Portada » Arte » Arquitectura renacentista española: del plateresco al estilo herreriano
La arquitectura renacentista se introduce en España a finales del siglo XV.
Destacan autores como Lorenzo Vázquez (Colegio de Santa Cruz -Valladolid-, Palacio de Cogolludo y el patio del Instituto de Guadalajara); Pedro Gumiel, creador del «estilo Cisneros», mezcla de las formas árabes con las renacentistas, que trabaja en Alcalá de Henares y en Toledo (Sala Capitular de la Catedral). También en Toledo es importante la fachada del Hospital de Santa Cruz, de autor desconocido. En Ávila trabaja Vasco de la Zarza, que realiza la decoración del trascoro de la catedral.
Destaca el arquitecto Juan de Álava, cuya obra maestra es la fachada del convento de San Esteban. La obra más importante de esta variante, y una de las principales de la arquitectura renacentista española, es la fachada de la Universidad de Salamanca, de autor anónimo. En Burgos, el artista más representativo es Francisco de Colonia, cuya obra principal es la puerta de la Pellejería de la Catedral de Burgos; realiza también numerosos retablos.
Es donde se da el plateresco más exuberante, representado por la obra de Diego de Riaño, que realiza la fachada del Ayuntamiento de Sevilla y la sacristía mayor de la Catedral de Sevilla.
Trabaja Alonso de Covarrubias, cuya obra se caracteriza por la tendencia a un mayor «purismo» relacionado con el Alto Renacimiento italiano. De su primera etapa son los patios del Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares y del Hospital de Santa Cruz de Toledo. Son también de esta etapa la Capilla de los Reyes Nuevos y la Puerta de San Clemente (Catedral de Toledo). A partir del segundo tercio del siglo inicia una transición hacia la ausencia decorativa, de la que son ejemplos la fachada principal del Alcázar y la Puerta Nueva de Bisagra de Toledo.
Destaca Rodrigo Gil de Hontañón como artista más representativo de esta etapa; sus obras más importantes son la fachada de la Universidad de Alcalá de Henares y el Palacio de Monterrey de Salamanca. En Burgos trabaja Juan de Vallejo, que reconstruye el cimborrio de la catedral utilizando una profusa decoración. En Aragón se realizan obras representativas como la portada de Santa Engracia y la Lonja (ambas de Zaragoza).
Se dan los ejemplos más típicos del Renacimiento español, donde destacan los siguientes autores: Pedro Machuca, que realiza el Palacio de Carlos V de la Alhambra de Granada (inacabado) con un estilo puramente italiano. El artista más representativo de la Escuela andaluza es Diego de Siloé (m. 1563), también escultor, que en la Meseta realiza la Escalera Dorada de la Catedral de Burgos y la Torre de Santa María del Campo. Realiza la Catedral de Granada, a la que siguen con idénticas características las de Málaga y Guadix, y en la de Guadalajara (México). Son importantes, también, Andrés de Vandelvira (Catedral de Jaén) y Fernán Ruiz (segundo cuerpo de la Giralda sevillana).