panteón de Agripa, construido por Adriano en el siglo II como un templo para todos los dioses romanos. La idea inicial se debíó al general de Augusto y político romano Agripa, que hacia el 27 a.C. Decidíó iniciar este monumento como prueba de la tolerancia religiosa del Imperio. El Panteón consta de un pórtico con ocho columnas que da paso a una enorme rotonda de 43,50 metros de diámetro, cubierta por una cúpula de la misma altura, que dan lugar al mayor espacio nunca construido hasta entonces. La cúpula está decorada con casetones y presenta en su centro un gran óculo.
En los circos, la pista (arena) estaba dividida longitudinalmente por un muro (spina) en cuyos extremos había dos metas (meta) semicirculares, en torno a las que debían girar los carros. La spina se adornaba de marera suntuosa, estatuas de dioses, victorias aladas sobre columnas, dispositivos para contar las vueltas (por ejemplo, en el Circo Máximo de Roma mediante siete huevos en un extremo y siete delfines en el opuesto, cada vuelta, se quitaba uno).
En las termas romanas se trataba de una habitación intermedia para que el paso del caldarium alfrigidarium no fuera tan brusco. Ejemplo, las Termas de Caracalla, del siglo III.
El orden toscano no pertenece al grupo de los órdenes arquitectónicos griegos (dórico, jónico y corintio), sino que, con el compuesto, es uno de las aportaciones romanas a los órdenes clásicos. Deriva del dórico, del que es una simplificación, y fue utilizado en Etruria en época anterior a la conquista de Grecia. La columna toscaza se caracteriza por las siguientes peculiaridades: va montada sobre una basa; el fuste es de sección circular, normalmente liso; el capitel está integrado por tres piezas, todas ellas lisas, el equino, cuya geometría es la de una figura convexa, el ábaco, que es una pieza prismática similar a un tablero de planta cuadrada que soporta directamente sobre sí el entablamento, y el collarino, tambor cilíndrico intercalado entre el equino y el fuste. En los monumentos romanos de varios pisos, como el Anfiteatro Flavio o Coliseo, ocupa la planta inferior, seguido en sentido ascendente por el jónico y el corintio.
Baños públicos de los romanos, desempeñaban una función esencial en la vida social romana, por lo que a veces adquieren extraordinarias proporciones, como las Termas de Caracalla en Roma, del siglo III; constan de una sala para desnudarse o “apoditerium”, baños fríos o “frigidarium”, templados o “tepidarium”, de vapor o “caldarium” y otras muchas dependencias de todo tipo. [Ver más arriba, en este mismo glosario, estos conceptos con subrayado discontinuo y el signo (*)]